LO MEJOR DE 2011


Es de buen bloguero y de buena bloguera hacer una recopilación de lo más interesante del año que acaba. Bueno, no sé si es bueno, en mi caso es una especie de tradición y pienso cumplir otro año más. Sirva como aviso que en estos últimos doce meses no he ido mucho al cine y aunque sí he leído mucho y visto muchas series, las he consumido de forma desordenada y anárquica, y desde luego ni he visto todo lo que «había que ver» ni leído todo lo que «había que leer». Habrá, por tanto, omisiones importantes de las que me gustaría ser avisada en los comentarios.

TV

2011 ha sido, sin lugar a dudas, el año de Entourage, sobre todo para mí, que me he visto las ocho temporadas casi del tirón. No es una serie brillantísima pero si se es un poco mitómano y aficionado al cine dentro del cine, como lo soy yo, Entourage es una adicción absoluta; sus personajes, sin ser muy profundos, sí logran que les tengas cariño y que empatices con sus absurdos problemas de niños ricos en Hollywood. Algunos capítulos, como el de Cannes, Sundance o el de Vinnie Chase en el Pressing Catch son míticos.

He seguido viendo Big Bang Theory, y The Good Wife. La segunda temporada era mejor que la primera, y ésta también es mejor que la anterior. A Julianna Margulies se le reprocha su hieratismo pero yo creo que es un modelo bastante cool de mujer, sobre todo ahora, que hace casi todo lo que le viene en gana. También ha sido el año de despedirme de Jack Bauer: la octava temporada no es nada especial, pero como siempre, se deja ver, y tiene un final bastante emocionante.

La cuarta de Mad Men es simplemente sublime, de lo mejor que he visto nunca. La quinta de Dexter está muy bien, pero estoy a punto de terminar la sexta y me está decepcionando. Ayer terminé la primera temporada de American Horror Story, y aunque no me enloquece, sí salvaría al personaje que interpreta Jessica Lange, es fantástico y ella está enorme. Entre los descubrimientos, «The Killing» y «Downton Abbey«. Y no, no he sucumbido a Juego de Tronos. Lo siento, me quedé en el cuatro. (Aquí una entrada que escribí sobre series.)

CINE

CISNE NEGRO, de Darren Aronofsky, me encantó. Me parece una de las películas más hermosas y perturbadoras que haya visto jamás.

SUPER 8, aunque está lejos de ser una peli perfecta, me gustó mucho y me trajo bonitos recuerdos de otra época. (Aquí lo que escribí en su día.)

MIDNIGHT IN PARIS. La vi dos veces en el cine: tiene mucho encanto.

LA BODA DE MI MEJOR AMIGA: Excesiva en muchos sentidos, pero una gran comedia con sentimientos.

MARGIN CALL. La mejor peli sobre la crisis que he visto hasta el momento.

LA RED SOCIAL, de David Fincher y con guión de Aaron Sorkin, una maravilla. (Aquí mi análisis.)

MIENTRAS DUERMES, mi peli española favorita del año.

TOSTONAZOS INSUFRIBLES: La última de los piratas del Caribbean. Pequeñas Mentiras Sin Importancia. Resacón 2.

LIBROS

De lo que he leído este año me quedaría con «Corazón tan Blanco» de Javier Marías, «El Final del Amor», de Marcos Giralt, «Un momento de descanso» de Antonio Orejudo, «Todo está perdonado», de Rafael Reig, «Réquiem Alemán» de Philip Kerr, «Sin Destino» de Imre Kertesz y sobre todo, con «HHhH», de Laurent Binet y «Crímenes» de Ferdinand Von Schirach.

Por último os confieso mi última afición, que es algo tan simple como hacer fotos con el Iphone. Incluso me he abierto un blog en el que las voy colgando. Es éste.

Ah, y por supuesto, os deseo un ESPL?NDIDO 2012 a todos.

DE FESTIVALES: CORTOS CON E?E Y PREMIO DEL JURADO EN EL BARB?

 

El viernes pasado «Entrevista» ganó el premio del Jurado en el IV Festival de Cortos del Barbú; «Inmóvil», dirigido por Helio Mira, se hizo con el premio del público. Esta es una foto de la primera proyección a la que asistió el genial Luis Callejo, and friends.

Aprovecho para darle las gracias a todo el equipo que hizo este corto del que creo que todos nos sentimos orgullosos. También es estupendo ver que en el circuito hay muchísimo cortos de gran calidad, como por ejemplo, «Akerbeltz, Las brujas y el Inquisidor» de César Urbina, o la trilogía «Cásting», de Jorge Naranjo, que vi en el otro festival al que acudí la semana pasada, «Cortos con Eñe», en el que José Luis Mora y compañía destilan auténtico entusiasmo por el cine. Un lujo estar presente en los dos. Casi me dan ganas de hacerme otro corto… Ja, ja, ja!

Nuestro próximo pase será el jueves 8 de Diciembre en el Festival «Almería en Corto». Para más información, pinchad en el enlace.

LETIZIA NO TIENE QUIEN LE ESCRIBA

He leído con mucho interés el libro «Las Dudas de Hamlet, Letizia Ortiz y la transformación de la monarquía española», de Miguel Roig, publicado por Ed. Península.

Es un ensayo sobre el significado de la figura de la princesa y del porvenir de la monarquía no tanto a partir de la realidad o del relato oficial que envuelve a la pareja real sino de la identidad de Letizia Ortiz, creada a partir de las múltiples historias, enfoques o «cuentos» que la envuelven. Es también una reflexión sobre el valor de las historias como técnica infalible para vender cualquier cosa, instituciones, personas, coches. Como cuenta el autor de «Storytelling» Christian Salmon en su estupendo prólogo: «La «novela» de Letizia Ortiz no se reduce, por tanto, a un cuento de hadas de una cenicienta ennoblecida por la magia del amor de un príncipe; la experiodista accede ciertamente al estatus de princesa por su matrimonio, pero aportándole una notoriedad adquirida en las pantallas de televisión, hace que la monarquía acceda a la modernidad mediática. Redora el blasón que envejecía. El matrimonio principesco resulta ser una sorprendente operación de rebranding.»

