Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Los años y los desengaños

El domingo cumplí 44 años. Cuesta creerlo.

Me fui a tomar el aperitivo con mi hija Anusca.

Estuvimos bebiendo cervezas (yo) y limonadas (Anusca) y dibujando. Ella me dibujaba a mí y yo a ella.

Mi hija y yo nos parecemos al menos en algo: somos capaces de entretenernos con cualquier cosa. Aburrirse, le repito (como me repetían a mí mis padres) es de tontos.

Luego nos fuimos a comer todos juntos, sólo faltaba mi hermana Columna, José Manuel y mis sobrinos Nieves y Rafael:

Hay gente que no se lleva bien con su familia, esos tipos que odian las Navidades, personas que se aburren con sus hermanos o a las que les parecen un suplicio las celebraciones familiares. Nosotros somos todo lo contrario. Desde pequeños nos divertíamos merendando juntos, la verdad es que nos partíamos de risa. En casa de nuestros padres, cuando éramos jóvenes, tuvimos que poner una enciclopedia en la cocina, porque nos encantaba discutir con el máximo rigor sobre asuntos de los que tuviéramos la mínima información posible.

No hemos cambiado mucho, ¿no te parece?

Con aquella vieja Larousse, las cenas se prolongaban hasta la madrugada, en animado debate sobre el Sacro Imperio, la física de partículas, los vasos campaniformes o la resistencia de los materiales.

Si había visitas, comprábamos merengues de postre y, a una señal secreta de mi padre, nos los tirábamos unos a otros a la cara.

Así las visitas, quieras que no, se relajaban bastante.

En fin. Me regalaron el último libro de Woody Allen, una novela de Updike, otra de Kenzaburo Oé, un par de DVDs, un dibujo a rotuladores de colores, una Torre de Piles de las que hace Paco en su casa de la playa y que habían logrado mi hija y mi hermana tener escondida durante un mes, no me explico cómo, la verdad.

44 años. Qué barbaridad.

Hablé por teléfono, como siempre, con el Orejudo. Su cumpleaños, el 1 de julio, marcaba el principio del verano y el final del curso. Íbamos con las novias a comer a la piscina, con filetes empanados y tortilla de patatas con pimientos. Luego, por la noche, acabábamos en algún tugurio de Malasaña trasegando whisky. Mi cumpleaños, en septiembre, marcaba el final del verano y el comienzo de curso. Las chicas venían morenas y escotadas, con faldas cortísimas y sonrisas prolongadas, todos teníamos planes fabulosos para el año siguiente y alguna vez vimos amanecer en la plaza de San Ildefonso, sentados en el bordillo de la acera, con los cordones de los zapatos desatados y los ojos como ascuas, entre la conjuntivitis y la visión apocalíptica; náufragos en paradero desconocido, alejados de las rutas habituales de navegación.

¿Nos hacemos mayores? ¿A ti qué te parece?

Comments (48)

Javierseptiembre 18th, 2007 at 7:05

Muchas felicidades, Rafael.

UN abrazo

Javier

Más claro, aguaseptiembre 18th, 2007 at 7:36

Una bandeja llena de felicidades, Rafael.

«¿Nos hacemos mayores?». Depende del espíritu con que te tomes el paso de los años. Yo procuro cada año hacerme más joven. Si pasan los años, se les saluda con educación y se continúa trasegando güisquis como si fuera la última botella 😉

Pedro de Pazseptiembre 18th, 2007 at 7:47

Mis más sincera felicitaciones, D. Rafael.

No nos hacemos mayores. El mundo que nos rodea es cada vez más joven, que no es lo mismo.

Abrazos,
Pedro de Paz

Opción Cseptiembre 18th, 2007 at 8:25

¡Y que cumplas muchos máaaaaas!, Rafael.
Cierto, pasa la vida, pero?.no hay otra opción ¿?
Entiendo que es así y no me complico demasiado: disfruto de momentos, detalles, y situaciones normalitas. Sin aspavientos, vamos.
Mi familia también era muy dada (ahora menos) a las reuniones en torno a la comida, pero ni con el Larousse me hacían caso. Si, por casualidad, seguía en mis trece, acababan diciéndome (los mayores, claro): ¡vaya, salió la lista!. Visto lo visto, opté por el silencio en determinados ambientes y no me puedo quejar. Ha funcionado y creo que esa actitud la he aprendido de mi abuelo. Cada día lo admiro más, desde el recuerdo.

