NOSOTROS: LOS FRUTOS SECOS

Durante esta semana, y como prólogo al comienzo de mi curso de escritura de guión de Tv (que comienza el próximo lunes 9 de Mayo, todavía hay plazas) voy a postear algunos textos relacionados con la escritura y el análisis de guiones, algunos, como el de hoy, se han visto antes en Bloguionistas o en mi antiguo blog. Espero que os gusten.

¿Sabes el típico día en el que estás en un restaurante comiendo tranquilamente y alguien entra corriendo, gritando con desesperación y a pleno pulmón si hay un guionista en la sala?

No, no lo sabes porque eso no pasa. Nos creemos muy interesantes, pero nadie se levanta por la mañana con la ardiente necesidad de que un guionista le ayude. Si es muy importante ver al banquero, al dentista, al que te vende el pan o el que te ayuda a defenderte ante la justicia. Pero, ¿guionistas? el mundo podría seguir girando sin ellos, aparentemente.

Entonces, ¿por qué nos creemos tan apasionantes? ¿Por qué parece que nuestra profesión nos pone muchísimo? ¿Por una vocación ardiente? ¿Por pura devoción al acto solitario de escribir y de recibir tortas como panes como forma habitual de feedback? Sí, pero también porque nuestra profesión nos garantiza casi siempre la ocasión de hablar de un tema que nos encanta: nosotros mismos. Si lo que hacemos es tan atractivo, nosotros también debemos serlo, es el silogismo al que muchos nos hemos adherido con el paso de los años, dijera lo que dijera en el año 88 Iñaki el de cuarto que no quiso rollo conmigo.

Nos gusta ir a las fiestas y que la gente nos diga, «¿Y cada uno escribís un personaje?», la frase que más te repiten los profanos. Alguna vez te gustaría responder que sí, sólo por perpetuar esa leyenda tan antigua como absurda, tentación tan seductora como dar un nombre falso en Starbucks, «Remigia, tu frappe chai tea con soja light está listo». Otras frases que se suelen oír son «Si yo te contara la historia de mi vida…», «Yo creo que sería buen guionista porque a)me dicen que soy ingenioso b)me pasan unas cosas…» Y podemos porfiar todo lo que queramos acerca de esos comentarios, pero en realidad nos gustan. (Daría para otra entrada la facilidad con la que la gente cree que podría dedicarse a una profesión que exige cierta cualificación y según Pianista mil páginas, es como decir «Se me da bien el bricolaje, ¿Me dejas drenar el hematoma en tu cerebro?».)

Pero sí, nos gusta hablar de nosotros mismos, y este blog es la mejor prueba; nos gusta decir en qué serie trabajamos, aunque a renglón seguido te digan, «Esa serie era una mierda», que todavía si fuera en presente («es una mierda») te granjearía algo más de respeto. A veces, en una reunión social, cuando refiriéndose a ti alguien le dice a un tercero (o tercera) «Zutano es guionista», de repente, esa persona te mira de forma distinta. Pero esa atención sólo dura un tiempo. Luego somos perfectamente capaces de demostrar que somos tan aburridos como el que más. Tediosamente anodinos y preocupados por las mismas cosas que el resto de la gente.

¿Cuáles son esas cosas? Hablar incesantemente de nuestro trabajo, (al igual que hacen médicos, financieros o arquitectos), siempre comenzando con el ineludible «¿En qué andas?», frecuentemente seguido por dosis de cotilleo, quejas multidireccionales y del clásico estar harto de su jefe o de su jefa, algo tan español como El Corte Inglés o Zara. Cuando ese tema se agota, podemos hacer que nuestros amigos o parejas hagan viajes astrales mientras nos enzarzamos en el enésimo debate sobre si la serie «Sexo en Nueva York» es machista o por el contrario feminista, o sobre qué temporada de 24 es mejor, o sobre si escribir guiones es escribir literatura o no.

Nos creemos el solomillo pero en realidad somos los frutos secos de la sociedad. Nadie basaría su alimentación en nosotros, no somos huevos, ni pescado, ni agua, ni pan, ni siquiera garbanzos. Estamos bien para acompañar la vida, pero si hubiera que hacer una expedición rescatando a cincuenta personas del planeta Tierra para regenerar nuestra civilización seríamos los últimos de la fila. Los panaderos nos harían cortes de mangas desde las ventanas de la nave espacial.

Aunque en esa cola nos lo pasaríamos genial. «¿En qué andas?», empezaríamos a conversar animadamente.