Roig reflexiona sobre esa imagen caleidoscópica de la princesa y la familia Real; el origen a la vez plebeyo pero también mediático tiene el poder de transformar la imagen de la Monarquía, de unir al pueblo con las élites, aunque a ciencia cierta no se sepa si esa potencialidad será ejercida o no. Cuenta que «el perfil de Letizia Ortiz se va articulando sobre los relatos que se acumulan para quedarse de momento en la historia y desde allí prodigarse, en el que cada uno de nosotros podamos construir sobre ella.» Plantea que la princesa es como «el personaje de una novela moderna y lo que más nos interesa de ella es lo que aún no está escrito».

Fantástico libro jalonado de pensamientos brillantes, con múltiples referencias culturales de todo tipo, desde las más clásicas a las más recientes, «Las Dudas de Hamlet» es una extraordinaria indagación sobre la transformación de la monarquía a través del tiempo, la economía y la multiplicidad de puntos de vista del mundo digital, protagonizada por Letizia Ortiz, presentada como un misterioso personaje perdido en su destino a la que el autor supone «en busca de autor».

Aquí podéis leer el primer capítulo.

MI ANÁLISIS DE AMERICAN HORROR STORY

por Ángela Armero

He visto algunos capítulos, cinco o seis, de American Horror Story, serie que rápidamente se ha convertido en una de las sorpresas de la temporada. En una noche singularmente aburrida, llegué a verme hasta tres, así que puede decirse que me he asomado al terreno de la compulsión en lo que a este serie se refiere.

Y lo más intrigante, o terrorífico de todo, es que ni siquiera sé si me parece buena o me parece un despropósito total.

Sé que me atrae, pero no sé si a la manera de un buen libro de cuentos de terror, como los de Poe, Maupassant o Stephen King, o si la considero el equivalente audiovisual a la comida rápida, una especie de corrupción agradable de disfrutar y fácil de olvidar.

«American Horror Story» es un pastiche de varias referencias en lo que lo único que resulta rompedor o nunca visto es la propia mezcla en sí.

Es una amalgama perturbadora de personajes, géneros y subgéneros del terror, pero también contiene elementos melodramáticos (la propia relación del matrimonio protagonista es bastante culebronera), una carga sexual importante y una buena dosis de narrativa metalingüística apoyada tanto en las películas de terror de todos los tiempos, los clásicos literarios, las leyendas urbanas, como en las tragedias de todos los tiempos de la sociedad de Estados Unidos, en las matanzas en los institutos, en crímenes «históricos» como el de la Dalia Negra o en la figura de los asesinos en serie que siembran sus jardines de cadáveres.

Creo que desde el propio título, «American Horror Story» ya se anuncia esa intención de englobar todo aquello que da miedo a ese país, cuya cultura audiovisual y social el resto del planeta tenemos tan asimilada. Me imagino que la autoironía del planteamiento disculpa lo evidente de la mezcla, de la capacidad de ser bastante burdo y arriesgado, incluso ridículo en ocasiones. Me resultan bastante chocantes los guiños a Scream (la gran casa, la adolescente sola, las llamadas de teléfono, el asesino que se mete por arte de magia) porque se percibe la parodia u homenaje a la peli pionera en el tema de comentar la narrativa y la mecánica del slasher; la parodia de la parodia. Por lo tanto, se podría pensar que AHS una muñeca rusa tan irónica como enfermiza.

Si nos gusta esa serie (o si nos parece bizarra y burda, pero no podemos dejar de verla) es porque quizá hayamos establecido una complicidad a través de la repetición de las mismas imágenes, los mismos códigos, los mismos símbolos que son nuestra historia de terrores personales.

Estas son algunas piezas «repetidas», algunas presentadas de forma obvia y otras con mayor sutileza: (en las fotos, hay espoilers de los capítulos 1-6 de la primera temporada.)

-La cabecera remite de forma bastante directa a la de Seven, la música también es de Nine Inch Nails.

-La casa es la clásica «Casa Encantada» de toda la vida. (Otra vuelta de tuerca, Los Otros, House on Haunted Hill, Al final de la escalera, El Resplandor.)

-Las gemelas y los gemelos.

-La semilla del diablo / La Sra. Harmon embarazada.

-Elephant, de Gus Van Sant. / Tragedia en el Instituto.

-Frankenstein

-Scream.

-Candyman / Piggy, piggy, piggy. (Capítulo 6.)

Y por supuesto habrá muchas más que no habré cazado o/y que estarán en los siguientes capítulos. AHS es un producto típico de su época. Un momento en el que los remakes, las sagas, las precuelas inundan las salas; un tiempo en el que ni siquiera lo nuevo es realmente nuevo. Por eso los elementos que utilizan para construir la ficción no son nuevos personajes o situaciones, sino retazos de otras historias que la cultura popular ha convertido en «clásicas» cuyo mosaico ofrece un producto paradójicamente muy novedoso.

Pese a todo sigo sin saber si me gusta o me parece un collage hueco. A lo mejor lo que más me seduce de AHS es que, de forma vanidosa y algo enfermiza es que veo al espectador consciente y educado dentro de cada capítulo.

Ese espectador soy yo. Y, al igual que un montón de personajes de la serie, entro en esa casa como si fuera al chino a comprar el pan.