Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Precisión

Me ha escrito Orejudo y me ha enviado la nota que le dejó Claudio Rodríguez, así que debo precisar que Claudio jamás escribió nada sobre una servilleta, sino en una hoja de un extraño cuaderno que sin duda debió de aportar él, puesto que ni Orejudo ni yo hemos sido jamás portadores o propietarios de un cuaderno semejante, ni siquiera parecido (de eso estoy seguro: de cuadernos y libretas sí que sé).

Nos hemos venido mi novia y yo a Piles, donde no hacemos más que engordar y aumentar el recuento de transaminasas. Nos trajo en coche Nata, con su hija Jiménez, previa advertencia de que ella, en carretera, no paraba nunca, iba directo Madrid-Piles para luego poder presumir en los bares de que daba cuenta del trayecto en tres horas.

Menos mal que siempre se puede confiar en la diminuta vejiga de mi novia, un órgano delicado y de capacidad mínima, una piedra preciosa y puntual, tal vez iridiscente, que a la altura de Honrubia ya no podía más, y así pude yo tomarme un whisky.

En Piles me paso el día haciendo el tonto, vestido de jeque, yendo y viniendo, escribiendo a ratos perdidos, tomando copas y acostándome temprano, como si fuera Proust, como si tuviera yo que andar pendiente de una obra maetra u Obra Maestra, ja, ja, ja.

Me ha escrito Álvarez-Barthe y, entre otras cosas, así dice:

«No estaría de más que introdujeras en tu blog un caveat o disclaimer dirigido a tus futuros biógrafos para que manejaran con la mayor precaución las informaciones que sobre tus andanzas, y las de las personas con las que tratas, difundes. ¿Propensión a la ginebra Giró? ¿Yo? !Amos anda! A Gordons lo que es de Gordons, y si alguna vez he trasegado la primera sería porque no tenían de la segunda, que uno para esas cosas es muy anglófilo. Otro asunto sobre el que no puedo callar. Como no desconoces, aparte de los problemas de autoría, «A una mujer que se afeitaba y estaba hermosa» tiene una complicada historia crítica (bueno, no tan complicada, la propia de textos de esa edad y condición). Se conocen, en efecto, versiones de valor desigual. La que yo te recité on a gin-soaked afternoon in the late eighties no era, ni por el forro, la que reproduces en tu post. La que yo desgrané decía, por ejemplo: que aquel blanco y color de doña Elvira (y no: que ese blanco y carmín …) Y también: Pero tras eso confesaros quiero (jamás: Pero también que confeséis yo quiero) Y, sobre todo, no terminaba:

Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul; ¿y es menos grande,
por no ser realidad, tanta belleza?

sino:

Porque ese cielo azul que todos vemos
ni es cielo ni es azul. !Lástima grande
que no sea verdad tanta Belleza¡

La superioridad de esta última variante, convendrás conmigo, no necesita ser argumentada.»

Estoy de acuerdo y, de hecho, ahora que lo dice Antonio, ésa es la variante que recuerdo.

Qué le vamos a hacer.

De jóvenes el Orejudo y yo queríamos escribir obras maestras, O Emes.

-¿Qué tal?
-Ya ves, tío, culminando una O Eme.

Era nuestra conversación habitual.

Estuvimos así una temporada, hasta que incorporamos también la U Eme, la Unidad Móvil.

La U Eme es esa cámara manual que te acompaña y te va filmando desde fuera, con lo cual no dejas de retransmitirte a ti mismo imágenes escogidas de tu propia actividad. En lugar de sentarte después de merendar y ponerte a escribir, te filmas a ti mismo escribiendo: héteme aquí, bajo el palio de la luz crepuscular, avanzando en una O Eme, inclinado sobre la Olivetti, etc.

La U Eme que te retransmite en directo para ti mismo, espectador único, es un suplicio. No puedes ni comprarte pantalones. Mientras te están tomando medidas para meterte los bajos, en el probador, la voz en off te va mostrando imágenes con un texto que te consuela de que nunca jamás los pantalones sean de tu talla: héteme aquí, un genio incomprendido al que nunca le quedan bien los pantalones, etc.

Hacer algo, una O Eme, por ejemplo, mientras te filma la U Eme, es agotador: tienes que andar con cuidado para no pisar un cable, hay que recordar que no se puede mirar a la cámara, hay que moverse despacio para no salirse de plano… En fin, se ve en la foto de contraportada de la mayoría de las novelas: el autor aparece envarado, rígido, con una incómoda conciencia de estar siendo filmado.

