Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

No te cases con una actriz porno

Ya estamos en febrero, así que dime: ¿has cumplido alguno de tus buenos propósitos para el nuevo año? ¿Aún sigues intentándolo, a estas alturas?

Pues déjalo ya, tanta testarudez es una lata.

¿Yo? A mí que me registren. Ni hablar, jamás los cumplo, faltaría más.

Me parece que hacer buenos propósitos es una forma de pornografía moral.

Elaboramos listas para conseguir convertirnos en otra persona. El tipo que actualiza el blog con mucha frecuencia; el que no se pasa horas jugando al ajedrez en lugar de trabajar; el que se hace la cama todos los días.

Al hacer esas listas de buenos propósitos de enmienda, contemplamos, bastante excitados, la silueta de la persona en la que queremos convertirnos.

Pura pornografía.

Es igual que excitarse viendo el póster de la playmate desnuda.

Con una intempestiva erección moral, desplegamos el póster de esa otra persona mejor de lo que somos y nos entregamos al onanismo ético, que nos proporciona un placer culpable y titubeante, casi siempre desolador.

En realidad, ¿quién quiere casarse con esa zorra del póster central?

 

 

Nadie. Nadie en su sano juicio.

O peor todavía: sólo los millonarios excéntricos y ancianos.

 

 

Pervertidos, sin ninguna duda.

¿Y quién quiere en realidad convertirse en ese hombre bueno que uno se imagina que podría ser?

Nadie, que Dios no lo permita. ¿Un tipo que no se enfada por tonterías, alguien que sabe controlarse y no bebe más de la cuenta, el que levanta la tapa del váter para no salpicar al hacer pis?

Sí, hombre, ¡hasta ahí podía llegar!

¡Por favor! ¡Nadie quiere transformarse en un madelman!

 

 

Así que los buenos propósitos sólo valen para hacerse consoladoras pajas morales, tan tristes como las que se hacen con la mano.

Cumplirlos sería tan abyecto, tan insensato, como hacerse pajas con la foto de una actriz porno y luego pedirla en matrimonio.

¿En qué cabeza cabe?

¿Cambiar? Qué tontería. De esta argamasa estamos hechos y con esto tendremos que hacer lo que podamos.

Como decía Byron en su Don Juan: «Good workmen never quarrel with their tools«. Los buenos trabajadores no se pelean con sus herramientas.

El mal carácter, la imposibilidad de no tomarse la siguiente, la facilidad para encontrar excusas y no trabajar: ésas son nuestras herramientas.

No hay que pelearse con ellas, sino aprender a usarlas bien.

Es de idiotas reclamar un buen destornillador, en lugar de atornillar con el que tienes.

Y claro que no está mal, al menos una vez al año, hacerse una paja moral mirando imágenes pornográficas de esa otra persona que seríamos nosotros si nos pasaran a limpio.

Otra cosa muy distinta es creérselo y pedir la mano de la chica del mes de Playboy.

No te pelees con tus debilidades: aprende a utilizarlas.

 

Comments (9)

Arturo Bandinifebrero 8th, 2013 at 16:24

Buenas tardes, precisamente estoy leyendo Camino de perfección de Baroja y me acordé de usted pq el protagonista pasa por Cercedilla, muy oportuno con su post de hoy. Conoce el libro? Se lo recomiendo.

Toñofebrero 8th, 2013 at 20:19

Byron no trabajó con ordenadores. Hubiera cambiado de opinión.

rafaelreigfebrero 9th, 2013 at 8:35

Ja, ja, ja… bien visto. Un amigo escritor le dejaba el modem a su mujer, que se lo llevaba al trabajo en el bolso por la mañana y se lo devolvía por la tarde: así evitaba perder el tiempo.

getulio roncesvallesfebrero 10th, 2013 at 17:52

la vida se nos va persiguiendo inalcanzables actrices porno y tropezando a cada dos por tres con gordas de mal caracter y con vello sobre el labio superior

juanitofebrero 11th, 2013 at 17:15

(Please, borréme usted el anterior que se me han extraviado las «h»

Joder, Rafita, te veo hecho un moralista. Sobre todo por el tono. ¡Vaya filípica! Será el aire de Cercedilla que te tiene trastornado? o el fantasma de Rosales, que igual te ha abducido.

Yo, sobre todo para los buenos propósitos, siempre he confiado en un shopping assistant. Que si no te ponen mucho gordo.

rafaelreigfebrero 13th, 2013 at 6:28

siempre lo he sido, amigo. Un moralista, digo. Un abrazo

Proeresiofebrero 23rd, 2013 at 14:32

Lúcida reflexión sobre el cambio. Me parece que aceptar las propias debilidades es el primer paso para cambiar de verdad. (No estoy siendo sarcástico)

carlos martinfebrero 25th, 2013 at 19:33

bueno, a mi no me importaría casarme con una zorra como la de la foto. por lo menos esta maciza. pero tu puedes casarte con una raposa fea, si te pica menos… ja ja ja

Viciosillos.comabril 25th, 2013 at 21:13

Pues yo me casaría con una actriz porno sin dudar ni un instante! Pero de momento me conformaré con los masturbadores réplica de los coñitos de actrices X que tengo en mi web!

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