Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Viaje a Guadalajara

Hay tanta gente que detesta las Navidades, que abomina de su familia y parientes y que odia las bodas, que empiezo pensar que debo de tener alguna avería de importancia, puesto que a mí me encantan las reuniones familiares y las fiestas.

Por eso, cuando Miguel Roig trajo de Cuba unos habanos, decidimos hacer Consejo de Familia para fumarlos.

Aquí están Maite y Ricardo el Cabut.

Aquí cuñado Álvaro (con la cara invisible) y hermano Benito.

En esta otra foto estoy yo, sin duda escuchando alguna novedad de mi hermana Helena.

Después de comer fuimos a buscar a Anusca al cole y nos tomamos algo en la plaza de Olavide (ese corazón secreto con el que late Chamberí):

Con el cuerpo bien alimentado pude ayer dedicarme a mejorar mi espíritu leyendo en El País el artículo de Irene Zoe Alameda: «La literatura de la ‘era Gates'».

A mí Irene me encanta, pero ni que decir tiene que no entendí ni una palabra. ¿Qué quiere decir? ¿Que es una suerte que ahora podamos escribir en lenguaje SMS? ¿Que hay que poner emoticones en las novelas? ¿Que hay que dejar de hacer sonetos y dedicarse todos como un solo hombre a escribir blogs?

¿Por qué no entiendo nada? Creo que por una sola razón: en todo el artículo no da un solo nombre. Al final, yo ya no sé de qué narices habla, cuáles son esas «propuestas de la joven generación»? ¿A qué se refiere, en realidad?

No es un problema de Irene, es un problema generalizado. En España todo el mundo escribe como si estuviera testificando ante la Comisión McCarthy:

–¡No daré nombres! No soy un traidor, no pienso denunciar a nadie. No me sacaréis ni un solo nombre propio, así me aspéis.

Así, claro, es imposible entenderse.

Luego pude conocer a Damián Tabarovsky, un escritor de Buenos Aires. Nos tomamos unas cañas. Acabo de leer su Autobiografía médica (una novela excelente) y había leído hace tiempo su Literatura de izquierda, que me había parecido un gran libro. Le pregunté cómo lo habían recibido en Argentina.

–Casi nadie me dirige la palabra. Me insultan en los periódicos.
–Qué maravilla –admití, envidioso–. ¿Y a qué se debe ese éxito tan resplandeciente?
–Bueno, a que di nombres. Ponía ejemplos. Citaba a autores y libros. Eso está prohibido, ya sabes.
–Ah, también allí…

La verdad es que, hablar sin saber de qué se habla, es casi imposible: por eso no entendí una sola palabra de lo que decía Irene.

Damián me dijo que su chica es psicoanalista.

–Me lo esperaba, era estadísticamente necesario que lo fuera. Si hay dos porteños y tú no eres psicoanalista, por narices ella tendra que serlo, ¿no? ¿No son psicoanalistas el 50% de la población de Buenos Aires?
–Quizá más. Al menos mi chica no es lacaniana.
–Da gracias a Dios, Damián: de la que te has librado.

Por cierto, el nuevo diseño de El País a mí me gusta.

Hay un teorema clásico que se conoce como la Paradoja del Escritor de ?xito. Se puede formular así: para tener éxito hay que escribir libros que le gusten a la gente a la que no le gusta leer libros.

Es de sentido común: si escribes un libro dirigido a lectores, a personas a las que les gusta leer, ¿cuántos ejemplares vas a vender? ¿Dos mil o tres mil como mucho? ¿A cuánta gente le gusta de verdad leer? ¿A cinco mil personas o ya estoy exagerando?

Por eso los libros de éxito van dirigidos a gente a la que no le gusta leer y ni siquiera lo saben.

Con los periódicos pasa lo mismo. Todos intentan atraer a las personas a las que, en realidad, no les gusta leer periódicos. Como van dirigidos a quienes les aburren los periódicos, lo que intentan es diseñarlos para disimular lo más posible: venga ilustraciones, venga despieces, venga gráficos… ¡que no parezca un periódico, por favor!

