Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

En compañía de López

Muchas de las noches más despeñadas y memorables que he vivido las he pasado en compañía de López, mi amigo más antiguo, al que conozco desde los dos o tres años.

Alguien podría pensar que todos mis amigos siempre han tenido esa extravagante obcecación por escribir una novela. Ni mucho menos. Muchos de mis mejores amigos no son escritores. Suena un poco como: muchos de mis mejores amigos son homosexuales, ¿a que sí? No tengo nada contra los que no escriben, muchos de mis mejores amigos…

Tengo amigos revendedores de tarjetas de transporte, electricistas, profesores y hasta ingenieros de caminos, canales y puertos.

López, aunque escribió y escribe elegantes artículos, nunca se propuso hacer una novela. Sí escribió, a los dieciséis años, una teoría metafísica que, según recuerdo, refutaba a Descartes, le dejaba con un palmo de narices, lo que se dice planchado.

Me enseñaba un manoseado ejemplar de las Meditaciones metafísicas, con copiosas anotaciones en los márgenes, y me explicaba:

«Hasta ahora todos los metafísicos han tropezado en la misma piedra, Reig: ¡los putos animales! Es que no hay por donde cogerlos».
«¿Metafísicamente hablando, te refieres?»
«Claro, tío, claro».

No llegué a entender bien cuál era el gran obstáculo zoológico que había impedido el avance de la Metafísica (y que López acababa de superar, al parecer), pero seguimos hablando de otras cosas, como siempre. Hoy todavía tenemos multitud de cosas para hablar.

Cuando volví a Madrid, tras pasar un año en Boston, estuve haciendo el tonto una temporada, pero luego decidimos alquilar un piso a medias López y yo.

Aquí estamos, imagino, sopesando la decisión:

Siempre sopesábamos así: con una botella de coñac. Y algún libro sobre el que discutir (parece, en la foto, un Shakespeare, no estoy seguro). Luego nos lanzábamos a una jornada jarábica, en homenaje a Jarabo, el asesino múltiple, que era por entonces uno de nuestros personajes históricos favoritos. Escribíamos entonces los dos falsas biografía ejemplares y paralelas, como la de Fernando Falopio y Eustaquio Martínez: descubridores de trompas, con la que aún me río cuando la releo.

Encontramos por fin una casa algo destartalada, en la calle Castelló 13, con techos altos, un pasillo interminable y balcones desde los que se podían tocar las ramas de los árboles. Trabajábamos entonces López y yo en una oficina de análisis político o cosa semejante: hacíamos encuestas e informes, asesorábamos a candidatos, les escribíamos discursos, un poco de todo.

Teníamos 26 ó 27 años y ganábamos bastante dinero, aunque nos lo gastábamos todo en nuestra incurable afición a la golfería.

Semejante pinta tenía yo de oficinista:

Por aquella casa iban pasando amigos, vecinos, novias de uno y de otro (o de ambos). Una que conocí en una boda me vino un día a cuidar de un catarro: se metió conmigo en la cama conmigo y con una botella de Veuve Clicquot. Mucho más efectivo que el Frenadol, te lo aseguro. Como soy así y no tengo arreglo, aún conservo el tapón de esa botella (hola, Susana). Con los ojos cerrados, si aprieto la lengua contra el paladar, todavía recuerdo el sabor. También el del champagne, sí, aunque con mucho más esfuerzo.

Un día le pedí a López condones, que me había quedado sin.

«Están en su sitio, en la caja de herramientas» me dijo: «Coge los que quieras».

Era así. Un romántico. Un hombre ordenado, metódico, cartesiano (perdón: López había ido más allá de Descartes, sin duda gracias a su comprensión metafísica de los animales).

Por allí venían también las novias crónicas cuando atravesaban las fases agudas (cada vez menos frecuentes). Aquí está Paz en la legendaria (para mí) casa de Castelló:

Aquí estoy yo con mi habitual forma de trabajar, siempre ordenado y metódico:

Aquella casa al borde del Retiro no podía durar. Pasó así. Una novia mía se vino a vivir a la casa. A la semana, la novia de López también se instaló. Nos convertimos en una pintoresca familia, una especie de cena de matrimonios prolongada hasta la pesadilla, siempre con Mrs. López y Mrs. Reig.