ANALIZANDO AVATAR

Durante esta semana, y como prólogo al comienzo de mi curso de escritura de guión de Tv (que comienza el próximo lunes 9 de Mayo, todavía hay plazas) voy a postear algunos textos relacionados con la escritura y el análisis de guiones, algunos, como el de hoy, se han visto antes en Bloguionistas o en mi antiguo blog. Espero que os gusten.

¿Te gustaría escribir la película más taquillera de la historia? A mí también, y no sé cómo hacerlo. Pero quizá use algunos de los truquillos usados por James Cameron en Avatar en mi próximo guión.

Afrontémoslo: nos guste o no, Avatar ha seducido al mundo entero. Quizá no soy suficientemente moderna como para derribar el guión de la película, y además tiendo a respetar fenómenos como éste. Como dicen los más viejos del lugar: «Algo tendrá el agua cuando la bendicen.»

Soy de las que cree firmemente en el mandamiento wilderiano del «No aburrirás» y por lo tanto admiro a los soldados del entretenimiento. Dicho esto, disfruté mucho más con pelis como «Aliens» o «Terminator 2», y creo que el guión de Avatar no es una maravilla, pero si es hábil en algunos aspectos y sumamente didáctico para aquellos que quieran escribir guiones. (Spoilers de aquí en adelante.)

En concreto, «Avatar» construye toda su lógica sobre el paganismo.
En el primer acto, se hace un trabajo soberbio de construcción de una realidad futurista e inventada: el futuro de la humanidad en 2050, el mundo de Pandora, las reglas de los colonizadores, su interés en el unobtanio (un carísimo mineral), su controvertida relación con los ‘Navi, el funcionamiento del Programa Avatar. A Jake Sully, que va en silla de ruedas, le prometen piernas a cambio de proporcionar información a la fuerza militar, interesada en que los indígenas se larguen para poder explotar los recursos naturales de Pandora a gusto. Cameron presenta minuciosamente este universo, así como las reglas según las que funciona esta realidad inventada, proceso imprescindible en cualquier película de temática fantástica o paranormal.

El primer acto concluye cuando Jake, convertido en ‘Navi, se pierde después de sufrir el ataque de una criatura pandorina que le hace huir bosque a través. Poco después, perdido en la jungla, es avistado por Neytiri, una princesa ‘Navi que le apunta con una flecha. Neytiri tiene mucho carácter, sabe que es un intruso y quiere matarle. Está al tanto del programa Avatar y recuerda perfectamente (aunque esto se dirá después) como los humanos mataron a su hermana. En ese momento, aparece una especie de diente de león flotando en torno a Jake. Eso hace que deponga su arma. Ella le salva del ataque de una especie de perripanteras con toques de mono que quieren comérselo, y le reprocha que por su culpa haya tenido que acabar con la vida de algunos animales. Intrigado ante sus motivos, Jake pregunta por qué le ha salvado entonces. Neytiri le habla de la importancia del diente de león: es una señal divina que ha salvado su vida. Acto seguido, cuando está dispuesta a abandonarle a su suerte, una lluvia de dientes de león cubren a Jake. Una plaga de «Atokirinas», semillas del gran árbol, espíritus muy puros, provocan que Neytiri se lleve a Jake consigo para que Eywa, la deidad de los Ometicaya, decida su destino.

Estas atokirinas son fantásticas. En el diccionario del guionista, atokirina quiere decir «porque me sale de las narices». No hay ninguna razón para que la princesa ‘Navi le perdone la vida, y menos aún para que, odiando a la raza de Jake, le lleve consigo al corazón de su pueblo. Pero como Cameron ha sembrado la espiritualidad de esta tribu, una simple pelusa consigue lo que de otro modo sería imposible: hacer que cuele algo totalmente ilógico.

Puede que esto os parezca burdo, pero todos (o casi todos) nos lo hemos zampado. Y el mecanismo por el que Jake se convierte en el discípulo de Neytiri es idéntico. Su madre, que detenta poderes chamanísticos, Mo’at, interpreta la voluntad de Eywa: es mandato divino que le dé clases al intruso para conocer la naturaleza humana. Y por eso, la pobre Neytiri se ve obligada a cargar con Jake y enseñarle los usos y costumbres del lugar. Todos juntos: porque me sale de las narices. Incluso Grace, la cientifíca interpretada por Sigourney Weaver, dice cuando Jake regresa a la cabina: «Por razones que no puedo entender, los Ometicaya te han escogido a tí para enseñarte su civilización». En esto habría dos posturas. La primera reside en creer que comentar lo inverosímil atenúa la pifia, y la segunda, que es mejor no decir nada para atraer la atención sobre puntos débiles del guión.

