Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Leopoldo Alas

El viernes por la tarde me llamó Eduardo Vilas para decirme que había muerto Leopoldo Alas.

Yo no era amigo de Leopoldo (Vilas sí lo era), pero le apreciaba mucho y le conocía desde hace más de veinte años.

Llamé al periódico en el que escribo y les dije que me gustaría escribir algo. A los diez minutos me llamaron:

-De acuerdo. Tienes 1.120 caracteres con espacio.

1.120 caracteres. Hay que joderse.

Escribí esto, que apareció el sábado en Público:

LEOPOLDO Y LA BASILIA

Conocí a Leopoldo Alas hacia 1983, pero ya había leído un cuento suyo. ??Un problema de trato? trataba de un matrimonio que tenía una chacha buena y algo pueblerina: ponía la mesa con los guantes de fregar y decía ??no coge?, en lugar de ??no cabe?. Un día la Basi se deja su enorme bolsa y la mujer ve la Fenomenología del Espíritu, de Hegel. Comienzan a espiar a la Basi. Comprueban que también lee a Kant y se sienten amenazados: ¿es una impostora? ¿Se burla de ellos? ¿Prepara algo? ¿Cómo hay que tratar a una chacha que dice ??no coge? y lee a Hegel? Ante semejante problema de trato, acaban despidiendo a la Basi. No he vuelto a leer ese cuento jamás, pero lo recuerdo casi a la letra: para mí da la medida de un escritor que tiene algo que decir y sabe cómo hacerlo. Vi a Leopoldo este año y estaba como siempre, encantador: volví a hablarle de la Basi y de mi admiración por ese relato. Ahora no puedo dejar de pensar que Leopoldo era una desconcertante Basi: imposible de encasillar. Quizá por eso los mandarines de la cultura han tenido con él su ??problema de trato?, una duradera dificultad para hacerle justicia.

1.120 caracteres clavados.

¿Qué más habría querido contar, si hubiera dispuesto de todos los caracteres que me diera la gana?

Muchas cosas. Habría contado con más detalle mi recuerdo de aquel cuento deslumbrante. La prosa medida, realista, atenta a los detalles, cómo describía la vida del matrimonio burgués y las torpezas pueblerinas de la Basi. Luego la atmósfera de miedo cuando descubren el libro de Hegel. Cómo se sienten amenazados. Abren el libro y en la primera página, con letra redonda, casi infantil, pone «Basilia Cañete», y la fecha. El libro es suyo. Tiene anotaciones con su letra, la misma letra imperfecta que utiliza para dejarles notas como «No queda Mistol«. Luego cómo la pareja intenta sondearla, le tiende trampas, le habla en un tono distinto, pero nada: la Basi es la misma Basi pueblerina que sigue diciendo «no coge». Creo recordar que casi pasan al ataque: confiese, Basi, usted ha leído a Hegel, ¿verdad? Es como una grieta, una pequeña fisura moral que se va ensanchando. ¿Cómo hay que tratar a las chachas? ¿Depende de si leen o no ha Hegel? ¿Por qué ya no podemos tratar igual a la Basi si sabemos que lee a Hegel? ¿Por qué preferiríamos que no leyera a Hegel, para poder seguir tratándola igual sin pararnos ni siquiera a pensar en cómo la tratamos, sin mala conciencia?

En fin, un cuento perfecto, en mi opinión.

Lo leí, si no me engaña la memoria, en una revista universitaria que se llamaba Solemne.

¿Por qué? Porque el Ulises de Joyce empieza así: «Solemne, el gordo Buck Mulligan, etc.».

Para haberse matado de pura pedantería, ¿verdad?

Poco después fui a un congreso de escritores en Sevilla. Era una residencia o algo así y había un comedor con mesas para cuatro. Cuando bajé a comer, Orejudo, Castañón, Pepe Ridao y Mauri ya habían ocupado una mesa. Como me había quedado solo, me senté en otra con dos desconocidos que resultaron ser Leopoldo Alas y un amigo suyo (Mario, creo que se llamaba).