Cuando López no estaba, Mrs. López se ponía en el salón a planchar en bragas y sujetador, mientras cantaba canciones folclóricas de su Salamanca natal (serían). Yo miraba de reojo e impetraba (no siempre en vano) auxilio divino, algún tipo de intervención sobrenatural que me disuadiera de tocarle el culo. Cuando yo no estaba, no quiero ni saber qué haría Mrs. Reig. Lo que sí recuerdo es un día que tuve que sujetarla para que no tirara por la ventana unas sillas que había traído López (no sé muy bien de dónde ni por qué, aparecía con muebles, como quien trae media docena de churros). Mrs. López discutía hasta la extenuación la diferencia entre ??invitar? y ??participar? a un próximo enlace. Mrs. Reig sentaba cátedra sobre la segunda cruzada, objetando algunas imprecisiones de Runciman. Y así todo el rato.

Mientras tanto, López y yo seguíamos igual, saliendo por las noches, bebiéndonos el agua de los jarrones, tomando una lata de fabada al amanecer en el Lady Pepa y acabando bien entrada la mañana en alguno de esos bares alarmantes cerca de Ventas, donde se bebía coñac, se hablaba en hexámetros sibilinos y había costumbre de invitar a todos los presentes, el día que uno llevaba dinero.

Consideramos la posibilidad de dar un portazo y dejarlas allí a las dos, en la calle Castelló número 13, para que se sacaran los ojos una a otra y luego descubriera la vecina los cadáveres, dos esqueletos atenazados en un abrazo, como si se hubieran quedado encerradas en un ascensor.

Al final, par délicatesse, decidimos poner fin a aquella interminable cena de matrimonios caníbales.

Me fui yo a otro piso con mi novia, al otro lado del Retiro. Pusimos selva por medio, aunque López y yo seguimos viéndonos.

Oisive jeunesse
à tout asservie,
par délicatesse
j’ai perdu ma vie.

¿A ti no te ha pasado lo mismo? ¿No has perdido tu vida por delicadeza?

Comments (34)

Más claro, aguadiciembre 10th, 2007 at 9:39

A saber cuántas brillantes ideas aterrizaron en el discurso de algún político fruto de la inspiración a la orilla de una sensual sesión de plancha… Si sus electores supieran…

Madre de los Panerodiciembre 10th, 2007 at 9:41

A mí sí me ha pasado. Por delicadeza perdí mi vida.

Opción Cdiciembre 10th, 2007 at 11:14

Por delicadeza me parece que no, pero por imbécil? casi. Y es que es muy fácil engañarse. Basta con repetir mentalmente varias veces lo que deseamos que encaje en nuestro cerebro (y en nuestra vida), después realizamos el ejercicio de cara al público y si conseguimos no tragar saliva al acabar de decirlo y mantener la mirada?¡bingo! Yo no he conseguido superar esa fase, probablemente, por culpa de los animales y su metafísica; o por falta de práctica, vaya usted a saber. Sea como sea, me alegro de ello. Antes morir que perder la vida, Rafael.

Besos

LUIS AM?ZAGAdiciembre 10th, 2007 at 11:17

Me apunto a su manera de sopesar con López o sin él.

tonydiciembre 10th, 2007 at 11:50

me encanta tu prosa rafa (sin mariconadas)
el chiste de tu niña ayer era muy bueno
abrazos

Anonymousdiciembre 10th, 2007 at 12:58

??En órbita con López?

