Cuando éramos pequeños nos decían aquello de que todos tenemos alguna habilidad especial para algo, que sólo teníamos que encontrarlo y disfrutar de nuestro talento y ser felices para siempre. Hay quien sabe pintar, hay quien sabe bailar o incluso girar amarrado a una desatornilladora clavada al techo.
Esa creencia es de una ingenuidad brutal, igual que pensar que el que la sigue la consigue, y que existe una media naranja para cada uno de nosotros. No es que sean malos consejos o absurdeces totales, es verdad que quien la sigue tiene más números para conseguirla, o si es una chica, para ser denunciado por abuso, y es cierto que no es infrecuente que las personas sean buenas en algo.
Del mismo modo habrá que gente que seguirá y no conseguirá, y gente que no tenga talento para nada en especial. (Cuando digo eso recuerdo la peli «Mistery Men», de superhéroes con superpoderes absurdos, siendo uno de ellos la capacidad de mosquearse muchísimo.) Pero ya conocemos a los estadounidenses y a su moral a prueba de bombas, y por qué no, todos valemos para algo. Yo por ejemplo soy buenísima comprándome jerseys, tengo un montón. Y tampoco se me da mal darme cuenta de que una serie es la repanocha, como es el caso de Hung, la última serie de HBO, cuyo pliloto es uno de los mejores que he visto en los últimos años.
«Hung» es la historia de Ray Drecker, un tío que era un astro del deporte y el más crack del instituto, que se ve al borde de los 40 sumido en una grave crisis y sin saber qué hacer con su vida. De pronto se da cuenta de que lo mejor que tiene es su gran pene y decide sacarle rendimiento. Y no es nada cerdo, ni desagradable, ni siquiera triste. Es una drama con toques cómicos, o una comedia dramática, no lo sé, las etiquetas son lo de menos, lo importante es que la veáis. Es una revisión ácida sobre el castañazo del sueño americano, pero también es brillante, empática y emotiva, y ya me he quedado sin adjetivos, así que simplemente os recomiendo que dejéis lo que estéis haciendo y la veáis. Además Thomas Jane está estupendo.
Y para darle un toque meme (y por qué no, memo también) al post, os reto a que hagáis un top five de vuestras habilidades más absurdas. Este es el mío:
1. Comprarme jerseys
2. Darme cuenta de que una serie es la repanocha
3. Hablar realmente rápido
4. Hacer el molinete con las manos cuando hablo en público
5. Dejarme comida en la nevera de la oficina y que se pudra
¿Quién da más?