Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Sueños capicúas

El viernes por la tarde me fui a la SER a charlar con María Guerra y Julio Rey (de Gallego & Rey).

Julio y yo vamos de becarios, en pleno verano, cuando el equipo titular está al completo en chanclas al borde del mar, con los dedos grasientos de tanto pelar gambas y con espuma de cerveza en los labios. Entonces saltamos nosotros al terreno de juego, los que hemos pasado el invierno calentando el banquillo, esperando una oportunidad.

Nosotros lo damos todo. Sudamos la camiseta. A veces incluso metemos un gol de cabeza.

El sábado me fui a recoger a mi hija Anusca a Alcocéber, que estaba allí con mi hermana Columna.

Es que se iba a llamar Pilar, pero mis padres decidieron que al fin y al cabo no había tanta diferencia entre un pilar y una columna, y eligieron Columna.

Cuando bajé del Auto-Res ya me habían pedido una cervecita en el bar de al lado de la parada, el Dora.

¿Te has fijado que en la mesa del fondo hay un ser humano (una mujer, en apariencia) con camiseta blanca y que está comiendo con las gafas de sol puestas?

Las personas que comen con gafas de sol me hacen perder la fe en la humanidad, no lo puedo evitar.

Por la noche fuimos Columna y yo con Anusca y su amiga Vega a un lugar en el que había fiesta infantil.

La fiesta infantil consistía en un ser humano calvo, con gafas de montura plateada y guayabera blanca, que tocaba un órgano electrónico y cantaba canciones de Gaby, Fofó y Miliki, rancheras, corridos y clásicos melódicos en italiano macarrónico y con acento inverosímil, además de instruir a los niños para que hicieran de pingüinos, ranas, vagones de tren o procesionarias del pino.

También había una plataforma de papás trasegando whiskies y mamás dándole al gintónic y a los cigarrillos light.

A veces se tropezaba alguno de los más pequeños y la correspondiente mamá se agachaba a recogerlo: a menudo se le veían las bragas tanga. Los papás aplaudiamos y pedíamos otra ronda.

A las mamás que no hacen top-less se les veían los pechos blancos, resplandecientes, con el latido de las constelaciones: un lugar en el que apoyar la cabeza.

«Los pájaros tienen nidos y los zorros madrigueras; sólo el hijo del hombre no tiene un lugar en el que apoyar la cabeza«, algo así decía el Evangelio, ¿te acuerdas?

El ser humano del órgano electrónico ponía a los más pequeños a hacer un tren (como si fuera Juan Benet, por ejemplo, en su mítico chalet de la calle Pisuerga) y cantaba:

Al compás del cha-ca-chá,
del cha-ca-chá del tren,
que gusto da viajar
cuando se va en exprés…

A las mamás y a los papás, ya con un número de copas múltiplo de tres, aquello nos parecía la cima del erotismo refinado, y nos sonreíamos unos a otros con los ojos brillantes.

«Si no fuera por los críos…«, dijérase que nos decíamos, por vía telepática.

Y cantábamos con voz ronca y añadiendo comillas de traviesa intención:

–¡Qué gusto da «viajar«…!

Las personas sencillas tenemos esa ventaja: con cualquier cosa somos capaces de ser felices. Con lo que esté a nuestro alcance tenemos bastante.

Ayer, domingo, vuelta a Madrid Anusca y yo, en el condenado Auto-Res (los trenes ya no existen en este país, salvo el AVE de las narices; el transporte público en general está mandado recoger).

Anusca se aburría tanto que se dedicó a fotografiarse un pie con la cámara.

Al final, con fotos de su pie, de los dedos de su mano, de un zapato y del perrito de peluche, se quedó dormida

¿Qué estaría soñando? ¿Lo sabes tú?

El sueño de Anusca nublaba las ventanillas del autobús, empañaba los cristales y mi corazón multitudinario.

Cuando yo me quedé dormido, Anusca se acercó y se puso a escribir con un dedo sobre mi corazón empañado.

Luego yo lo he leído desde dentro, desde el otro lado del vidrio, al revés.

