Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

¡Que no se quema!

Ya estoy en Madrid, porque ha empezado el cole. Vinimos Anusca y yo en tren, desde Valencia, que es una ciudad que despierta en mí la lujuría. Me pone, no sé por qué. Me siento en una terraza de la calle Colón y, de cada diez mujeres que pasan, me dejaría corromper por seis, por muchas explicaciones que tuviera que dar luego al volver a Madrid: no digo más.

Mi hija me hizo una foto en un parque, ésta:

Y también hizo una pelicula en la que estoy cocinando. Para que se vea que soy uno de esos tipos encantadores que cocinan y todo.

En la peli sale una de mis posesiones más valiosas. La tengo hace casi veinte años. Es un utensilio que sirve para mantener los libros abiertos y así, mientras lees, puedes usar las manos para hacer otra cosa: liar cigarrillos, rascarte, hacerte pajas, acariciarle a tu novia las rodillas, comer, lo que se te ocurra. Es una tira de cuero que tiene dos láminas de plomo en los extremos: simple y eficaz.

Aquí estoy, cocinando.

Por cierto, Anusca se equivoca: no se quemo nada, lo prometo.

Como ves, cocino y todo: estoy hecho un auténtico metrosexual.

Cuando quieras, vente a cenar.

A pesar de todo, adoro comer fuera. Nada más llegar tuve una comilona en La Parrilla Argentina, calle Hortaleza, con Ramón Pernas, Edu Vilas, Tito Redondo y Miguel Roig.

Soy amigo de Ramón Pernas desde hace muchos años, pero cada día nos sorprendemos con el descubrimiento de nuevas afinidades electivas. Por ejemplo, que él es un lector tan apasionado como yo de Galdós, aunque más riguroso (la prueba, la introducción que ha hecho para La segunda casaca y El grande Oriente en los Episodios Nacionales de Espasa y El Mundo).

A mitad del lomo alto, decidí confesarme:

-Amigos, compañeros, pensad lo que queráis de mí, pero tengo que deciros algo. A mí me excita Sarah Palin. Me la follaría de muy buena gana…

Esperaba insultos, chacotas, miradas reprobatorias o de compasión y hasta alguna receta médica; pero lo que no esperaba es que Ramón se atragantara y a duras penas consiguiera decir, temblando de entusiasmo, cuando por fin consiguió tragar el sorbo de vino:

-¡No te fastidia! ¡Y yo tres veces!

-Me embrutece, no sé, tiene tanta pinta de pazguata…

-Claro, esas son las más viciosas en la cama, las mejores.

-La pazguata pazpuerca.

-Debe ser una fiera, pero encima (bueno, debajo)llevará ropa interior decente, de algodón… ¿te imaginas?

Todos nos imaginamos. Todos tragamos saliva con esfuerzo. A todos se nos nubló la vista y nos salió la voz más ronca, como de marinero recién desembarcado.

El resto de la comida giró, por consiguiente, alrededor de dos asuntos cruciales:

A) ¿Qué te gustaría hacerle a Sarah Palin?

B) ¿Qué te gustaría que Sarah Palin te hiciera?

¡Ave María Purísima, lo que salió allí sobre el mantel, como desenterrado de una fosa común, una vez que pasamos a los whiskies! ¿Te cuento el uso que quería darle Ramón al pintalabios? ¿Cómo se proponía Tito deshacer el moño de Palin? ¿Dónde imaginaba Edu sus uñas pintadas? ¿Qué otra única prenda, además de los zapatos, pensaba dejarle puesta Miguel?

Y tú, ¿qué responderías?

Además de afinidades electivas, Ramón y yo también tenemos afinidades despectivas, para usar la brillante acuñación de José María Lassalle. Coincidimos en cosas que despreciamos. Una, por ejemplo: la petulancia.