Así, el torpe marine se ve dentro del clan Ometicaya, aprendiendo cómo montar en sus caballos raros, y volando en sus vistosos dragones, que son como Fuyur puestos de speed. Aprende la conexión neuronal entre la cola de los ‘Navi y las criaturas de Pandora, que por cierto está a un paso de la zoofilia, y se va convirtiendo en un experto guerrero, incluso ganándose paulatinamente el respeto de la tribu, y claro, el amor de Neytiri. Entre tanto, le hablan de Toruk Macto, el abuelo de su chica, que fue escogido por una criatura mítica, Toruk. Se trata de un animal sagrado, cuyo aspecto es similar a los dragones que emplean para volar y cazar, solo que es infinitamente más grande, poderoso e indomable. Este bicho que idolatran escogió a su abuelo, el Señor Macto, para que montara a sus lomos, y así unir y defender a los clanes ‘Navi en tiempos de gran dolor. Ahí queda eso.

Poco después, la doble vida de Jake termina por conducirle a una situación irreversible y trágica. La información que ha ido pasando a los humanos ha favorecido un ataque sobre la civilización que ahora es la suya, y una terrible amenaza se cierne sobre el pueblo ‘Navi. Jake confiesa sus pecados y les ruega que se larguen de allí, pero los Ometicayas no piensan abandonar el gran árbol de las almas, la gran fuente de pelusas sagradas. El primer ataque de la raza humana acaba con la vida del padre de Neytiri, muchos indígenas muertos y el poblado devastado. Jake es repudiado por su amada, por todos los miembros de la tribu que le ha acogido, y es considerado responsable directo de su exterminio.

En otras palabras: Jake, estás **dido. ¿Qué puede hacer Jake ahora?, se pregunta el espectador. No tenemos ni idea de qué puede hacer Sully para salvar al mundo, ni para recuperar el amor de su chica y el respeto de su pueblo, que lógicamente le odia. Su relación con los seres humanos, que ya han visto cómo ayudaba a los indígenas, tampoco es mucho más cómoda, a excepción de un grupo de científicos locos que le apoyan.

En este punto James Cameron levanta la vista del teclado y se dice, vale, y ahora qué hago. «Tirar de paganismo otra vez», piensa, «a ver si cuela». Y escribe:

Jake Sully va con su dragón, vuela por encima de un Toruk que pasaba por allí, y se le tira en plancha.

En otro insólito -y traído por los pelos- giro de guión, Sully aparece ante la tribu como el sexto jinete escogido por la divinidad desde los tiempos de las «primeras canciones», el Toruk Macto que llega para liderar la resistencia ante los invasores. Así, por las buenas, cambia una vez más el signo de las relaciones entre el protagonista y los ‘Navi. Ir a lomos de Toruk no sólo borra su traición y el dolor y destrucción causadas por él, sino que además provoca que todos le reconozcan como líder.
Así comienza el tercer acto que culminará con el triunfo de los ‘Navi y con Jake abandonando su envoltorio humano para convertirse en un Ometicaya para siempre gracias al poder mágico del Árbol de las Almas, en un último pleonasmo del paganismo.

Cameron ha manejado dos técnicas bastante elementales a la hora de escribir guiones que le han permitido salirse con la suya razonablemente bien, sobre todo si tenemos en cuenta el éxito arrollador de la peli. Estos recursos son construir reglas para los universos ficticios (si lo hacemos bien, como hemos visto, casi cualquier cosa puede colar) y sembrar la información con la antelación suficiente para camuflar en lo posible el impopular y apedreado deus ex machina.

Si tenéis curiosidad, podéis descargar el guión de Avatar en inglés aquí. Además, podréis leer algunas escenas que no llegaron a la película. Veréis que, independientemente de que os guste o no, es un guión minuciosamente escrito y que no deja absolutamente nada a la improvisación; así comenzó la andadura de la peli que ha revolucionado la industria del cine.

Y todo empezó con una pelusa.

EL TEST DEL BESTSELLER?

por Ángela Armero

Hace muchos años leí un libro llamado «Cómo escribir un bestseller», de Albert Zuckerman, representante de escritores de éxito global como Ken Follett. Supongo que él no sabría escribirlo con sus manitas pero que sí tenía capacidad para observar las características de los super éxitos concebidos por algunos de sus clientes.

