Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Manuel Fernández Cuesta

No se puede decir nada.

O como el arcipreste: ¡Ay muerte, muerta seas!

Así­ estamos todos, sin palabras. Tantos querí­amos tanto a Manuel: hoy nos hemos llamado, como nos cogerí­amos de la mano después de un temblor de tierra.

Como decí­a Unamuno, la muerte no es ni justa ni injusta; sólo la vida de algunas personas, muy pocas, hace que su muerte sea una injusticia. La muerte de Manuel es una injusticia.

Le conocí­ hace años, me lo presentó Carmen de Eusebio, y Manuel me invitó a comer una fabada para convencerme de que escribiera un libro que me publicó tiempo después: Manual de literatura para caní­bales.

Me convenció, porque Manuel siempre ha tenido autoridad moral sobre mí­.

A veces, años después, cuando éramos ya muy amigos, me decía: eso no lo puedes hacer. ¿Por qué? Porque no se debe hacer eso, me decía, y tú lo sabes. Siempre le hacía caso, porque, estando de acuerdo en el objetivo estratégico, Manuel (como buen leninista) conocía mucho mejor las complejidades tácticas.

El libro lo preparamos los dos en la terraza del Cabreira, en la plaza del Dos de Mayo, durante largas tardes inolvidables.

Manuel era una de las personas más cordiales que he conocido. tení­a esa «abundantia cordis«, la abundancia del corazón de la que, en él, no sólo hablaba la boca, sino también su inteligencia y su voluntad.

A Manuel, a quien llamábamos Comandante, le querí­a mucho. ɉramos muchos los que le querí­amos mucho.

Hoy no tengo ganas de evocar a Manuel. Sólo de tomarme una copa y cerrar los ojos.

Ahora quiero recordarle así­:

 

Estamos en La Habana, en el año 2008. Manuel Fernández Cuesta es el primero por la izquierda.

A su lado, compartiendo alegría: Begoña Huertas, Eduardo Vilas, Violeta y yo, y Miguel Roig.

Los mismos que ahora estamos cogidos de la mano, como después de un temblor de tierra, muy solos y sin saber qué decir.

¡Ay muerte, muerta seas!

Comments (15)

Sergiojulio 10th, 2013 at 20:03

Pues yo lo conoc en precisamente en LA HABANA, yo tena «la misin» de acompaarlo durante una de las FERIAS DEL LIBRO, creo que fue por el 2005 o 2006. La complicidad fue inmediata, seran muchas de las ancdotas de ese primer encuentro y de los restantes que vinieron. Entre Cervezas, ron, cigarros, tabacos, msica, siempre estuvo presente el buen dilogo, la conversacin inteligente y sobre todo, el aprendizaje, pues con el «galleguito FERNANDEZ», como cariosamente le llamaba, siempre se APRENDE, y lo digo en tiempo PRESENTE.

Hasta Luego compaero.

Dijo Jos Mart que, «LA MUERTE NO ES VERDAD CUANDO SE HA CUMPLIDO BIEN LA OBRA DE LA VIDA».

Sergio

davidtorresjulio 10th, 2013 at 21:39

Una putada, un hueco del corazn, una prdida para siempre.

Ni siquiera la poesa nos consuela, Rafael, pero yo voy a recordarlo como Alberti recordaba a Garcilaso:

Qu buen caballero era.

rolandjulio 10th, 2013 at 22:24

Un ultimo abrazo primo.
Roland.

Aliciajulio 10th, 2013 at 22:28

Rafael, se nos fue Manuel. No puedo hablar. Tenamos ms o menos 17 aos cuando nos conocimos y siempre ha estado ah, capitn de nuestros sueos, marinero en la lucha y faro en el camino. Mi querido amigo Manuel.

Laurajulio 11th, 2013 at 0:55

Muchos. Mucho.

Albertojulio 11th, 2013 at 2:30

No sois los únicos. El resto me tocáis, a plazos, los huevos

pedrojulio 11th, 2013 at 9:57

Se siente. Un abrazo

Georgejulio 11th, 2013 at 13:28

El mejor compaero de camino, todos aprendimos de l.

Buonanotte, fratello!!

Mamenjulio 13th, 2013 at 21:53

Hablbamos de todo menos de libros y de edicin,clases o historias interminables de trabajo. Hablabamos mucho del amor,de la vida y la soledad.
Le voy a querer siempre al comandante.Le lloro.
No te olvidar jams, amigo del alma. Gracias a todos los que con vuestras palabras le dais tanto an. S, por l, cunto os quera.

Martajulio 14th, 2013 at 14:02

Manuel, amigo, camarada, aprendimos mucho de l y le vamos a echar de menos!

Albertojulio 16th, 2013 at 7:33

Lamento si he molestado a alguien en mi anterior comentario. Me gustara aadir que le quise mucho

Microalgojulio 19th, 2013 at 9:31

Me era desconocido. Pero si Maese Reig era su amigo, tiro un poco de licor al suelo y el resto, de un trago.

zumo de poesiajulio 24th, 2013 at 17:27

No tuve el gusto de conocerle. En todo caso es para l un honor que se reproduzca en la entrada esa frase de Unamuno, que le pero haba olvidado:

«La muerte no es ni justa ni injusta; slo la vida de algunas personas, muy pocas, hace que su muerte sea una injusticia».

Saludos desde Granada (Espaa), del equipo de zUmO dE pOeSa
zumo-de-poesia.blogspot.com

Enrique Bienzobasjulio 30th, 2013 at 9:13

S, lo de Gijn es una experiencia nica, inolvidable… La segunda vez que vuelves descubres que te dejaste muchas cosas por ah. La tercera te das cuenta de que repites la primera. Si repites ms todo se repite. Si vuelves te revuelves.
La Semana Negra es para estar. Una vez sabe a poco, dos veces llena, tres cansa…

Enrique Bienzobasjulio 30th, 2013 at 20:42

El comentario anterior nada tiene que ver con esta entrada, debera de haber ido en la anterior, Semana Negra de Gijn.
Pido disculpas.

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