Un delfín en el cielo, que no se cae al suelo,
la cola de un cometa que nunca llega a la meta.
Una estrella amarillenta que no es rápida ni lenta,
que tiene en algún lado un planeta congelado.
Esas son algunas de las cosas que vemos en la noche,
pero vemos muchas más en órbita con López.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.
Un cangrejo corredor que se acerca sin temor;
bajo una piedra plana, un peligroso escorpión.
De la selvas africanas surge un gran león,
y tenemos las dos osas: la mayor y la menor.
Esas son algunas de las cosas que vemos en el cielo,
pero en órbita con López las vemos los primeros.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.
Un satélite brillante que a veces pasa veloz,
sobre un cúmulo de estrellas o una nebulosa enana.
Una bola luminosa, nuestra luna, tan cercana,
ilumina cada noche mi planeta acogedor.
Esas son algunas de las cosas que vemos en el cielo,
Esas son algunas de las cosas que por la noche pasan.
En órbita con López, no se nos escapan.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.
Más estrellas que aparecen en el Toro y el Carnero,
en míticas reinas o en grandes guerreros.
En figuras de mentira de balanzas y gemelos,
en valientes cazadores y sus legendarios perros.
Ochenta y ocho figuras, ni una menos ni una mas, en órbita con López no te las perderás.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.
Un delfín en el cielo, que no se cae al suelo,
la cola de un cometa que nunca llega a la meta.
Una estrella amarillenta que no es rápida ni lenta,
Y que tiene cerca puesto un planeta gigantesco.
Un cangrejo corredor que se acerca sin temor;
Bajo una piedra plana, un peligroso escorpión.
De la selvas africanas surge un gran león,
y tenemos las dos osas: la mayor y la menor.
Esas son algunas de las cosas que vemos en la noche,
pero vemos muchas más en órbita con López.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.
Un satélite brillante que a veces pasa veloz,
sobre un cúmulo de estrellas o una nebulosa enana.
Una bola luminosa, nuestra luna, tan cercana,
ilumina cada noche mi planeta acogedor.
Más estrellas que aparecen en el Toro y el Carnero,
en míticas reinas o en grandes guerreros.
En figuras de mentira de balanzas y gemelos,
en valientes cazadores y sus legendarios perros.
pero en órbita con López las vemos los primeros.
CORO:
En órbita, en órbita, en órbita con López.
En órbita, en órbita, en órbita con López.

??Un delfín en el cielo?
CANCI?N DE SALIDA del programa de Planetario:

Seguro que a Anusca le encanta. Se buen padre y sal de este mundo en élla en lópez.

Ramon_the_3rddiciembre 10th, 2007 at 13:48

las mujeres y los amigos: Legendarios enemigos (entre si, claro)

a veces hay que decidir, pero lo mas sensato es marear la perdiz un poco y cuando te canses de la chica en cuestion, desaparecer misteriosamente por ahi.

estherpg86@yahoo.esdiciembre 10th, 2007 at 18:40

Eso de mujeres VS amigos me parece un tópico. Y repitiéndolo sólo conseguimos perpeturalo.

Las mujeres y los amigos no tienen por qué ser enemigos si son personas sensatas (porque si son impresentables no hace falta que sean ni mujeres ni amigos para enemistarse).

En todo caso es más fácil que sean amigos, ya que les une el cariño hacia esa tercera persona (por muy cursi que suene eso).

Lo que sí es más posible es que las mujeres de los amigos sean «enemigas» entre sí, que creo que es el verdadero problema de la historia de Rafael. Aunque esto, en cierta medida, también es un tópico (por desgracia muy típico).

Y eso de desaparecer cuando te canses de la chica (o del chico)… mejor pasarlo por alto. Hay que tener un poco de empatía.

Por cierto, espero no tener que pronunciar nunca esas malditas palabras «por delizadeza perdí mi vida». Aunque a veces no está de más perder una pequeña parcela de ella para darse cuenta del error antes de perderla entera.