Vivir mirando a la cámara: eso, a ti ¿no te da mucha tristeza?

¿Cuándo te diste tú cuenta de que la O Eme y la U Eme eran la misma cosa? ¿Cuándo decidiste interrumpir la transmisión o dar la vuelta a la cámara, girarla en redondo sobre el trípode, para que así filme el mundo exterior en lugar de a ti mismo?

Una novela puede ser un aparato óptico, pero ¿sólo para contemplarse uno mismo? ¿Una O Eme usada como U Eme?

Debió de ser un día cualquiera, más bien por la tarde, bebiendo shots de Jameson en el Tara’s Inn, en Port Jefferson, cuando descubrí mi agotamiento. No podía más, ya no me interesaba, ya no quería ver de reojo el puto piloto rojo de la cámara encendida filmando mi puta O Eme.

¿Se puede dar la vuelta a la cámara y que enfoque hacia los demás, en lugar de hacia ti?

Sucede entonces como con unos prismáticos: cuando los tienes mirando hacia ti mismo, del revés, lo ves todo más pequeño, más alejado, minúsculo, como si no tuviera importancia o como si no estuviera a tu alcance.

En cambio, si los pones en la posición correcta, si pones la U Eme y la O Eme mirando hacia fuera, la realidad aumenta de tamaño, gana importancia, adquiere detalles imprevistos y, al final, estás también dentro de ella: te haces real, sales en la foto, pero sin estar mirando a la cámara.

En fin.

Otra precisión: no estoy de acuerdo con las bobadas que ha dicho la ministra sobre el velo.

Mira esta foto:

Estoy con un profesor de universidad y con una traductora. ¿Tú la ves oprimida? ¿Discriminada? Yo no. He estado en muchas otras situaciones parecidas, con el profesor con su reglamentaria corbata y la traductora con el traje sastre de ordenanza: ¿no hay una opresión parecida, una discriminación semejante, una sumisión equivalente a la autoridad?

En fin.

Madrugo, cojo papel y lápiz y comienzo:

Longtemps, je me suis couché de bonne heure…

Luego lo tacho y escribo:

Durante una pausa en el proceso Melvinski, en el vasto edificio de la Audiencia…

Pero lo vuelvo a tachar…

Comments (13)

desde_plutonjunio 28th, 2008 at 8:45

Para mi gusto de tus mejores entradas

Burkiano a topejunio 29th, 2008 at 11:01

como si fuera Proust

A ver cuánto tarda en aparecer Pedro de Paz para decirte que no te preocupes, Rafa, que tú eres muy superior a Proust.

harrapazakjunio 29th, 2008 at 13:31

Yo compré baratísimo la poesía completa de Claudio Rodriguez en una novísima edición de Circulo de Lectores que alguien compró y directamente tiró o vendió. Y, claro está, está bien, muy bien.

Hablando de Proust, a ver si me haces/éis un favor y me recomiendas unas memorias o Diarios para leer este verano, o cuando sea, que llevo un tiempo en que no encuentro nada que merezca la pena.

Para que os hagáis una idea, el libro de memorias que más me ha gustado es: «Memorias de mundos desaparecidos» de Victor Serge.
Pero he leído todo tipo de memorias y diarios: los de paniker, el de Pavese, los de Sarrión, Barral, Gil de Biedma, de los goytisolo(juan y luis),el diario de la cárcel de Jean-Marc Rouillan y las memorias del FIES Xosé Tarrío y pocos más que no recuerdo.
Ah!No he podido con Pla, pese a lo que me gasté en el puto libraco.

Por descontado para este verano:
El último de Gopequi y de Chirbes.
Y si no los compran, no importa, sufrirán alguna plaga y les odiaré eternamente.

Además, no se olviden de la compra de cualquier libro de nuestro Gurú con bigote y vaso de whisky.

Un saludo

pereyrajunio 29th, 2008 at 17:42

En tu anterior escrito decías habérselo oido a una argentina. Supongo que te referías a Adriana Varela. Creo recordar que no lo canta precisamente, sino que lo recita. En todo caso, creo que es la segunda versión: «lástima grande que no sea verdad tanta belleza».
Y me imagino también que igual que yo, y que la mayoría del público masculino e incluso femenino que la oye, te habrán subido unos calores al oír esa terrible voz de tanguera que luce Adriana…

Pedro de Pazjunio 29th, 2008 at 21:29

No te preocupes, Rafa. Tú eres muy superior a Proust.