Y sí, lo leí porque casi todo guionista alberga la fantasía de convertirse en novelista, pegar un pelotazo y ser millonario y vivir recluido en algún paraíso terrenal, siguiendo el ejemplo de Dan Brown, Arturo Pérez Reverte (cuya valentía para decir siempre lo que se le pasa por las narices en mi opinión tiene mucho que ver con la fortuna que -con justicia- ha amasado con sus libros) o Carlos Ruiz Zafón, del que se dice que es guionista pero en imdb no tiene créditos (miento; tiene créditos como «Himself».) Escribir tus obras, a tu aire, desayunando zumos de frutas tropicales que no sabes ni cómo se llaman, mientras te pasas el año con un bronceado perfecto y alguien, ahí abajo en la ciudad se pelea a muerte por conseguirte los mejores contratos.

Sí, no seáis mentirosillos, todos lo hemos pensado alguna vez. Esta es la variante materialista (me acuso) y luego está la variante intelectual, en la que no te compras una isla en el Pacífico pero te ganas el respeto literario y personal porque escribes novelas y no televisión o cine, que en teoría tiene más lustre pero que es más vilipendiado popularmente por la «opinión pública».

La variante intelectual tiene varias pegas. Al igual que los bestsellers, requiere originalidad, trabajo duro, disciplina, pero también un estilo personal y muchísimo talento. (Con esto no digo que escribir un bestseller sea más sencillo, sino que muchas veces éxito en ventas y calidad no van de la mano).

Y luego hay otra pega que se da de tortas con el sueño del pelotazo: las novelas están muy mal pagadas. En una editorial independiente, un guionista medio cobraría la mitad de su sueldo mensual por escribir una novela. Y no conozco a muchas personas que escriban una al mes. Por eso es imposible vivir exclusivamente de la literatura, si no se es un titán de las ventas como los que he mencionado arriba. Similarmente, me comentan que cada día es más complicado vivir de escribir solo para el cine.

Y por supuesto hay una pega más grande que todas las anteriores: que escribir guiones y escribir novelas son habilidades diferentes. Pero hablar de las diferencias entre uno y otro género corresponde a otro día y a otra persona, porque yo he venido a hablar de las preguntas de Zuckerman (y además no sabría responder).
Para no aburriros con un resumen del libro, me limitaré a consignar las preguntas que hace su autor para determinar si tu material, libro o novela, tiene posibilidades de pegar un pelotazo literario o fílmico. Y no es ninguna tontería. Pensad que algunos bombazos cinematográficos (Parque Jurásico, Alatriste, El Código Da Vinci) empezaron como bestsellers.

PREGUNTAS DE ALBERT ZUCKERMAN

1. ¿Lo que está en juego es algo «monumental»?

2. ¿Tengo personajes «más grandes que la vida», capaces de hacer cosas extraordinarias, como Escarlata O’Hara o Don Corleone?

3. ¿Se puede sintetizar el impulso de mi novela en una pregunta dramática sencilla pero fuerte?

4. ¿El conflicto está articulado con algún «high concept» (según el autor «premisa radical y un poco extravagante»)?

5. ¿El espectador tendrá alguna implicación emocional con algún personaje?

6. ¿Se desarrolla en un ambiente insólito o excitante?

Hagamosle el «test» a la serie «24«, a ver si lo supera.

1. La paz mundial, las vidas de millones de personas, la vida del Presidente de EEUU, según temporada, como la lubina.

2. Jack Bauer es muy grande y desde luego muy capaz de hacer cosas muy asombrosas.

3. ¿Logrará Jack salvar el mundo? (A partir de la segunda temporada añádase la coletilla «Otra vez»?

4. Hay un high concept clarísimo: la narración en tiempo real.

5. Jack es en varios momentos marido, amante, viudo, vive cómo su hija está en peligro, las novias le duran solo un día, también pasa por una adicción a la heroína, le acusan injustamente, le inoculan un virus mortal, se lo llevan los chinos en un barco, matan a amigos suyos, por su trabajo ha de renunciar a su vida personal y a veces a su identidad… Como para no empatizar con él en algún momento.

6. Sí, ambientes cercanos al poder militar y político o al terrorismo internacional, entornos normalmente vedados al común de los mortales, donde los secretos, las traiciones y las conspiraciones están a la orden del día.

