Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Mis negociaciones con editores (1)

Hace un par de años, gracias a Carmen de Eusebio, conocí en una fiesta a un editor y me dijo que teníamos que hablar. Manuel Fernández Cuesta me invitó a una fabada en Casa Portal, que es una de las formas más civilizadas que conozco de hablar.

Que por qué no hacía un libro para su editorial. Que por qué no.

Me había pasado media vida leyendo y tomando notas, así que el libro que se me ocurrió era una historia de la literatura contada como una novela.

Como siempre, estaba a la cuarta pregunta. O quinta. Le pedí dinero, claro, un anticipo para ponerme a hacer el libro.

–La mitad ahora y la mitad cuando acabes el trabajo.
–No te preocupes, haremos que parezca un accidente.

Es la fórmula consagrada para pagar trabajos sucios, sicarios, pistolas en venta, asesinos a sueldo, novelas por encargo y palizas en aparcamientos subterráneos.

Como es natural, no escribí ni una línea hasta que no vi el dinero. Manuel lo sabía y me dio el cheque a toda velocidad.

Tenía la idea de que lo importante era un índice. Lo demás vendría sólo: bastaba con rellenar el índice. Nos reunimos un par de noches en El Parnasillo y en la terraza del Cabreira, hasta que hicimos entre los dos un índice.

Como todos los escritores, yo también tengo ilusiones (somos tipos sensible): quería volver a Las Vegas, donde había estado en los años ochenta. Entonces llegué en coche desde el Este. Estuvimos en el cañon del Colorado, que le gustó mucho a la Lorenza.

–Es una maravilla de la naturaleza –decía Laurence.
–¡Por favor!

A mí la expresión «maravilla de la naturaleza» me da urticaria.

Igual que cuando me dicen:

–Es una película basada en hechos reales.
–Me importa un pimiento: a mí lo que me gustan son los hechos reales basados en películas –respondo siempre, porque así es mi vida, basada en escenas de películas, personajes de novela y canciones de Brassens.

Vale, sí, el cañón no estaba mal del todo, con ese silencio sobrecogedor y patatín patatán, pero yo quería ver una maravilla de la ingeniería, la Hoover Dam, una de las presas de bóveda más contundentes del mundo.

Vimos la presa (vale la pena) y, luego, ya de noche, nos fuimos hacia Las Vegas.

Vas por el desierto y, de pronto, a lo lejos, en el horizonte tembloroso, ves las luces de la ciudad, de una ciudad irreal, edificada en medio de la nada, sin relojes, sin día ni noche, siempre con luz artifial, una ciudad consagrada por entero al vicio, a las flaquezas humanas, a las pasiones improvisadas y ficticias. Una maravilla.

Me emocioné.

Nos quedamos en Las Vegas unos días, alimentándonos únicamente de desayunos a cualquier hora del día o la noche. En cuanto te sentabas a jugar venían chicas con patines a traerte whiskies. Todo era de pésimo gusto, chabacano, pretencioso, recargado: me sentí feliz.

Se lo conté a Manuel.

–Si vendemos más de quinientos mil, la editorial te lleva a Las Vegas –me prometió para estimularme.
–¿Todo pagado?
–Todo. Putas y todo, en Las Vegas, en primera clase, a partir de quinientos mil. Paga la editorial Debate.
–Trato hecho.

Eso es lo que yo llamo «negociar con los editores«, je, je. Además de tipos sensibles, somos tipos optimistas, casi insensatos: ¡quinientos mil!

Así que me puse a escribir, rellenando el índice que habíamos hecho en unas servilletas de bar. Me fui a Piles y se vino también Chavi Azpeitia (y nuestras respectivas chicas y las niñas). Nos levantábamos a las cinco y nos metíamos en una habitación en la que sólo había dos mesas y una orla del Colegio San José de Valencia, promoción 1956-57. Los nombres de todos los personajes de la novela de Chavi y de la mía los sacamos de esa orla. Chavi piensa de pie, necesitaba pasear por el huerto entre frase y frase. Yo en cambio no me movía de la silla. Cuando me cansaba de escribir, oía teclear a Chavi a toda velocidad.

–Qué cabrón. Se va a enterar.

Así que seguía escribiendo, qué remedio. Creo que conseguí acabar el libro para no ser menos que Chavi, sólo por fastidiar.