A mí me parece que, en cuanto a diseño, El País ha ido en la dirección contraria: ha hecho un diseño dirigido a las personas a las que les gusta leer periódicos, a lectores adultos a los que no les asusta que una página tenga mucha letra.

En cuanto a diseño, claro. Porque el problema de El País no es el diseño, sino otro de solución más difícil: el contenido.

Es uno de los periódicos más condescendientes, ensoberbecidos, aburridos y previsibles del hemisferio occidental.

A mí me entretiene leer, por ejemplo, las noticias sobre América Latina, sólo para ver con qué prestidigitación justifican lo injustificable (por ejemplo, ¿cómo van a conseguir convencer a los lectores de que el Banco del Sur es una mala idea?) y para comprobar hasta qué extremos de cinismo y desfachatez infame pueden descender (el editorial sobre el Che Guevara es una cota muy baja: «¡inmersión total, compañeros, abajo periscopio!», debió de gritar el director: «vamos a descender a bajeza moral de batiscafo»).

El problema es que, en realidad, el diseño nos importa un rábano. Lo mismo que me sucede con el artículo de Irene: no se trata de escribir con abreviaturas de SMS ni de que «nuestra expresión artística sigue empleando utensilios del pasado». El diseño, la herramienta, la forma, es irrelevante salvo que se responda primero a las preguntas decisivas, para qué se escribe, sobre qué, desde dónde, para quién.

Es un poco parecido a lo que decía Ortega y Gasset cuando le aseguraban que el coche era una maravilla, que te llevaba a toda velocidad a cualquier parte.

–Sí, sí, no lo dudo. Esto del automóvil es un gran invento porque, en un periquete, te lleva de aquí a Guadalajara. Ahora bien, la pregunta importante sigue siendo la misma: ¿y para qué narices quiero yo ir a Guadalajara?

Pues eso. Eso es lo que pienso del diseño y de los «utensilios» de «la expresión artística».

¿Tú qué piensas? ¿Nos vamos a Guadalajara? Y una vez allí, ¿qué hacemos?

Comments (37)

eduardocomeballenasoctubre 25th, 2007 at 7:12

Reig,lo del «pais» me importa un huevo de gaviota , editoriales tienen para aburrir y para cualquier público dependiendo de donde sople el viento . Algunos van con correajes a lomo de un corcel desbocado… ¿ Guadalajara?.
…»otros ya volvieron» … y si no «que se lo pregunten al»..(Gal)

salud y suerte

Más claro, aguaoctubre 25th, 2007 at 7:40

Coincido con usted en que el diseño de El País está muy bien. Pero, ¿qué hacemos en Guadalajara si no podemos disfrutar de las viñetas de Máximo?…

mariaoctubre 25th, 2007 at 7:45

Le descubrí gracias a Público (ya sé que usted pulula por el mundo desde hace más que un par de meses), pero su «carta con respuesta» es lo primero que busco entre las páginas del periódico.

Desde luego yo también le adopto como tío, tito Rafa.

Saludos.

Anonymousoctubre 25th, 2007 at 7:45

Con respecto a cómo o para quien escribe un escritor de éxito, debería de seguirse una máxima que, francamente, se sigue pero en sentido contrario. La máxima se refiere a la música (aunque es perfectamente aplicable a la literatura) y creo recordar que es de Teleman: «El que escribe para una mayoría debe de escribir mucho mejor que el que escribe sólo para unos pocos». Lo dicho, creo que la realidad va en el sentido contrario a lo expresado por Teleman.

lenitaoctubre 25th, 2007 at 8:14

Me incluyo en el grupo que odia las navidades. No es que odie a mi familia, sino que para mí son mis padres, hermana, cuñado y sobrino. Les adoro. Y punto. Pero la parafernalia del tío, el abuelo, el sobrino de nosequién, la prima pequeña, la prima en la edad del pavo, la tía solterona… ufff¡¡¡ Es demasiado para mí¡¡

Me he quedado con una frase hoy:

‘Por eso los libros de éxito van dirigidos a gente a la que no le gusta leer y ni siquiera lo saben.’

