Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

¿Arrepentidos?

He estado unos cuantos días de salir mucho por ahí.

Ahora ya me he sentado en mi mesa y, como corresponde, me pongo a leer el Heráclito cristiano, que empieza:

Un nuevo corazón, un hombre nuevo
ha menester, Señor, la ánima mía;
desnúdame de mí, que ser podría
que a tu piedad pagase lo que debo.

Y, sobre todo, aquel «salmo» (el XXVI):

Después de tantos ratos mal gastados,
tantas obscuras noches mal dormidas;
después de tantas quejas repetidas,
tantos suspiros tristes derramados;

después de tantos gustos mal logrados
y tantas justas penas merecidas;
después de tantas lágrimas perdidas
y tantos pasos sin concierto dados,

sólo queda entre las manos mías
de un engaño tan vil conocimiento,
acompañado de esperanzas frías.

Y vengo a conocer que, en el contento
del mundo, compra el alma en tales días,
con gran trabajo su arrepentimiento.

Ni es de los mejores sonetos de Quevedo ni creo siquiera que sea un muy buen soneto (esas rimas casi ripiosas con participios en -ado e -ido, ese ritmo fácil por pura repetición machacona, ese razonamiento encorsetado, artificioso, esos adjetivos tan previsibles como planos: noches… oscuras, suspiros… tristes, etc.), pero a mí siempre me ha hecho mucha gracia.

Me gusta esa visión mercantil de la sabiduría: el arrepentimiento se compra. Y se paga. Y se compra, además, «en tales días».

¿En cuáles? ¿Qué días? ¿No serán más bien las noches?

Pareciera que dice que el arrepentimiento, que es la sabiduría final, se adquiere en esos días dolorosos en que por fin llega el «desengaño», acompañado de sus esperanzas frías, como si fueran la inevitable guarnición de patatas fritas o ensalada mixta.

Uno derrocha la vida en busca del placer, los bienes, etc., hasta que un día se da cuenta de el engaño: lo importante son los valores. Esos días de desengaño son dolorosos, pero es el ticket con el que se adquiere el indispensable arrepentimiento para el alma.

Sin embargo, también podría referirse a los otros días: las mal dormidas noches.

Esas noches de copas y pasos sin concierto, ¿no serán el inevitable precio para poder un día, en el futuro, arrepentirse?

El precio que hay que pagar para lograr arrepentirse no es, digamos, el dolor (del desengaño), sino el placer, las muchas horas, días, noches que parecían mal gastadas, pero que iban a una libreta de ahorros, para ir pagando ese arrepentimiento que, al parecer, le debemos al alma acreedora: ese corazón nuevo, ese hombre nuevo, porque las ánimas nuestras no se resignan a que seamos como somos.

Son insaciables, avarientas gargantas, con nada se conforman.

A mí me gusta leerlo así.

De joven, estábamos de copas, tarambanas a las tantas, y mirábamos a lo lejos la raya del amanecer, que iba desgarrando un descampado de Moratalaz como si fuera un arañazo en la piel de un muslo, una cintura, una mejilla; hasta hacer sangre, para dejar huella.

Entonces yo repetía muchas veces: ¡Y pensar que con noches como ésta vamos comprando el arrepentimiento de mañana!

-Otra copa, troncos, para el día de mañana.
-Si no fuera por estos ratos.
-¿Habrá algo abierto?

Lo había. Belén siempre estaba en posesión de noticias sobre el próximo bar.

Con otra ronda de coñac 103 (era lo que bebíamos entonces), recuperábamos las ganas de seguir bebiendo (que debe ser como resucitar).

-¡Mal se nos tiene que poner! -solía decir Chavi a esas horas, como si estuviera invocando a dioses crueles e imprevisibles.

Luego mirábamos, hacia Moratalaz, como si pasáramos el dedo recorriendo la cicatriz de tantos amaneceres: esa línea curva, enrojecida entonces, pero que se ha ido volviendo pálida y muy delgada con los años.

Dicen que arrepentirse viene de poenitere (sentir dolor, hacer penitencia…), pero yo no me lo creo del todo: se dice así porque es algo que nos alcanza de repente, el día menos pensado, por la espalda.

Vamos acumulando depósitos, poco a poco; cantidades minúsculas, pero tenaces; como si fuera una cuenta ahorro-vivienda. Entonces, cuando ya nada esperábamos, nos encontramos con todo un capital acumulado que llega de repente, y pagamos por fin la deuda, compramos el dichoso arrepentimiento del alma, desengañados.

La moneda con la que pagamos es esa calderilla de noches rozando las paredes con las manos, esa dilapidada juventud, esos billetes doblados en cuatro, metidos en el bolsillo de atrás del vaquero, y que han sido lavados, centrifugados y tendidos.