Muchos besos.

Gustavoseptiembre 18th, 2007 at 8:38

… y que sean muchos más!

Pilarseptiembre 18th, 2007 at 9:11

Felicidades, Rafael ¡¡¡

Pues yo creo que viejos no nos hacemos… cada año crecemos un poco más aunque algunos días nos consuman. Vamos a seguir regándonos con la familia, con los amigos, con nuestro amores… y si nos hacemos viejos, que no nos digan carcas ¡¡¡

qué cumplas muuuuuuuuuuchos más ¡¡

Besazos con merengue.

Lennonmacartneyseptiembre 18th, 2007 at 9:42

Felicidades, Rafael. Descubroa asombrado que somos de la misma quinta. No se si será bueno o malo. Y tampoco me queda ya claro si te creía mayor o me tenía a mí por más viejo. Cosas de la edad. Compraba «El Mundo » los jueves sólo por leer tu colaboración en «El Cultural» Al no continuar he dejado de hacerlo. como regalo de cumpleaños voy a comprarme tu último libre. Un abrazo

idoruseptiembre 18th, 2007 at 9:44

Felicidades Rafael.
Aquí Julio. Te he estado llamando al móvil desde hace unos días y no me contestas. Por favor, ponte en contacto conmigo para organizar el viaje que tenemos pendiente a Navarra en relación con el asunto vitivinícola que te comenté en su momento. Si no tienes mi móvil, mándame un mensaje a yulq@ya.com.
Un abrazo

ramon pernasseptiembre 18th, 2007 at 10:00

Los que somos mayores nos fuimos haciendo poco a poco, año a año, mas o menos, y nos reuniamos a despejar silencios e inundarlos de risas.
Salud Rafa.
Un abrazo y que Dios te dé larga vida y gloria sin mengua.
Ramón PERNAS

Hugo Martínez Abarcaseptiembre 18th, 2007 at 10:07

Señor Reig, Yo sabía que compartía cumpleaños con BB King y con Leire Pajín; este viernes me enteré de que también lo compartía con Miguel Sanz, lo que no me supuso un gran alivio.
Ahora me entero de que el 16 de septiembre, además de todas esas personalidades y una persona de mal como yo también cumple años este señor tan importante que escribe en este blog.

Felicitémonos todos, pues

Palimpseptiembre 18th, 2007 at 10:25

Muchas felicidades. En su caso no le veo más viejo: está hecho un chaval.

tonyseptiembre 18th, 2007 at 10:29

MUCHAS FELICIDADES, RAFA!!!
un abrazo

Todoazenseptiembre 18th, 2007 at 10:33

Cuentan de un sabio que un día….

La viejaseptiembre 18th, 2007 at 10:37

La Vieja, que sabe de lo que habla, le desea a usted muchas felicidades.
También quería felicitarle por lo feliz que es. Se lo monta usted muy bien cada día, señor Reig.
Es un ejemplo a seguir.

nataseptiembre 18th, 2007 at 10:54

¡¡¡felicidades, guapo!!! se me pasó felicitarte porque no sé en qué día vivo y porque me lío con tu día, pero nunca es tarde si la dicha es buena, y la tuya lo es, no hay más que ver las fotos.

ahora te seguimos los demás, en tromba, venga de cumplir años. y nos hacemos mayores, sí rafa, pero más y mejor. ¿no estamos mejor que hace diez, quince años?, me parece que sí, consolidando la capacidad de disfrutar.

amor, besos y sonrisas.

(la que está mayor, y guapísima, es anusca)

Emmaseptiembre 18th, 2007 at 11:04

Los años vienen pero los desengaños se van. Yo cada vez me desengaño menos. Quiero decir, que ya casi no sufro de desengaños.

» Sufre la pobre de un desengaño galopante que la tiene todo el dia medio encogida, sin creer ya en nada»

» No te preocupes, se le pasara con la edad»

» Eso si es lista, claro, que si es tonta se queda asi para toda la vida : Desengañada»

» Ya hija. A ver si hay suerte»

( Perdon por el dialogo, me ha salido solo)

Felicidades a todos!

