Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Un agujerito o dos

Solía decir mi madre, cuanto yo me iba: ¡cómo me gustaría verte por un agujerito!

Me iba, pongamos, a dar clase, cuando daba clase a BUP en un Instituto, y le contaba cosas, y a mi madre no le gustaría ir allí y verme dar clase, eso no: lo que quería era verme, sí, pero sólo a través de un agujerito en la puerta.

Es decir: sin que yo supiera que me miraba.

Me acordé el otro día cuando vi a mi hija, no por un agujerito, sino al otro lado de la tapia del cole, jugando con sus amigas en el recreo.

La vi sin que ella supiera que yo la estaba mirando.

Era otra persona, por supuesto. Todos somos otros cuando nadie nos ve o según quién nos vea.

Cuando fui profesor, cada vez que tenía que hablar con los padres, me daba cuenta de que hablabamos de dos chicos distintos: el que ellos conocían y el que conocíayo, y que los dos no se conocían entre sí. Peor aún: siempre tuve la sensación de que, si llegaran a conocerse, no se caerían nada bien.

Anusca, en el patio, estaba mediando en una discusión. Y parecía razonable, sensata y conciliadora, daba la impresión de que los compañeros la respetaban. ¡Atiza! Y yo que siempre tengo que verla discutidora, atrabiliaria y obstinada.

Alguna vez me he cruzado con mi novia por la calle y la he mirado andar sola, entre la gente, casi como la legendaria mujer con alcuza, calle San Bernardo arriba, como si remontara el curso de un río, sacando la cabeza fuera del agua de vez en cuando, por encima de una gabardina gris que tiene, y de la que a veces se sube las solapas.

Hay un poema de Vicente Aleixandre que se titula «Tendidos, de noche» y así dice en parte:

Hundirme en tus ojos. Has dormido. Mirarte,

contemplarte sin adoración, con seca mirada. Como

no puedo mirarte.

Porque no puedo mirarte sin amor.

Lo sé. Sin amor no te he visto.

¿Cómo serás tú sin amor?

A veces lo pienso. Mirarte sin amor. Verte como

serás tú del otro lado.

Del otro lado de mis ojos. Allí donde pasas,

donde pasarías con otra luz, con otro pie,

con otro ruido de pasos. Con otro viento que

movería tus vestidos.

Y llegarías. Sonrisa… Llegarías. Mirarte,

y verte como eres. Como no sé que eres.

Como no eres…Porque eres aquí la que duerme.

Esto es un poema como un algoritmo, un procedimiento de cálculo que se puede utilizar para contemplar el mundo. Lo leo y me pongo a imaginar cómo será la mujer que quiero si la mirara sin amor. Porque sería otra, una que yo no conozco, pero igual de verdadera, ¿no?

Como todo el libro (Historia del corazón), el poema trata de los límites, de lo que nos rehusa, de lo inasible. Del hueso al que no llega la caricia. De la parte de la otra persona que no podemos ver, que no alcanzamos, a la que no tenemos acceso.

¿Cómo vería yo a la amada si la viera sin amor? No sé que pensaría de su forma de andar deprisa y cuesta arriba, inclinada a un lado por el peso de la bolsa de la compra, con la falda al vuelo; no sé qué vería por la mañana en sus tobillos si por la noche no los hubiera apretado en los puños, sentada a horcajadas sobre mí; no sé qué escucharía al oírla silbar por la calle, si no reconociera esa canción que me da tanta alegría:

Everyday it’s a getting closer

going faster than a roller-coaster…

Así que mirar sin amor también es otra forma de mirar por un agujerito: tapar el resto del mundo. Ver como a través de un grieta en la pared: como el prisionero de la falta de amor, dentro de su caparazón.

Es como ver pasar sólo las piernas desde un sótano con un ventanuco al nivel de la calle.

En casa había otro famoso agujerito, además de aquel a través del que mamá quería ver nuestra vida sin hacer caso a Heisenberg, sin que el observador modifique lo observado.

Era el famoso agujerito de cualquier pequeña herida:

-Se te va a salir el alma por ahí -decía sonriente mi madre, para exagerar la gravedad de la herida que me había hecho al pasar la página de un libro.

Con lo que los niños aprendíamos que el alma se puede salir por cualquier sitio, que uno puede perderla casi sin darse cuenta, desalmarse como quien se desangra, pisar la propia alma como quien pisa sin querer la lentilla que se le acaba de caer, y oye el ruido, demasiado tarde: ya no tiene remedio.