Abrazos,
Pedro de Paz

Anonymousjunio 30th, 2008 at 0:25

Burkiano, eres muy gracioso. Todo un personaje. Está muy bien que te dediques a esto y no quemar papeleras. Aunque quién sabe. Lo debes pasar fatal en la vida. No digo que seas diferente por ello y la compasión es un sentimiento muy feo, pero en tu caso inevitable… En fin, tal vez un día encuentres una novia/o, un amigo, un ansiolítico de nueva generación, y quizás, no sé, te encuentres más en el origami, los sodokus, el tai chi… Qué raros somos todos, verdad burkiano?

Somos una sociedad rara pero siempre hay alguien con una mano tendida al final y un poco de cariño. Ya verás..

PD Acuérdate mañana de recoger la bandera del balcón, que son sintéticas y el rojo chino sufre mucho con el sol, y se va tornando malva

Un colega

Más claro, aguajunio 30th, 2008 at 6:25

A la ministra, con el velo, lo que le pasa es que mira más hacia adentro que hacia afuera. Así, nunca conseguirá firmar una O Eme. Lo malo es que, mientras mantenga el cargo, tampoco podrá desprenderse de la U Eme…

Ulisesjunio 30th, 2008 at 8:53

Con el camisón eres clavadito a Gustav Klimt (otro que le daba a las OM) en esta foto:

http://www.elpais.com/recorte/20080106elpepicul_2/LCO340/Ies/Gustav_Klimt_entrada_estudio.jpg

Belénjunio 30th, 2008 at 10:23

Ulises: ¡El camisón! ¡Ja-ja!
Me han hecho gracia la provocación de burkiano y la salida de Pedro de Paz.
En cuanto al elegante Álvarez-Barthe y sus precisiones ginebrísticas, confieso (1) que sigo sin saber nada de una ginebra Giró, y (2) que discrepo con él: a mí me gustan la Beefeater y la Bombay Sapphire. (Ustedes disimulen por la propaganda.) Os recomiendo su uso, siempre con tónica y un poco de limón.
Y está muy bien lo de las o-emes y las u-emes.
Lo de la ministra y el velo… una tontada más, propia de alguien que acepta un Ministerio que le da el PSOE o el PP, o sus variantes. Ha sido imprudente y desconsiderada. Para mí que se toma muy en serio a sí misma: debería tener cuidado con lo que le apetece decir.
Besos, Rafael.

javier Divisajunio 30th, 2008 at 12:18

Prueben ginebra Heinddrich´s con un poco de pepino y tónica nordic. Maravilla etílica, fuera los licores infames.

Opción Cjunio 30th, 2008 at 18:11

Supongo que me di cuenta muy pronto y me dije: ??déjate de obras maestras y de genios que son cuentos chinos?
Pasó el tiempo y aquí estoy tonteando con Chuang Tse . Pero qué tonta!

Pues claro, Rafael, en la playa mucho mejor: en chanclas, babuchas o con las zapatillas rojas.

Unos besos.

strongbolijulio 1st, 2008 at 6:38

Sobre lo del velo, la cuestión es prohibir, de entrada. Luego ya verán a ver qué hacen, pero de momento, a joder al personal.
Me pregunto porqué aún no se le ha ocurrido a nadie prohibir las corbatas: oprimen el cuello, y de paso el alma, a veces.
Saludos.
Llorenç

Rafael Reigjulio 5th, 2008 at 7:22

Gracias, desde Plutón.
No sé, Harrapazak, se me ocurre ahora una biografía de Philip Dick que se titula (traduzco del francés, no sé si será igual en español): «Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos». Creo que te gustará. Las memorias de Martin Amis, «Experiencia», tampoco están mal. Un abrazo.
Exacto, Adriana. Es o era amiga de mi amigo Claudio. Sí, lo recita con mucha instrumentación, creo yo también. No sólo la voz, me gusta ella mucho, sí. Un abrazo.
Pobre ministra, más claro agua.
Tanto como clavadito…. en fin, un abrazo.
M.G., Belén, la ginebra MG es Manuel Giró. No están mal las dos que dices, aunque yo no bebo cosas transparentes, no me fío, me encuentro más a gusto con licores opacos, whisky, coñac, cosas así.
Besos, Belén.
Ya me la habían recomendado, Javier, pero ya digo: no es mi veneno la ginebra. Gracias en cualquier caso.
Unos cuantos besos, opción C.
Bueno, parece que Miguel Sebastián le ha oído, Llorenç.

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