Me voy al banco a pagar mi descubierto…

lenitaseptiembre 18th, 2007 at 11:59

FELICIDADES¡¡¡

precioso el dibujo de su hija, el suyo es más realista, pero el de su niña tiene una ironía difícil de conseguir para una niña.

No nos hacemos viejos, al contrario. Seguimos saliendo, seguimos bebiendo, seguimos ligoteando,, cual es la diferencia? personalmente me identifico más como estoy ahora que si tuviera 15 añitos y fuera disfrazada de bakala.

por cierto, no he visto ninguna invitación para tomar una caña y compartir su celebración. me daré por invitada de todas formas

besos¡

Anonymousseptiembre 18th, 2007 at 12:17

Felicidades,

Y no pasa nada, Rafael, los 44 años de ahora son los 34 años de antes. Y para prueba, basta con verle a usted!!

Tío Owenseptiembre 18th, 2007 at 12:19

Felicidades Rafael ¡

Yo venía de barcelona, ella de irlanda , te buscamos y te buscamos y te buscamos , la bolsa O-lavide , por esa Olavide que se muda y cada tanto forma una plaza diferente. Pero no te encontramos. Otra vez será.

scouser311septiembre 18th, 2007 at 12:44

Pues felicidades Rafael. El día que sepa como no cumplir más años con cada nuevo cumpleaños, te lo digo. Pero seguro que echarás de menos poder quejarte cada año.
Ay, esas comidas familiares. Qué grandes, uno acaba comiendo para dos semanas, pero a las 5 horas ya tienes hambre otra vez…

beatrizseptiembre 18th, 2007 at 13:23

Felicidades, Rafa, por cumplir años y por tener esa preciosa hija.

Aunque se diga que cumplir años es bueno y que peor es no cumplirlos, no deja de agobiar un poco lo deprisa que pasan. En fín, que se trata de vivir, de sentir la vida y de no ponerse hecho una pena (que no es tu caso, por cierto)

Muchas felicidades, otra vez y, lo dicho: a disfrutar…

Un beso

Beatriz

Emmaseptiembre 18th, 2007 at 13:32

Oye Rafael, ¿te acuerdas de ese post en el que pedías a tus lectores que te ayudaran con un libro sobre revoluciones para sorprender a tu amigo? ¡Y la cantidad de libros que te recomendaron!
Creo que fue un éxito.
¿Puedo hacerte una sugerencia?
¿Por que no preguntas cual es la novela sobre la Guerra Civil Española que cada uno de nosotros elegiríamos?
Lo digo porque hoy he vuelto a leer en alguna parte esa afirmación que de vez en cuando algún intelectualoide suelta: «La Gran Novela sobre la Guerra Civil española esta todavía por escribir»

En mi opinión ya se ha escrito, pero nadie quiere reconocerlo

Y es que estoy cansada del asunto…quizás tus 44 años y tu poder de convocatoria actual puedan servir para darle por fin carpetazo al asunto.

Para poder empezar de verdad con la mirada limpia, sin cadáveres en las cunetas, a rebañar del bote de Nocilla.

¿Tu que opinas?

Titoseptiembre 18th, 2007 at 13:32

A mí también se me pasó felicitarte. Para los amantes de las coincidencias decir que el 16-S es también el «día del Grito» de los mexicanos, y que además deBB King y Leire Pajín, que cita Hugo, coincide en fecha con el nacimiento de Vladimir Holan y el de Lauren Bacall.

Felicidades…

Ah y por cierto, Rafael también estará como maestro de ceremonias de la Noche en Blanco, en la Puerta del Sol, en uno de los pocos actos que han fijado la atención sobre la literatura:
Noche en Blanco de los escritores

Apúntenselo en la agenda y en la de la familia y amigos si es posible.

Carmen Fernández Etrerosseptiembre 18th, 2007 at 13:34

Pues muchas felicidades. Espero que sean más los años que los desengaños.

Me encanta tu blog. Un desperdicio lo del merengue.

Felicidades de nuevo

pereyraseptiembre 18th, 2007 at 15:35

El tiempo pasa, nos vamos poniendo tecnos…
¿Tiempo? tiempo es solo una palabra

Andrés Gasteyseptiembre 18th, 2007 at 15:40

Molts d’anys, Rafel.