Lo pasamos muy bien, la verdad, en aquella comida y nos hicimos amigos.

Luego me encontré muchas veces con Leopoldo, en radios, en actos culturales, en presentaciones, en fiestas… Siempre fue encantador, generoso y divertido.

En mayo de 2008 tuve el placer de presentar la estupenda novela Sero, de Ibon Larrazábal, en el Hotel Kafka.

Aquí estamos ese día Antonio Ortega, Ibon y yo (un trozo de mí).

Allí estaba Leopoldo también y, cómo no, recordamos aquel encuentro en Sevilla y volví a decirle que seguía gustándome la Basi.

Nos reímos mucho y tomamos unas copas.

Fue la última vez que le vi.

Ese mismo día, en el Hotel Kafka: José, el editor de Odisea, donde salió el libro de Ibon; y Leopoldo.

¿Qué más habría querido decir?

Que ya no volvería a encontrarle, generoso, divertido y atento, como siempre. Que no escribiría nada más y yo no leería nada nuevo suyo. Que no volveríamos a recordar juntos el cuento de la Basi, al que él también le tenía especial cariño.

Me habría gustado explicar un poco más el «problema de trato» de los mandarines culturales con Leopoldo.

Cultivó todos los géneros, escribía en los periódicos, hablaba en la radio. No se le podía encasillar ni como periodista ni como poeta ni como novelista ni como periodista. Eso siempre crea dificultades. Defendía los derechos de los homosexuales, pero tampoco se dejaba reducir a un estereotipo: su literatura trataba otros asuntos (como prueba: la Basi).

¿Qué más?

Nada más, salvo lo único de lo que no se puede hablar con propiedad: es decir, lo único que importa.

El dolor, la insurrección, la rebeldía y rabia ante la muerte.

Al menos, lo que escribió sigue ahí y seguiremos leyéndolo.

Comments (24)

Emmaagosto 3rd, 2008 at 14:10

Que la muerte de un escritor llegue cuando queda tanto por escribir todavia ( sera eterna la fecundidad del cerebro de algunos escritores?) es una putada doble. Te hace pensar en las voces calladas ya de los que se fueron.
Diran algo desde los otros muros? Yo creo que si, siempre.

Pedro de Pazagosto 4th, 2008 at 6:56

Hermosas palabras, D. Rafael. Y hermoso recuerdo para uno de los grandes.

Una autentica lástima de lo Alas. En el peor de los casos, el asunto pasará discreto y caerá en el olvido. En el mejor, ahora vendrán loas y parabienes por parte de los unos y los otros. Pero, como decía mi abuelo, «después del burro muerto, la cebada, al rabo» o de forma más castellana «A buenas horas, mangas verdes«.

Refranero me he levantado hoy, redios.

Abrazos,
Pedro de Paz

begoyrafaagosto 4th, 2008 at 12:42

Ese cuento de la Basi me ha recordado a una novela que está ahora muy «de moda», La elegancia del erizo. Se desarrolla en un vecindario burgues de París en el que desempeña las funciones de portera una señora interesada en la filosofía y la cultura en general, pero no quiere que nadie se entere y cumple a pies juntillas con el estereotipo que le corresponde, pone la tele a todo volumen, comete incorrecciones (intencionadas) al hablar y es huraña.
Le doy, por otro lado mi más sincero pésame por la muerte de un amigo.
Un abrazo
Rafa

estherpg86@...agosto 4th, 2008 at 23:36

La limitación y distribución del espacio en los periódicos es un problema,pero lo peor es que en el poco espacio que tienes no puedas decir exactamente lo que quieres. No sé si no lo hiciste porque no lo creiste oportuno (en vista de las tendencias necrológicas de nuestro país) por una cuestión de espacio o por alguna otra causa que es preferible no pensar.

En cualquier caso, gracias a este blog puedes contar aquello que te faltó por decir y eso era algo impensable hace tiempo.