Rafael, me niego a creer que ese oficinista seas tú…

Rafael Reigdiciembre 11th, 2007 at 6:56

A saber, o cuántos malos pensamientos…
Ja, ja, doña Felicidad, ¿así que ahora lo llama usted delicadeza? Qué curioso. Lea el poema de su hijo Leopoldo María dedicado «a mi desoladora madre»…
Muy de acuerdo, Opción C,y muy grande un beso.
Sopesaremos, don Luis.
Gracias, Tony. Se lo diré a Anusca.
Tiene buena pinta, pero ¿qué es Planetario? ¿Una película? ¿Un sitio?
Bueno, no siempre, Ramón. No siempre son enemigos entre sí, ni mucho menos. En cuanto a su consejo, en mi caso es inaplicable: casi siempre se cansan antes las chicas de mí que yo de ellas. Soy hombre de costumbres y pegadizo. Un abrazo.
Bueno, los tópicos también pueden ser verdad. Los paranoicos a veces tienen enemigos, etc. En la historia que yo he contado no creo haber hablado de que mis amigos se pelearan con mi novia o algo así. Era más bien entre ellas, las dos chicas, como en efecto tú dices, Esther. Y sí, también es tópico. ¿Y qué? A veces los tópicos… No tengo nada contra los tópicos: muchos de mis mejores amigos son tópicos. Y sí, lo lamento, ese chupatintas era yo hace veinte años. Qué le vamos a hacer. Un beso apretado.

Perzivaldiciembre 11th, 2007 at 8:03

Tanta alusión solapada a esa antigua y misteriosa profesión va a acabar produciendo ansiedad entre los lectores.

¿Para cuándo una novela sobre el escritor de discursos políticos? O, ¿por qué no un libro de memorias sobre aquello?

Propongo un título: «Los años en que fui José Luis Moreno».

Mardiciembre 11th, 2007 at 8:37

En casi idénticas circunstancias que tú, por delicadeza, cedí mi vida, pero quizá me equivoqué con mi galantería, porque además perdí para siempre a mi «López». Es una triste historia. Tal vez tenía que haberme enfrentado a Mrs. López con todas mis armas, en vez de ceder la casa en un arranque de cortés dignidad que, pienso ahora, no llegó a entenderse jamás. López, si me lees, ya sabes que todavía hoy te sigo buscando.

hanksioliticodiciembre 11th, 2007 at 9:38

Yo por mi parte decir que voy a comprarme unas gafas nuevas que ya me he probado y con ellas sí que se ve todo clarísimo y requetefeo. La guardia civil me ha dicho que me las ponga para llevar la moto o me la quitan (la moto) y no me queda otra que cerrar los ojos o apartar la vista de las arrugas que la mala follá dibuja en el careto de las personas.
Qué mierda, eh.

natadiciembre 11th, 2007 at 11:01

rafa: admito como animal de compañía la rivalidad entre tías, incluso admito que en ocasiones es real, vale.

pero tu historia con lópez y las novias no me parece cuestión de sexos -de sexo quizá sí- o de géneros, como carajo se diga. es la situación misma, jodidilla ella. si fuesen dos amigas del alma desde la más tierna infancia las que compartieran piso e invitaran a sus novios a vivir con ellas, la tensión sería similar.
no quiero imaginarte planchando en gayumbos -¿negros?-, pero sé, rafa, que en esa situación tú también coquetearías con la amiga de tu novia, no podrías resistirte. y el otro chico de la casa, que no tendría porqué ser tu amigo, te odiaría personalmente y tendría pensamientos violentos, cuando no acciones, hacia ti -incluso aunque él también le tirara los tejos a la amiga de su novia, tu novia en este caso-.

ahora, lo de romper la convivencia con lópez -que no la amistad- para que ellas no perdieran la vida, sí que es delicadeza. y quizá en el caso contrario se rompería la amistad antes que la convivencia. (¿otro tópico?)

beso

( y delicadeza, siempre, perdiendo la vida en ello o para salvarla, incluso)

pordioserodiciembre 11th, 2007 at 16:31

Sr. Reig, me recuerda Vd. a esos pedigüeños callejeros que se hacen acompañar de sus polluelos para conmover bolsillos.
A tenor de las muchas mujeres que entran en su blog lo digo. Pero no creo que lo gan por su cara bonita…ni por su pluma (¡of course!)