No tengo más que decir. De hecho me ha dejado sin palabras. Toda la razón del mundo.

Besos malditos¡

Vilos Cohaagenoctubre 25th, 2007 at 8:22

Cuando habla usted del «panorama cultural dominante» no sé si reir o llorar, señor Reig: Todo perfectamente dispuesto, bromas prefabricadas, un mucho de respeto, un poco de autocrítica… Y sin embargo todo vacío, no es ni siquiera una farsa.

No se mencionan nombres ni es de buen gusto el anonimato, los pseudónimos pasaron de moda, hay que hablar con propiedad, cínicos sí, gruesos jamás.

Por el hecho de que escribamos en ordenador, no estamos obligados a ser higiénicos. No sé el suyo pero mi teclado está lleno de mierda.

Raposuoctubre 25th, 2007 at 8:38

Buenísimo post. Me ha encantado.

pereyraoctubre 25th, 2007 at 9:06

A mi me parece completamente natural que escriban sin dar nombres. Porque para nombrar a alguien en este país (o en este siglo) de derecho, mas vale que tengas abogado y ganas de liarte frente al juez.
Sino, mira a los aduaneiros sem fronteiras, que ya les mandaron un matón… digo… un abogado, por hacer un chiste gráfico con una ‘escritora’ gallega; y no es que la dibujaran follando en cuatro patas, no, sino que tenía sangre en la ropa, en alusión a un turbio caso de movimiento telúrico y desplazamiento de compañero en función pública…

Y qué hago yo escribiendo esto… me van a limar el buje! si yo no tengo abogado!
Pero no he dado nombres… no he dado nombres!

Emmaoctubre 25th, 2007 at 9:49

Hola. ??Batiscafo» es una palabra muy divertida. No le llamaría así a un nieto pero sí a mi psicoanalista (secretamente, claro), o a un topo, o a un detective. Beso

primo de riveraoctubre 25th, 2007 at 9:55

normal que la gente no lea teniendo en cuenta que de niños, en el colegio, tenemos que tragarnos cosas como «platero y yo» o «el quijote», que estará muy bien pero eso de ir por algún lugar de la mancha haciendo el primo en el siglo 15 o el que fuera está ya un poco pasado de moda y no le interesa a nadie. toda la literatura que se enseña en las aulas es un tostón y la misma palabreja, «literatura» suena a marrón y a peña pedante, aburrida y antigua. yo, desde luego, prefiero el porno.

Emmaoctubre 25th, 2007 at 11:22

Perdona Primo de Rivera pero «Platero y yo» es un libro apasionante. Si yo no lo hubiera leido de pequeña no se que seria de mi ahora.

Anonymousoctubre 25th, 2007 at 11:23

Una pregunta.
Me gustaría conocer su opinión sobre el libro de torrente ballester «La saga/fuga de JB», si lo ha leído, y en ese caso si cree que ha tenido alguna influencia en su obra.
Gracias

Un saludo

Carolooctubre 25th, 2007 at 11:32

A mí lo que me echa para atrás de las Navidades es la necesidad de andar dándole vueltas dos meses antes para conciliar familias (-«¿Nochebuena en casatumadre y comida de Navidad con mis hermanos? – No, que viene mi hermano de Londres. Mira a ver si pa Nochevieja podemos estar allí… -Uff, no sé, no sé.»). Lo de usar agenda esos meses se me hace muy cuesta arriba, porque no la uso el resto del año.
Un saludo

danoctubre 25th, 2007 at 11:57

Pues yo soy de los que, para Navidad, vengo (voy) a Madrid a pasarla. La familia es familia porque lo pone en el DNI y en el libro de ídem. Nada más. Si encima te llevas bien, ¡de coña!, no lo niego. A lo que me niego es a aguantar a TODA la familia por obligación. Y creo que es difícil que a uno le caigan bien TODOS los de la familia (sanguínea y política, tanto monta). Para mí es un tormento llegar a Madrid y que algunos tíos, tíos-abuelos y demás entes fantasmagórico-carcas me hagan chistes malos y pretendidamente ofensivos sobre los catalanes (además, para más bemoles, no soy catalán; sólo hablo como ellos: soy de Menorca).
Por eso, ante la familia navideña, a menudo suelo escaparme al centro o, si hay poco tiempo, al bar de la esquina, a echarme una caña con aceitunas. Debo añadir que entre la familia no navideña hago lo ídem de lo ídem. También en esta parte de familia aparecen de vez en vez los entes fantasmagórico-carcas. Mi verdadera familia son los amigos que nos elegimos mutuamente. La verdad es que dicho así suena un poco comunistoide ido de perola, pero es cierto, en todo caso.