No importa nada: todo lo que escribe mi hija es como su nombre, es capicúa, palíndromo, se lee igual de un lado que del otro, desde dentro o desde fuera, hacia la izquierda o hacia la derecha, con los ojos cerrados o abiertos.

Se entiende siempre: Ana lava lana.

Comments (20)

Antonio Piera. Madrid.julio 30th, 2007 at 5:55

Recuerdo con cierto rubor las reuniones de padres jugando a papás y mamás, el erotismo latente en el «lo he hecho yo, con estas manitas…» o con otras partes del cuerpo menos inocentes o más convenientes, el travieso juego de las hipótesis «sé cómo y con qué hacerlo de nuevo» y sé además que tu lo sabes. Siempre me he preguntado qué espacio discreto o habitación con puerta verde haría falta para impulsar una orgía paralela mientras los ninios ajenos y propios jugaban a las nada inocentes tinieblas, del mismo modo que me inquietan las razones del feroz erotismo que despierta entre la población de a pie, léase gremio de la construcción, las embarazadas.
¡Ah!, con nuestro común Juanín compartimos palíndromo: AMO ROMA.
Abrazos, Rafael (date una vuelta por mi «casa» a mirar una de Bécquer).

capicuaucipacjulio 30th, 2007 at 7:05

Dábale arroz a la zorra el abad

Albertojulio 30th, 2007 at 7:41

El verano le ha puesto sensiblero, Rafael… y que siga por mucho tiempo si nos va a brindar delicias como esta.

El final del post me ha recordado una película de palíndromos que me encantó en su momento (aún era fácil de impresionar, no sé que tal sentaría una revisión): Los amantes del círculo polar.

Sidramarijulio 30th, 2007 at 7:54

Eh, eh! Un momento! Qué es eso de que sólo quedan trenes de alta velocidad? Por aquí nos quedan de los lentos, estrechos y retorcidos, de los que en el billete, como en el de las tómbolas, incluyen sorpresa segura. También dan derecho a disfrutar de transbordos ocasionales (turismo ferroviario), ausencia de bar (y hasta de máquina de bocatas y cervezas)y retrasos diseñados para fomentar la amistad con el compañero de asiento. El paisaje incomparable, eso si.

Ana lleva al oso la avellana.
Ana la galana.

Ácrata Pérezjulio 30th, 2007 at 8:12

Qué bonito su palíndromo, doctor Reig. Por cierto, le envío el suyo:

RAFA Y FARRA

Le pega mucho, doctor Reig, y cómo vive. Así no hay quien escriba. Me gustaría tenerlo por vecino.

Abrazos, sozarba

lenitajulio 30th, 2007 at 8:12

nunca había visto las fiestas infantiles desde el punto de vista de los papás jajaja¡ ya estoy deseando que crezca mi sobrino para llevarle a algunas de ellas¡

Anonymousjulio 30th, 2007 at 8:49

Ama soledades la fama, ama falsedad el Osama.

Acá Cela vale caca.

A la gorda, drógala.

(Cortesía de Gilberto Prado, poeta mexicano, recordman mundial de palindromistas)

Doloresjulio 30th, 2007 at 10:03

Estoy intentando mandarte una foto de pies, pero no puedo. Es que este fin de semana han venido las chicas a verme…las chicas son las compañeras de carrera, Gracia y Mariajo. Como el embarazo vuelve a estar delicado me toca hacer reposo reposísimo otra vez, y así y todo las chicas vinieron, estuvieron los dos días metiditas conmigo en casa, de cotilleos, risas, cervecitas (la mía sin alcohol…bueno está).

El caso es que Gracia que tiene arte pa tó, nos pintó florecitas de colores en las uñas de los dedos gordos, y el día que se iban nos hicimos fotos de pies…quedaron bien bonitos.

Por si quieres probar con Anuska sólo necesitas dos esmaltes de colores que a ella le gusten; dejas caer una pequeña gota en el centro de la uña (de un color) y después colocas otras gotas alrededor de esa (del otro color). Como las uñas de Anuska son pequeñas podeis utilizar palillos en lugar de los pinceles que vienen en los esmaltes. Si os queda bien le pasais luego un esmalte transparente para que dure más tiempo. VOILÁ!

