Espuma de tu jabón
De haber leído este libro no tengo ningún recuerdo, pero sí numerosas pruebas con mi letra, a lápiz, en los espaciosos márgenes en blanco que dejan los libros de poesía.
En una página leo anotado: «Exorcismo para J. Marías: Benet, yo te conjuro, abandona el cuerpo de esta criatura».
Está al lado de un soneto que empieza:
Conjúrote, demonio culterano,
que salgas deste mozo miserable,
que apenas sabe hablar, caso notable,
y ya presume de Anfión tebano.
Por la lira de Apolo soberano
te conjuro, cultero inexorable,
que le des libertad para que hable
en su nativo idioma castellano.
Tampoco tengo recuerdo de haber probado este exorcismo y, si lo hice, no tuvo éxito, a la vista está que el poseído no ha recuperado el uso de «su nativo idioma castellano».
Seguí los pasos de mi predecesor, pisando sobre sus huellas, leyendo lo que había subrayado ese chaval que fui, aún sin haber cumplido los veinte años, pero impaciente al parecer por recibir laureles, puesto que está anotado un poema sobre el asunto.
En el poema, el joven poeta reclama su «laurel triunfante», viendo que los reparten a dos manos, pero le asegura un bedel que ya no quedan laureles para él, precisamente para él.
«¿Por qué?», le dije; y respondió sin miedo:
«Porque los lleva todos un tratante
para hacer escabeches en Laredo».
Al margen está escrito: «cuidado con los laureles en escabeche, amargan».
Como en una crime-scene de esas de las películas, recojo huellas, intento comprender la mente criminal de aquel lector que fui yo, un ladronzuelo que entró en el libro por una ventana, rompiendo el cristal, y se paseó por allí sin atreverse a encender la lámpara, examinando versos a la luz de la llama del mechero Bic.
Se llevó algunas cosas de poco valor, algunos endecasílabos donde dejó sus huellas dactilares:
Tu bestia soy, amor, dame de palos
Como quien se lleva una tele de plasma, arrastró sonetos enteros sólo por el título, «A una dama que a todo respondía: ¡Zape!«, «A una dama que criaba un cernícalo» o «Describe un monte sin qué ni para qué«, por ejemplo, cuyo final, tras una rimbombante descripción del monte en cuestión, es éste:
Y en este monte y líquida laguna,
para decir verdad como hombre honrado,
jamás me sucedió cosa ninguna.
Inexperto, ignorante, nervioso, el ladrón joven no encontró la caja fuerte ni las piedras preciosas, apandó lo que le pilló a mano, y se dejó lo de más valor, como siempre sucede.
?ste es el retrato robot del ladrón de versos joven, elaborado por un equipo de CSI:
El libro, el lugar del crimen, se titula Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos, se publicó en 1634 y su autor es Lope de Vega.
Era ya viejo Lope cuando comenzó a escribir estas rimas, aún vivía, pero ya ciega y loca de remate, su Amarilis, Marta de Nevares (murió en 1632) y los dio a la imprenta cuando murió su hijo Lopito (desapareció en combate).
El poeta murió al año siguiente y Juan Pérez de Montalbán decía que Lope de Vega «había tenido de un año a esta parte dos disgustos (como si para una vida no bastase uno) que le tenían casi rendido en una continua pasión melancólica».
Así será, pero éste sin embargo es uno de los libros más alegres, radiantes y divertidos que pueda imaginarse, a mí me ha hecho feliz leerlo en el bar de Antonio, en la plaza Mayor de Cercedilla, bebiendo whisky a sorbitos y viendo partir a los demás a sus extenuantes tareas de piscinas, senderismo, tirolinas, bicicletas de montaña o visitas a ferias de artesanía, cosas todas que deben de ser muy divertidas (imagino).
Para escribir estas rimas Lope recurrió a ese yo poético, Tomé de Burguillos, que ya había utilizado antes en alguna ocasión. Así podía decir lo que le daba la gana y escribir en verso lo que en prosa llamó Cervantes «la escritura desatada«.
Dejemos metafísicas quimeras;
vuesas mercedes garlen en chacota:
que no está el mundo para hablar de veras.
Ahora tampoco lo está, ¿verdad?
A Tomé de Burguillos le adjudica Lope una enamorada, Juana, lavandera.
Y ésto es lo que más me ha gustado: que hace, en burla, una sátira descacharrante de los amores petrarquistas, un Cancionero carnal, en el que hay donde agarrar, un sentimiento de andar por casa, de arrimar cebolleta, diríamos.
A mí me hace gracia el chiste de ese soneto en el que declara su amor por Juana y comienza:
Muérome por llamar Juanilla a Juana
Quiere la intimidad, poder usar el diminutivo, pero ella le desdeña (como buena amante petrarquista, nos ha fastidiado, que esos tipos jamás escribían sobre el amor correspondido), así que el poema concluye:
Créeme, Juana, y llámate Juanilla;
mira que la mejor parte de España,
pudiendo Casta, se llamó Castilla.