Saludos

Molly Maloneoctubre 25th, 2007 at 12:26

Mmmmm, qué feo que le quite mérito a Gutenberg la señorita Irene Zoe, pues su mejora de la xilografía fue más que un mero perfeccionamiento (esto nos lo enseñan en la facultad en una asignatura que se llama Producción Periodística en Nuevas Tecnologías, toma ya)y la comparación con Bill Gates está cogidica con pizas.
Pero obviando este tema menor, me ha gustado el texto de opinión de la señorita Alameda en El País, en tanto que echa un capote (a su manera)a los escritores que forman parte de esa ‘nueva generación tecnológica’.
Aunque al final, más que dar una opinión, está describiendo sin más, y de manera muy científica, un hecho constatable y por todos conocido. Usted mismo, señor Rafael, muestra sus reticencias y dice no entender nada. Cuando de lo único que habla esta señorita es de la capacidad de estos nuevos autores de aprovechar las posibilidades expresivas que nos ofrece la red. El escritor se convierte en editor, en ilustrador y en todo y así el proceso convencional se diluye. Y además, sin ganar dinero por ello. Es maravilloso, ¿no lo creen?
Claro que la mierda abunda, pero a veces se encuentran pequeñas joyas literarias que nunca irán más allá de ese efímero soporte que el blog.
Así que yo me apunto a ir a Guadalajara, aunque no tenga nada que hacer allí. Puedo verla, olerla, disfrutarla o detestarla y cuando vuelva, sabré si en el futuro quiero volver o no. Es la única manera de saberlo, ¿no cree?
Por supuesto que a mí también me hubiera gustado que la señorita Irene ejemplificara sus acertadas observaciones, aunque fuese con direcciones de autores que escriban bajo pseudónimo. Y de paso apuntar que creo que entrar a debatir sobre la oportunidad de utilizar o no el nombre real a la hora de firmar, es perder un poco el tiempo.
Y como no hay nada más valioso que el tiempo, yo también voy a ir frenando este comentario y firmando con mi pseudónimo, que es mi nombre porque yo así lo elijo, porque es mío y lo quiero y porque me da la gana.
Por cierto, señor Rafael, que leo su blog a menudo y me gusta mucho usted.

Molly Malone, a quien le cuesta mucho dejar comentarios, pero hoy, sin saber muy bien por qué, ha hecho una excepción.

Marta Reguerooctubre 25th, 2007 at 14:02

Rafael.
Mi opinión sobre el cambio de El País la traté de formular en mi pequeño rincón de la blogsfera: http://comunicar-t.blogspot.com/2007/10/se-agradece.html (no sé si es malo ofrecer el blog de este modo tan poco pudoroso), pero me gusta mucho las claves que das en este post. También me está gustando poco a poco el trabajo que hacéis en Público. El mayor acierto: el modo en que combináis información y opinión de manera tan complementaria y tan diferenciada. Hasta parece independiente. Lo dicho. Me gusta.

Pedro de Pazoctubre 25th, 2007 at 14:14

A mí, con todos los respetos, Irene Zoe me pone, pero no me gusta.