(En mi tierra se contesta «En vida vostra).

Urge montar la generación. Todavía no tenemos nuestro manifiesto telúrico y fundacional, y ya nos están pasando por la derecha los neo-novísimos de la nocilla…

Abrazos.

FVseptiembre 18th, 2007 at 17:38

Recuerda lo de «cuando se es joven, se es joven para siempre». ¡Oooh consueeeelooo deeel mortaaaaal!
No te felicito porque soy un nieto obediente: mi abuela decía que llegar a los 80 años está tirado, que hay que felicitar a partir de esa edad.

Apostillas literariasseptiembre 18th, 2007 at 19:04

Muchas felicidades. 44 años no son nada, solo un poco. Que vengan más cumpleaños, muchos más, siempre con salud, amor y muchas relaizaciones.

Un millón de abrazos.

Hermanseptiembre 18th, 2007 at 19:33

La semana pasada tuve la fortuna de coincidir en el mismo vagón de metro con usted, pero mi timidez me impidió acercarme para invitarlo a una cerveza. Iba leyendo algo cuyo título no pude descifrar, pero parecía divertirle bastante. Creo que era de la editorial Tusquets. ¿Qué debe hacer uno cuando se cruza casualmente con un escritor al que admira? ¿Saludarlo y elogiarlo sin medida? ¿Sacarle furtivamente una foto? ¿Respetar su intimidad? ¿Qué habría hecho usted si en su época de escritor en ciernes se encuentra de bruces con alguno de sus ídolos? ¿Qué iba leyendo en el metro, por cierto?
Muchas felicidades, Rafael.

Anacletoseptiembre 18th, 2007 at 19:47

Felicidades…..y para celebrarlo, «regálanos» una nueva novela 😉

hernan si era de Tusquets y se reía, sería la Woody Allen y no la de Updike «Terrorista»

Carlosseptiembre 18th, 2007 at 20:50

¡Qué familiar me ha sonado lo de la Larousse!… ¿Nos hacemos mayores? Por fuera sólo. Por dentro creo que seguimos igual. Quizá eso es lo malo, que terminas por no reconocer mucho al señor que te mira desde el otro lado del espejo
Yo donde mando -en mi despacho- he prohibido que se me considere mayor, algún privilegio tenía que tener. En la calle, donde no mando nada, es una putada, porque ya me consideran «maduro» y sólo tengo 41.
Sobre todo esto publiqué alguna coña -y alguna reflexión menos en coña, pero no mucho- en «Cosas de la Edad», por si a alguien le apetece echarlo un vistazo: http://carlosjaviergalan.blogspot.com/2007/09/cosas-de-la-edad.html.
Felicidades por tu cumpleaños y un abrazo.

Antonio Piera. Madrid.septiembre 18th, 2007 at 23:09

Los años pasan. Que se vayan. Vendrán otros. Ya se irán. Indiferentes a su realidad, nosotros permaneceremos rotundamente jóvenes mientras envejece la niña que amamos, la Historia que conocimos y la memoria que guardamos. Se lo digo por experiencia…, en cuanto me ponga la prótesis.

maribelseptiembre 19th, 2007 at 7:46

Pues mi cumpleaños es hoy, Rafael.
¿Cuántos?. Otro día te lo digo (al oído); ??en presencia de desconocidos?, me da risa.
La verdad es que sólo pienso en mi edad por estas fechas. El resto del año? como si tal cosa. Supongo que será por los yogures esos que anuncian en la tele y que tanto me gustan. Sí, esos con efecto renovador. Debe ser, pues comentan (las buenas lenguas) que aparento cinco o seis años menos? ¡o diez!, si el chaval está pasao de maduro.
Y la familia? pues no, no es extraña. En mi caso, propia de la zona.
Ya te contaré sobre los regalos, o no. Depende, todo depende?

Besos independientes

pekeseptiembre 19th, 2007 at 9:47

¿Qué dirás cuando llegues a los cincuenta? Yo todavía no me lo puedo crrer de todo.
Muchas felicidades, aunque atrasadas.

LUIS AM?ZAGAseptiembre 19th, 2007 at 10:39

Me abuuuuuurrro 🙂

Diga cuarenta y cuatro. Ningún mérito, sólo dejar pasar el tiempo, en su caso, perderlo 😉

Yolanda Fernándezseptiembre 19th, 2007 at 11:29

…joder… qué casualidad…
yo también cumplí años el domingo.