Tú, ¿con qué piensas comprar tu arrepentimiento, cuando se presente al cobro? ¿Qué has derrochado? ¿Dinero o signo que lo represente? ¿Mal dormidas noches? ¿Tu vida perdida por delicadeza, como decía Rimbaud?

Oisive jeunesse
A tout asservie,
Par délicatesse
J’ai perdu ma vie.

(Como quien dice, «Ociosa juventud, esclavizada por todo, por delicadeza, yo he perdido mi vida».

Perdona el rollo, pero como no puedo poner fotos (no está de Dios o de don Blogger), pues algo tenía que contarte sin ilustración.

Mientras tanto, ¿te canto al oído una canción? ¿Con la voz de arañazo de Edith Piaf?

Non, je ne regrette rien…

Comments (20)

Más claro, aguanoviembre 14th, 2008 at 12:06

Qué pesadez eso del arrepentirse… ¿Y ante quién? ¿Se puede negociar? ¿Admite ser invitado a una copa mientras lo hablamos? ¿Hay que arrepentirse rimando en -ado/-ido? ¿Hasta que hora está abierto el bar «El Arrepentimiento»?.

Me gusta mucho la nueva decoración de esta su casa, Sr. Reig 😉

Un abrazo.

Albertonoviembre 14th, 2008 at 13:41

qué guapo el nuevo diseño.

Bárbaranoviembre 14th, 2008 at 15:39

A mí lo que me sucede es que nunca sé si estoy pagando una factura atrasada o adelantando el importe de un nuevo arrepentimiento…
De Piaff prefiero el Johnny tu n´es pas un ange, cantada a grito pelao?
Besos
P.D: a mí no me gusta el nuevo formato impuesto, a mí me gusta que las cosas permanezcan del mismo modo, en el mismo lugar, durante más de 100 años…

Rosáceonoviembre 14th, 2008 at 17:22

In girum imus nocte, et consumimur igni, que decían los romanos de las polillas (y Guy Ernesto después).
Salud!

Maribelnoviembre 14th, 2008 at 22:19

En mi caso, después de pasar algunos años entre balances y cuentas de explotación, decidí crear una ??provisión para el arrepentimiento?, por si acaso. De manera que si a ese tipo le da por fijarse en mi (intentaré que no lo haga) lo paso directamente con el fondo y que se cobre él mismo, si puede. A mí que me registren. ¿Qué te parece?

Non! Rien de rien, Rafael.

Ay, con lo que me gustan las fotos?

Besos

Los criticonesnoviembre 15th, 2008 at 19:25

Será difícil no arrepentirse en el momento del arrepentimiento, y la interpretación convenida del salmo es un cinismo que uno se permite, un sofisma. Cuando llega el arrepentimiento del que habla, llega la desolación y la desesperanza. No hay canje por placer.

Es como saber que hay un muro y seguir pisando el pedal. Quemarse, consumirse voluntariamente en los fuegos fatuos de la noche et al. Es existencialismo en el XVII.

ARM

Belénnoviembre 15th, 2008 at 23:07

Ooh, qué bonita has puesto la casa. Enhorabuena al decorador.

Yo me pregunto: ¿qué habrás hecho tú últimamente, para andar dándole vueltas a si te arrepientes o no?

Besos, crápula.

brendanoviembre 16th, 2008 at 22:12

A estas alturas……..48 años bajo el sol y la luna, la verdad es que me arrepiento de pocas cosas….¿sabes por qué?….pues muy facil….porque me comprendo a mí misma en el pasado…..todo lo que he hecho tiene razones que sólo mi corazón y yo conocemos…..Esto para muchos es soberbia……para mí es aceptación.
Es un placer leer lo que escribes….gracias por estos momentos tan agradables….aprendo y pienso con tus palabras.

La chica automaticanoviembre 17th, 2008 at 3:21

Será porque el sambuca no ha terminado aún de salir de mi cuerpo, pero dos días después del borrachismo más brutal en Shanghai me arrepiento ante todos. ¿No recordar dos horas de tu vida – me planteo acudir a una sesión regresiva porque al parecer dije e hice cosas que jamás evocaré – computa el doble en la libreta esa de la que hablas? Saludos chinescos.

llorençnoviembre 18th, 2008 at 9:23

Si me cantas «Amsterdam», de Jacques Brel, acepto. Bowie la versiona, y muy bien, en uno de sus primeros discos.
Lo que me gustaría es ahorrar para no arrepentirme de nada. El problema es que no sé guardar nada debajo del colchón, sólo alguna revistilla porno en sus tiempos, y de eso no me arrepiento en absoluto.
(Me gustaba más la otra decoración: ahora da la sensación de cuando vas al bar de siempre, lo han pintado y remodelado un poco, y te sientes raro, al principio: coño, éste no es mi bar!)
Abraçada.