No sé si me explico…

Abrazos,
Pedro de Paz

David, el tertulianooctubre 25th, 2007 at 14:17

A mí las reuniones «fraterno-navideñas» me gustan bastante. Creo que pueden ser muy fructíferas. Por otro lado no deja de ser cierto que la navidad va acompañada del despilfarro puro y duro cosa que me da vergüenza ajena en muchas ocasiones.
Respecto a lo del «truco del almendruco» para un libro exitoso, me parece muy interesante lo que ha dicho sobre escribir para quien no le gusta leer. Se pueden extraer muchas reflexiones de ahí. Yo creo que el éxito de un libro depende de un conglomerado muy variado de factores,

Un saludo

Anonymousoctubre 25th, 2007 at 14:34

Rafa, me da la impresión de que ninguno de los lectores de tu blog sabe quién es Troy Bolton, aparte de tu nieto y mi yerno. Tú y yo sí que lo sabemos y quiero que te mojes: dilo, sí, dilo, «Zac Efron es un cara tonto afeminao». Tu nieto y mi yerno sí que son guapos.
Para el tema de hoy: me convence Teleman, y quienes escribimos para ganarnos la vida quisiéramos hacerlo para que nos lean quienes no leen, incluidos los que no leen aunque les guste. Porque si sólo nos leen los que leen, no está pagado nuestro dolor de espalda, nuestro bolsillo ni nuestro ego.
Un abrazote.
Román Piña

scouseroctubre 25th, 2007 at 14:51

Fíjate que últimamente estás en plan vaguete, con un post a la semana y gracias, y encima casi todos (menos el fabuloso de troy bolton) eran serios, y vas y me alegras el día. Yo también me perdí con el articulillo de marras, pero siempre que me pasa eso lo achaco a mis escasas luces. Y en cuanto a la familia, ami encantan esas reuniones familiares, y sobre todo esas comilonas: y venga a comer, y venga a beber, y venga los viejos a soltar pasta… una maravilla

pereyraoctubre 25th, 2007 at 14:56

primera vez que oigo sobre troy boltron. no parece que merezca ni los insultos!
Y por qué llevará nombre de robot?

mirangelaoctubre 25th, 2007 at 15:03

Rafa, qué bueno decir que se es de izquierda, pero luego no dices no al Corte Inglés, templo del consumo, para vender un librito en un evento como la noche en blanco, que es del partido de derecha.
Qué rico ser socialista así. Y digo «rico» con dos acepciones.
Con comunistas como tú, ya sé por qué perdimos la revolución

Jose Manueloctubre 25th, 2007 at 15:24

Efectivamente hay que tener algún tipo de avería para que te gusten las bodas o las Navidades, aunque tengas un gran amor por tu familia. Lo unico que lo salva es la comida. Como dijo una vez Homer Simpson acerca de un día de acción de gracias: «emocionalmente fue terrible, pero… ¡como estaba el pavo!»

Comparto al 100% lo dicho sobre El País. Debería ser un ejemplo a seguir para Público en la forma, y a evitar en el contenido.

Dice primo de rivera por ahí arriba
que en el colegio tuvo que leer El Quijote y Platero y Yo (o Platero y Tu, como escribió una compañera mia de instituto en un examen. Eso y que Lope de Vega era un autor muy profiláctico). Los de la joven generación como yo habrán tenido que leer (en el instituto) Luces de Bohemia, el Lazarillo de Tormes, la casa de Bernarda Alba, Tiempo de Silencio, algunos relatos de Clarín, una antología de la Generación del 27… eso que yo recuerde. No es tan mala la cosa, aunque nunca les perdonaré haber tenido que leer ?tica para Amador.

¿Por qué esa fascinación de los argentinos con el psicoanálisis? Será que les gusta más la literatura que la ciencia.

Y en Guadalajara… siempre hay algo que hacer en Guadalajara.

nataoctubre 25th, 2007 at 15:30

ya se sabe: el diseño, el envoltorio, la apariencia, es lo que atrae; el contenido -caso de haberlo- , es lo que atrapa.

y como los inventos no tienen que ser siempre útlies, guadalajara es tan buen lugar como cualquier otro. pero mejor vernos en un sitio más cercano.

besote, rafa.