En mi blog dejé un recuerdo de esa fecha, te invito a verlo.

Felicidades y mucha salud, prosperidad y amor para los próximos años, Don Rafael.

Anonymousseptiembre 19th, 2007 at 11:34

Han sido vistas las diligencias seguidas contra Don Rafael Reig y ha sido probado y así se declara como:

HECHOS PROBADOS
1-. Que D. Rafael publicó hace tiempo un flatulento artículo sobre el cuento titulado El tamaño sí importa en la web de Lengua de trapo. Ítem más: que dicho artículo consta de una serie de opiniones más que cuestionables (por su imbecilidad manifiesta, chorreo mental y confusión de meandros con querubines y enanos de jardín), amén de tratar con sorna indigna a una serie de escritores de los que, afortunadamente, nunca llegará a oler ni la mitad de su talento.

2-. Que D. Rafael, aún expresando su docta opinión, demuestra una más que notable falta de lecturas cuentísticas, a tenor de su cabal y erudita clasificación de los tipos de cuentos existentes (para este señor no parece haber más que estos ejemplos); territorios narrativos amplios que, sin la menor duda, ha estudiado muchas noches en vela y mediante litros de café, y que, parece dejar a entender, le escuecen cerca de la rabadilla y le causan pesadillas con Papas sodomizantes por las noches:

??Me provocan una gran incomodidad aquellos cuentos que adoptan un aire muy misterioso, sugerente o de gran intensidad dramática, todo ello por el sencillo expediente de escamotearnos algún elemento. El autor nos cuenta la consecuencia de una causa que el muy cuco se guarda en el último cajón de su escritorio. Hay una conversación telefónica, por ejemplo, pero como en realidad no sabemos a qué narices se refiere ni qué rayos ha podido pasar, todo suena rimbombante, lírico, ominoso, lo que le dé la gana al trapacero escritor o al lector papanatas?.

??Peor todavía son los cuentos que se basan en un juego de palabras, un malentendido, un malabarismo conceptual y otros recursos tan fáciles como vistosos. El tipo de cuento en el que se relata una historia de amor contada a través de un atestado policial o un caso policiaco a través de un intercambio de e-mails. ¡Qué ocurrencia tan pistonuda, oiga, de verdad que sí!?

??Detesto con todas mis fuerzas los cuentos cuya gracia está toda en el final. Esa clase de cuentos que llevan incorporada una tecla de ??auto-reverse?, que te obliga a rebobinar: ¡Oh, ah, pero si todo está contado desde el punto de vista de un calcetín guardado en el cajón! ¡Cáspita, si resulta que ya estaba muerta desde el principio! ¡Carambolas, pero si la víctima del crimen es el propio narrador! Todo esto me parece francamente pueril, habilidades manuales, prestidigitación, un truco que no deja de serlo por muy bien hecho que esté??.

??¿Y qué decir de las visitas a los clásicos, vueltas de tuerca y otras lindezas? Esos cuentos que le dan la vuelta a una historia de Kafka como si fuera un calcetín o en los que aparece el mito clásico contado desde otro punto de vista o en otro tiempo, pongamos por caso, el viaje de Ulises narrado por Penélope, sólo que Ulises es representante de productos farmacéuticos?.

En Masacre en los jardines nos preguntamos, por ejemplo, cómo le molesta tanto a este señor esa revisión de los motivos literarios clásicos en un tiempo distinto si tan gustoso ha aceptado hacer uno para 451 editores y su nueva colección 451 Re: ¿Será un chaquetero? ¿Un murmogallo? ¿Un linfapelos? ¿Las opiniones le vendrán tan cambiantes como viene la primavera, el precio de pan o el cometa Halley? Y ya atendiendo a su inteligentísima clasificación de los tipos de cuentos existentes en la larga tradición (como si en el cuento o la novela esencialmente literaria ??dejamos de lado que este señor confunde género con literatura?? hubiera tipos, recetas de cocina o dietas de endocrino), el señor Reig debería saber que esos mismos ejemplos, para cualquier tipo medianamente avispado suelen responder a balbuceos de principiante o ejercicios desengrasantes de taller de literatura para neófitos. Los cuentistas consagrados, con sus excepciones, a partir de los primeros buenos cuentos han dejado atrás los falsos malabarismos y las revisiones ??grasiosas?. Relatan, señor Reig, no rezan a Onán ni insultan a su lector con tonterías.