«24» no surge de una novela, sino de las mentes de los guionistas Joel Surnow y Robert Cochran y lleva años cosechando un éxito planetario. Ya va por la octava temporada, que creo que es la última. En mi opinión, cumple todos los requisitos de Zuckerman. No creo que nadie deba tomarse muy en serio el test, salvo quien realmente desee escribir un bestseller mundial; pero sí creo que esas preguntas dan una orientación sobre aspectos fundamentales que pueden ayudar a mejorar un guión con vocación comercial: incluir un high concept, manejar una premisa clara y potente, tener un protagonista con el que sea fácil empatizar, estar emplazado en un entorno fuera de lo común. Por ejemplo, estas cuatro condiciones las reune una de las pelis españolas más exitosas de los últimos tiempos: CELDA 211.

Espero que las preguntas de Zuckerman os sirvan de algo; si es para escribir un bestseller, por favor acordaos de quién os las sopló.

HOSPITAL CENTRAL: PEQUE?A ENTREVISTA CON VER?NICA FERNÁNDEZ

 

Aquellos que seais seguidores de Hospital Central, la serie más veterana de la televisión en España, sabréis que su nueva temporada se ha iniciado hace dos semanas. Pensaba escribir un escueto post para comentaros que mañana día 2 de Marzo se emite el tercer episodio, titulado «Laura», que ha escrito una servidora, pero ya puestos, me ha parecido más interesante hacerle una pequeña entrevista a la coordinadora de la serie, Verónica Fernández.

Verónica, al menos dentro del mundo del guión, no necesita que la presenten mucho; su carrera es una de las más brillantes y prolíficas de la televisión en España; ha escrito y coordinado varias series; tiene un Goya por la escritura de «El Bola»; ha publicado novelas, y también obras de teatro. Ella es así, una todoterreno del guión. Además yo puedo decir que me ha dado clase (también es profesora en la ECAM y en la Carlos III) y que he trabajado con ella. Como no quiero ponerme cursi, simplemente diré que es una suerte que Verónica se cruce en tu vida.

¿Cómo se aporta una visión personal a una serie tan veterana?

Uno aporta su visión a las cosas aunque no quiera. Si eres inteligente o rico al final se te nota y si eres estúpido o pobretón también. Yo intenté ser respetuosa con la serie, con sus espectadores. Le he dado cariño, tiempo y trabajo. No sabía qué más podía darle.

¿Qué es lo que más te gusta de Hospital Central? ¿En qué es diferente esta nueva etapa?

Lo que más me gusta es poder contar historias que emocionen y Hospital te permitía contar muchas porque en la mayoría lo que hay en juego es la vida. Esta nueva etapa es un poco diferente porque yo la he hecho a mi manera. Intenté intensificar las tramas reduciendo su número y llevé a los personajes por otros rincones, más de mi estilo.

¿Qué medio prefieres como escritora?

Dame un ordenador (si puede ser Mac, mejor) y me pongo a volar. Disfruto la libertad del teatro porque la palabra lo es todo, es poderosa. Disfruto de la novela porque no hay nadie de producción que te presione para no meter más exteriores. Disfruto del cine porque todavía me emociona ver una pantalla gigante y un montón de gente callada escuchando lo que uno ha escrito. Y disfruto de la tele, mucho, mucho, porque tiene mi ritmo vital, estresante, divertido, trágico y terriblemente volátil. Así que no prefiero ninguno, ¿tengo que elegir?

¿Cómo ves la tele española actualmente? ¿Y el cine? Se dice, se comenta, se rumorea que pronto podremos volver a ver algo tuyo en la gran pantalla.

No sé cómo veo la tele. Creo que cada vez sé menos del medio y eso lo hace poderosamente atrayente. Ahora triunfan series de grandes e impactantes enunciados, pero creo que siempre volveremos a modelos más clásicos: series de médicos, de policías, familiares? Creo que hay modas y, como todas las modas, son pasajeras. Tengo proyectos de cine de los que no puedo hablar, ya sabes, para no gafarlos.

Conocemos tu faceta de profesora en la Ecam. ¿Qué es lo que les dices a los que empiezan?

Les digo que escriban, que escuchen a los que van con ellos en el metro, que lean el periódico buscando historias, que son guionistas las veinticuatro horas del día como los policías o los bomberos, que tienen que estar siempre alerta. Intento transmitirles que somos afortunados por tener el mejor oficio del mundo. 

Bueno queridos, espero que veáis la serie y que os guste. En esta temporada se ha tirado la casa por la ventana y estos capítulos son espectaculares y sobre todo muy emocionantes.  Miércoles a las 22.30 horas en Telecinco.