A lo mejor Leopoldo también hubiera acabado por estos lares. Yo no le conocía pero después de leer lo que escribes le siento un poquito más cerca

luciernaga solitariaagosto 5th, 2008 at 9:18

es agosto en mi oficina y no hay trabajo, bueno haberlo haylo pero yo no pienso hacerlo, agosto es agosto que diría el comentarista deportivo, así que he pensado «me hago un bloc de estos», luego he pensado «¿quien demonios va a leer un blog mío?», luego he pensado en mi soledad internaútica, que es mucho más hiriente que la real, luego he pensado en la solitaria, y eureka, se meá ocurrido una idea, mucho mejor que escribir un blog solitario es escribir un bloc solitaria, raudo me he puesto ha buscar blogs en los que instalarme parasitariamente hablando y he pensado que quizás este estaría bién, no es que esté pidiendo permiso para instalarme aquí y comerme a los lectores que previamente se ha comido el blog, no, la solitaria no pide permiso, es que de momento no se me ocurre que demonios podría yo escribir en un bloc, y mientras la esponja que tengo en la cabeza genera los impulsos electricos necesarios pra encender esa bombilla llamada inspiración, me presento

Emmaagosto 5th, 2008 at 9:46

Que diver luciernaga solitaria!

Anonymousagosto 5th, 2008 at 12:04

en mi oficina también es agosto, ¿qué casualidad!

luciernaga solitariaagosto 5th, 2008 at 12:57

Oh! ¿¿si?? cúan profundos e inescrutables son los designios de las relaciones espacio-temporales, y es que, me pregunto yo, ¿que hariamos sin ellos? poca cosa, me suelo responder, y tu lo sabes bién querido anónimo,

strongboliagosto 6th, 2008 at 6:21

Esto de la muerte será todo lo natural que uno quiera, pero jode.
Aunque, de vez en cuando, nos sirve para recordar que estamos vivos.
Y eso, como decimos por aquí, ya es un gran qué.

Abraçada.

Pd: Cómo se puede ser una luciérnaga y al mismo tiempo una solitaria?

luciernaga solitariaagosto 6th, 2008 at 7:43

amigo strongboli como tantas cosas en la vida es una cuestión de imaginación, la manera más sencilla de lograrlo es agenciarte una linterna e introducirtela por el culo del lado por el que ilumina, una vez colocada dentro todo es cuestión de un click, dios dotó a thomas alfa edison con el dón de la imaginación para hacer de este mundo algo más manejable, sin entrar en la discusión tesla – edison que no viene al caso, lo cierto es que desde la invención de la bombilla ser una luciernaga y a la vez una solitaria es algo mucho más sencillo,

luciernaga solitariaagosto 6th, 2008 at 8:08

aissss, por un rato me he dado al placer de imaginar que la bombilla que tengo metida en el culo es la bombilla byron,

«va recogiendo datos de la maquinación, y cuanto más poderosa y clara se le aparece, mayor es su desesperación. Algún día lo sabrá todo, y sólo le servirá para quedar tan impotente como antes. Sus sueños de juventud de organizar a todas las bombillas del mundo le parecen ahora imposibles… Tradicionalmente, los profetas no duran mucho: o son asesinados en seguida, o se les provoca un accidente… Pero la suerte de Byron es mucho mejor. Está condenada a no detenerse jamás, aun conociendo la verdad y su impotencia para cambiar nada… Su ira y su frustración aumentarán ilimitadamente y descubrirá, pobre y perversa bombilla, que empieza a gozar con ello.»