3-. Que dicho artículo contiene una serie de sentencias que moverían a cualquier buen lector a la risa, pena y oficiosa opinión al respecto (??Mamá -diría el buen lector- este señor es carne de cotolengo?). Esto es:

??El problema viene de que los cuentos se proponen ser brillantes o ingeniosos. Brillo literario o ingeniosidad conceptual.? ??Los cuentos los protagoniza siempre su autor, que nos impone su ingenio y su brillantez ??una cosa malísima, señor Reig, oiga, leer a alguien brillante??. Por eso, en mi opinión, nada más parecido a un cuento de Chejov que cualquier otro cuento de Chejov. O Borges y otro cuento de Borges. O Quiroga o Carver o Cortázar o Monterroso o el sursuncorda?

El señor Reig, sin duda buen conocedor de la literatura, está por tanto diciendo que, en contra de la natural y necesaria opción de los verdaderos escritores de expresar un mundo personal y la forja de un estilo (y la consecuente elección del lector de decidir si le gusta o no), es mejor narrar por una mera función mecánica y adocenarse como las patatas revenidas. ¡Que el escritor desaparezca! Oh, qué bonito parecido con los fontaneros, fabricantes de cubos de playa y moldes para figuritas de Lladró. ¡Hay que ausentarse en el texto, como los padres huidos a por tabaco! ¡Borrar el estilo! ¡Parecerse a todos los demás! ¡Como la novela es más larga y suplanta al mundo, es mejor, muchachote! Le recomendamos a D. Rafael que revise lo que él entiende por ??obra póstuma?. Es más, tras una azotaina inmisericorde, insistimos en señalarle que piense en quién pasará a la historia por sobrados motivos: ¿Cortázar, Borges, Felisberto Hernández, Donald Barthelme, Katherine Mansfield, Richard Ford, Raymond Carver, Quim Monzó, Ray Bradbury y larguísimos etcéteras, o él? Parafraseando a Valle a nuestro aire: a ver si no resulta ser este tipo la deformación grotesca de algo.

4-. Que pese a su más que gratuita, faldera e ignorante perorata, el señor Reig escribe cuentos y así los ha publicado en una antología de su editorial: Contar las olas. Ítem más: que dicho cuento, titulado Las ganas de vivir, debería pasar a los anales de lo peor escrito jamás, por añoñante, tintadito de rosa, chulienvuelto y heredero directo de los primorosos y narcotizantes telefilms de Antena 3. Un resumen: padre amantísimo sin ganas de vivir y con cáncer terminal acaba su vida viviendo con varios ecuatorianos pobres y sin papeles, que le consuelan en un piso diminuto, sucio cual letrina, y le dan a sorber leche calentita en sus últimos estertores. D. Rafael ya podía haber incluido en su narración (por rellenar que no quede) que la hija del protagonista se hizo puta, su chulo la pegaba, fue contagiada de sida y nunca recibió el billete premiado en la lotería que su padre le dejó antes de morir. ??Están verdes?. Esta opinión sobre sus propios cuentos la hemos sacado de su artículo, señor Reig, como bien recordará. Y puesto que no le gustan y, además, tiene serias limitaciones para escribirlos, no entendemos por qué acepta estos encargos.