COMO ESCRIBIR UN DOCUMENTO DE VENTA

De Bloguionistas

Hola,
Soy una guionista argentina que los lee a diario.
Hace 10 años trabajo en este oficio, el último año sobreviviendo gracias al cine y algo alejada de la TV (lo último que hice, aunque no lo crean, fue adaptar para la TV local «Aqui no hay quién viva»).
Ahora estoy escribiendo un proyecto para una serie con el fin de presentarla a un productor independiente que se interesó por la idea. Por ahora no se trata de una biblia, sino de una presentación.
Mi pregunta es: cuánta información y qué extensión debería tener esa presentación?
Mi experiencia me demostró que los productores no son grandes lectores. Considerando eso, un storyline, breve descripción de personajes, síntesis argumental, y propuesta narrativa es mucho? Es poco? Existe un standard o un formato?
Saludos desde el sur de américa del sur,
JT.

Hola JT:

Intentaré responder tu pregunta desde mi experiencia, sin afán de que sea algo absolutamente cierto, ya que para temas como estos no hay reglas matemáticas ni una sola forma de hacer las cosas.

Es verdad que entre una hoja explicando de qué va una serie y una biblia completa hay un formato que a mí personalmente me gusta mucho. Tú lo llamas «presentación» y yo lo llamo «documento de venta.» Es verdad que una Biblia es también un documento de venta, pero por alguna razón cuando yo me refiero a estas presentaciones pienso en un texto de 10 a 30 páginas que contenga todo lo que es relevante para conocer mi serie.

Antes de profundizar en cómo (creo yo) deberían ser estos documentos, os contaré por qué me gustan tanto. Porque escribiéndolo te da la oportunidad de profundizar en tu idea y de forzarte a escribir por qué alguien debería comprarla. Es decir, tienes que convencerte a tí mismo para poder convencer a otros.

Además, si bien la concreción puede requerirte mucho tiempo y autoexigencia, siempre será te ocupará menos que escribir una biblia clásica con las continuidades, la exhaustiva relación de personajes, las sinopsis de los capítulos… Es mucho mejor intentar despertar un interés previo con un documento más manejable (y también más abierto, lo cual puede ser visto como una ventaja por muchos productores o cadenas de televisión) que arriesgarse a hacer un ingente trabajo sin tener ninguna certeza.

Otro atractivo de los documentos de venta es que, si bien muchas veces no te servirán de nada (como la mayoría de los materiales que llegan a las productoras, por otro lado), sí te proporcionan un vehículo para demostrar tu valía y profesionalidad. Si tienes buenas ideas y sabes venderlas, aunque tu serie no les encante, puede que te den una oportunidad. Yo conseguí trabajar en un drama semanal gracias a un documento de venta de una serie que jamás se hará, iba sobre artificieros de la guardia civil (esto ocurrió varios años antes de «The Hurt Locker»; le llamaremos «Bombazo«) y sin embargo esa idea fue providencial para mí.

A la hora de crear uno de estos dos documentos, para mí hay dos cosas muy importantes.

1. Como dice Mamet, el trabajo del dramaturgo es hacer que el lector quiera seguir leyendo. Cuida todas y cada una de tus palabras, así como el aspecto de lo que envías. Sé interesante. Pica el interés con alguna premisa y no lo expliques todo. Sé ladin@ y refuerza o apóyate aquello que es mejor de tu proyecto y pasa de puntillas por todo aquello más manido o menos interesante.

2. Busca la forma de hablar de todo aquello que para ti singulariza la serie, todo lo que la define, intenta escribir una destilación afortunada del proyecto. Si quieres, puedes verlo como una Biblia en miniatura. Puede tener varios, alguno o ninguno de los apartados que contiene una Biblia, pero yo personalmente siempre incluyo apartados como:

-¿QU? ES BOMBAZO?DEFINICI?N.

Una explicación sucinta del proyecto, que debe hablar del TEMA de la serie y del ARGUMENTO de la serie. No es lo mismo. El argumento de Friends es la convivencia de seis amigos y el tema es la amistad y el amor en la juventud. The Wire retrata la convivencia de los dos lados de la ley en Baltimore y ése es su argumento. En cambio, su tema es la corrupción. En la definición de tu serie puedes incluir una  FICHA para mayor claridad. Por ejemplo:

«BOMBAZO»

PERIODICIDAD: SERIE SEMANAL DRAMÁTICA

13 EPISODIOS

DURACI?N: 70 MINUTOS

G?NERO: ACCI?N / THRILLER

REFERENTES: «24», «NCIS», «KING AFRICA»

-BOMBAZO- DETONANTE.

