LA MAGIA DE RODRIGO CORT?S

por Ángela Armero

Cuesta imaginar lo que sintieron nuestros tatarabuelos al ver esto:

El Zoótropo, y su primo cercano, el Praxinoscopio, fueron creados en el siglo XIX como un sofisticado truco de magia. Estamos tan acostumbrados a ver películas que olvidamos que son fotos fijas que pasan a gran velocidad ante nuestros ojos creando la ilusión del movimiento, y no sólo del movimiento, sino la ilusión de vida. Del mismo modo que Gene Tierney resucita cada vez que te pones a ver «Laura», todos los que amamos el cine ya tenemos excesivamente asimilado ese complicado entramado mágico que supone hacer una película. Pete Docter (director de «Up») habla de que la animación es un truco mostrando este maravilloso zoótropo de Pixar.

Redescubrir este prestigio ha supuesto para mí una emoción mucho más profunda que la me provocan la mayoría de las películas. Por eso me ha gustado mucho «Red Lights», la última película de Rodrigo Cortés, dirigida, escrita y montada por él, e interpretada por Sigourney Weaver, Robert De Niro y Cillian Murphy.

Según su director, Red Lights habla de tres temas: el mundo paranormal, los fraudes en torno a los fenómenos sobrenaturales, y el ilusionismo, la puesta en escena de los profesionales, como puente necesario entre los dos primeros. Cortés identifica el cometido del ilusionista con el del cineasta: ambos han de conseguir que lo falso parezca real. El mago y el director de cine han de engañar al espectador. Utilizando las palabras de Cortés: «Conseguir que todo el mundo mire tu mano izquierda mientras con la derecha les robas la cartera».

«Luces Rojas» ofrece una reflexión magnífica e inquietante sobre el mecanismo, que no es una mera herramienta sino también la esencia de la película; la tramoya del mago es la misma que la del escritor o creador.

Las maniobras de distracción, tan útiles para ladrones, magos y timadores, lo son tanto o más para los guionistas o creadores de historias. Y esto es una gran verdad en éxitos tan arrolladores y seductores como «El Golpe», «El Sexto Sentido» o «Sospechosos Habituales».

¿A quién no le gustaría escribir uno de esos finales inesperados?. Creo que todo escritor o guionista, y yo la primera, mataría a su perro por poder escribir un guión que mantuviera en vilo al espectador durante dos horas y después soltarle con un espectacular truco que le hiciera exclamar: ¿Cómo lo ha hecho?

Quizá esta pregunta, y otras, las pueda responder Rodrigo Cortés, que estará el 28 de Marzo en Hotel Kafka, tomando un vino. (A este evento hay que apuntarse, los detalles los tenéis aquí), y que será nuestro telonero de honor para la apertura del curso de Bloguionistas, que da comienzo el 11 de Abril.

Nos vemos allí.

Publicado originalmente en Bloguionistas.

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