FUNDAMENTOS DE DERECHO
Los hechos probados son constitutivos de un delito de verborrea idiotizante, chaqueterismo al mejor postor, ignorancia supina de la tradición cuentística y severa necesidad de Barrio Sésamo, con atención especial a las lecciones de Coco. ??Desde que se puso de moda eso de que el tamaño no importa, es políticamente incorrecto decir que uno prefiere las novelas a los cuentos?. Si usted mayoritariamente ha escrito novelas, Don Rafael, es lícito decir que las prefiere. Dudamos seriamente que sus amigotes le miren mal por afirmar una cosa como esa (nosotros no le lanzaríamos esta jaculatoria si se limitara a opinar con respeto), pues los términos y chascarrillos de tasca de su artículo dejan claro en qué posición se encuentra cad
a cual. Y le corregimos por el bien común y el honor de los que nos dedicamos a la narración corta: el cuento goza de prestigio histórico, no eventual; amén de, por su extensión, ser campo abonado para la experimentación fructífera y el ensayo de nuevos modos de narrar, cosa que, en la novela y los términos de lo social y lo editorial que sufrimos, ahora es bastante inviable. Es más: las prácticas editoriales lesivas y maximizadoras del beneficio han ocasionado eso que usted considera una grandísima ventaja: ??Los cuentos tienen a su favor que apenas se venden y gozan de la malevolencia de los editores: ¡miel sobre hojuelas! He aquí, señores, un artefacto literario realmente distinguido, a años luz de esas adocenadas novelas que gustan a cualquiera; un producto refractario al mercado, el auténtico favorito de los verdaderos gourmets?. Gran ventaja esa, señor Reig, está claro: la dificicultad de edición por imposición de los términos del mercado, aún cuando la calidad es incuestionable. Está usted que lo tira. Sin embargo, no es nuestro problema (solo el suyo, y su conciencia) que no conozca bien el movimiento en el cuento español que de unos años a esta parte viene dándose con fuerza en terrenos periféricos. Como usted ha leído poco cuento, y está más que probado que una falta de apuesta condiciona un público, le pedimos que cese las gratuidades. No pondremos en duda sus novelas, que seguramente tampoco le dan de comer, así que chanzas las justas. ¿Cree al lector medio tan inteligente como para realizar una búsqueda, una indagación, si no puede ver el libro en una mesa ??no decimos ya en el centro de la librería, sino en una mesa que exista y se pueda tocar???). ¿Qué necesidad hay, señor Reig, de hablar con sorna de una realidad editorial que impone serias desigualdades entre unos y otros para acceder al lector? El tono combativo de este caso, suponemos, le impedirá pensar en la palabra respeto para próximas declaraciones y discursos. Entenderá usted que en esos términos de desprecio, en Masacre nos mueva usted a la compasión y así le respondamos.

ACORDAMOS
Que debemos condenar y condenamos a D. Rafael, como autor de los delitos anteriormente citados, a la pena de apuntarse a un taller de escritura para preadolescentes y empezar a practicar esos mismos cuentos que, dice, son los únicos posibles, a fin de convecerse de que hay vida más allá de lo que una paja mental de viernes le ha sugerido sobre el noble arte del relato. Para empezar su adiestramiento, sugerimos los temas: Binomio fantástico (Escritor con bigote + pene gigantesco y furioso que arrasa Osaka); o El punto de vista (alguien descuartiza a un escritor con una sierra mecánica y lo deja todo perdido. Al final resulta ser su propia novela, que había cobrado vida y declara muy ufana a los agentes: ??Es que no paraba de escribir gilipolleces encima de mí?.).

Así lo pronunciamos, mandamos y firmamos,

Los miembros de Masacre

tonyseptiembre 19th, 2007 at 12:08

uff
lo anterior es un poco largo ¿no?
y sin felicitaciones?
ja
otro abrazo rafa!!

Emmaseptiembre 19th, 2007 at 13:23

Anonimo,

Opino que escribir una mala novela esta siempre mejor considerado que escribir una mal cuento.

Una mala novela es publicable y se va a vender y alomejor se lee y todo.

Pero un relato corto, eso es otro cantar.

Es muy pero que muy dificil escribir » bueno en corto»

En mi opinion es una carrera de salmon, probablemente el escritor morira antes de sentir que ha llegado algun sitio con sus escritos.

Siempre me acuerdo de Julio Ramon Rybeiro y todo el sufrimiento del que habla en sus diarios.

La gente suele iniciarse en la escritura con el relato corto y enseguida lo abandoban en cuanto se dan cuenta de la acidez de estomago que provocan.

Se escriben autenticas porquerias en el intento : Yo misma escribo porquerias. Gracias al cielo que no persigo la gloria que si no (lo digo con la boca pequeña, creo)

Por eso siento un profundo respeto por los autores de relato corto.

Buenos o malos.