Emmadiciembre 11th, 2007 at 19:05

Pues Paz me parece muy guapa.Guapisima. Seguro que a Lopez tambien le atormentaba la idea de tenerla en la casa. Fue una decision sensata Rafael ( Aunque no se si esa fue la novia con la que te vivias, pero me parece que si)

Marludiciembre 11th, 2007 at 19:34

¿Y López?, ¿qué ha sido de López?, lo digo porque yo me dedico al tema ??discursero? y otras consultas del ramo, y digo yo, que al ser lectora y comentarista de su blog, si López sigue ganando dinerito con estos temas, me lo podría presentar, por si me pasa algún cliente de Valencia.
Yo he perdido la vida por tonta, y ahora por obligación, y no sé si tengo delicadeza o no, pero pensándolo bien, la vida tiene delicadeza conmigo, aunque a veces no lo sé valorar.
Este blog con su tono agridulce me hace pensar, actividad nada recomendable a cierta edad. La foto de oficinista está muy bien, qué lozanía…

Mardiciembre 11th, 2007 at 20:02

Creo que Mrs. Reig no era Paz; al final, lo que solía pasar con los novios crónicos es que una no terminaba nunca de dar el paso de irse a vivir con ellos.

beatrizdiciembre 11th, 2007 at 21:11

La reflexión de nata me ha hecho ver que el texto tuyo, Rafa, debe ser muy profundo. A mí me había parecido sencillamente divertido.

En la foto del 89 no sé realmente cuál de los dos eres tú. Con respecto a las demás, te pasa como al vino, que mejoras con los años.

Creo que ser golfo no se arregla nunca. Por lo demás, las mujeres somos, en general, encantadoras, por si no te habías dado cuanta.

Besos

Raccorddiciembre 12th, 2007 at 0:24

Cada vez que leo cosas de tu antigua y bohemia vida, siento que estoy tirando por el retrete la mía. Que lo más así que he hecho fue robar chapas en la tienda del museo shakespeare cuando vivía en Londres. Pero muchos de mis mejores amigos son aún más fracasados.

Javierdiciembre 12th, 2007 at 5:35

Rafael,

como sabes, me encantan las casas con techos altos. Me recuerdan a mi abuela Mari, la «Elegante de Bilbao».

También me encanta el coñac, que es la bebida de los exquisitos, de los que no se conforman con cualquier cosa.

Tengo uno en casa excelente. Si quedamos algún día, lo aporto. Hay que organizar una cena de matrimonios, pero sin canibalismo.

Un abrazo

Javier

Mardiciembre 12th, 2007 at 8:11

Me quedé tan absurda por la similitud de tu historia con la mía que casi pierdo el norte y se me olvida preguntarte: ¿latas de fabada en Lady Pepa?, que yo recuerde la disyuntiva allí siempre ha sido la misma: callos o espaguetis. Muy bueno el adjetivo «alarmantes» para esos bares de Ventas al amanecer. Por último, entiendo que huyeras de Mrs. López, a mí me parece un poco decimonónica a pesar de planchar en ropa interior: lo de invitar y participar no lo había vuelto a escuchar desde que se murió ¡mi abuela!.

Pedro de Pazdiciembre 12th, 2007 at 9:23

«…Con los ojos cerrados, si aprieto la lengua contra el paladar, todavía recuerdo el sabor. También el del champagne, sí, aunque con mucho más esfuerzo.…»

Excelente el apunte irónico. Ese tipo de perlas semiescondidas son las que me gustan de este blog. Me he reido un buen rato.

Yo, por desgracia, debido a la delicadeza no he perdido mi vida pero sí han habido varios «López» que se han quedado por el camino. Viejos fantasmas a los que en su día preferí «laisser faire, laisser passer» en lugar de cortar por lo sano. Fantasmas que de cuando en cuando retornan a mi cabeza y a mi memoria para cobrarse no sé qué absurdas deudas. Pero yo no suelo prestarles demasiada atención.

Si eso es delicadeza… Puede ser…

Abrazos. Muchos.
Pedro de Paz

Carlos Añejodiciembre 12th, 2007 at 11:24

Yo no la he perdido, me la han robado. Con delicadeza, eso sí.

