Aún a sabiendas de que lo pienso comentar puede ser una mayúscula obviedad, lo haré de todas formas. El sábado ví «Casablanca» en TCM. En primera instancia, me dije a mí misma (internamente, sin silabear ni nada), «Otra vez Casablanca, ¿es que no hay más pelis o qué?», pero fue sentarme en el sofá y ocurrió, esa magia infalible que tiene Casablanca.
«No hagáis eso de la Marsellesa, que no puedo, que me pongo fatal….» y ahí va Víctor Laszlo y se pone a acallar a los nazis, y acabo en mi salón gritando «Vive la France!», a moco tendido. Descubro que los diálogos, las miradas entre Ilsa y Rick me emocionan muchísimo, aunque no entiendo esta flojera de donde viene, pero la veo tan cautivada como la primera vez. Aunque hay algunos diálogos que de puro sobados no parecen ya tan fascinantes («Bésame como si fuera la última vez», etc), algunos como la alusión de Blaine a que vino a tomar las aguas, a lo que Renault responde «Estamos en el desierto» y él apostilla «me informaron mal», son maravillosos. También escuché con más atención la frase «Here’s looking at you, kid», después de que el amigo Escrito Por desvelara el misterio en este estupendo post.
Pero bueno, que yo no quería hacer un post diciendo lo maravillosa que es Casablanca, ni que me emociona hasta las pestañas. Las otras veces que la he visto me quedé con lo que Ilsa explícitamente dice (atención SPOILER) que cuando conoció a Rick en París, pensaba que su marido Víctor Laszlo había muerto en un campo de concentración. Y que el día que pensaba marcharse con Rick, alguien le había dicho que estaba vivo, dando lugar al llamado «hachazo en la Gare du Nord».
Claro, Ilsa, qué buena eres. Una tía comme il faut jamás le pondría los tubos a un líder de la resistencia. Sin embargo, revisitando los diálogos entre la pareja, cuando él le dice en París que podrían casarse en Marsella, que podría casarlos el maquinista del tren, está claro por lo que ella dice y por la cara que pone que sabe que esa huida no tendrá lugar.
Ilsa es una mentirosa, y he tardado muchos años en darme cuenta. Si me pongo a hacer conjeturas, diré que seguramente fue cosa de la censura, pero los guionistas de la peli lo escribieron de modo que el espectador atento se diera cuenta de que, a pesar de las presiones recibidas, Casablanca es una historia de amor adúltero.
¿Qué opción os gusta más? ¿La versión en la que ella se enamora de Rick pensando que su marido ha muerto, o la segunda, en la que ella tiene una relación adúltera con él?
Yo me quedo con la segunda, simplemente porque su mentira le da complejidad al personaje de ella, le da humanidad, le resta perfección, y porque las grandes historias de amor, al menos en la ficción, surgen de la dificultad.
¿Qué opináis?
Lo enorme de Casablanca es que cada vez puedes verla como una película distinta, cambiando tu chip interno. Haga la prueba de verla como una película de humor.
Desternillante.
A mí me gusta pensar que en un principio no es adúltera y que ella realmente cree que su marido está muerto, por no perder el matiz de que para ella descubrir que su marido vive es una mala noticia. Más heavy e inquietante que el adulterio es desear con las tripas y el corazón que tu marido esté muerto. Y tú como espectador te identificas con ese sentimiento perfectamente, por muy incorrecto que sea, en el fondo deseas que el marido de Ilsa se caiga en una zanja o se coma unos mejillones en mal estado.
Que gracia me hizo el comentario «¿es que no hay más pelis o qué?» Debo ser de las pocas personas que solo ha visto Casablanca una vez. Fue hace más de siete años, así que no recuerdo correctamente los detalles, pero que gusto da saber que sigue estando ahí, para verla de nuevo. Normalmente, vemos tantas veces nuestras películas clásicas favoritas que pierden parte de su gracia.
A mí me mola la versión adúltera. Así puedo pensar que ella es mona pero golfa. Y Jamfri me mola en plan atormentado que te cagas. Y ya se que si no sucediera nos quedaríamos sin peli y esas cosas, pero no deja de ser una putada que de todos los bares del mundo mundial tenga que ir a caer precisamente en ese, joer.
La escena de la Marsellesa, magistral, retrata en una sucesión de planos breves a sus personajes, es clave en la narración y además es uno de los climax de la película, que todo hay que decirlo también era propagandista. La idea de cantar el himno de la República Francesa fue abordada unos años antes por Jean Renoir en La Gran Ilusión, en una escena también memorable, al parecer esa película estaba perdida en aquellos años, por lo que esta escena entonces además cumplía la función de «restaurar» un pasaje que de milagro no pasó al olvido. Aquí la escena de La Gran Ilusión, comienzan a cantar la Marsellesa sobre el minuto 2: http://www.dailymotion.com/video/x1y4f4_la-grande-illusion-marseillaise_shortfilms
Gracias, Tito. Otra enorme película. Y ayer vi otra que me encanta «Cautivos del Mal», enorme también.