Explicar qué evento, si es que hay alguno, hace que el universo que has creado se ponga en movimiento. (Ejemplo; la llegada de Rachel vestida de novia al bar en Friends.)

-BOMBAZO – PILOTO.

Puede redactarse conjunta o separadamente del apartado anterior, pero una sinopsis del primer episodio puede ayudar a vender (siempre que estés segura de tu piloto.)

-BOMBAZO – PERSONAJES

Aquí se tendría que describir de forma atractiva la personalidad de los protagonistas y si quieres de los secundarios, por ejemplo los que sean relevantes para la serie de alguna manera.

-BOMBAZO – PRIMERA TEMPORADA

En este apartado, podrías incluir una sinopsis muy a vista de pájaro de qué va a suceder en la season one de tu proyecto. (Lógicamente, todo lo que no se tenga o no esté muy aquilatado, es mejor no incluirlo.)

-BOMBAZO – ESCENARIOS

Una descripción somera de los escenarios en los que se va a desarrollar tu serie. Esto ayuda si son pocos y baratos. Si son muchos y caros, es añadirle riesgo a la propuesta, y por tanto deberías dejarlo para más adelante.

-BOMBAZO – MEMORIA EXPLICATIVA

La memoria explicativa ya ha salido en bloguionistas y creo que el Pianista lo explica de maravilla. Yo creo que se trata de glosar en un tono más solemne y persuasivo los ángulos más competitivos de tu proyecto. Puedes «venderlo» desde lo actual que es cierta temática en este momento, por el éxito de series de temática similar, porque por alguna razón para tí es muy importante… Esta es la parte donde tienes que vender algo que parezca realmente valioso para tí.

He visto documentos de venta con MEMORIAS DE PRODUCCI?N, que es lo mismo pero describiendo un planteamiento de producción atractivo, basado en pocos escenarios, en el uso de determinados medios técnicos, de actores poco conocidos, de la posibilidad de tener patrocinadores… Pero yo no soy muy fan de ese apartado puesto que no es tarea de los guionistas intentar vender sus ideas por lo baratas que son.

Como os digo, se pueden meter todas esas categorías o ninguna; se trata de crear un documento con dos objetivos: seducir y presentar.

Un documento de venta debe ser breve, conciso, visualmente atractivo, original y sobre todo debe inducir el deseo de saber más.

Espero que os haya sido de utilidad. Mucho ánimo para desarrollar vuestras ideas.

POR QU? ME GUSTA «LA RED SOCIAL»

Sí, ya sé que no he sido la más rápida en ver algunos ya consideran la peli del año pasado. Precisamente fui con dos personas, E. y G., y sólo encontramos una sala para verla en versión original. Eso sÍ; estaba llena. Antes de empezar, aviso de que esta entrada contiene ESPOILERS sobre la película.

«La Red Social» trata de la creación y expansión de «Facebook». Se centra en los conflictos que su creador Mark Zuckerberg tuvo con su mejor amigo y cofundador Eduardo Saverin y con los hermanos Winklevoss, que quisieron contratarle como programador para una web parecida y que acabaron acusándole de robar su idea. El guión, escrito por Aaron Sorkin, se basa en el libro de no ficción de Ben Mezrich «Millonarios por accidente: El Nacimiento de Facebook».

La película esta estructurada entre los despachos judiciales y el pasado, o sea que se podría decir que «La Red Social» habla de los problemas legales de Zuckerberg. Ese es el argumento, pero no el tema. La lucha judicial en torno a Facebook es el vehículo para hablar de muchas cosas, pero sobre todo de una. Pero voy por partes.

-Facebook es uno de los símbolos más elocuentes del presente. David Fincher es un director que se atreve, intelectual y técnicamente, a hacer un cine moderno, en el sentido de que es muy representativo de la realidad y de cómo la sociedad cambia. Harvard, a principios de la década pasada, es el caldo de cultivo lógico para una web basada en el clasismo, la exclusividad y la intrusión de la intimidad. Un mundo repleto de inteligencia y creatividad donde los seres humanos como Zuckerberg viven aislados dentro de la comunidad.

-Mark Zuckerberg es, por tanto, la esencia de Facebook. Un joven que se comunica con las máquinas y no con las personas. Un chaval tan brillante como social y emocionalmente inútil. La red social es un arma para que los inadaptados logren integrarse en la sociedad. Mark Zuckerberg es un pringado que quiere ser del club de remo. Mark Zuckerberg es un solitario que quiere que la gente (y especialmente su ex novia) le quiera.