A las nueve o diez nos íbamos a almorzar al Palmeras, unas cervezas y un bocadillo de sepia, y dábamos el trabajo del día por terminado.

Mi libro se publicó el año pasado, se llama Manual de literatura para caníbales. El de Chavi este año, se llama Nadie me mata.

Cada vez que veo a Manuel le pregunto:

–¿Cuánto hemos vendido?
–Unos tres mil.
–Joder. Aún quedan cuatrocientos noventa y siete mil.
–Poco a poco.
–¿Sigue en pie, no?
–Un trato es un trato.

Ahora resulta que Manuel Fernández Cuesta se ha ido de Debate, se marcha a dirigir Península.

Me alegro por él, pero no puedo evitar hacer una sola pregunta:

–Manuel, ¿qué pasa con mi viaje a Las Vegas? ¿Sigue en pie? ¿Ahora quién va a llevarme a Las Vegas con todo pagado?

Aquí está Manuel Fernández Cuesta, hace unos días, con un abanico en el bolsillo y una de esas guayaberas que se trae de Venezuela.

Sí, vale, pero dime, Manuel, ¿qué hay de lo mío? ¿Qué pasa con Las Vegas? ¿Un trato es un trato?

Comments (15)

lenitajulio 25th, 2007 at 7:18

pues sí que parece la mafia con tanta negociación¡¡ chantaje más bién diría yo,,

se me ha quedado una curiosidad, jugaste en las vegas?? no lo has dicho, se supone que las vegas es famoso por los casinos y por las bodas rápidas esas, dado que lo de las bodas rápidas no creo que aplique, visitaste los casinos?? como fué??

besos

Más claro, aguajulio 25th, 2007 at 7:25

¿El Manual sólo ha vendido tres mil ejemplares? Pues me he merecido ir a Las Vegas con usted porque yo se lo recomendé, por lo menos, a mil quinientos amigos, conocidos y gente de buen beber 🙂

Wells & Bea-Murguíajulio 25th, 2007 at 8:31

Hay ilusión, Rafael, y eso es lo importante.

Yo estuve en Las Vegas, en Hoover Dam y en el Gran Cañón hace dos años y me quedo con el Gran Cañón porque, como sabes, soy un asceta, un místico, un gilipollas.

Con todo, como te digo, como veo que hay ilusión, creo que todavía te queda la opción de un viaje con todos los gastos pagados de Las Vegas a Los Ángeles… De las Vegas de Matute a Los Ángeles de San Rafael. Tiene su cosa también. En Las Vegas de Matute, además, está el bar Casino que tiene una tragaperras, un futbolín de puta madre y ponen un pincho de oreja prensada de no te menees.

UN abrazo

Javier

Doloresjulio 25th, 2007 at 8:54

Que sí, Rafael, que te irás. Si quedasteis en eso…digo yo que uno antes de dejar un curro se asegura bien de atar todos los cabos que queden por ahí, y tu editor lo habrá hecho.

De no ser así la próxima vez que ceneis juntos, y con mucho disimulo, yo que tú dejaba derramar unas gotitas de salsa aceitosa en la hermosa guayabera venezolana…en fin, eso es menos grave que faltar a un trato.

Yo no llego a las 1500 recomendaciones, pero sí hice unas pocas en el instituto donde trabajaba. A mi compañera de Literatura le fascinó; también es asturiana…Dijo «Coño!, de Cangas tenía que ser!!»

Paciencia y Salud.

Opción Cjulio 25th, 2007 at 9:10

??Tengo un trato, lo tuyo pa mi saco..? (Mala Rodríguez)
El arte de la negociación. ¡Tarea difícil! Qué me lo digan a mí que llevo casi un año negociando y lo que te rondaré moreno. Y es que lo que empieza en un trato, un acuerdo mutuo de esos modernos y civilizados, acaba transformándose en un litigio. ¿Sabes por qué? Pues porque cuando una de las partes se da cuenta de que la otra es más hábil en la negociación, cada vez que hay un propuesta nueva la mira con lupa e intenta buscarle los tres pies al gato. Pero yo no me rindo, o gano o empato. Sin viaje no me quedo, Rafael.
(Basado en hechos reales).

Unos cuantos besos.