Anonymousagosto 6th, 2008 at 15:20

Sacate la bombilla, luciérnaga, que se te han saltado los plomos. bufff

Carlos Añejoagosto 6th, 2008 at 15:30

Yo de Leopoldo Alas no puedo hablar, ni para bien ni para mal, porque como persona no le conocía y como escritor poco y mal (supongo). Pero también le mando mi más sincero pésame por la muerte de un amigo, Don Rafael

En cuanto al off-topic bombillero… Edison no inventó la bombilla, le robó el invento a un pobre desgraciado, o al menos eso dicen las malas lenguas. En cualquier caso, supongo que cuando te vas a meter una bombilla por el culo saber quién es el padre de la criatura carece de importancia.

Tipos autónomosagosto 6th, 2008 at 19:13

Sr. Reig: tiene usted un blog la mar de curioso y de concurrido.

Solo escribo para decirle que acabo de terminar «la fórmula omega», y creo que, de los tres libros suyos que he leido, es el que mas me ha gustado.

Y que mola que sea ud tan prolifico, todos los dias puedo pasar un buen rato leyendo todas las cosas que le sacan en Público y lo que pone por aqui. Gracias!

Anonymousagosto 6th, 2008 at 22:52

Rafael, tu artículo de Público sería breve pero redondo. En muy poco espacio has dicho mucho y lo mejor que se puede decir de un escritor.
Brindo por vosotros y a la Basi ya le buscaremos una cátedra.
Abrazo.
Román Piña.

assuriagosto 7th, 2008 at 9:59

Sí, ha muerto en la plenitud, en «la flor de la edad», haciendo lo que quería, con muchas posibilidades aún sin realizar, y puede que eso les duela a los que le querían.

¿Pero le dolería a él? No conocerá achaques, los años que pesan, el cuerpo como estorno, la mente perezosa, la memoria vacilante, reptante.

Se ahorra presenciar la mierda de porvenir que nos espera como habitantes de un planeta en rápido declive.

Agur, Leopoldo, has sido muy sabio. Y hasta pronto, chaval.

Carmen Sánchez Carazoagosto 8th, 2008 at 15:09

Magnífico recuerdo, era magnífico y siempre lo recordare, te cito

Ana Bandeagosto 8th, 2008 at 20:25

Me gustó el cuento de la Basi ¿sabe? exactivo argumento el del best seller «La elegancia del Erizo» de Muriel Barbery, una filósofa francesa que escribe la mar de bien. Es muy curioso porque hoy nos podemos encontrar con camarerxs que son excelentes contrabajistas, operadorxs de telemárketinx expertos en Joyce y peluquerxs con tesis sobre fenomenología, pero claro, no saben cantonés (diría Forges) y el mercado de trabajo ya se sabe que está muy exigente. Felicidades por su excelente blog, me pasaré por aquí a menudo.

David Torresagosto 9th, 2008 at 17:19

Rafael, yo tropecé con Leopoldo alguna vez pero hablé poco con él. Parecía un buen tipo. Ahora ya no tengo manera de remediar mi error. Sólo nos queda leer.

mi despertaragosto 11th, 2008 at 22:03

Me ha encantado tu estilo. Vuelvo pronto, me voy en silencio dejándote jazmines recién cortadosd

Dioagosto 13th, 2008 at 8:38

Lo cierto es que no sé qué decir… mejor no decir nada y observar en silencio, fijarme en aquellas cosas que pueda leer de Leopoldo, pues, con el miedo de los señoritos de la Basi, una teme no saber decir las palabras adecuadas para recordarle.

Belénagosto 17th, 2008 at 7:12

Vaya, me entero en este momento de la muerte de Leopoldo Alas, que no Clarín. Pues lo siento. Me ha gustado tu obituario.

Portorosaseptiembre 9th, 2008 at 9:13

El dolor, la insurrección, la rebeldía y rabia ante la muerte.

Pues sí. Pero qué hacer.

Un saludo.

Orionismarzo 18th, 2009 at 22:42

Una amiga se desvive por poder encontrar el cuento de la Basi, -«Un problema de trato». La revista «Solemne» no figura en ningún lugar de los miles que he visitado. Si alguien me puede dar una pista, tendría mi eterno agradecimiento. Con ello haría feliz a alguien que quiero.

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