Ayer por la noche fui a casa de mi madre a por mi dosis de tapper. Ella estaba con unas amigas, que muy ufanas, se tomaban algo y se reían de la vida, de la muerte, del presente, de la eternidad. Yo estaba en la cocina, vaciando la nevera en busca de mis recipientes (ya no como nada que no venga en un plástico) cuando una de estas amigas, entre risas, me miró y me dijo, «18 se llama la serie en la que trabajas, ¿no?» y yo «Sí», y ella, como si fuera algo encantador o un comentario digno de la Preysler en una recepción con el embajador, dijo: «Es muy mala», yo me la quedé mirando y dije «Ya», y seguí saqueando la nevera base con cara de póker.
Al irme le dije a mi madre en la puerta que su amiga era una XXXXX y también una pedazo de xxxxxxx y que después de llevar seis meses entregada a la causa, toda la semana dándole a la tecla y buena parte del fin de semana rehaciendo episodios por necesidades diversas, que había sido muy desafortunado su comentario, y me fui, mascando mi cabreo. «¿Acaso le digo yo que su trabajo es una mierda?», pensé, «¿Acaso le digo que su jersey es tan feo que parece que lo ha recogido del suelo?» y cosas así.
Poco después, cuando estaba entrando en mi hogar, el humilde hogar de una guionista de 18, sonó mi teléfono móvil.
-Oye, que Soy Paula.
«¿Quién?» pensé.
-Oye mira que siento mucho haberte dicho eso, que ha sido un error, que ni siquiera he visto la serie, que vamos que he metido la pata y…
No sé qué pesaba más, si la vergüenza de verme metida en semejante conversación o la angustia que había en la voz de Paula.
-De verdad que lo siento muchísimo…
-No pasa nada, que no tiene importancia, te lo agradezco pero que es una cosa muy común…
-Perdóname, ha sido un error, soy una bocazas.
No sabía cómo hacer que se sintiera mejor, así que saqué mi ariete:
-No te preocupes, Paula. Eso me lo dicen todos los días.
Una ronda más de disculpas y nopasanadas y la conversación había terminado. Olvidé decirle a mi madre que no dijera nada. Exageré cuando dije que me lo decían todos los días (desde luego a la cara nadie me lo dice) pero sí es cierto que en los foros tienes todas las tortas que cualquier guionista subidito pueda necesitar. Las que más nos han gustado de lo que hemos leído son, por poner dos ejemplos:
«Quiero ver 18 porque hace mucho tiempo que no vomito.»
«A Sergio lo mató la calidad de la serie».
Y es que va con el trabajo. Todo el mundo puede opinar, porque ahí estamos, y debemos a estar dispuestos a encajar comentarios de ese pelaje y algunos mucho peores. Yo creo que 18 es una serie muy buena teniendo en cuenta la clase de producto que es y el público al que va dirigida, y que va mejorando capítulo a capítulo. El martes 27 volvemos a las 16.00 h y estamos dispuestos a escuchar toda suerte de comentarios y a entonar el definitivo Ave, Caesar, morituri te salutant (esto lo decían los gladiadores al salir a la arena, creo.)
Eso sí, no os puedo garantizar que mi madre no os persiga con un tapper lleno de pedruscos si osáis decir que nuestra serie es mala.
Luego no digáis que no os lo advertí.