¿Qué tiene Gran Hermano?

Hace algún tiempo, me desvelé de madrugada, sin saber muy bien por qué no podía dormir. Sin salir de la cama, alargué la mano hacia el mando a distancia y puse la tele. Tras un breve zapeo, acabé ante el canal en directo de Gran Hermano, en el que una chica estaba metida en la cama, con los ojos abiertos, sin poder dormir.

La semana pasada se clausuró la décima edición de este reality con más de un 30% de la audiencia y sobrepasando los cinco millones de espectadores. Al margen de que nos guste más o menos -o nada- hay que admitir que es un fenómeno con una vigencia de casi diez años. A pesar de que hay muchísimos espacios de telerrealidad y que algunos han cosechado éxitos notables, como «Operación Triunfo» o «Fama», nadie consigue la regularidad y el impacto de GH.

Yo creo que hay varias razones que explican su éxito. Por ejemplo, la calidad técnica con la que está realizado,el dinamismo que suelen tener los montajes y el programa, la categoría de los frikis que entran, y cómo no, la explotación continua del mal gusto, la violencia y la chabacanería.

Pero los motivos que para mí sustentan la hegemonía de este programa son dos.

Primera. Que no hay nada más sencillo que identificarse con gente que no sabe hacer nada. Es decir, por maravillosa que sea la proyección que podemos hacer gracias a los talent shows (ojalá supiera cantar así; ojalá pudiera bailar así), la sensación de «tú eres igual de inútil (o más) que yo» es bastante más poderosa.

Segunda. Que GH alimenta la fantasía de que viendo a personas «reales» comportarse de forma más o menos «real» podemos llegar a conocer a la gente, conocer «la verdad» sobre el ser humano, como si pudiéramos extraer conclusiones generales que sirvieran para entender el comportamiento de los demás, de los que nos rodean, de nuestros vecinos, parejas o amigos, pero sobre todo de los desconocidos, esos seres de los que no sabemos nada y cuyo conjunto compone ese misterio llamado «la sociedad». Esa para mí es la gracia de GH, la posibilidad (manipulada y artificial, claro) de tumbar paredes y profanar intimidades, presenciar discusiones, traiciones, amores y miserias para poder comentarlos diciendo «la gente es así.»

Por si fuera poco, Gran Hermano guarda, al menos en la última edición, un gran parecido con «Twin Peaks.»