En el final de «El Ala Oeste de la Casablanca»

Después de despedirme de «The Shield», «Los Soprano» y «The Wire» (y de otras, pero que me han dado más igual) le llega el turno a «The West Wing», que empecé a ver allá por el año 2001 hasta ahora. Esta serie, que como sabréis narra las andanzas de Jeb Bartlet, un presidente demócrata de los Us and A -que diría Borat- durante dos legislaturas. Creada por el nunca suficientemente ponderado Aaron Sorkin, el Ala Oeste es una serie complejísima, abrumadora, tan magistral en algunos capítulos como soponciera e inaccesible en otros, emocionante muchas veces, pero siempre inteligente y original.

¿Por qué me gusta tanto?

1. Porque técnicamente es perfecta. Esos recorridos frenéticos por el pasillo, con Josh, Sam o CJ discutiendo asuntos complejísimos a toda velocidad son una marca de identidad de la serie.

2. Porque tiene un grupo de personajes maravillosos. Leo, Josh, Cj, Donna, Toby… es imposible no quererlos. Lógicamente, esto es obra no sólo del guión, sino del increíble grupo de actores que le han dado su pellejo. (También hay actores que no me han gustado nada, y por alguna razón son dos novias de Josh, Moira Kelly y Mary Louise Parker; tampoco me convence Joshua Malina, uno inaguantable y repelente a más no poder de las últimas temporadas.)

3. Porque a pesar de lo complejo de las tramas y del asunto en general, consigue llegar como la serie de un grupo de personas que quieren mejorar la vida de la gente, mientras sus existencias son un completo desastre. Eso es «The West Wing.»

4. Por lo ingeniosos que son los diálogos. Normalmente, si entrarámos en una sala de trabajo y todo el mundo pareciera tan ingenioso como una hibridación entre Sócrates, Confucio, Groucho Marx, Woody Allen y Oscar Wilde, probablemente pensaríamos que es del todo inverosímil. En cambio, al ser la Casa Blanca y ser Sorkin, pues cuela.

5. Porque no escamotea prácticas políticas impopulares, como invasiones preventivas, derrocamientos de gobiernos, y errores de todo tipo.

6. Porque retrata a una clase política que es digna de admiración. Y eso me parece muy difícil de conseguir sin caer en un retrato hagiográfico de la presidencia de Estados Unidos.

7. Porque aunque muchas veces no sepas de que están hablando, con tanta sigla y tanta palabra técnica, logra acercarte al funcionamiento de la Casa Blanca.

8. Porque en cada capítulo hay uno o dos dilemas. (Como mínimo.)

9. Porque habla de gente idealista y entregada a su trabajo.

10. Porque resulta visionaria en algunos asuntos. Santos, el candidato democráta a suceder a Bartlet, es latino y está obsesionado con la educación y la sanidad. ¿Le suena a alguien?

Esas son las razones más o menos objetivas. Luego está el motor de este post, ñoño a más no poder. Está el lado personal, lo que ocurre detrás de las cámaras. John Spencer, maravilloso actor que interpretaba a Leo Mac Garry, jefe de gabinete de la Casa Blanca, falleció de un infarto antes de poder concluir la serie. Irónicamente, su personaje padecía un episodio cardíaco en un memorable episodio que no desvelaré, pero lograba superarlo. Se nota, por la escritura de su personaje, que su marcha pilló completamente desprevenido al equipo de guionistas; (Spoiler leve: MacGarry se postula como vicepresidente de la candidatura de Santos.)

Lo que me ha resultado muy emocionante es ver como, tras la muerte de Leo en la ficción y en la realidad, los restantes personajes reaccionan ante su pérdida. Quizá me haya sugestionado, pero su tristeza es sobrecogedora, parece que en esos planos actor y personaje se funden en cada uno de los miembros del reparto. Incluso el plano que recoge a Kristin Chenoweth (otra novia rara de Sorkin, que al parecer inspiró a la rubia religiosa de Studio 60) entrando alarmada en la habitación de Leo, que acaba con un larguísimo travelling de alejamiento por el pasillo, está cargado de realidad. Y en este punto no me resisto a poner el vídeo en el que John Spencer recoge un Emmy.

Traducción:
«Mirad a mis compadres, se alegran tanto por mí… Y eso lo dice todo sobre «El Ala Oeste.» Estamos ahí, trabajando muy duro al servicio de esa escritura tan brillante. Yo estoy al servicio de la genialidad y el arte de Aaron Sorkin, uno de los grandes escritores de todos los tiempos. Un actor es tan bueno como el material que recibe, y a nosotros nos dan oro, semana tras semana tras semana… y no sé cómo lo hace. Un reparto extraordinario, todos y cada uno de ellos me hace mejor de lo que soy… Maravillosos directores, Tommy Schlamme (director de la serie), John Wells… Sabéis, nunca quise hacer otra cosa que actuar. Salvó mi vida, es la razón por la que me levanto por las mañanas, es mi opiáceo. Mi premio siempre era conseguir un siguiente trabajo, para que yo pudiera seguir haciendo esta cosa maravillosa que me encanta. Así que este premio, amigos míos, es deliciosamente redundante. Gracias.»

Soy incapaz de ver este vídeo sin pensar que es una suerte escribir y actuar, dirigir, crear ua obra de ficción en equipo, sobre todo cuando se hace así de bien. Sé que es imposible, que nosotros no somos así, que no hacemos series así, que aunque tuviéramos la capacidad nuestra clase política está dominada por la mediocridad, pero aún así hay que desear alcanzar la excelencia que esta serie ha conseguido a lo largo de sus siete temporadas.

