Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Y el viernes, lentejas

Como no he terminado mi libro (mi vagancia no conoce límites), este año he celebrado el Día del Libro comprando algún libro y sólo he ido a firmar al Hotel Kafka y a dos librerías de amigos.

En Hotel Kafka presentamos Chavi y yo Cien mil millones de poemas, allí mismo y retransmitido en directo a través de Second Life.

Chavi leyó mi soneto alejandrino y explicó que era muy malo (lo es) y que él podía demostrarlo.

«Y puedo demostrarlo», dijo el maldito.

-La prueba del nueve de la torpeza de un soneto es que, si lo lees del revés, empezando por el último verso y así hacia atrás hasta el principio, queda muchísimo mejor. Lo que ha hecho Reig, ahora lo veréis, sólo es tolerable si lo ponemos patas arriba -dijo y lo leyó de atrás hacia adelante.

Lo más doloroso es que tenía razón. El maldito.

Leído en voz alta del revés empieza con el último verso:

Tu coño es tu memoria, tu forma de insistencia

del alma sepultada en olvido inclemente

Y así hasta llegar al principio, que antes era casi ñoño, pero que ahora tiene otra resonancia:

No recuerdo tu nombre ni te dije te quiero.

En fin. Ya sabes, un truco Maggi para el sonetista casero: si un poema te sale manifiestamente mejorable, como una finca rústica, ponlo cabeza abajo, dale la vuelta como a un calcetín y arreglado.

También estuve en El Buscón, en Prosperidad, con Luis, una tarde de lluvia. Pasamos primero mucho rato Marisol, Chavi y yo bebiendo whisky en un bar que tenía terraza (la salud de los fumadores corre peligro, ¡nos obligan a coger frío sin parar!). Habían puesto un toldo, pero se encharcaba mucho y una camarera, que era guapa, china y llevaba uniforme (pantalón negro, camisa blanca con puños y cuello que parecían almidonados, pelo recogido en una coleta), achicaba agua sacudiendo el toldo con una pértiga de hierro. No era muy alta y pegaba saltitos para alcanzar la lona. A veces le salía bien y caía de golpe una gran cantidad de agua que hacía ruido contra la acera. Con estas cataratas intermitentes, el movimiento de su coleta  y los sorbitos de whisky estuvimos tan ricamente hasta que llegó la hora de ir a la librería.

En Cercedilla hemos celebrado por todo lo alto, no sólo el día, sino la semana entera del libro, en la Librería Fuenfría, de Eduardo Gómez de Enterría.

?ste es el escaparate que me hizo Eduardo:

 

¿Que si firmé muchos libros?

¡Lo que no está escrito!

Sin parar.

Hasta que se acabó la tinta.

No obstante, por si acaso, nos llevamos Eduardo y yo el tablero, para aprovechar algún tiempo muerto entre firma y firma:

Así que la semana ha sido un poco agitada, lo que me ha venido estupendamente para no sentarme por las mañanas a trabajar.

El lunes, día del Libro. El martes me fui a la Complutense, a un taller de columnismo, sea eso lo que fuere.

Hablamos, cómo no, de los padres del yermo, subidos a su columna y sujetando el cielo y la ira de Dios con la columna de sus oraciones, como en la prensa los columnistas sostienen el firmamento, para que el aburrimiento de la información no se desplome sobre nuestras cabezas.

Hablamos de que una columna es como un soneto: tiene una sola idea. Si tienes dos ideas, haz dos columnas.

Hablamos de todo un poco y luego les pusimos como ejercicio escribir una columna sobre el taller. El plazo era de cinco horas, no más.

No formé parte del jurado que seleccionó, pero las leí todas. Me gustaron mucho. El jurado eligió como la mejor la de Jesús Cano Reyes.

La puedes leer aquí.

El miércoles tuve Club de Lectura (nos tocó Borges) y el jueves fui con Mateo de Paz a una tertulia con los profes del IES Villablanca, en Vicálvaro.

¿Y el viernes?

¿Qué pasa los viernes?

Pues ya lo ha dicho el señor presidente: todos los viernes, reformas.

Así que, el viernes, recortes y lentejas.

El viernes me reformé para inspirar confianza a los mercados. Me recorté a mí mismo. Me flexibilicé. Aumenté la productividad, reduje mi salario, me deshice de todos mis derechos y renuncié a la educación.

Famélico, productivo, abaratado, genuflexo y tembloroso me presenté ante los mercados insaciables.

No era suficiente. El Moloc del capitalismo reclama sacrificios humanos cada viernes.

Cada semana miles de personas pierden empleo, educación, sanidad, su vivienda y son llevadas al laberinto de los mercados.

Deberíamos convertirnos todos en Teseo.

Y el viernes que viene, más.

 

Comments (10)

Eugenio Sánchez Bravoabril 30th, 2012 at 21:56

Me ha gustado la columna. Mis felicitaciones al autor.

