Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

A la botella de anís

Gracias por guardarme el sitio.

Ahora a ver si consigo pasar un rato sentado.

El jueves me fui a celebrar el cumpleaños de mi hija comiendo con amigos.

Aquí estamos, yo, Toni López Lamadrid, Luis Landero y Juan Cerezo.

Espero como agua de mayo la biografía que Toni y Juan tienen ya lista para publicar en Tusquets sobre Luis Martín Santos, así que hablamos de Martín Santos un rato. Para mí, la clave de su personalidad es que era un «adelgazado», un ex-gordo. Toni nos contó que él le había conocido, que se había tomado unas cuantas copas con él: para Toni lo más interesante es que Martín Santos era un tipo con doble vida. Landero, con el primer whisky, se explayó sobre la relación entre Benet y Martín Santos, y habló con la pasión y precisión con la que sólo puede hacerlo uno de los más grandes escritores españoles tras dos copas. Luego Luis contó terroríficas historias sobre dos pájaros de presa que sobrevuelan Olavide y le arrancaron la cabeza a un canario que él tenía en el balcón; Toni contó no menos fabulosas historias sobre su disipada juventud donostiarra; Juan y yo les tirábamos de la lengua y le íbamos proponiendo a Luis títulos para su nueva novela.

No le convenció ninguno.

Al día siguiente, con una resaca de cierto calibre, leí una entrevista con Álvaro Pombo

Apasionante. Nada más idóneo para una resaca que leer a Pombo, con su humildad franciscana, hablando de «mis tres o cuatro grandes fases creativas«. Afirma que «ahora estoy en la tercera o cuarta«.

¡Ostras-pedrín!, exclama el resacoso en su interior, para recriminarse a renglón seguido: ¿Lo ves, cara candado? Si tú pudieras quedarte sentado un ratito en la silla, en el sitio que te han guardado, a lo mejor te metías de cabeza en una fase creativa o dos o tres, en lugar de hacer el mameluco por ahí.

Cuando todos teníamos veinte años leímos en el periódico que en un premio de cuentos muy importante el finalista había sido Álvaro Pombo. La ganadora fue una estudiante desconocida (para los lectores de Álvaro Pombo): Graciela Baquero. ´

-Jódete, Pombo, a ver si espabilas -decíamos entre carcajadas en el bar de Juanjo los amigos de Graciela, brindando con coñac 103 (que era nuestro veneno preferido entonces).

Aquel cuento, Pintura sobre agua, lo publicamos en la revista que hacíamos en la universidad. Era un gran cuento, sobre unos yonquis de clase obrera, un suicidio y la muerte del padre en un conflicto laboral.

A Pombo le pregunta la entrevistadora sobre el compromiso de los escritores, si no están «demasiado tranquilos ante el drama ajeno«.

No sé, que cada palo aguante su vela» -responde Pombo, aunque él, asegura, se ha movilizado mucho por causas justas.  «Estuve dos fines de semana ayudando a recoger firmas» contra la guerra de Iraq.

Después de aquel premio en los años ochenta, Pombo, el activista, ha ganado todos los demás, incluso el Planeta, al que se presentó «por dinero y diversión«.

Graciela no.

Pombo ha escrito otra novela, al parecer, y cuando le preguntan «qué supone en su carrera literaria«, no tiene duda:

Ha supuesto, en primer lugar dinero y en segundo, diversión«.

Vaya. Bueno. Vale.

Graciela no. Sus maravillosos Poemas de tijera los enviaba por mail a todo quisque: a mí me entusiasman.

¿Cómo entiende Pombo la diversión de escribir?

«Esa diversión creadora es de alto standing, o alta gama, como construir o conducir un Ferrari«.

Toma del frasco.

¿Construir un Ferrari es divertido? ¿Se parten el culo de la risa los obreros en las fábricas de Ferrari? Primera noticia.

Graciela no creo que escriba como si condujera un Ferrari. Dudo que se divierta conduciendo Ferraris.

Yo creo que escribe a pie. Es más: estoy convencido de que escribe descalza, tocando el suelo con la piel.

Conociéndola, puede que Graciela escriba desnuda.

¿Te imaginas a Pombo escribiendo en pelotas? ¿A que no? A Graciela yo sí.

No muy a menudo, pero en ocasiones sí soy capaz de imaginarme, como un relámpago, a Graciela escribiendo desnuda.

Por lo que leo, parece que escriba desnuda y a mano: con las dos manos a la vez.

Esa misma noche, tras leer la entrevista con Pombo, qué casualidad, volví a ver a Graciela:

Mírala, ahí estaba, cantando con su marido, Dani. Cantaban Los locos de Buenos Aires, con letra en parte de Augusto.

A mí me parece que está mucho más atractiva que Pombo, ¿tú qué crees?

Y lo que escribe me sigue gustando más que lo que escribe Pombo. 

De hecho, ahí estábamos todos: Elia, Celia, Augusto, Chavi….

Ganas entraban de ponerse a recitar: Mirad: somos nosotros…

Como no podía ser de otra manera, fue una cena que organizaron Pilar y Jose en su casa. Cuando llegamos Jose estaba en el trámite de abrir la botella de vino número dieciséis (como buen profesor, Jose es muy ordenado y las iba contando):

En la foto se ve un poco de la barriga de Chavi y de espaldas a Pilar y a Celia. Celia de Anca y yo vivimos juntos un año, en Boston, pero ninguno damos muchos detalles, que luego se entera mi novia. Al lado de Chavi está Graciela, Dani, Jose abriendo el vino, Augusto (mi psicoanalista de cabecera: de hecho, leo a Freud sólo para discutir con él) y Violeta.

¿Cómo acaban estas cosas?

Así: acaban cantando.

Chavi a la guitarra y yo a la botella de anís, ese gran instrumento musical popularizado por Ismael y la banda del Mirlitón. No sé por qué las grandes orquestas siguen ignorando la botella de anís, que sustituye con ventaja a los platillos y al obóe.

Jose tenía una auténtica botella de anís Castellana con la que interpreté, con la cuchara como un arco de violín, esos inmortales temazos de Hilario Camacho y de La Romántica Banda Local, los que siempre cantamos a partir del cuarto whisky.

 

Graciela nos regaló, además, su último libro: Crónicas de Olvido, en la editorial Mundos Posibles. www.mundosposibles.es

Comments (53)

rafaelreigfebrero 5th, 2009 at 20:39

Oiga, Otoski, me ha hecho mucha gracia esa versión de Celia Cruz, muy bueno, plas, plas. Debería publicarla.

Jordi Santamariafebrero 8th, 2009 at 9:33

Lo que sí podría hacer el autor de este blog o directamente aplicarlo sus comentaristas, es presentarse con nombre y apellido.
Este uso se suele hacer en la realidad a descubierto. Es un hecho cotidiano y natural, que yo sepa realizado por adultos, y que sólo se salta en la etapa adolescente de chats, con pseudónimos y nicks; así como en los luchadores de wrestling…
ambos ejemplos de dudosa madurez.
¿Alguien/es tiene miedo a ir con nombre y apellido por la vida?

locafebrero 13th, 2009 at 17:37

envidia me da no poder gozar de vuestra amistad viéndoos alrededor de esa mesa de amigos

dicen que estoy loca, pues firmaré como loca

(estoy de paso porque no tengo internet en casa y hoy, por casualidad, me he conectado gratis en una biblioteca municipal madrileña… y ya me dan aviso para que corte)

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