Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Un retrato

Tras la presentación de la impresentable novela, descansé un poco el fin de semana.

El martes, sin embargo, Miguel Roig y yo tuvimos una reunión con Constantino Bértolo, un maestro que, como Lenin, intenta no saber demasiado.

«No saber» es decisivo para un revolucionario, porque no hay otra escuela que la revolución, la praxis, que enseña lo que no se sabe, o como diría Goethe: hay que pensar para hacer y hacer para pensar.

Sin hacer, aún no se sabe demasiado, y por eso (imagino) el último libro de Constantino, una antología de Lenin (de obligada lectura) lleva como título: Lenin. El revolucionario que no sabía demasiado. (La Catarata).

Ahora me ha dado por hacer retrato, ya ves tú, a mis años.

Hace poco le hice un retrato a Constantino, tal que éste:

 

¿Dentro o fuera de la ciudad sitiada?

 

La foto me gusta porque el caballo, no sólo es apropiado para el director de una editorial que se llama Caballo de Troya, sino que a mi modo de ver sugiere el humor a través del cual Constantino da forma a su pensamiento.

Detrás está Virginia Rodríguez. La foto la hice en su casa, aquí en Cercedilla, a principios del otoño, antes de una memorable comida que tuvimos.

El miércoles fui por fin a Getafe Negro, con David Torres y Juan Aparicio Belmonte, y con el viejo amigo ahora planetario Lorenzo Silva. Lo pasamos muy bien hablando de Kafka y mejor todavía en las copas que nos tomamos luego en el bar El Faro.

Pagó Lorenzo, por supuesto, que para eso ha ganado un pellizco.

El jueves la escritora Aixa de la Cruz y yo entrevistamos a Saphia Azzeddine, la escritora francesa de origen marroquí. Lo pasé estupendamente con las dos autoras.

La primera novela de Saphia que leí, Confesiones a Alá, me sorprendió mucho e intenté explicar por qué en un artículo en ABC, que, si te interesa, puedes leer aquí.

La segunda que he leído, Mi padre es mujer de la limpieza, volvió a interesarme mucho y de eso estuvimos hablando.

Aquí estoy con Saphia en el Hotel Kafka:

Parece una reunión tranquila, casi íntima, ¿verdad?

Pues no tanto, qué más quisiera yo. Si te alejas un poco, verás que no estábamos tan a solas:

Aquí estamos Aixa, Saphia y yo.

Si das todavía otro paso más atrás, te darás cuenta del circo que teníamos montado en el Hotel:

 

En cambio lo que sí fue muy tranquilo y muy divertido fue la comida (no exenta de líquidos) que compartimos luego.

Eduardo Vilas, David Villanueva (editor de Demipage, que publica a Saphia en español) y Saphia.

¿Que no has leído a Saphia? ¿Ni tampoco a Aixa de la Cruz?

Pues ya tienes tarea.

Comments (4)

Microalgooctubre 31st, 2012 at 12:44

Tomo nota.

albert olmsnoviembre 6th, 2012 at 13:13

subiendo de nivel, reig
hubo tema con la marroqui? muy guapa, mucho nivel
seguro q te dejaste la piel en la partida

José Manuelnoviembre 15th, 2012 at 22:36

Una vez más, enhorabuena. Una vez más sigo tus consejos, y tras encontrar Confesiones a Alá, lo he devorado hasta el final. Qué brutal delicadeza la de esa buscadora de sueños apesadillados. Su voz suena tan auténtica que da escalofríos.

Gracias por tus sugerencias.

rafaelreignoviembre 18th, 2012 at 7:38

Gracias a ti y sobre todo a Saphia se las damos los dos. Es un libro de una gran frescura, ¿verdad? Un abrazo

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