Saludos.

il parradiciembre 12th, 2007 at 12:05

Navegando por la red mi barca ha atracado en el puerto de tu blog. Felicidades, si quieres venir a visitarme?
Ciao
http://ilparra.myblog.it

Anonymousdiciembre 12th, 2007 at 12:31

¿Cuánto tiempo dedicas al día a tus novelas, Rafael?

Anonymousdiciembre 12th, 2007 at 15:51

Avoir un bon copain
Voilà c’qui y a d’meilleur au monde
Oui, car, un bon copain
C’est plus fidèle qu’une blonde
Unis main dans la main
A chaque seconde
On rit de ses chagrins
Quand on possède un bon copain.

(Va por los López du monde entier)

Dame Brune

Luna Migueldiciembre 12th, 2007 at 22:16

hace poco me compré una polaroid,
me encantan esas fotos que captan momentos precisos instantáneos e irrepetible,
como estas fotos de tu blog,
preciosas
como este texto.

encantada de encontrarte.

un saludo

luna

Anonymousdiciembre 13th, 2007 at 10:21

El planetario de Madrid y su virtual viaje hasta el satélite López. Mola al menos a un mico de cuatro años.
Salud

Rafael Reigdiciembre 13th, 2007 at 11:23

Igual algún día, Perzival, pero hay poco misterio. Covachuelista, ya sabe, escritor remunerado, poca cosa.
Confío en que su López la lea y vuelva a su encuentro: perderla a usted es una tragedia. Suerte, Mar.
Pues sí, Hank, qué mierda. Ánimo.
Sí, no lo decía como historia de sexos, Nata. Tienes razón, creo, porque es un buen galimatías. Un beso, en cualquier caso, con razón o sin ella.
¿No cree? Vale, no lo crea. Estupendo.
No, Emma, fue otra. Sí, es muy guapa. Beso.
Pues se lo diré a López, Marlu, por supuesto, a ver si puede pasarle un cliente en Valencia, cómo no. La lozanía, ay, ya la he perdido. Un beso.
Exacto, Mar.
El de la derecha, Beatriz. Gracias por el cumplido. Y claro que me he dado cuenta, sois encantadoras. En general. Algunas en particular. Beso.
No, hombre, no, Raccord: todo contado parece más atractivo. La nostalgia embellece.
Hecho, coñac y chicas, la que se nos avecina, Javier. Abrazote.
Pues yo recuerdo la latas de fabada Litoral (sería). ¿No habremos coqueteado usted y yo en el Lady Pepa o en otro semejante antro? Un beso.
Los mismos o más abrazos para usted, don Pedro.
Un buen carterista sería, de dedos ágiles, don Carlos Añejo.
Claro Il Parra, ahora iré a verte.
Todo. A mis novelas dedico todo el día. El resto lo hago en ratos sueltos. ¿No serás mi editor, verdad?
Lindo, Dame.
Lo mismo digo, Luna. Beso creciente.
Ah, el Planetario. Gracias.

Mardiciembre 13th, 2007 at 18:32

No sé, me cuesta creerlo, pero nunca se sabe, nos lo tendría que confirmar Isaac. En cualquier caso, mejor no preguntárselo, la memoria es libre: tú te quedas con la litoral y yo con los espaguetis. ¿Coquetear nosotros? Imposible, me recordarías sin lugar a dudas (y probablemente yo también a ti, claro)

Recaredo Veredasdiciembre 13th, 2007 at 19:26

¿A qué se dedica López? ¿Pertenece al CNI o ha derivado hacia la especulación urbanística? Saludos.

natadiciembre 14th, 2007 at 8:05

pues sí que estoy espesolaberíntica, sí. prometo corregirme y espero que me disculpes, que también tengo otros ratos.

un beso, de los de porque sí.

María (Luna)diciembre 14th, 2007 at 20:48

Hola Rafaél:

Hace mucho que no te comento, mis disculpas.

