David Torres, blog, escritor, literaturaTropezando con melones, David Torres  El primer melón me lo encontré en una playa andaluza, un día de verano. El último lo veo cada mañana al enfrentarme al espejo. ¿Qué me dirá ese tipo hoy? ¿Qué inesperados regalos, qué decepciones, qué frescas dentelladas me tendrá reservadas el día?
  Yo no lo sabía pero eso que mis manos agarraban con el ansia de un talonador de rugby era un melón. Es decir, una réplica más o menos ovoide de mi cabeza, la materialización fáctica de una idea en el mundo de los objetos reales.


Breve historia de España

Ahora resulta que

Todo el mundo tiene un abuelo

Fusilado en la guerra civil

Excepto yo que tengo un abuelo civil

Que fusilaba a todos los demás abuelos

Tal vez para ir equilibrando la estadística

 

 

Según me lo contaron en realidad

Mi abuelo sólo fusiló una vez

Pero fue suficiente porque

Ya saben cómo es este país con los motes

El caso es que buscaban un piquete

Y no había mucha gente en el pueblo con escopeta

Mi abuelo entonces era guarda forestal en un pueblo de la sierra

Y estaba acostumbrado a lobos hurones perdices jabalíes

No a tricornios sargentos terratenientes

Es decir que no esperaba que aquella tarde

La guerra civil fuese a llamar a su puerta

La mismísima guerra vestida de civil con botas y bigote

Le dijo anda Daniel descuelga la escopeta

Y así reclutaron a mi abuelo y a otros tres desgraciados

Para entrar con pie firme en la historia de España

Necesitaban hombres de probado valor

Que fusilaran a la mujer del maestro

Un republicano convicto y confeso cuyas ideas nocivas

Se habían propagado matrimonialmente

 

 

A veces pienso si toda la historia de este país

De Atapuerca al Bulli de Altamira a Tejero

Otro ilustre guardia civil

De don Pelayo a mi sobrino Jaime

Que tiene cinco años y juega con armas de plástico

Si toda la historia de España decía

Con sus muchedumbres navíos pintores sacerdotes

Y siervos de la gleba

No cabe entera en esos instantes

En que mi abuelo marchó a la guerra

Con la escopeta al hombro

Escoltando a una pobre mujer camino del muro

Y pensando dónde apuntaría

Si al pecho o a la cara

Sabiendo que luego el guardia iba a inspeccionar los tiros

Con el concienzudo afán de la justicia

 

 

Y así iba mi abuelo por las calles desiertas

De un pueblo de Sevilla

Donde la gente se había atrincherado en sus casas

Hasta que la historia pasara de largo con sus cruces y ángeles

Así iba mi abuelo como iba España

Pensando en sus cosas

Hasta que la mujer gritó Viva la República

Y el guardia civil se cagó en Dios muy cristianamente

Y le pegó un tiro a la mujer en la cabeza

 

 

Entonces mi abuelo durante un segundo interminable

En el que también cabían Lepanto Numancia el Dos de Mayo

Los Comuneros el Cid un verso de Lope

El río Tajo el Miño las Cuevas del Drach

Unas cuantas infantas subnormales un rey idiota

Y un pueblo que llevaba siglos muriéndose de hambre

Se agachó a bajarle la falda

Que con el desparpajo del crimen

Le dejó al cadáver las bragas y el culo al aire

Mi abuelo fue a taparla

Entre las piedras y la sangre que corría entre las piedras

Pero oyó una voz igual que Abraham entre las zarzas

Déjala así Daniel deja a esa puta

Que se joda bien jodida que la vea bien todo el mundo

Y así quedó la mujer despatarrada

En el can-can inmóvil de la muerte

Y mi abuelo más quieto que una piedra

Y la guardia civil y la guerra civil

Casi sinónimos

Todo listo para otro cuadro de don Francisco y Lucientes

Otro episodio nacional de don Benito Pérez

Otro réquiem de don Tomás Luis

Tres señores de los que mi abuelo

Probablemente nunca había oído leído visto nada

Ni falta que le hacía como sujeto dialéctico

De la apasionante y heroica historia de España