(con el pelo corto estás bien, en estas fotos se aprecia mejor, pero a mi el pelo siempre me gusta algo más largo)

Rafael Reigoctubre 25th, 2007 at 15:35

No entiendo ni una palabra, eduardo. Lo siento.
A mí no me gusta Máximo, más claro agua, no me gusta nada.
Pues gracias, María, adoptada como sobri. Un beso.
De acuerdo con Teleman, pero una cosa es escribir para una mayoría, que lo debe hacer todo el mundo, y otra que a la mayoría le dé la gana de leer lo que escribes.
Besos benditos, Lenita.
Hombre, Vilos, yo lo limpio de vez en cuando…
Gracias, Raposu.
Qué peligros se corren Pereyra.
¿A que mola la palabra, Emma? Un beso.
Pues nada, primo de rivera, dedíquese al porno.
Lo leí hace muchísimos años y me encantó. No sé si lo leyera ahora, pero lo recuerdo con mucho mucho cariño. ¿EN mi obra? No creo, pero nunca se sabe.
No es tan difícil, Carolo, hombre.
Vaya navidades, Dan, en fin.
Pues gracias, Molly, por el comentario. Mi problema con Irene es que no sé a qué autores se refiere, etc. Si dijera a qué se refiere podríamos discutir y pensar. Un beso, Molly.
Gracias, Marta, y ahora mismo visitaré tu blog, gracias por ofrecerlo aquí.
Sí, te explicas, Pedro, te explicas.
Hombre, yo también creo eso, David, es lógico.
Claro, queremos escribir para que nos lea la humanidad, Román, por supuesto. Un abrazote.
Estamos de acuerdo, Scouser.
Ni idea, Pereyra.

Jose Manueloctubre 25th, 2007 at 17:45

Joer, Rafael, no me digas que no se te ocurren nombres de escritores cuya función «ha dejado de ser re-productora para ser casi notarial» y que están dispuestos a arriesgar «con la inclusión de información visual (dibujos, fotos, gráficos, fórmulas matemáticas, iconos…)» Yo el otro día estaba leyendo una novela, me encontre con la fórmula de la regrtesión lineal múltiple y no sabes la de respuestas emocionales que me indujo. Y tu tomando a la ligera este desafío lingüístico.

Carlosoctubre 25th, 2007 at 18:34

Copio una larga intervención, que me gusta citar, de Constantino Bértolo en el blog de Vicente Luis Mora.

Y ya adelanté antes que me considero un atenuado (curioso que para eso nos sirva Zizek: para llamar a atenuación a lo que bien podríamos llamar cobardía, ese saber y sin embargo comportarse como si no se supiera). Yo también, Ángel [Zapata, autor del post que comentaban], sustituyo por queja la denuncia en mis artículos. Sé de donde proviene mi cobardía: del deseo de mantener mi sueldo y mi estatus con todo lo que eso conlleva (porque ya sabemos que además del estatus de la dominación existe el estatus del dominado que muchas veces se establece en contradicción con la condición de clase). Sé, me consta, que decir nombres concretos en nuestra sociedad, la literaria y la no literaria, te condena a ser expulsado, silenciado. Siempre nos quedarán los blogs, diría acaso nuestro amigo Vicente, pero aún sin negar que los blogs, y este suyo es un buen ejemplo, incorporan en grado cuantitativo una modificación en las coordenadas de la libertad de expresión, no me cabe duda de que están sujetos al mismo proceso de atenuación del que hablas, de ahí que tampoco en ellos se produzca la denuncia concreta salvo en aquellos casos en que el anonimato, con la consiguiente pérdida de credibilidad, facilita, más que el valor, la impunidad. También ellos están sometidos a la necesidad de existir en el mercado de los capitales simbólicos (que a la larga o a la corta devienen vías de transporte hacia el capital económico: bolos, comisariados, prólogos, cursos de verano, etc). Un ejemplo como el de Ignacio Echevarría y su denuncia sobre la escritura de Atxaga en una obra concreta, funciona como «aviso para navegantes» para todos, para los que se desempeñan en lugares de notoriedad, para los que tiene la esperanza de desempeñarse algún día en esos lugares ( porque esos ??buenos chicos? de los que hablas claro que escriben una literatura con esperanza: con la esperanza de mejorar su estatus en el reparto de la tarta) ,o para los que creen que se puede estar en misa sin la obligación de repicar las campanas del amo. [me permito cortar por pudor, aquí, una referencia al autor de este blog] Yo tampoco soy Espartaco. Pero no me atrevería a decir que es inútil hacer algo que no hago, y no creo que sea por simples razones de cobardía moral; ocurre que soy una víctima más de unas relaciones de producción que me obligan a vender mi fuerza de trabajo en el mercado libre, es decir, sin libertad. Y si uno no quiere quedarse en la condición de confortable o molesta víctima pasiva, la única salida que veo no es la queja sino organizar política y militantemente la denuncia. Pero antes de nada es preciso llamar a las cosas por su nombre: a la queja, queja y a la denuncia, denuncia. Por eso y porque sé que entiendes y aceptas el escribir como un acto dialógico me he permitido compartir públicamente contigo estas observaciones.