Solté una carcajada, claro. Qué buen consejo. Juana, tía, mira que hasta la patria, pudiendo ser casta, prefirió dejar de serlo, así que no te hagas tú ahora la estrecha.
En otro poema, recuerda que Virgilio celebró la hermosura de Amarilis; Propercio, la de su Cintia; Catulo, la de su Lesbia, etc.
?l en cambio prefiere a su novia lavandera:
Juana, celebraré tus ojos bellos:
que vale más de tu jabón la espuma,
que todas ellas y que todos ellos.
En otro poema empieza con los manoseados galimatías petrarquistas y neoplatónicos:
Espíritus sanguineos vaporosos
suben del corazón a la cabeza,
y, saliendo a los ojos, su pureza
pasa a los que miran, amorosos….
Etc.
Son las mismas entelequias que un Garcilaso escribía totalmente en serio, por ejemplo:
De aquella vista pura y excelente
salen espíritus vivos y encendidos,
y siendo por mis ojos recibidos,
me pasan hasta donde el mal se siente….
Etc.
Pero Lope (o Burguillos) en los tercetos ya se va cansando de la tontería y decide dejarse de pamplinas (Mira, Juana…), hasta que acaba con un final asombroso, que deja en ridículo a los nobles y aristocráticos caballeros petrarquistas:
Esos puros espíritus que envía
tu corazón al mío, por extraños
me inquietan, como cosa que no es mía.
Mira, Juana, qué amor; mira qué engaños;
pues hablo en natural filosofía
a quien me escucha jabonando paños.
Esta Juana, lavandera, al tercer whisky, me trajo a la cabeza la Otilia de César Vallejo, que cómo no iba a poder azular y lavar todos los caos:
El traje que vestí mañana
no lo ha lavado mi lavandera:
lo lavaba en sus venas otilinas,
en el chorro de su corazón, y hoy no he
de preguntarme si yo dejaba
el traje turbio de injusticia.
?ste es Vallejo, claro, y su novia también lavandera, pero al pensar en los trapos sucios, tan turbios de injusticia, vi de pronto (¿demasiado whisky tal vez?) una inesperada sintonía entre Tomé Burguillos y César Vallejo.
Siempre mañana y nunca mañanamos.
Este verso es de Lope de Vega, pero ¿a que parece de Vallejo?
¿Que no? ¿No lo ves? Pues tómate tres whiskies y lo verás.
En algunos poemas, Tomé Burguillos se disculpa con Lope de Vega, porque su estilo es llano y tosco y sus musas muy poco espirituales. Hace el intento de escribir en tono elevado… pero se cansa en seguida:
Comienzo, pues: ¡Oh tú, que en la risueña
aurora imprimes la celeste llama,
que la soberbia de Faetón despeña…!
Mas, perdonadme Lope, que me llama
desgreñada musa de estameña,
celosa del tabí de vuestra fama.
(Tabí es, dice el diccionario, una tela antigua de seda, con labores ondeadas y que forman aguas).
En otro asegura rotundo, inmejorable:
Mis musas andarán con alpargatas,
que los coturnos son para las supremas.
(Coturnos son los zapatos que usaban los actores de las tragedias griegas).
En fin, acabé el libro, que leía yo por primera vez.
Porque el otro lector, el que había dejado tantas huellas y había revuelto versos y armarios, ya casi no existe, o sólo de una forma muy tenue.
Creí reconocerme en algún subrayado, como en éste:
Lo de menos valor es la corteza
O en éste otro, donde el joven petulante que entonces leía parece que encontró un aviso sobre su propia vanidad en este terceto, dirigido por Lope a alguna de las novias que tenía ese chaval de menos de veinte años:
Mas es forzoso lástima teneros;
porque sabed que tanto amor se tiene,
que no le ha de sobrar para quereros.
¿Aprendió la lección aquel ladronzuelo?
Eso me preguntaba, caía la tarde y ya volvían todos de sus piscinas y excursiones, así que cerré el libro, y le pedí a Violeta una cañita y una tapa de laureles literarios en escabeche.
Que iba aprendiendo poco a poco, respondió a mi pregunta.
Si me encuaderna Usted este post, lo encargaré en mi librería habitual (Manuel de Falla, Plaza Mina nº2, evidentemente Cádiz).
Thanks, muy amable.
«Aprendiendo poco a poco»… Con esa lección nos vamos de vacaciones.
Y esbozando una sonrisa cuando el tren que nos lleva al norte atraviese los campos de Castilla…
😉
Reig sin bigote, mirada seductora, marcando paquete. Con lo que tú eres.
Una delicia
Excelente. Seguro que lo leo varias veces.. Salud. Gran entrada..