Belénnoviembre 18th, 2008 at 13:25

¡Llorenç! ¡Qué acierto, el «Ámsterdam» de Brel! Una de las mejores canciones jamás escritas, ¿verdad? Très bien écrit, mon copain.

Angelanoviembre 18th, 2008 at 22:17

Yo me estoy trabajando mi arrepentimiento del día de mañana siguiendo la máxima, «Si no puedes ser un gran ejemplo, procura ser una advertencia espantosa.»

Me ha encantado todo. El soneto y el texto. Yo me gasto por deporte, porque siempre será mejor que quedarse en casa arrepintiéndose de no tener la oportunidad de gastarse un poco.

Que se lo digan a Keith Richards.

aurellenoviembre 19th, 2008 at 16:07

Off topic:

He encontrado un tío que se ha demorado en la obra de Marías, don Javier, (que ya son ganas) y le ha ido espigando torpezas y disonancias. Este buen hombre (el analizador) se merece el Premio a la Resistencia Neuronal a la Lluvia de Cascotes Literarios.

Hélo:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21076

(¿o es «helo» sin tilde?)

Jack Celliersnoviembre 20th, 2008 at 10:40

Estimado Sr. Reig:

No hace demasiado tiempo que descubrí Público, y con él a Ud. El poco tiempo ha bastado para disfrutar no sólo de su estilo e ingenio sino de algo que por estos días es menos frecuente: su apego a la buena lógica y su rechazo de los clichés en favor del pensamiento independiente, que como bien ha comentado Ud. recientemente puede llevarlo a uno a lugares ingratos, como la incomprensión de gente cercana o la eventual coincidencia con personas que uno detesta.

Sé bien que invitar a alguien que uno no conoce a leer algo, aunque sea un blog, es en el fondo una descortesía, ya que pone al interpelado en la incómoda situación de sobrellevar desconocidas expectativas y quizás decirle cortesmente a alguien que lo que escribe es francamente aburrido, todo lo cual es sin duda incómodo.

Aún así me tomaré la libertad de invitarlo a mi blog, con entera libertad no sólo para calificarlo como le dé la gana, sino incluso para no calificarlo en absoluto. Tengo sin embargo la esperanza de que le guste, si puede sobrellevar una buena cantidad de inevitables argentinismos.

En particular me gustó mucho su entrada sobre Rodolofo Walsh, alguien muy cercano para muchos argentinos. Muy cercano para mí.

Salud.

el paseantenoviembre 20th, 2008 at 10:42

García Viñó no es un tío cualquiera Aurelle. Es el jefe de La Fiera Literaria… y enemigo acérrimo y reconocido de Marías, entre muchos otros. Por cierto a la Grandes, íntima de don Reig tampoco la pone en muy buen sitio. De Reig que yo sepa no ha dicho nada… aunque tampoco creo que le guste mucho.

Anónimonoviembre 20th, 2008 at 12:40

Gracias por estas entradas poéticas. Me gusta tu enfoque.

El hada de los tiemposnoviembre 20th, 2008 at 14:57

¡¡¡Hola!!! Soy el Hada de los tiempos. Estoy buscando escritores de cuentos de hadas (especialmente del siglo XX y XXI). ¿Conoces alguno? ¿Me ayudarías a incluirlos en el Bosque Antiguo? ¡¡¡Gracias!!!

loscuentosdehadas.blogspot.com

Anónimonoviembre 20th, 2008 at 18:30

Que manera de escribir tiene usted, lírica de lastre llamaría yo a esto, o Lírica Desastre.

rafaelreignoviembre 22nd, 2008 at 8:48

Yo siempre admito ser invitado a una copa, Más claro, y la agradezco.
Y me alegro que les guste el nuevo sitio.
Pues sí, contabilidad, usura a veces, así es la vida.
Yo también soy misoneísta, Bárbara, como acabo de confesar en otra entrada. Un beso.
Salud, Rosáceo.
Bueno, Maribel, hoy he puesto muchas fotos, para complacerte. Un beso.
De acuerdo en lo del existencialismo barroco, criticones.
Que no he hecho nada… malo. Un beso, Belén.
Gracias a ti, Brenda.
No te preocupes, automática, esos intervalos de olvido son inocentes y, a menudo, hasta piadosos. Un beso.
Un abrazo, Llorenç.
Ja, ja… un beso, Ángela.
Todo lo contrario, Jack, le agradezco la hospitalidad de invitarme a ver su blog. En cuanto pueda le rindo visita. Un abrazo y gracias.
Oiga, adivino, ¿no basta con un link? No nos torture con esos folios, ande.
Besos y abrazos
Reig

leonoviembre 26th, 2008 at 17:50

Muy buen diseño, te felicito. Sitio totalmente renovado.
Saludos Leo.

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