Las nuevas noticias en torno a la televisión y puede que, próximamente en el cine, hacen preveer que buena parte de los parásitos que nos dedicamos a contar historias vamos a tener que darle al botón de pausa este año, al menos en cuanto a materializar nuestras historias se refiere. Esto es triste, ya que normalmente es muy difícil lograr que lo que escribamos llegue a algún sitio, y que a muchos nos pilla en proyectos con los que ya llevamos uno, dos años de espera; por desgracia, hay muchos que han perdido el trabajo o que ven cómo se complica acceder a su ocupación vocacional.
El ambiente es bastante cenizo y si nos dejásemos impregnar por la atmósfera mortuoria que hay en el gremio probablemente tiraríamos la toalla, o nos mudaríamos a Portugal, donde tirar la toalla carece de significado porque tienen muchas y muy baratas. En esta situación, creo que es más necesario que nunca seguir creyendo, seguir escribiendo, porque nadie tiene derecho a detener nuestro porvenir ni nuestros sueños. Mientras tanto, debemos intentar aguantar, y quizá podamos disfrutar de un breve paréntesis de melancolía y aceptar, como canta Sinatra, que la vida está hecha de ciclos.
«So I’ll think I’ll stay around and see if some dreams come true.»