Siete formas de dar vueltas (II)
Un pedazo de tela coloreada puede cuestionar todo un viaje. La adulteración de un mínimo fragmento de experiencia deja atisbar el vértigo de que toda la experiencia misma sea una mixtificación; que debajo de los peinados, las comidas, los rituales y las sonrisas haya también otras tantas etiquetas, otras tantas falsificaciones producidas en seire para turistas. Quizá las danzas vistas en un poblado, al amanecer, sean tan auténticas como una sardana, como un chotis en San Isidro.