Los malos son seres como yo, que dan vueltas a ideas o a sentimientos, que se demoran contemplando estupidamente las cosas, que se regañan, que se dicen a ellos mismos : » De aqui sacare un cuento» Y lo intentan pero inevitablemente el relato en el papel sigue siendo el mismo que arrojaste a la basura el mes pasado : Una sarta de topicazos.

Odio los topicos pero estos me adoran, no paran de visitarme.

Un saludo a todos

El adeptoseptiembre 19th, 2007 at 15:26

Tu vecino del Hotel te va a quitar adeptos. Los que aparecen parecen más jóvenes que tú

http://mateodepaz.blogspot.com/

El adepto

Borja Venturaseptiembre 19th, 2007 at 17:30

Vaya, un paisano de Piles. Y encima, que se dedica a lo mismo que mi señora. El mundo está lleno de casualidades. ¡Felicidades!

Javierseptiembre 20th, 2007 at 4:38

No es por defender a Rafael, que ya se defiende el solito la mar de bien, pero me parece que la principal diferencia entre esa sentencia y las de Reig en El Cultural es la ausencia total de sentido del humor y un punto de prevaricación. Este juez es un poquito Pérez, no es por nada. No a todo el mundo le va a parecer genial lo que escribe. Por experiencia (yo tengo un blog también), escribir es exponerse a la crítica de los demás. Es parte del juego. Lo que le queda es aceptarlas, guste o no, y aprender de ellas (o aprender a pasar de ellas).

Javier

Sidramariseptiembre 20th, 2007 at 9:39

Happy birthday Mr. Reiiiiiig
Happy birthday to youuuuuu…

Te mando un beso y una caja de sidra virtual de regalo.

pepe sanchezseptiembre 20th, 2007 at 12:59

Vaya, Rafael, enhorabuena:

yo pensé QUE ERA MAYOR.

Cúidese, aunque sea por usted.

Pepe Sánchez

Fernandoseptiembre 20th, 2007 at 14:38

¡Cuánto tiempo libre tienen algunos, y cómo lo malgastan! En vez de andar echándose unas cañas´.

En fin, Rafa (me cuesta lo de Rafael), un abrazo y a seguir bien

Nemesisseptiembre 20th, 2007 at 15:12

Felicidades, muchas y henodistas D.Rafael.

Srta/ra. Enma y masacrados. Las opiniones al ser como el culo, son cojonudas si son nuestras y apestan si son ajenas.
Para mi un buen «cuentista» es aquel que sublima expresividad, mensaje y sintesis con un mínimo de talento y maneras. El cuento no es una obra menor, pero tenemos metiditos en la cabeza eso del «burro grande, ande o no ande». El empezar a escribir cuentos en vez de novelas, es más por economia de tiempo y de dosificación de la frustración que de empezar de menos a más; es como creer que para pintar hace falta meterse primero con estilo figurativo o naif para luego ir «depurando estilo» hacia el realista. Para mí, casi toda la producción novelera que se hace actualmente, tiene la misma estructura, los mismos artificios, los mismos planos de planta, y las mismas pretensiones calcadas de casi todos. El cuento da para mucha más experimentación y riesgo, es más delicado y menos propenso al gayolismo mental de relleno que en la novela sirve para abultar el número de páginas. Como en todo, hay quien en lo pequeño ven lo más accesible, cuando para mi visión, es lo más dificil.

Emmaseptiembre 20th, 2007 at 15:37

Señorita Emma please 🙂
Emma con dos «emes» como Emma Bovary.

Rafael Reigseptiembre 22nd, 2007 at 4:21

Muchas gracias a todos los que me habéis felicitado, de verdad. Hace mucha ilusión cumplir años tan bien acompañado. Besos y abrazos.
Emma, déjame pensarlo un poco y sí, haremos un post sobre novelas de la Guerra Civil, me parece buen idea. Un beso.
Herman, por lo que dices debía yo de estar leyendo «Fabolosas narraciones por historias», de Antonio Orejudo, un libro que me hace soltar carcajadas. Haberme dicho algo, amigo, y habríamos charlado un rato. Un abrazo.
Me ha hecho gracia la sentencia contra mí. Aquello de El tamaño sí que importa lo escribí hace años y sólo pretendía provocar. Yo creo que se nota, pero en fin, hay mucha gente que se lo ha tomado en serio, demasiado en serio (como dice Javier).

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