«La mano derecha es luminosa e intrascendente; la izquierda, un vendaval». Silvia Herreros, «La Mano izquierda de Peter Pan».
Me apresuré a comprar la novela «La mano izquierda de Peter Pan», porque el tema, una mezcla de realidad y ficción, en un entorno académico y literario, me gustó desde el primer momento. Leí cincuenta páginas, y ya estaba enganchadísima al libro. Esto es especial porque en los últimos meses he abandonado lecturas de todo pelaje, muchas de ellas avaladas por prestigiosos galardones, algunas de escritores predilectos… Así que volver a leer una novela larga (470 páginas) me demuestra que no hay nada malo en mi capacidad lectora. O quizá sea mérito de esta estupendísima novela.
Entrelaza a Moira y David, dos estudiosos de la obra de Barrie, condenados a compartir su destino y sus papers, primero en Yale y luego en un congreso sobre el autor de Peter Pan en Escocia, con la vida de James M. Barrie y Cynthia Asquith. Difícil definir con una palabra las relaciones de ambas parejas. Pero de esa complicidad literaria, múltiple y complementaria, en ocasiones amorosa y en ocasiones simbiótica, surgen dos historias que hacen que la palabra amor se quede pequeña; al menos, el amor romántico tal y como lo conocemos.
A través de ambos relatos, el del pasado (apoyado en Asquith) y el del presente (dividido entre Moira y David) emergen los temas pulsados por Barrie pero también por Asquith: la dualidad del individuo, el miedo al envejecimiento, la añoranza por la inocencia perdida y la duda perenne de los escritores por conocer qué lugar les deparará la historia. Además, el relato de Cynthia aporta facetas propias de la mujer que un siglo después siguen con total vigencia: la crueldad de la belleza que se marchita, la identidad al margen de la pareja o la familia, el menosprecio a la autoría femenina.
Acertadamente, y como no podría ser de otra manera en una obra con esta temática y este título, Moira, David y Cynthia sufren extraordinariamente al crecer, o dicho de otro modo, al madurar. Es también un relato sobre la adaptación, o sobre la falta de ella. Historia de la diferencia, de los vaivenes vitales que antes o después nos hacen naufragar a todos. Pero no es una mirada trágica, sino vital, irónica a veces, divertida y lúcida, que impulsa la lectura compulsiva de las páginas, que me ha hecho pensar en mi maduración- o en la falta de ella.
Y por último, me cautivan esas heridas de David y Moira, a través de las cuales respiran, como si aún estuvieran vivos, Cynthia Asquith y James M. Barrie; leer muchas veces implica buscar sentido en nuestra vida en las vidas y en los pensamientos de otros. Larga vida a Peter Pan. Y larga vida a los que siguen su estela.
Gran escrito!
Un saludo desde https://erremixx.blogspot.com/