Te escribo por algo muy concreto es para hacer una consulta en relación a los cursos de Hotel Kafaka.

Hace tiempo te pregunte sobre lso cursos, si lo podria hacer cualquiera aunque no supiera nada de nada. Por que si algo no se hacer es escribir bien.

Me dijiste hace tiempo qu eno habçia problema, pero claro me da uin poco verguenza si hay muuucho nivel.

Supongo que dependera del tipo de cursos.

Que tipo de curso me recomendaria?, me gusta escribir cuentos, poesçias, el de novela negra me fascina, pero es demsaido caro para mi.

J. Miguel Lópezenero 10th, 2008 at 23:26

Heme aquí, soy yo, ¡Soy López!
Gracias Rafa, mil gracias. ¡Que regalo, que estupendo regalo! ¿Habías pensado lo bonito que es regalar recuerdos? Los recuerdos son impresionantes, son como millones de Polaroid del pasado?Basta seleccionarlos, pasarlos por tu fina pluma, ponerlos en el blog y ¡Alehooop! pasan, de ser algo insustancial, a cobrar vida de nuevo, a, de alguna forma, volver a ser presente?(Ya nos gustaría).
Déjame sólo matizar algún punto, especialmente el de atribuirme en exclusiva la patria potestad de la ??Metafísica Global? que, en todo caso compartíamos, en la que, precisamente, lo único que no encajaban eran los animales. Pero eso era porque nunca hemos tenido mascotas. Ahora que tengo gato doy de fe de que también encajan y que poseen algo parecido al ??ser? que atribuíamos a los seres autoconscientes de su existencia. Pero caramba, ¿Y los animales tipo bacteriano? Joder, otra vez el problema, habrá que reunirse de nuevo a ver si dilucidamos este asunto en el que ya no anticipábamos al Creacionismo. Jejeje.
Otro asunto importante: ¿Por qué Paz sigue igual de guapa y lozana y nosotros parecemos nuestras propias auto-caricaturas?.
Y más: la portera de Castelló sigue siendo la misma, cosas de la vida, yo trabajo enfrente. Ella no se acuerda de mí, pero a mi no se me olvida la cara que ponía cuando nos veía bajar cada mañana de sábado con una amiga diferente. ¿Te acuerdas aquel retrato warholiano gigante que hice de Chituca con fotocopias ampliadas? Pues siguió en la misma pared varias generaciones de inquilinos posteriores a nosotros. O yo debí dedicarme a la pintura o Chituca estaba realmente tan buena como a mi me parecía?
Anécdotas de Castelló: Olvidas la más divertida, aquella noche que me desperté escuchando gritos, voces ensordecedoras de mujer que repetían sin parar jaculatorias de esas de abuela y yo, aterrorizado pero en un indudable gesto de valentía, me dirigí gallardo a tu cuarto a salvaros de una muerte segura cuando descubrí que aquellos ??¡Santo Niño del Perpetuo Socorro!? Y ??¡Virgen Dolorosa!? no eran frutos de un pánico desesperado si no de un ayuntamiento salvaje. A las mujeres no hay quien las entienda, con lo progre que era, ¿Quién le iba a tribuir ese ramalazo preconciliar?
Lo mejor de todo: ¿has leído la opereta? ¿Qué mente atormentada ha creado esa joya de la lírica que se llama ??En órbita con López?? Ni en nuestra peores alucinaciones ni pajas mentales, y no han sido pocas, podría imaginarme semejante cosa. Es como si hubiera tenido una fiebre monumental; no parece fruto de una mente lúcida, eso sólo se me hubiera ocurrido en una fase REM de la última parte de ??Relámpago sobre el agua?. Mira que monstruo has engendrado: ??En órbita con López??
En fin, deberíamos quedar un día de estos y depurar recuerdos, destilarlos y crear esencias. Hay material histórico (grafico, escrito y mental) como para llenar un millón de blogs.
Un abrazo y gracias de nuevo.
Por cierto, mi último cliente de Valencia creo que ya ha salido de la cárcel?
Un abrazo
López

Leave a comment

Your comment