Esta es mi madre en la farmacia de su padre, mi abuelo.

¿A que parece a punto de ponerse a silbar?

Y yo creo que silbaría la misma canción. Esta canción de Buddy Holly que tantas veces vamos silbando por la calle: silbando

Escúchala y dime que no te da ganas también a ti de silbar.

A-hey, a-hey, a- hey-hey…

Comments (24)

Mª Doloresnoviembre 20th, 2009 at 12:17

Eres el puto amo. un beso.

Veronoviembre 20th, 2009 at 15:09

Yo siempre estoy echando en falta momentos de esos en los que espias sin querer – o queriendo- a seres cercanos. Me inquieta saber que probablemente nunca los veré como lo harían los ojos de un desconocido.

Veronoviembre 20th, 2009 at 15:11

o siempre estoy echando en falta momentos de esos en los que espias sin querer – o queriendo- a seres cercanos. Me inquieta saber que probablemente nunca los veré como lo harían los ojos de un desconocido.

Corocotanoviembre 20th, 2009 at 15:11

Reig, por favor, escribe más a menudo.

Nynaevenoviembre 20th, 2009 at 15:28

A mi lo que me sorprendió totalmente es en lo que me convertí cuando me fui a Inglaterra a estudiar inglés. Lejos de mi familia, de mis amigos… poco a poco, según iban pasando los días, desaparecía la persona, que se ve reflejada en ellos, la que hace o deshace en función del daño que les pudiera hacer a ellos y salió de mi, una persona totalmente nueva, que jamás pensé que tuviera dentro.

Lástima que aunque se aprende de ello, con la rutina y el tiempo, a la vuelta me encontrara otra vez, con tener que compartir lo que somos, con la gente que queremos y que eso nos cambie…

El Pobrecito Hablador del Siglo XXInoviembre 20th, 2009 at 17:08

Algo que me tiene obsesionado es como me ven a mi por el agujerito. ¿Me reconocerán? Nosotros te vemos a ti Rafael, constantemente, porque estás en el centro del punto focal, en el centro del arco de la cerradura. Y quien dice tu, dice cualquiera que se haya ganado la categoría de prescriptor social.
¿Te reconoces en cómo te vemos nosotros?

anonimonoviembre 20th, 2009 at 23:14

Uno de los recuerdos más tempranos que tengo de mi vida es de un día que desde la ventana de la guardería vi pasar a mi madre con el carrito de la compra. Debería yo tener 4 o 5 años. Recuerdo que me puse a llorar de la frustración de verla alejarse. Ella no me miró. Creo que nunca me he sentido tan enamorado de alguien como yo me sentí de mi mamá al verla pasar.

yashinnoviembre 21st, 2009 at 10:35

me identifico muchísimo con esa sensación, con esa imagen que explicas (y qué bien explicada por cierto). mirar a otro con los mismos ojos, en las mismas circunstancias, en otro momento y ser otras personas… qué vida eh?.

yo tb me quedé mirando a mi hija de 7 años desde la valla mientras hacían un corro con la profesora. era ella con su vidita y pensé lo mismo que tú. pero pasó algo: me vio. enseguida sonrió, levantó la mano y no dejó de mirarme de reojo hasta que terminó el juego. no se me ocurre otra manera de definir mejor la complicidad.

Er Albertonoviembre 21st, 2009 at 13:09

¡Qué buena canción, qué buen post y qué madre más guapa! Un abrazo y unos silbidos.

Mª Doloresnoviembre 21st, 2009 at 14:28

A mi me gustaba ver el cine de verano por un agujero que había en la pared del cine,lo que pasa es que había muchas hierbas y tenía miedo por si me picaba un bicho. Tu madre está muy guapa y te pareces mucho a ella. Todos los agujeros, hay que ver la curiosidad que provocan. Besos.

Anónimonoviembre 24th, 2009 at 14:45

bbb

Belénnoviembre 24th, 2009 at 15:27

Muy buenas reflexiones. Gracias por recordarme esa canción, digna de ser cantada sin parar…
Oye, que no te he dicho nada: los dueños del «Público» son unos desahogados y unos vendidos al mejor -o al único- postor. Lamento tu ausencia del panfletillo, porque ahora sí que me he quitado de leerlo, y también siento el disgusto que me figuro que te habrás llevado (aunque seguro que te ha reconfortado el apoyo «popular» que has recibido).
En fin, a seguir así. Un beso.
E-v’ry day…

marinanoviembre 24th, 2009 at 17:58

Qué extraño, Rafael. No recuerdo nada sobre mirar por un agujero. Sí mantengo eso de ??estoy pero como si no estuviera?. Con los adultos es complicado: apenas notamos que hay cámara, ya no sabemos cómo poner la boca?. Pero con los niños es otra historia.