-«La red social» utiliza la creación y el gobierno del imperio Facebook para hablar de la soledad de un tío. La peli, creo yo, es un retrato moral de un sujeto bastante antipático pero con el que compartimos suficiente como para empatizar y sentir que hay un poco de ese chaval en cada uno de nosotros. Y eso explica no sólo el éxito de su web sino también de la película.

Por otro lado, a mis acompañantes les pareció que había poco en juego y no empatizaron nada con Zuckerberg. A mi me encantó porque creo que este «biopic judicial» contiene mucha verdad, y creo que lo que hay en juego es muy importante. La peli comienza con la ruptura entre Mark y su novia y acaba con el chico, pasando la noche en un bufete de abogados, enviando una solicitud a su ex para que sea su amiga. Es una parábola perfecta, una ironía sensacional que el fundador de Facebook sólo tenga un amigo (Saverin) y que lo pierda; que el génesis de su idea sea originalmente fastidiar a su ex y que al final su web sea un puente que tiende a la desesperada para retomar el contacto con ella.

¿Qué es lo que hay en juego? Saber si Mark Zuckerberg dejará de estar solo. Saber si gracias al éxito tendrá la aceptación y el cariño de los demás. Porque algo en lo que se hace mucho hincapié en la película es que no lo hace por el dinero, por tanto, lo hace por los demás, porque le importa lo que los otros piensen de él. Su trama en relación con Sean Parker, el fundador de Napster, es un espejo de lo mismo: un pringado seducido por una personalidad «cool». Ser amigo de Parker significa estar conectado con la comunidad, ser un miembro válido, poder entrar en la fiesta.

Está claro que si no empatizas con él, en ese sentido la peli falla. Tiene el mérito de hacer una presentación honesta: Zuckerberg es un imbécil en la escena uno, y en las siguientes, aunque conocemos su brillantez, humanamente no mejora demasiado. Pero su anhelo -no estar solo- le conecta con la sociedad actual y sobre todo y mucho más importante con el espectador. O la espectadora, como me sucedió a mí al 100%. Por otro lado, el personaje es fascinante. Una mezcla de estupidez, arrogancia, marginalidad, inteligencia, creatividad, egoísmo e infantilismo.

Por todo esto el qué de la película me convence totalmente, pero también me parece que el cómo es impecable.

Fincher toma decisiones muy valientes a la hora de crear el mundo del film. Por ejemplo: cualquier director más convencional hubiera utilizado un look más naturalista o incluso colorista a la hora de contar una historia que sucede en una universidad prestigiosa, llena de gente lista, pero también rica y joven. Darle una ambientación más «feliz» hubiera sido una elección muy comprensible, pero Fincher y su director de fotografía Jeff Cronenweth envuelven ese mundo en una atmósfera tenebrosa y casi siniestra, con luces mortecinas y espacios vetustos, donde existe la belleza pero siempre de una forma superficial y donde las mismas jerarquías que rigen el mundo adulto son incluso más severas que las que allí operan.

Esta decisión de darle un aire tétrico también está presente en la partitura de Trent Reznor, (líder de Nine Inch Nails) junto a Atticus Ross. La puesta en escena es sencilla pero muy elegante y salvo en la escena de la competición de Remo (que es bastante peculiar dentro del conjunto) está completamente al servicio de una historia fantásticamente escrita y de unos actores geniales.

Por último decir que me ha gustado tanto que lo primero que he hecho al salir del cine es buscar las caras de los protagonistas de la historia.

Y ahora que ya he dicho todo lo que se me ocurría, voy a ver qué decía Daniel Castro en Bloguionistas y lo que dijo Escrito Por.

¿Vosotros qué opináis?


Algunas curiosidades de la peli:
No hay dos gemelos así de guapos, los dos son interpretados por Armie Hammer y un modelo de Ralph Lauren al que se le puso la cara del actor digitalmente. Esto también se combinó con el clásico trabajo de pantalla partida.
El perfil que se abre Zuckerberg para discutir sobre la clase de Arte está hecho a nombre de «Tyler Durden», el personaje de Brad Pitt en «El club de La Lucha».
Sólo Justin Timberlake conoció a su personaje real quien dijo que el Sean Parker de la peli es muy lejano al real.
Jesse Eisenberg se abrió un perfil en Facebook al iniciar la peli y lo cerró cuando ya estuvo concluida.
La peli fue rodada con cuatro Red Ones- dos de ellas prestadas por Steven Soderbergh.