Nunca he conseguido leer nada de Joyce Carol Oates. Una vez, hace veinte años, empezé un cuento y, aunque no lo pude acabar, y aunque no recuerdo de qué iba así me aspen, lo que no he olvidado es el abrumador aburrimiento que me provocó, y ese cansancio corporal que me hizo sentir, esas ganas furiosas, urgentes, de cerrar el libro y salir a la calle y tomar cañas con cualquiera.

En El Cultural de El Mundo leo que esta Oates (la anti-Palin, sin duda, la anti-lujuria: por Dios, qué pinta tiene) afirma:

«No estoy segura de que los estadounidenses estén preparados para un lider como Obama«.

Con dos ovarios.

Cuántas veces no habré oído lo mismo en mi infancia franquista: «el pueblo español no está maduro para la democracia«.

Como Franco, Oates puede mirar por encima del hombro a sus conciudadanos y decidir si están o no preparados para la democracia, el destape, el divorcio, la libertad de prensa o ese gran Obama que ni siquiera nos merecemos.

Manda ovarios.

Eso, en román paladino, sólo significa: creo que el partido Demócrata ha elegido un mal candidato. ¿Es eso lo que quiere decir Oates? Si, según su análisis, los votantes no sintonizan con Obama, el error político es suyo, por elegir ese candidato. Vamos, digo yo.

Woody Allen tampoco se ha mordido la lengua:

«Si Obama no gana será una humillación nacional«.

Con dos huevos.

Luego se sorprenden de que los norteamericanos desconfíen de los intelectuales neoyorkinos y piensen que han perdido pie con respecto a la realidad.

A los norteamericanos, como a los de Cangas de Onís, lo que les irrita es la condescendencia y la petulancia.

Como dejó dicho el Caudillo, nada hay más insufrible que «la enorme soberbia de los intelectuales«.

Nada más lejos de mi posición política que McCain y Palin. Sin embargo, esa Obamalatría gazmoña de la izquierda europea (incluyo a Oates y Woody Allen) acaba provocando arcadas en el más templado.

Uno oye a Obama decir vaciedades zapaterianas (proyecto, ilusión, cambio, generación, esperanza y así hasta el día del Juicio por la tarde) y, de pronto, agradece frases brillantes como la de Sarah Palin, que es exacta y cierta, y además le define:

«Este señor ha escrito dos autobiografías de sí mismo, pero ha sido incapaz de aprobar una sola ley«.

Cómo no van a dar ganas de irse a la cama con ella. Y follar por los codos, como descosidos.

Comments (54)

Bárbaraseptiembre 28th, 2008 at 13:18

Bueno, lo cierto es que cada uno tiene las fantasías que le da gana y algunos son más valientes que otros y se atreven a compartirlas. También es verdad que no veo por qué no se puede no coincidir o discrepar abiertamente en las fantasías (salvando las distancias de género).
Pero a veces me entristece leer un post y de pronto comprobar, por una frase cómplice, interrogativa, que se dirige a un hipotético lector masculino. (¿¿¿y yo qué???)
Y por último, puede que sí, que haya algo de gazmoñería en ésta que escribe. Puede que esta sociedad machista, represora y católica haya conseguido infiltrar a algún espía enemigo dentro. Pero desde luego, no pienso que follar sea equivalente a someter a una mujer, y el sexo no siempre me parece oscuro.
Y sobre todo, no quisiera haberle ofendido.
Besos conciliadores.

Pacoseptiembre 29th, 2008 at 8:24

Hola Rafael:

sí, quizá Obama no levante el embargo a Cuba y se comporte de ese modo con Afganistán y Palestina, pero los republicanos, aparte de mantener esas mismas políticas con Cuba, Afganistán y Palestina, también apuntan a otros sitios. ?sa es la verdad. Yo elijo lo menos malo, que me parece será lo mejor. Un abrazo

Anonymousoctubre 11th, 2008 at 16:22

Me gusta la voz tenebrosa con efecto de tu niña.

Lo mejor de la entrada.

Gracias

bret easton ellisoctubre 22nd, 2008 at 17:43

No hace falta irse tan lejos: a mi siempre me puso brutote Ana Botella.

Leave a comment

Your comment