Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Ava Gardner y el Che Guevara

El domingo me fui a tomar las calles, comerme el periodismo y en general hacer la revolución, para lo cual hay que madrugar un poco, qué le vamos a hacer.

Cual Lenin de pacotilla, al amanecer subí a bordo del autocar blindado de Larrea con destino a la estación de Finlandia-Intercambiador de Moncloa.

Había quedado con Enrique Flores, alias Cuatro Ojos, en uno de los 3.287 bares que en Madrid hacen esquina y se llaman El Diamante.

Enrique debía de estar en alguno de los otros 3.286, porque no nos encontramos, así que cogí calle y llegué hasta el colegio de La Paloma, donde tenia lugar el insólito «desayuno de prensa», pues se trataba de comerse los medios, despiezarlos, filetearlos, eviscerarlos, hacerlos picadillo y luego echarle los tasajos a los perros.

Llevaba un bastón, no porque me fastidiara el pie (que ya lo he expulsado del set de rodaje de mi vida con cajas destempladas), sino porque, en caso de que no se me ocurriera nada, siempre podía hacerme pasar por Antonio Gala y decir con énfasis irritante:

-El periodismo es amooooorrrr…. sólo amooooRRRR…. y el amorRR es la Viiiiiidaaa….

Cuando me tocó hablar a mí había media entrada y me pareció que eran todos aficionados del tendido Siete, o peor, de la andanada del Siete: indignados, jóvenes descontentadizos, abuelos cascarrabias, mozas de rompe y rasga, gente del bronce, alternativos, perversos polimorfos, alborotadores, parados de larga duración, individuos con parejas y empleos precarios, resentidos y revolucionarios a granel, más algún agent provocateur y uno que otro infiltrado de la policía. Total, gente de bien y tan acogedores que me sentí como en casa.

Creí reconocer a aquella estupenda señora a la que inmortalizó el gran Joaquín Vidal con un nombre de leyenda, la Tumbacristos, porque era tan pechugona que el crucifijo de oro que llevaba al cuello siempre iba en horizontal, tumbado la mar de cómodo sobre aquel teteramen superlativo.

Había otros amigos y caras conocidas en el tendido del Siete, además de Ava Gardner, que vino en compañía de un inquietante sujeto con boina.

Aquí está Ava:

 

Y aquí el acompañante de aquella mujer a la que rechazó Fraga, por más que se le insinuó (o eso dijo él):

 

 

Dicen que se les vio irse juntos, abrazados.

Los del Siete ya se sabe como son. Nada más salir el toro se ponen a pitarlo y a exigir que lo retiren por cojo o por manso. Son indignados, que´pasa. Así que, en cuanto vieron mi bastón comenzó la algarabía: ¡Cojo, cojo! ¡Una muleta para ese morlaco inválido! ¡Si va más cojo que el conde de Romanones!

A punto estuvieron de sacar a los cabestros y devolverme a los corrales, pero me puse a embestir y a darle tarascadas a la prensa y los maestros se echaron la muleta a la izquierda y me pudieron dar algunos naturales de cartel.

Enrique lo dibujó todo, como hace siempre:

 

 

El proyecto de Enrique, que puedes ver en su blog, aquí, me parece apasionante: cada día nos ofrece un dibujo de lo que ha visto y así se ha convertido en el cronista oficial de lo que pasa en el Madrid más revoltoso y vivo. Lo suyo es una novela gráfica por entregas, un folletín de la actualidad.

A mí me saca en general más delgado, je, je:

 

 

No te creas, lo mío me cuesta en cañas este trato de favor, pero vale la pena, a cualquier precio, porque  ¡quién quiere ser inmortalizado con michelines, calvicie y sotabarba!

Cuando terminé, una buena samaritana me dio una cervecita fría. Gracias.

Luego venía el despiece del periodismo vacuno. Así lo vio Enrique, el Cuatro Ojos:

 

Primero habló Javier Gallego, que se presentó tal y como aparece en el dibujo, con un delantal manchado de sangre y un cuchillo, para explicarnos cómo se prepara una noticia. Estuvo formidable y tenía razón: las noticias vienen tal y como exhibió el trozo de carne: envasadas al vacío, desde las grandes agencias, sin contexto, sin relación alguna con el animal del que proceden, asépticamente blindadas para que no se comprendan.

Mientras fue desempaquetando la noticia, quitándole la grasa ideológica, poniéndola en contexto, aliñándola con acidez, preparándola con intención política y presentándola en recta prosa castellana.

Luego habló Fernando Olmeda (aunque en el dibujo sale el último a la derecha) sobre el periodismo en televisión. Estuvo formidable, irónico, incisivo y directo como un puñetazo a la mandíbula. Empezó dándonos a todos la bienvenida «al colegio de mi hija», y siguió de frente al natural desenmascarando las presiones a la que se ve sometido el periodista de televisión en nombre del todopoderoso «share«, el Share Khrisna al que se venera y al que se recurre para ejercer lo que antes se llamaba censura. «Bikini sí, pateras no«, es uno de los lemas de la TV, dijo.