Oye, no sabía que el embarazo resultara erótico…en frente de mi casa hay una obra…voy un ratito al balcón!!

Un saludo Rafael, y mucha Salud.

Gustavojulio 30th, 2007 at 10:12

Preciosa esta entrada tuya. No obstante debo protestar, y energicamente, contra tu apreciación de los que llevan gafas de sol en las comidas. Seguramente a esa mujer le pasa lo que a mí: le da el sol y le hace daño a la vista; es algo bastante incómodo, por cierto, cuando te tienes que sentar en un sitio donde da el sol y, como se puede comprobar, acabas pareciendo una especie de ser siniestro pervertido (lo cuál le dota a uno de cierto morbo)

Némesisjulio 30th, 2007 at 10:37

D. Rafael;

Le mando un palíndromo kilometrico y bello que encontré de casualidad; para comerlo en terraza, regado con cerveza helada y gafas de sol de famosilla apaleada.

Adivina ya te opina, ya ni miles origina, ya ni cetro me domina, ya ni monarcas, a repaso ni mulato carreta, acaso nicotina, ya ni cita vecino, anima cocina, pedazo gallina, cedazo terso nos retoza de canilla goza, de pánico camina, ónice vaticina, ya ni tocino saca, a terracota luminosa pera, sacra nómina y ánimo de mortecina, ya ni giros elimina, ya ni poeta, ya ni vida. (de Ricardo Ochoa)

Betajulio 30th, 2007 at 12:23

A veces salir desde el banquillo tampoco está mal. Rafa, no es por preocuparte, pero yo suelo mirarme los pies cuando (esporádicamente) me he fumado algo.

Besos

María (Luna)julio 30th, 2007 at 12:25

Je,je…No me extraña que Anusca se durmiera del aburrimieno. Pero es lo mejor para pasar un buen viaje. Aunque luego un@ tenga tortículis.

Opción Cjulio 30th, 2007 at 12:28

¡Qué humanista te veo hoy, Rafael!. Así me gusta, preocupado por las pequeñas cosas: las mamás, los tangas, los pechos sin broncear? ¡la vida!. ¿Acaso existe algo más importante?. Pues? no.
Es cierto, las personas sencillas nos entretenemos con bastante poco. En mi caso, con una mosca que pase. No sé cómo lo hago, pero de repente me encuentro en el centro de salud hablando con un señor que no conozco de nada y que me cuenta, con pelos y señales (nunca mejor dicho), la operación de su rodilla. Lo curioso es que me gusta escucharlo.
¡Claro!, luego pasa lo que pasa: siempre me falta tiempo para componer, como dios manda, esos trabajos tan serios e importantes que van a determinar mi aptitud para no sé qué historia.
En fin, yo esta tarde (como casi todas) me conformo con saborear el mar. El agua está divina; de momento, libre de medusas y de medusos.

Besos compartidos (de izquierda a derecha o de derecha a izquierda)

Rafael Reigjulio 30th, 2007 at 15:03

Cuánta razón tiene, don Antonio. Mi amigo Constantino Bértolo me propuso una vez un negocio. Llevábamos a los niños a una piscina de bolas de esas y pensamos en lo bueno que sería poner habitaciones arriba para los papás y mamás. Habría quien las usara incluso con su pareja….
Le visito, don Antonio, y le envío abrazos grandes.
¿Sensiblero? Pues me disculpo, Alberto. Yo, como decía Bergamín, prefiero sensibilidad, no sensiblería. Inteligencia, no intelectualismo. Etc. No he visto esa peli…
Y tienen ustedes, querida Sidramari, ese lujo del Transcantábrico, con camarotes con ducha, donde puede uno… en fin, rellénese a gusto de cada quien. Un beso lisérgico. Gracias por los palíndromos.
´No me eche mala fama, Ácrata, que yo soy muy trabajador…. Abrazo.
Cuando su sobrino crezca, Lenita, le invito a un cumple de mi hija…. Beso.
Muy buenos, anónimo.
Qué bonitas uñas. Feliz embarazo, Dolores. Lo probaré (el esmalte, no el embarazo). Y suerte con los obreros. Beso grande.
En ese caso, Gustavo, se permiten las gafas, sin problema. Pero es que ese ser humano me dio la impresión de que las llevaba por otro motivo…
Impresionante, Némesis, impresionante. Gracias.
Beta, cariño, no me alarmes. ¿Tú crees que mi hija…? Desde luego, ella liar cigarrillos ya sabe (la enseñé yo). En fin, beso enorme y gracias por tus crónicas neoyorkinas.
Sí, ojalá yo me hubiera dormido también.
Besos en el centro, Opción C, y sí, a mí también me gustan las cosas sencillas.

