Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Va por ti, Samuel

Ayer quedamos a las doce de la mañana Chavi Azpeitia y yo con Orejudo, que venía desde Almería.

Cuando llegó Eduardo Vilas, pasadas las doce y media. abrimos por fin la botella de Johnnie Walker.

Ya teníamos ganas de brindar por el nacimiento del segundo hijo de Vanessa y Eduardo: Samuel Vilas Herrero.

Samuel, te presento a unos amigos, seguro que os lleváis bien.

?ste es Samuel, el hermano de Bruno:

 

¿A que te gusta?

Qué pensativo está, en su primer día de vida.

Pero, bien mirado, ¿tú no te lo pensarías también?

Si tú supieras que hay tres tipos como Chavi, Orejudo y yo, dispuestos a  vaciar una botella de whisky para darte la bienvenida, ¿no te quedarías también de una pieza? ¿No te llevarías un pulgar a la boca?

Al saber que, nada más llegar, ibas a tener que hacer frente al cariño tan grande pero tan torpe de gente como yo,  ¿no pondrías  la misma mirada entre asustada y compasiva? ¿No apoyarías con resignación la cabeza en la almohada?

Pues entonces, ¡cómo no va a estar pensativo Samuel!

Brindamos primero por cada uno de los dedos de sus dos manos.

A mitad de los brindis por cada uno de los dedos de los dos pies de Samuel, hubo que bajar a por otra botella.

Cuando se nos unieron Guillermo Aguirre y Juan Aparicio, tuvimos que ir a por la tercera.

Por una vez de acuerdo todos con su padre y su madre, le deseamos felicidad, que sea bueno y que se arme de paciencia para aguantar estos impresentables amigos de sus padres.

Luego nos fuimos a comer un cocido completo en Diego.

Todos somos madrugadores, así que, sin siesta, no damos pie con bola, incapaces ni de revolver un Cola-Cao.

Chavi se fue a su casa, los demás se repartieron los sofás del Hotel Kafka y Orejudo y yo nos fuimos a su hotel, en la calle del Pez, un sitio pequeño y de aspecto equívoco.

Entramos por separado, como amantes furtivos, con un intervalo de cinco o diez minutos entre uno y otro.

La habitación sólo tenía una cama doble, pero en peores nos hemos visto, como aquella pensión en un pueblo de Valencia, donde aguantamos la noche a base de coñac.

Nos asomamos en calzoncillos al balcón, para echar un pitillo mientras rezábamos para que ningún aficionado a la literatura nos viera desde la calle: dos autores de mediana edad, en ropa interior, en el balcón de un hotel de dudoso aspecto.

Menuda exclusiva para el Qué Leer.

Después de la siesta, desayunamos unos whiskies en una terraza de Alonso Martínez y nos fuimos al Hotel Kafka, donde estaba previsto el Vino con Orejudo.

Es un decir.

Vino había, pero nosotros, para no mezclar, por prudencia, nos lanzamos en plancha hacia las nuevas botellas de whisky.

En dos sesiones muy divertidas, Antonio contó, primero, sus inicios como escritor. Como me recordó Camino, ¡citó a Rosa Montero, Stephen King y a Zweig!

Ahí queda eso.

Habló de cómo escribe, de la diferencia entre su primera novela y las demás, que ya las escribió con hijos; de la lectura que marcó su destino (las aventuras de Los Cinco, de Dª Enyd Blyton), de su peligroso oído para la prosa, porque si una novela le gusta, le contagia y se pone a escribir igual; de lo que quería hacer con cada una de sus novelas y a qué distancia se quedó de su proyecto y de muchísimas más cosas, siempre con la gracia y el rigor que sabe combinar tan bien.

Camino estaba entre el público y me envió estas fotos.

Aquí está Camino entre Orejudo y yo. Por detrás anda enredando Chavi.

Decía Camino: ¿Habéis visto que bien me quedan a mí un par de escritores?

Sí que le quedan bien, sí.

Pero no tiene mérito: ella, cualquier cosa que se ponga.

Hasta un par de escritores.

Hasta este par de escritores.

Entre los cuales, por cierto, Camino dijo que sin ninguna duda era mucho más guapo Orejudo que yo.

Increíble, pero así es la juventud, tan atolondrada e insensata.

Aquí está Chavi esperando a que Orejudo y yo dejemos de zascandilear y nos sentemos para poder empezar de una vez:

La segunda parte, quizá bajo el influjo del whisky, fue aún más animada, y hablamos todos, los de la mesa y el público, discutiendo Un momento de descanso, su centro nervioso (la claudicación), elucubrando sobre la sátira y su furor moral, debatiendo sobre el humor (del que Orejudo dijo que es para él también un escudo, su forma de protegerse y defenderse del mundo, igual que el ojo se protege con el humor vítreo), sobre los borradores de la novela y cómo los había trabajado para lograr el libro que teníamos encima de la mesa, en fin, hablamos de casi todo.

Es la primera vez que el Hotel Kafka organiza este invento de tomar un vino con un escritor invitado.

