Primera. Tengo que ver Camino.
Segunda. El plató ha mejorado espectacularmente.
Tercera. La dirección novel tenía que haber sido para Vigalondo.
Cuarta. La gala fue dinámica.
Quinta. Me alegro por el Langui.
Sexta. El speech de Penélope fue perfecto.
Momentos favoritos. Los sketches de los Chanantes me hicieron reír mucho, supieron reírse del cine y de los tópicos que le rodean. El entusiasmo geriátrico de Jess Franco. El brillo, casi continuo, en los ojos de Javier Fesser. Javier Gutiérrez cargándose el Goya y entregando los pedazos entre disculpas. La capacidad de creer en el cine, cuando todo el mundo lo maltrata, que se respira en la gala.
Momentos incómodos. Los intentos cómicos de a) los turistas b)el intento de Rec c) Machi y la prensa y la bota de Jara y Sedal, d)el peloteo del cine español. También se me hizo de lo más pueblerino el caso que le hacían a Benicio del Toro, como si hicieran la gala para él. Y lo que él dijo al recoger su premio, que sólo le faltó subir en chándal, bastante tristón. «No he visto ninguna película, pero las veré». Pues ya somos dos, colega.
Algo más de glamour que en ediciones pasadas. Me repatea que la carta de la temática social haya dejado a «Los Cronocrímenes» sin Goya. Ya dije que «El truco del manco» me parece interesante, pero la peli de Vigalondo es mucho más brillante, más audaz y reivindica el cine de género más valiente y original. Parece que ser que para la Academia eso no es suficiente.
Me alegro por «Miente» y lo siento por «El encargado.»
Este año me lo he pasado muy bien. En parte por la compañía y porque creo que a nivel espectáculo, y salvo esos segmentos arriesgados, la gala ha mejorado muchísimo.
Eso sí, sigo pensando que seremos una industria de verdad cuando sepamos contemplar el talento sin mirar el nivel de «buenas intenciones» de las películas que se hacen en nuestro país.
Y después de ponerme reivindicativa como si me importara, amplío la información con las memeces de las que a todos (o al menos a mí) me gusta leer.
Las mejor y peor vestidas y etc
Las mejores: Mé y Pó. Digo, Pé y Mo, las hermanas Cruz iban divinas, Pe con su Chanel precioso de encaje, sexy a la par que elegante y clásico, y la otra pues no sé de qué iba pero iba muy apañada. Me gustó también el vestido de Olivia Molina, el de Carmen Elías, el de Aitana Sánchez Gijón… El vestido de Belén Rueda era precioso, pero el escote no le favorecía. El de Paz Vega tenía buenas intenciones, pero era demasiado Baby Doll para mi gusto.
Las peores. María Valverde y Clara Lago, tan jóvenes, tan guapas y tan equivocadas. No me gustaron los vestidos de la presidenta de la Academia, y los de Carmen Machi pues parecían de la sección de saldos del Corte Inglés. De Corbacho directamente no hablo, ni de la persona que maquilló a Verónica Echegui como la hija costrosa de Nosferatu.