La verdad es que me reí a carcajadas con los dos y aprendí mucho.

Luego me fui al baño (sí, las cervezas, qué se le va a hacer) y, cuando quise volver a entrar, la plaza ya estaba hasta la bandera.

Me quedé a la puerta, como hacían en mi pueblo los hombres durante la misa.

Me fastidió porque hablaron mis jefes y, según la nueva reforma laboral, perderte más de cinco palabras de los jefes es motivo de despido justificado.

Mi ex jefa en 20minutos cuando hacíamos allí el folletín de las Hazañas del capitán Caperto, Virginia P. Alonso; y mi jefe de ahora en eldiario.es, Juanlu Sánchez.

Desde el vestíbulo oí las ovaciones, el público se volvió loco, creo que les tiraron ramos de flores, sujetadores (como al Cordobés), calzoncillos (Ocean casi todos) y sombreros flexibles, mientras daban la vuelta al ruedo.

Luego los sacaron a hombros por la puerta grande y nos fuimos todos a comer al patio del colegio.

Una tarde memorable, otra más, en el coso cultural y político más importante que, a mi modo de ver, hay hoy en España: la calle.

La calle, los barrios, las plazas: creo sin duda que es ahí donde está pasando algo de verdad ahora mismo. Por eso hay que tomar la calle.

Los ateneos y los auditorios están sordos; la cultura y el debate oficial es un intercambio de monólogos agotadores y trapaceros; las casas encendidas, a media luz; los parlamentos, apolillados; las urnas, funerarias… sólo en la calle empiezan a pasar cosas.

Lo que pasa en la calle, como decía Machado.

Por eso te recomiendo que tomes la calle.  Toma las calles…

Como escribió Gabriel Celaya y cantaba Paco Ibáñez:

¡A la calle!, que ya es hora

de pasearnos a cuerpo

y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo.

(Qué alegría me ha dado sacar mi viejo ejemplar de los Cantos iberos, en Turner, que conservo dedicado por Gabriel Celaya, quien, como todo el mundo, también se llamaba Rafael. A mí me gustaba entonces una sobrina suya y se lo dije, y se partía de la risa, y me recomendó que menos poesía y más irme con ella a esa habitación en la que se dejaban los abrigos en todos los guateques).

Por la tarde siguió el asunto con más fileteado de la prensa, pero yo hice amistad con una aficionada taurina y ya no pude quedarme.

Seguí los consejos del poeta al que tanto echamos de menos y me fui con esta levantisca, revoltosa y exigente aficionada del legendario Siete. Yo creo que, si no es la mismísima Tumbacristos, mucho se le parece: tiene la misma caída de ojos.

 

 

 

Comments (9)

Gerardojunio 19th, 2012 at 18:09

De la andanada del 7, de la de verdad, he sido yo muchos años.
Me alegra verte repuesto y dando guerra. Un abrazo.

cómete el periodismo / 2 |junio 20th, 2012 at 2:03

[…] Rafael Reig cuenta cómo vio la faena. Mi amigo Miguel Angel también lo […]

rafaelreigjunio 20th, 2012 at 5:35

siempre hay clases, amigo, yo iba a la del 8, que eran las entradas que se conseguían en la Autónoma. Un abrazote, compay

Iván Alarcón Tortajadajunio 20th, 2012 at 16:24

Hola.
Me ha parecido muy ingeniosa y divertida su entrada, cosas de las que desafortunadamente suele carecer la literatura y no sólo la literatura sino también la crítica literaria y los experimentos con palabras y todo lo que sea lo que sea esté escrito en alguna parte. Vamos, que quien carece de ello es la gente. (Hago autocrítica).
Gracias por un buen rato leyendo.
Un saludo.

rafaelreigjunio 20th, 2012 at 17:00

gracias a usted, otro saludo

toñojunio 20th, 2012 at 17:45

Lo del proyecto de Enrique me recuerda a una biografía de un anarquista japonés, Taiji Yamaga, que la resumió en dibujo. Un par de años se pueden ver aquí: http://www.delbarrio.eu/kalendaro.htm
No es que se parezca en la letra, pero la idea es la misma.

lNido de poetas, cuentistas y otros.junio 20th, 2012 at 18:44

Enrique y tu, un par de huevos, de mi Nido. Un Abrazo.

rafaelreigjunio 21st, 2012 at 7:42

mil gracias, querida

rafaelreigjunio 21st, 2012 at 7:42

bueno, Toño, como decía Teillard de Chardin: todo lo que asciende, converge. Un abrazo

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