Es cierto, el viernes que viene más. Es «esto o el caos», dicen. El miedo es su arma. El objetivo es privatizar, desposeer a los ciudadanos de lo que es por derecho suyo. De ciudadanos pasaremos a asalariados o lo que es lo mismo súbditos del capital.

Hoy ha dicho Guindos que hay que pasar de la sociedad del ladrillo a la del conocimiento. Con los recortes de Wert seguro…

Lo más triste de todo es que si volviesen a celebrarse elecciones ganarían de nuevo.

Un saludo y cuidado con el frío.

Anamayo 1st, 2012 at 12:58

Ay, no soy muy buena poeta, pero veo que igual todavía tengo alguna esperanza. Probaré este truco para ver si me veo mejor. En el club de lectura, Borges! Qué tal, disfruta usted con este escritor? En mi club de lectura estuvimos en la última reunión con Murakami. Para la próxima Bukowsky. Antes adoraba los viernes y ahora no soporto que lleguen. Hasta que termine la legislatura cuántos más sustos nos esperan?? No les perdono que nos hayan estropeado un día que es de mis preferidos. Este viernes voy al teatro Romea que en Murcia ya ni me acuerdo el tiempo que lo hemos tenido cerrado por obras. Sería un día perfecto, pues no, otro mazazo más a mi ya famélico bolsillo para sentir mientras esté viendo la función que igual no debería haberme gastado tanto en la entrada y que cenar después mejor un humilde bocadillo. Es desolador! Ahora que lo pienso, me parece que sí es buena idea leer a Bukowski ya que al parecer prefirió la posibilidad morirse de hambre siendo escritor a seguir trabajando en una oficina de correos.

Un saludo,
Ana.

Empanatormayo 1st, 2012 at 15:33

¿Por qué lo llaman mercados cuando quieren decir acreedores?

Los mercados financieros son los ahorros de todos los padres y madres del mundo, con mucho más peso de los padres de los países que tienen más patrimonio y pueden prestarlo/invertirlo en otros países.

Si tienen miedo que su dinero prestado (bonos) o invertido (acciones) en un país o en una empresa pueda perderse, inmediatamente decidirán retirarlo e invertirlo o prestarlo en otro país o empresa que les transmita confianza y seriedad.

Socorro llega el viernesmayo 1st, 2012 at 19:20

En lugar del «por fin es viernes» de antaño gritado por curritos y estudiantes al unísono, a partir del Rajoynato todos los viernes serán trece, y la sierra mecánica nos dejará un «estado social y democrático de derecho» podado con la saña de Eduardo Manostijeras y sin el estilo del jardinero de la Vera. Lentejas viudas para el populacho, que el chorizo y el tocino vuelven a ser para uso exclusivo de curas, monjas, alcaldes y de gobernador civil pa arriba. !vegetarianos a la fuerza!!

loli del hostal y del Nido de poetas, cuentistas y otros .mayo 2nd, 2012 at 17:16

Tres días seguidos he estado comiendo lentejas, y no es mentira, no se puede tirar comida con estos recortes. Y esta entrada tan genial me la llevo al Nido. Besos sin recortes, estaría bueno que también nos recortaran los besos. Malditos cabrones con los recortes.

Fernimayo 2nd, 2012 at 21:55

Las lentejas que se las coman ellos, pero las lentejas de la postguerra, las negras lentejas de tierra y piedras. ¿Nosotros? Habrá que pensar algo, ¿no?

Microalgomayo 4th, 2012 at 11:49

«O nosotros, o el caos»…

http://twitpic.com/5c3y83

Si no diera miedo, sería para reírse. De Agosto del 75, que es la portada…

Y sí que nos ha jodido Mayo y nos han jodido los viernes.

En fin. Les dejo otra, de Mel.

http://elchistedemel.blogspot.com.es/2012/04/que-no-cuela.html

Aunque cualquiera de Mel, sirve.

Aguanten firmes sus Mercedes, como los alcaldes aguantan los suyos.

anónim@mayo 5th, 2012 at 11:05

Por su artículo en ABCcultural de hoy, 5 mayo 2012, le doy el premio a la PERPLEJIDAD.

Es tan BRILLANTE y PROFUNDO que me ha dejado KAO.

estherzorrozuamayo 9th, 2012 at 13:35

Rafa, o Rafael, no sé cómo te llaman los más cercanos. Eres un soplo de aire fresco. Me admira y te envidio tu capacidad para no dejar títere con cabeza. Cuando sea mayor quiero ser como tú.
Estoy leyendo ahora mismo «Todo está perdonado», con lápiz y papel, como se hacen las buenas lecturas, disfrutando y con miedo de que se me acabe. Menos mal que eres bastante prolífico.

Me hacen menos gracia (no por ti, sino por el contenido) tus cometarios políticos, pero estoy completamente de acuerdo.

rafaelreigmayo 11th, 2012 at 7:20

pues muchas gracias de verdad. Ah, y me suelen llamar Rafael.

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