Para aquellos que no la hayan visto (y si se fían de mi criterio), les recomiendo especialmente las tres primeras temporadas y los episodios «Dos Catedrales», «Bartlet for America» e «Isaac e Ishmael». Y ya puestos a recomendar, por favor visitad esta entrevista que le he hecho a Daniel Sánchez Arévalo para Ámbito Cultural.

9 thoughts on “En el final de «El Ala Oeste de la Casablanca»

  1. El enlace a la entrevista con Sánchez Arévalo no funciona. Otra consecuencia más de tu educación nacionalcatólica. MENOS MAL QUE ESTOY YO AQUÍ.

  2. Suscribo todo lo ya apuntado por la autora del blog. Esta serie es grande. Yo la terminé hace tiempo y la estoy volviendo a revisitar… es increible como logra mantener el pulso temporada tras temporada, tan solo decae en la quinta (en la que Sorkin se fue para ocuparse de studio 60), y como logra reinventarse sin perder su ADN. No es que fuese visionaria con el tema Santos/Obama, sino que entre sus guionistas/asesores había gente procedente de la política que «descubrieron» a un joven senador con dotes y maneras que les llamaron la atención e inspiraron.

    http://www.guardian.co.uk/world/2008/feb/21/barackobama.uselections2008

    PD: para mí uno de los capítulos memorables es aquel en el que a Josh le visita un psiquiatra.

    PD2: hacia el final de la serie hay un suceso, ante el que, si la has seguido desde el principio, es inevitable soltar un grito (o gesto similar) SPOILER: cuando dos de sus protas por fin se besan… you know… FIN SPOILER

    PD3: ahh, el único punto en el que difiero de Ángela es que Mary Louise Parker está magnífica (pero claro,la opinión de un fan no es muy objetiva, viva Angels in américa;-)

  3. Querido Pirata, ¡¡I know!! Después de tanto sufrimiento, que si la llave, que si no te quiero en mi equipo, que si tal… Se lo merecían. No puedo decir otra cosa. Qué historia tan bonita, y eso que el fuerte de Sorkin como tema no son precisamente las relaciones de pareja.

    Pianista, GRACIAS. Esta noche te incluiré en mis oraciones, bueno, eso si consigo recordar todas las palabras. No sé por qué siempre me llegan tus comentarios como Spam. ¿Crees que el filtro también ha sido educado por unas monjas iracundas?

  4. Genial serie que me ha emocionado y entretenido hasta el tutétano.

    Me quedé estancando en la temporada 6 (quizá porque la 5 fue la peor y también ahora por falta de tiempo) pero se la tengo jurada. Vamos, que tengo que acabarla.

    Una serie que me gusta tanto que hasta se la remondé a mi padre. Y le gustó.

  5. Yo la 5 y la 6 no sé no sé, pero la séptima me ha gustado bastante. El final es apoteósico, y Alan Alda, también. Ya me contarás que es remondar. Un saludete.

  6. Sorkin no se fue. A Sorkin le echaron por drogota y porque había tantos retrasos en la producción que más de una vez tuvieron que retrasar la emisión del capítulo. A partir de la 5ª la serie la llevó ya John Wells. Al final se medio reconciliaron, y Sorkin tiene un cameo en el último capítulo, durante la toma de posesión.

    Las dos últimas temporadas son utilísimas para entender cómo funciona el sistema de primarias y las elecciones presidenciales. Y el paralelismo con la campaña de Obama no se queda solo en Santos. El que ahora es su jefe de gabinete, Rahm Emmanuel, fue el que inspiró el personaje de Josh Lyman.

  7. Tengo que reconocer que tenía olvidada esta magnifica serie. Ni siquiera me molesté en buscar la última temporada..quizás por que fue una serie de las maltratadas por televisión española, de las que emitían a horas poco convencionales y sujeta siempre a cambios en la programación, aunque seguramente fue por dejadez propia.

    La última noticia que tuve sobre la serie fue que perdía espectadores pese a mantener su nivel de calidad, y que por ello los responsables querían darle un final digno. Cuestión que creo se reflejó en la propia serie con el final de la presidencia Bartlet. Aunque como dejé de seguir la serie quizás me equivoque.

    Del post me quedo sobretodo con el punto 6; «Porque retrata a una clase política que es digna de admiración…» Sin comentarios, que cada uno reflexione sobre ello.

  8. Estimada Ángela, teniendo poco que añadir a su lúcido y certero decálogo, sólo me resta recomendar fervientemente el capítulo séptimo de la séptima temporada («El debate») que, como su nombre indica, muestra el debate presidencial entre el demócrata Santos (Jimmy Smiths) y el republicano Vinick. Además de la fuerza implícita de la historia – la serie muestra cómo debería ser un VERDADERO debate entre candidatos -, lo más increíble es que el episodio… ¡fue retransmitido en directo, como si de un «Estudio Uno» se tratara! Lo que demuestra que, además de unos guiones portentosos y una realización soberbia, «TWW» tenía unos actorazos como la copa de un sequoya.

    Consolémosnos: en España tuvimos «Moncloa, dígame»…

    PD.- Coincido con el estimado Pirata: Mary Louise Parker está de toma pan y mojosh.

  9. LET, sí, el cameo me hizo ilusión. Es muy emocionante el último capítulo.

    Sveirl, creo que merece la pena que termines de verla, aunque no sea gracias a las televisiones, que son menos fiables que un mono con una granada. Saludos y reflexionemos, sí.

    Grom, ¡se me había olvidado «El debate»! Es absolutamente genial y no sabía que había sido grabado así, a lo Estudio Uno; otro que añadir a la lista. Besos.

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