rojulio 30th, 2007 at 15:23

Si escribo algo ahora, ¿Rafel tendrá que contestarme a mí sola?…para Herodes y para mí, una fiesta de esas se parece una barbaridad al mismo infierno

natajulio 30th, 2007 at 19:17

tierno a la par que erótico festivo, rafa, vas a resultar ser el hombre perfecto -así, con imperfecciones y todo-. felicitaciones a tu chica.

un beso fugaz

(ando enloquecía con los finales de julio, como siempre)

Anonymousjulio 31st, 2007 at 0:43

Hola Rafa.

A mí todo esto me parece fenomenal. Y me encantan los trenes. Una vez hasta cogí uno.

Pero sobre todo fenomenal leer tu blog, y lo hago siempre, aunque participe casi nada; echar un vistazo, porque si no, termino mirando las páginas del atlético de madrid (hoy dos se han metido de leches en el entrenamiento, y uno de ellos le ha dicho al «público de la sesión de entrenamiento» que baje si se atreve, que tiene otro ramillete debajo de la indumentaria). Tu blog lo prefiero porque veo terrazas, dibujos, palíndromos, gente que come con gafas de sol y cosas así.
Es que cuando no estoy en el Hotel Kafka, estoy en casa de mis padres en gayumbos y no entiendo muy bien el mando del aire acondicionado que han puesto y cosas así -me parece que estoy dándole a un botón que hace que les funcione a los vecinos la cobertura de los teléfonos móvil (en serio)-.

Voy a echar de menos las clases, porque ahora no sé qué coñes leer. Me he comprado tres hoy. Uno va de un pirao que trafica no sé todavía el qué. Me mola porque la portada es muy vasta y así me toman por lo que soy en el autobús.

Que eso, que a ver si empieza la rutina otra vez, que los whiskis en las terrazas y las mozas buenas (buenas, pero sobre todo malas, se entiende)pasando de aquí para allá, es un rollo. Y que vuelvan las clases y me dices qué leo, porque ha llegado verano y todo el mundo está muy ocupado. Qué ganas, macho, tengo del puente de Todos los Santos.

Perdona el tocho y un abrazo.

Alberto.

FVjulio 31st, 2007 at 3:08

Robo con nocturnidad: «No importa nada: todo lo que expresa Sara Baras es como su nombre, es capicúa, palíndromo, se lee igual de un lado que del otro, desde dentro o desde fuera, hacia la izquierda o hacia la derecha, con los ojos cerrados o abiertos. Se entiende siempre: Sara Baras Sara Baras»

Albertojulio 31st, 2007 at 3:46

Quise decir sensible Rafael, disculpe usted en todo caso. En cuanto a la película, a mi me encanta el cine, y me gusta Julio Médem, me parece uno de los pocos directores interesantes del actual panorama nacional. Es una película circular, palíndroma y muy poética. Si le atrae Médem le aconsejo la película, si no, no me atrevo del todo…

Abrazo

Rafael Reigjulio 31st, 2007 at 8:16

Para ti sola, claro, Ro, siempre te escribo al oído. El infierno es acogedor, te lo digo yo.
¿Hombre perfecto? Nata, querida, eso es oxímoron, como «inteligencia militar», «mujer buena», «el pensamiento navarro», etc. Un beso menos fugaz.
No, Alberto, gracias por el tocho. ¿Lecturas? Me he leído «Desgracia» y me ha gustado mucho, te la recomiendo. Y buscaré algunas más.
Ja, ja… Sara Baras, no está mal.
Oiga, Alberto, que no me ofendo ni nada aunque me considere sensiblero. No sé si me gusta Medem, creo que no he visto ninguna película suya. Abrazote.

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