Cuando escucho la canción me da ganas de hacer: tap-tap, tap-tap, tap-tap-tap.

Besos.
(De nada, te avisaré)

poco-yonoviembre 24th, 2009 at 18:51

Yo hago agujeros. En tiempos de crisis hay que buscarse la vida, así que por un módico precio os puedo abrir algunos donde deseéis. Si no tenéis idea de donde por un plus muy económico puedo aportaros algunas. (aclaración, de los de sacar petróleo no hago)

Javier Villanoviembre 24th, 2009 at 19:49

Se lee bien la historia. Parece que va a seguir como una de esas de Millás, pero no, se queda en algo más de andar por casa. De todos modos me gustabas más como comentarista de cartas de perturbados.

Por cierto, la publicidad a la derecha de la página (de El corte inglés y alguna más) no la eliges tú, verdad?

Un saludo.

Diosnoviembre 26th, 2009 at 9:51

Me gusta su mensaje, siga así e irá sin duda al cielo…

Danielnoviembre 26th, 2009 at 15:54

A mi la que siempre me dan ganas de silbar es ésta:
http://www.youtube.com/watch?v=vXqwtUUPe0w

No puedo evitarlo, si silbo algo me veo haciéndolo siempre con este tema.

Joe Tartajanoviembre 26th, 2009 at 16:55

Huy, creo que he llegado un post tarde.

Juliánnoviembre 26th, 2009 at 20:57

Coño, este post justo con esta canción… es como un recordatorio: a mí me gustaría verme a mí mismo por un agujero (o dos) hace dieciocho o veinte años, oyendo y canturreando sin parar a Budy Holly (tenía -y tengo en alguna parte, creo- todos los «elepés» posibles, hasta lo que dejó grabado en su casa sin editar). ¿Me caería bien si me viera a mí mismo a los 16 o 18? ¿Me soportaría? ¿Me enternecería… o más bien, me daría de hostias? ¿Qué tengo que ver con lo que vería?
Bueno, no era eso lo que quería comentar de lo que dice el señor Reig, de esa curiosidad que todos sentimos y que el tan precisamente nombra: ¿Cuánto de esa curiosidad por ver a los otros «sin nosotros» esconde el dolor -necesario, saludable, reconfortante a veces, pero dolor, al fin y al cabo- de que puedan «ser» sin nosotros? ¿Cuánto del horror de ser prescindibles para el mundo, quizá también para los que nos aman? Es esa inquietud que no llega a angustia de que todo siga sin nosotros, la del poema de la Szymborska «Mañana -sin nosotros», donde después de la predicción meterorológica de mañana, nos dice:
«El día siguiente
se anuncia soleado,
si bien a los que siguen viviendo
todavía les será de utilidad el paraguas».

rafaelreignoviembre 27th, 2009 at 9:53

Gracias a todos por los comentarios. No es que haya estado muy vago, es que últimamente el blog ha sufrido desperfectos técnicos y no funcionaba bien. Ya está todo arreglado, toco madera, gracias a la pericia de Tito.
Besos y abrazos

Voadoranoviembre 28th, 2009 at 12:49

«Everyday it’s a getting closer, going faster than a roller coaster…»

Sí, la verdad es que te digo que amí también me dan ganas de ponerme a silbar. A parte de ello, me gustaría proponerte un agujerito -o dos- dónde pudiéramos todos escucharte. ¿Te gustaría participar en las II Jornadas de Actualidad Crítica de la Universidad de València? Si es así, contacta con nosotros en aec.uv@hotmail.com

PD. Precioso el poema de Aleixandre

corkdiciembre 7th, 2009 at 2:56

una de esas madres estrellas de cine que se esconden por el mundo…

es una mierda no contar ya con tus cartas con respuesta pero una ventaja haber dado con este blog. en cuanto aparezca por españa buscaré alguno de tus libros.

un abrazo

yo mismadiciembre 10th, 2009 at 19:09

Es precioso!!!!

(me refiero a tu comentario)

yo mismadiciembre 10th, 2009 at 19:11

Bueno… tu escrito.

Leave a comment

Your comment