Guapo¡¡¡¡
¡Qué acierto recordar el «siempre mañana y nunca mañanamos»!. Gracias
Es curioso pero me pongo a pensar en lo interesante que son las notas a pie de página de los libros, leídas muchos años después. Creo que con los e-book estas elucubraciones marcadas por la pasión del momento de la lectura (único e irrepetible) no tendrán tanta gracia.
La verdad, y confieso mi ignorancia supina y mi vagancia, nunca me he animado a leer a Lope. Presentado así, con esa livianidad inteligente, me hago la idea de que debe haber pasado usted una tarde muy sabrosa leyéndolo, al contrario de lo que podría esperar el perezoso lector común. Lo anotaré en mi lista.
Entiendo perfectamente su manera de pensar con respecto a las piscinas y lo divertido que debe ser pasar un día en un sitio de esos.
Me caes bien, Reig. Te regalo estos versos, hala:
Par delicatesse J´ay perdu ma vie*
(Canción del bocata más largo)
Por delicadeza
yo perdí mi vida.
(Me puse morado
de oreja cocida
y pan apretado
pringao en salsa brava,
de la que picaba)
Por delicadeza,
la volví a perder.
(Amé la panceta,
los callos, el unto.
Cualquiera receta
que tuviera un punto
recio de comer?)
Por delicadeza
se escapó un suspiro?
(¡Menudo regüeldos!
¡Yo mismo me admiro!
¡Merecí más sueldo!)
Por delicadeza
dormí conturbado?
(Unté la almohada
con buen ali ?? oli
denso y espesado,
menuda gozada;
Como el ??ajonjolí?
era su fragancia.
Soñé que cenaba
bacalao al pil-pil,
ornando la estancia
con ronquidos mil.
Por delicadeza,
pañuelos de encaje?
(Limpiaba mi boca
con la mano al bies
así, a lo salvaje,
como debe ser ?)
Qué delicadeza
oír a Chopín?
(??Choped? pequeñín;
reforcé la escucha
de la tal sonata
con un buen bocata,
que la ??gusa? es mucha
si hay mucho que oír.
(Excuso decir
las dulces fanfarrias
que surgen de mí
si ingiero fabadas
y legumbres varias
bien estomagadas)
Leo a ??Hölderín?
(Y dejo las hojas
bien «pringás» de grasa;
se quedan bien rojas
de la sobrasada,
nada malo pasa,
que es como el carmín).
??Par delicatesse
J´ay perdu ma vie?
En fin?.
*Hermoso y célebre verso del poema ??Chanson de la plus haute tour?
(Canción de la torre más alta) de Arthur Rimbaud.
Leí ayer en el Babelia (sí, he pecado, Padre) un reportaje sobre las nuevas novelas negras en nuestro país, Ejjpaña. Eché en falta una caricatura tuya, pero lo realmente sangrante fue leer «Todo está perdido» como el título de tu última y gran novela. No se trataba sólo de una errata, pues el título, mal escrito, se repite en el compendio final. El reportaje era interesante, pero me pareció in-con-ce-bi-ble el comienzo de la reseña del libro: «A quien no le interese demasiado el fútbol las primeras páginas de esta novela le pueden echar para atrás» ¿¿¿Cómo??? Parece ser que los lectores por encargo leen muy rápido, o no olvidan sus prejuicios. El comienzo es impresionante, con esa carta que recibiste y que parecía suscrita por Martínez el Facha. Tarjeta amarilla para la redactora, si bien en la segunda parte mejoró su juego con ese «El final es de antología.»
Rafael, espero nuevas entradas en tu blog. Y una cosa más, antes de que me pongas la penitencia. ¿Sabes qué libro había leído justo antes de «Todo está perdonado»? Sí, lo admito pardiez, esa joyita de Antonio Orejudo…
Buenas,
muy buena colección de versos de andar por casa en tirantes; el aviso de Lope a la vanidad me recuerda a uno que leí a Quevedo en un soneto, creo recordar:
«Que el donaire en mi ficción cuide
pues bien sabe, quien fuere sabio,
que lo dulce asienta el labio
y lo acedo el corazón»
Hay un boxeador filipino que se apellida Donaire pero, claro, ese tío es boxeador y así se puede… Me encanta el «morro» que le echa en los vresos del diminutivo… geniales. En una onda parecida cantaba Chano Lobato así:
«Cuando me mentan a Francia,
me acuerdo de tu presencia
porque de Francisca a Francia
es poca la diferencia»
Un saludo
» Estamos todos en la misma mierda, pero nosotros llegamos primero »
» Good bye, how are you ? »
Boris Mitic
Compañeros de mierda:
Suicidaos. Será lo mejor. Que vergüenza. Un mierdoso aficionado a juntar palabras
que apenas comprende, os abofetea por escrito, a vosotros, los Fernando Torres de la
literatura puntera. Suicidaos. Hablo en serio.