Puede verse completo y sin censuras, tras el interesante post que lo originó en:

http://vicenteluismora.blogspot.com/2007/05/firma-digital-invitada-ngel-zapata-el.html

no-alcarreñooctubre 25th, 2007 at 19:39

¡Vente p’a Guadalajara hombre! ¡Que se está de vicio!

Opción Coctubre 25th, 2007 at 20:29

Estoy de acuerdo, si tienes claro para qué sirve la literatura (o el coche) el viaje puede resultar gratificante y además, enriquecedor. Sobre lo de ??los libros de éxito van dirigidos a gente a la que no le gusta leer y ni siquiera lo saben?, no sé, tengo mis dudas. Y tal vez, esos lectores adultos a los que no les asusta que una página tenga mucha letra sienten una especie de vértigo al entrar en un hipertexto. La fuerza de la costumbre que diría yo, o cualquier fuerza (del bien o del mal). Si quieres, nos vemos en Guadalajara y lo discutimos.
En cuanto al artículo de Irene, me parece que como investigadora ( y del CSIC) maneja el tema de ??nuevos medios, nuevos lenguajes? (eso de que no entiendes ni una palabra no cuela, Rafael). Como soy novata, todavía no he profundizado tanto en el asunto (principalmente en las cuestiones del yo),tan sólo he revisado algunos estudios sobre modelos de conocimiento y esas cosas tan extrañas más allá de que los autores aprovechen o no lo que la red ofrece. Me interesa el lector (nuevos lectores, es lo que hay, chico). Y coincido con Irene en que es necesario perder el miedo a propuestas innovadoras perfectamente compatibles con determinados utensilios del pasado. ??El diseño, la herramienta, la forma, es irrelevante salvo que?? Pues eso, ya te dije el primer día que, además del blanco y el negro, tengo la manía de poner en la paleta colores varios y me salen unos cuadros?impresionantes, digo impresionistas.

Sonrisas y besos.

(Qué susto me he llevado al abrir Público por la página ¿? Muy acertado el análisis de Antonio Avendaño)

Anonymousoctubre 26th, 2007 at 11:45

«O valga también como otro ejemplo posible, el constatar como se fue desactivando el espacio que Rafael Reig inició con valor, cuando, aún atenuado por el humor, en sus primeras colaboraciones en El Cultural denunciaba con nombre y obras concretas, a autores con capacidad para intervenir en la supervivencia del denunciante.»

No sé por qué el pudor de Carlos por incluir este dato, que no solo no deja en mal lugar a Rafael, si no que alumbra el riesgo que corría al hacer sus valientes y divertidas sentencias. Viniendo del que fuera en su día Gran Pope de la crítica literaria de «El País». Persona de intachable trayectoria, como su compañera Belén Gopegui.
Por cierto no sé si has realizado alguna crítica de alguna de las novelas de Belén, pero me gustaría conocer tu opinión.
Salud

Rafael Reigoctubre 26th, 2007 at 15:43

Pues no, José Manuel, no se me ocurren, al menos no como oposición a la literatura anterior. Si es que debo ser una acémila. En fin.
Es interesantísimo el texto de Bértolo, lo conocía, pero gracias igual.
Allá iré, no-alcarreño.
Un beso, Opción C, y discutimos en donde quieras, y un beso o dos.
Bueno, creo que Bértolo tiene ahí razón a media. Lo reactivé mucho, creo. A mí las novelas de Belén Gopegui me gustan mucho y me parecen una de las escritoras que dice algo y hace pensar. Un lujo.

