¿Qué me pasa, doctor? ¿Por qué no puedo con la Quinta de Lost?

Creo que voy a hacérmelo mirar. El caso es que, cada vez que me pongo el tercer (quizá el cuarto) capítulo de la quinta temporada de Lost me quedo frita, como si me hubiera picado una mosca tse-tse. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que tardo en volver a intentarlo varios días, e incluso, semanas.

¿Qué me está pasando? ¿Es una crisis vital? Tendría que decirle a una de mis series favoritas, «¿No eres tú, soy yo?» ¿Acaso he madurado? ¿Es un ciclo hormonal? ¿El cambio climático devalúa mi criterio como la lejía un vestido de colores?

Bien, como podéis comprobar he pensado en todas las posibilidades hasta llegar a una conclusión sencilla, que sé que me granjeará (me encanta el verbo «granjear», es tan… rural) comentarios impopulares pero… doctor… creo que Lost ya no me interesa.

Perseveraré porque ya he visto cuatro temporadas y claro, quiero ver el tan cacareado final. Pero creo que han mareado mucho la perdiz. Lo que antes me parecía fascinante ahora me parece bizarro y gratuito. Atención, spoiler. Ya cuando empezamos a mover la isla y a tocar las narices con la madre de Faraday y los flipes temporales de Desmond, pues francamente, me canso un poco. Y es que me he dado cuenta de que las series que más me gustan son las realistas, o al menos que tengan cierto viso de coherencia. Y Lost hace tiempo que no lo tiene. Fin del Spoiler.

Es una serie que he amado, porque sí, esa es la palabra, durante todos estos años y que me ha hecho muy feliz. Le he «perdonado» lo obvio, lo que le perdonamos todos: que abra interrogantes y no los cierre, que ocurran hechos sorprendentes que se justifican por sí mismos por su capacidad de generar golpes de efecto y de epatar al personal, aunque no tengan ni pies ni cabeza. Desde el Oso Polar del primer episodio hasta las visitas de Charlie a Hurley pasando por la chocita de Jacob. Todo genial. Sólo que ya me he cansado.

Creo que han sacado tantos conejos de la chistera que ahora sólo les quedan pelusones enormes. O igual soy yo, que me he hecho mayor. Ahora me da bastante pena, pero me reconcilia un poco con la teoría de guión que siempre ordena que las cosas, dramáticamente, sucedan por alguna causa. Lo malo es que veía esta serie y decía «pues a ellos les funciona lo de pasarse la causalidad por el forro, igual nos lo enseñaron mal.»

Han sido unos maestros del «porque sí» y del «flípalo» pero finalmente me han decepcionado. No sé si soy la única persona del planeta a la que esto le pasa, así que esto es una especie de mensaje en una botella o una incitación al asesinato para algunos fans.

En cualquier caso, aquí estoy. Y he de decir que los pedos que se agarran los Darling en Dirty Sexy Money me mantienen despierta y mucho más divertida.

¿Será grave, doctor?