Anonymousjulio 25th, 2007 at 9:37

esta tarde me compro el manual para que tengas un punto mas. entro en tu blog dia sí dia no y me parece genial, si el libro esta escrito igual me va a gustar.

ramon111julio 25th, 2007 at 10:06

No prometo comprarme un libro tuyo, pero escribes de puta madre y m ha entrado la curiosidad!
quiza cuando m acabe la flecha negra xd
un abrazo

Garfieldjulio 25th, 2007 at 10:42

Creo que no has negociado muy bien, deberías haber ido por objetivos, es decir:

1.000 ejemplares – Noche a gastos pagos en el Casino de Torrelodones.

5.000 ejemplares – Una semana en el Bingo «La flor de loto» de Benidorm con copas gratis.

25.000 ejemplares – Partido de póker en un Saloon estilo western de Almería con whisky de barril.

Así sucesivamente hasta llegar a Las Vegas… pero te lo jugaste todo a una carta, vaquero, y era un triste e impar tres de picas.

Rafael Reigjulio 25th, 2007 at 12:01

Claro que jugué, Lenita, pero me regañaban en todas las mesas de black-jack por hacer gestos innecesarios, pero inevitables para mí, como arquear las cejas, sonreír de medio lado, etc. Besos
Pues gracias, Más claro, cuando lleguemos a medio millón, a Las Vegas vamos.
Yo prefiero Las Vegas, Javier. El plan tuyo de de las de Matute me entusiasma. A ver si lo hacemos.
Gracias, Dolores. Un beso para ti y otro para mi paisana.
Suena misterioso e interesante, Opción C. Un rebaño de besos balantes.
Eso espero, que te guste.
Lo mismo digo, Ramón, espero que te guste. Si no, pues nos tomamos unas cañas.
Qué planteamiento tan bueno, Garfield, lo usaré en la próxima negociación, gracias.
Abrazos.

María (Luna)julio 25th, 2007 at 12:46

Lo que más me ha gustado de hoy: –Es una película basada en hechos reales.
–Me importa un pimiento: a mí lo que me gustan son los hechos reales basados en películas –respondo siempre, porque así es mi vida, basada en escenas de películas, personajes de novela y canciones de Brassens.

Reig: Me voy a leer en tus vacaciones el último lebre como no me guste te lo pienso decir…Je,je…

¡Ah!Los cursos que me interesas hasta otoño nada. y no veas que caros algunos.

Deblinjulio 25th, 2007 at 15:24

Tiene la excusa perfecta para editar un libro con Península y comerse otra fabada…

Revise ahora las condiciones del contrato. Déjelo en 400,000 ejemplares. R.R!!!

julien-soreljulio 25th, 2007 at 17:07

Creo que los editores que faltaban por moverse siguen el designio que usted escribió en su juzgado de El Cultural, otro más que salta de silla, dejando un hueco que a su vez ocupará otro editor, que dejará otro hueco… etc.

Son como los entrenadores de futbol sólo que con pocos millones.

Por cierto ¿cuando venda usted los 500.000 ejemplares, se puede pedir que me adopte (usted, no el Sr. Manuel)?

En su defecto nos vamos benidorm con garfield.

natajulio 25th, 2007 at 19:10

negociator: un trato es un trato, siempre. ¿y dónde has negociado viajar para cuando vendas el millón de ejemplares de la de espías?.

besazo, rafa.

(creí que la horripilante la habías borrado, pero como vida es, dejo a tu buen criterio su ocultación eterna, que una tiene una reputación que sosterner)

Rafael Reigjulio 26th, 2007 at 9:07

PUes claro, María, si no te gusta dímelo tranquilamente. Te agradeceré el intento en cualquier caso. Beso.
Sí, Deblin, eso es lo que debo hacer: reclamar otra fabada (pero en octubre, que ahora hace mucho calor) y no ser tan optimista.

Si vendo 500.000 se puede pensar la adopción, Sorel. Claro que sí.

No padezcas, Nata, esa foto se la entregaré al CNI para su custodia. Con la de espías me conformo con ir a Piles durante un par de meses, a domir la siesta todos los días. Besito.

María (Luna)julio 26th, 2007 at 10:42

Rafael: Lo digo de broma, si te leo todos los días…¿Cómo no me va a gustar?

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