Salió tan bien, nos divertimos tanto todos y sobre todo el público, se habló de asuntos tan interesantes, que seguro que no será la última.

¿Con qué otro escritor te apetecería charlar y tomar un vino?

A ver si logramos darte el capricho.

Se nos hizo corto, muy corto, a pesar de que estuvimos horas:

Después de brindar una vez más por Samuel Vilas, yo me volví a Cercedilla.

No sé si alguien compartiría por la noche aquella cama del hotel de la calle del Pez con Orejudo, ese escritor que por lo visto es más atractivo que yo, qué le vamos a hacer.

Comments (14)

loli del hostal de Valenciamarzo 15th, 2012 at 17:56

Pues a mi me pareces más atractivo tú, pero muchíiiisimo más. Besos y además te llevo a mi Nido de amor de poetas y demás bichos.

rafaelreigmarzo 15th, 2012 at 18:17

Gracias generosa

Ana.marzo 15th, 2012 at 18:40

Bienvenido Samuel! Que no te preocupes, que estos «elementos» que parecen de mucho cuidado te van a dar unos momentos inolvidables de diversión y buenas letras. Que lo que nos sobran son aburridos que hagan arrumacos sosos y que no cojan un libro ni para quitarle el polvo y si abren una botella de whiskie se les queda la mirada turbia y no chispeante como a ellos. Ay, y qué envidia por no tener el hotel Kafka más cerca! Aunque aquí en mi pueblo tenemos un club de lectura que es una maravilla: buenos libros y alguno malo muy recomendable, viandas exquisitas, vinito y mucho cachondeito. Cachondeico, que soy de Murcia. Gracias Rafael por unas entradas tan divertidas e interesantes!

Un saludo,
Ana.

rafaelreigmarzo 16th, 2012 at 8:11

gracias a ti, Ana, y a ver si nos vemos en tu club de lectura, que lo pintas muy muy tentador. Un beso

Microalgomarzo 16th, 2012 at 13:48

Sigo sorprendido de la capacidad de respuesta enzimática de su hígado, Maese Reig. Debe de tener Su Merced unos niveles inusualmente altos (o una eficiencia desmesurada) de sus hidrógeno peroxidasas, de sus catalasas…

No, las catalasas no degradan catalanes, por Dios, hombre ya.

Plantéese, por favor, para un futuro que todos queremos muy lejano, donar sus asaduras a la Ciencia. Imagine que aíslan a partir de sus tripitas un principio que nos permita beber aunque sea la quinta parte de lo que Su Merced trasiega y mantenernos aproximadamente incólumes…

Un hallazgo, sería. Y le pondrían su nombre, seguro. ¿No le hace ilusión?

Javier Ancínmarzo 16th, 2012 at 16:27

Pues el Whino está pasable… al menos así lo recuerdo la noche, ya de mañana, que lo inventamos unos amigos en un lugar de la playa del que no consigo acordarme por el tajadón que llevaba encima. Coctelería de trinchera creo que llamamos al asunto de mezclar churros con merinos.

rafaelreigmarzo 16th, 2012 at 20:09

en fin, pa’ algo tenía que valer uno, no? Un abrazo con todo el hígado

Alan Jensenmarzo 20th, 2012 at 15:38

pues ya que lanzas la pregunta de con quién querríamos tomarnos un vino se me ocurren Julio Llamazares o Cristina Cerrada, por ejemplo. Gracias.

FRANCISCO MARQU?Smarzo 20th, 2012 at 18:20

Estimado Rafa: Te sigo con interés (pero no llames a la policía). El caso es que no consigo
– y mira que lo intento- encontrar tus lúcidos artículos del ABC cultural en Internet: me sale la referencia vacía, sin el artículo. Suelo leerlos en papel, pero me gustaría poder acceder a ellos. Tengo idea de que pensaste en ponerlos en tu blog. ¿Qué me puedes decir sobre ello? Un abrazo.

Juanmarzo 20th, 2012 at 21:46

Yo me ofrezco de forma desinteresada a tratarlo tras su primera descompensación, no obstante cuídese y piense que aunque el higado es un órgano muy agradecido, una vez emputecido … no hay retorno.
Ánimo y mejore esa escritura.

Xsavimarzo 21st, 2012 at 10:52

Para que no digan que no es atractivo:

http://goo.gl/TEzrT

(Pido disculpas de antemano)

Me encanta su blog y disfruto mucho con las entradas que hace. Es un placer leerle.

Microalgomarzo 21st, 2012 at 13:13

Gueeej. Ejjem. Esto. Gracias. En fin.

rafaelreigmarzo 22nd, 2012 at 7:56

sí, porque el suplemento cultural de ABC no existe en la web. Sí pensé en ponerlos en mi blog, pero me recomendaron que no lo hiciera. Lo lamento y espero que pronto en ABC tengan una web que funcione de verdad. Abrazo

rafaelreigmarzo 22nd, 2012 at 7:57

Tomo nota, ambos son amigos y se lo propondré. Gracias

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