LUIS AM?ZAGAoctubre 26th, 2007 at 16:51

Mi nombre completo es Luis Miguel García de Amézaga. Pero para que me quepa en los formularios lo dejo en Luis Amezaga, mucho gusto, que no se diga que no se dan nombres.

Bueno, si la portada del País está hecha para gente que no suele leer y su problema es el contenido, pues la solución es fácil, echarle una ojeada en los quioscos y dejarlo allí.

Me gustan los dos títulos de tu amigo: «Autobiografía médica». ¿hipocondríaco? y la «Literatura de izquierda» Había oído hablar de la literatura infantil, juvenil, femenina, gay, negra, de terror, ciencia ficción, histórica, para canívales… Sólo me quedaba la de izquierda y derecha. ¿A eso te refieres al decir que hay que nombrar? La literatura siempre acompañada de su apellido. Pues vale 🙂
Saludos y que circulen esos puros.

k-chulioctubre 27th, 2007 at 10:41

Hoy también tocaba otra renovación de suplemento, al Babelia le han cambiado diseño, le han puesto más páginas y han metido alguna firma respetable. La verdad es que si el resto del diario se estaba deslizando hacia ser la hoja parroquial del obispado de Prisa -con excepciones dadas por los periodistas buenos que aún siguen por ahí- el Babelia se había sumido directamente en un punto intermedio entre el aburrimiento y la insustancia. Creo que aquí además de mejorar el continente sí que han mejorado el cotenido, aunque advierto que no lo he leído aún a fondo ya que he estado a otras cosas.

En cuanto a Público tengo algunas primeras impresiones pero prefiero verlo en perspectiva cuando lleve más números.

Respecto del cambio de diseño del pasado domingo sí que me ha llamado sobremanera el cambio de lema «periódico global en español» en lugar de «diario independiente de la mañana», una terminología propia de un business plan aburrido salido de cualquier técnico gris. Eso sí, el diseño sí que es uno de los aparentemente mejores, pero viene a ser como la última película de la saga de la Guerra de las Galaxias, muy perfecto todo, pero ¿por qué me cuentas lo que me cuentas?

Este tipo de desarreglo del sentido editorial es lo que me lleva a preferir la edición digital de El País, donde puedo ir a lo más visto por los lectores o a las secciones hechas por ellos sin depender de los criterios del «pater» de turno, que fija las portadas y editoriales.

Lazarillo en Américaoctubre 27th, 2007 at 20:33

¡Me encantan las fotos! Y sí, El País está muy bien…. si cambian a mitad de la plantilla ya estará perfecto!!

lauraoctubre 28th, 2007 at 1:58

LLego acá no sé cómo, desde buenos aires, y me acabo de dar cuanta que hace más de una hora que estoy leyéndote.
Quedás registrado en mis bookmarks, es mucho, muy interesante y no, a mí no me gustan las navidades ni los cumpleaños ni las fiestas.
EL nombre te tu nieto es el apropiado para ser hijo de una niña de la edad de tu hija. Lo vas a querer igual, vas a ver.
Yo, a los 44, soy abuela de dos criaturas, pero eso es una historia aparte.

Un placer

Nos seguimos leyendo

laura

Rafael Reigoctubre 28th, 2007 at 7:29

Bueno, don Luis, lo de dar nombres es para aclararnos. Si hablamos de las nuevas novelas, a lo mejor no tenemos todos las mismas novelas en la cabeza. Decir a qué se refiere uno, a quién, ayuda a entenderse mejor. No es más que eso. Un abrazo.
Bastante de acuerdo, k-chuli.
Enhorabuena por tu abuelidad o abuelez, Laura. El placer es mío. Claro que seguimos. Un beso.

Portorosanoviembre 8th, 2007 at 8:45

Magnífico post. Gracias.

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