POMPAS
4
Primer Rafa
Tercer Reig
¿ De segundo
Que escondéis ?
5
En Cercedilla
Suele pacer
Quién se arrodilla
Como putilla
Para ABC
6
A lo alto la burra
Trepó cual vil cabra
Tomó la palabra
Para darnos voz
A la que se escurra
Se lleva una coz
7 ( y 8…Yo rimo, tú tragas. Punto )
En Babelia te han leído
Que le vamos a hacer
Ahora » Todo está perdido »
Oé, oé, oé
8
Reig pidió que le pidieran
Voz en asuntos de estado
Temo que no le entendieran
Pues le están dando bien dado
¿ De segundo que escondéis ?
¿ Petrodante? ¿ Nabo qué ?
8 ( Bis )
Roberto Iniesta marcó
Y caducó su novela
Fernando Sánchez Dragó
Le pegó la varicela
¿ De segundo que escondéis ?
¿ Nostradamus, señor Reig ?
9
Escribes derecho al Tesoro
Público, has torcido tu rumbo
Le pones los cuernos al toro
Y te abres de piernas al futbol
10
Voy a ver si imitando a la araña
Sin sudar ni estrujarme los sesos
A la orilla del río que baña
Y refleja mi sombra en los huesos
Frente a ti, mientras cae la castaña
Voy a ver si apretando la caña
Voy a ver si escribiendo to tieso
Voy a ver si empujando con saña
Cabe entera en tu culo tu españa
Con sus toros, sus astas y eso
11
El goteo de tinta imprescindible
Lo estricta y literariamente ameno
Lo preciso, lo mínimo posible
La dosis necesaria de veneno
Lo justo para que no cicatrice
Tu herida, escribiré, ni mas ni menos
11 ( Bis )
Otra noche que acampes junto al río
Y amanezcas sin pesca y sin lombrices
Y la ropa mojada y mucho frío
Asoma por mi tapia tus narices
No te vuelvas a casa de vacío
12 ( Uhmmmm )
Aunque vengas de entre vacas y marranos
Aunque votes y rapiñes con la izquierda
Aunque tengas esa pinta de aldeano
No te engañes eres un burgués de mierda
13
Montero Dos que aspiras a quitarle el puesto
A tu compi tocayo lloriqueando ayudas
Vomité tu cocido porque si no apesto
A podrido de carne de mujeres crudas
14 ( Suicidaos )
Yo soy el pistolero mas guapo del condado
He matado a seis sheriffs y ahora te han puesto a ti
Soy la tos mas temida y el hombre mas buscado
Tod@s saben que luzco seis muescas en mi Bic
15 ( Hablo en serio )
Me dicen el prosa constrictor y el muy poca chicha
Me enrollo y aprieto y asfixio toda subvención
Demolí seis diarios con la punta de la picha
También he enviado al Depor a segunda división
15 ( Bis )
Por el tono crecido y altivo del comentario
( Que no por tu foto ) se deduce que eres bajito
Y por prehistoria, casta y solera de tu diario
Te ves mas alto, pero a las suelas de los zapatos
De Navokov o Dante o Petrarca, llegas justito
16
Si ahora yo pago los platos rotos de tu chiringuito
Entón, cuando hacías caja me tocaba un pellizquito
17 (+ ó – )
Oh! Supersocorrista Rafa Reig, alias Marco Paquete
Admito que otra cosa parecéis al salir del retrete
Cuidado al rescatar no resbaléis con el mucho jabón
Espumoso, Rafael no patinéis, porque habrá algún guasón
Que ordene: – ¡ camarero, siguplé ! sirva un wiski de malta
Y salve al socorrista o ponga usted la música mas alta.
P.D. No pretendo convencer a nadie, sólo deseo, consciente de mis limitaciones, horrorizar.
Feliz verano a tod@s
Antonymous
[…] iba a pensar que tras un título tan sugerente (espuma de tu jabón) encontraría lo que encontré, y me gustaría tanto como me gustó. No diré nada más; el que […]
Gracias a tu magnífica entrada se me ha convertido el martes post-puente en mañana solariega de domingo.
¡Qué gusto, rediós!
Me encantó!
Seguí así!
Como veo a todo el mundo muy motivado con Lope, no puedo dejar de recomendar la excelente edición de las Rimas y demás poesía del clásico hecha por Antonio Carreño para la Biblioteca Castro. Y perdón por la publi, pero los que comemos de los libros siempre barremos para casa.
Aún estamos con la espuma del jabón? esto si son vacaciones y lo demás son tonterias. Que estamos en Septiembre ¡¡¡¡hay que ir actualizando el blog¡¡¡
¡Qué gran lector eres!
Mientras no pongais mas fotos de la calva de Alberto Olmos..