Muera la originalidad (HBO vs Showtime)

Una vez leí una entrevista en Abc Guionistas. No recuerdo quién era el fulano, pero sí lo que decía. Decía:

NO CREO EN LAS GRANDES IDEAS.

Repetimos:

NO CREO EN LAS GRANDES IDEAS.

Y muchos de vosotros pensaréis, joe, vaya pedazo de mendrugo, más les hubiera valido entrevistar a una babucha, a una rata almizclera, porque para decir eso… Pero pensándolo bien yo tampoco creo (especialmente) en las grandes ideas.

Este hombre, que sólo es anónimo en mi recuerdo (seguro que su madre está muy orgullosa de él) creo recordar que seguía diciendo: «Creo en los grandes desarrollos». Y ahí también estoy con él, aunque no sé quién es ni a qué dedica el tiempo libre.

Aplaudo las buenas ideas, pero las ideas que son desesperadamente originales me dan una pereza cósmica. Y también creo que la gracia está en cómo se cuentan las cosas. Prefiero un chico conoce chica, pierde chica, etc, etc bien hecho que una historia super bizarra sobre una chincheta que sufre una mutación y se convierte en una alcayata y por fin llega a ser la primera presidenta mujer y asiática de Estados Unidos con la ayuda de un gato morado con podéres telekinéticos y acento andaluz.

Creo en las buenas ideas, pero el exceso de originalidad me repele. Estoy hablando de mis gustos, y por ejemplo, la diferencia que hay entre las series de HBO (que suelen ser originales) y las de Showtime (que suelen ser bizarras.)

Hagamos una breve comparativa de algunas series de estas dos cadenas de pago americanas.

Los Soprano (Hbo). La historia de un clan mafioso cuyo capo se quiebra y necesita ir a la psiquiatra. ORIGINAL.

Saving Grace (Showtime). Holly Hunter es una policía alcoholizada y de mal vivir que se convierte en ángel moralista y justiciero. BIZARRA.

Hung. (Hbo) Acuciado por el fracaso y la carestía económica, un hombre se mete a prostituto. ORIGINAL.

Nurse Jackie. (Showtime.) Una enfermera justiciera adicta a las pastillas que vive en un mundo de realismo mágico. BIZARRA.

THE WIRE. (Hbo.) Una serie sobre la delincuencia en Baltimore, contada desde el bando de los polis y a la vez del de los malos. ORIGINAL.

Weeds (Showtime). Un ama de casa de los suburbios se mete a traficante y empieza a relacionarse con bandas de narcos integradas por gente de lo más excéntrico. BIZARRA.

CURB YOUR ENTHUSIASM. (Hbo.) Larry David, creador de Seinfeld, se interpreta a sí mismo viviendo como guionista de éxito en los Ángeles. ORIGINAL.

UNITED STATES OF TARA. (Showtime) Toni Collette interpreta a una mujer que tiene varias personalidades, y todas estas personalidades conviven con ella y con su familia en la misma casa. BIZARRA.

Insisto en que es una cuestión personal, pero me dan mil patadas las ideas tan denodadamente originales. Por supuesto, no sólo hablamos de ideas demasiado raras, sino de desarrollos bastante extraños y que dan sensación de inverosimilitud. El problema de pasarse de rosca con la originalidad es que lo más probable es que el espectador responda con un gigantesco «¿Y A MI QU??». La falta de empatía, de cercanía y de interés son efectos probables si uno se pasa de excéntrico. Detesté con todas mis energías el piloto de Saving Grace, y hoy he visto la de Tara, empezando por el cuarto episodio, y a pesar de que había oído maravillas, no me ha interesado nada. He de reconocer que Nurse Jackie (con la gran Edie Falco) y Californication me gustan, aunque no me haría un tatuaje con ninguna de las dos.

Sí, ya sé Tara la produce Steven Spielberg y que la ha creado Diablo Cody. Quizá ese sea el problema. Ya me pareció que Juno era un postureo independiente y que era un poco insólito que esa adolescente que parece tontísima para algunas cosas (como saber qué no hay que hacer para quedarse embarazada) hable como una redactora de la Rolling Stone y sea taaaaaaaaaaaaan ingeniosa. Me da mil patadas Juno. Que lo sepa todo el mundo.

Por cierto, ¿qué os parece una historia de una stripper que se mete a guionista y productora ejecutiva de series de culto?

Y de postre, el momento más raro a la par que glorioso que yo recuerde, más raro y más brillante aún que las secuencias oníricas de los Soprano. Jed Bartlett entrando en la iglesia hablándole a Dios en latín.

Ai Jav a drim

Un día me levanté y soñé con una industria de la ficción española más fuerte que ninguna. Soñé con grandes éxitos de crítica y público, con gente abofeteándose para entrar en los cines un martes a las cuatro de la tarde, manifestándose a favor de las subvenciones, comprándose DVDS como si de ejemplares de Harry Potter se tratara, con Jaime Rosales perseguido por los paparazzi cual Cristiano Ronaldo huyendo del Buda Bar, soñé con un nuevo patriotismo cimentado en lo bueno que es nuestro cine y la calidad de nuestras series, y ya puestos a soñar, soñé con el ipsum JR apatrullando una serie diaria y con Chiquito de la Calzada compartiendo plano, mano a mano, uan on uan, con Leslie Nielsen, aunque bien podría valer Manuel Torreiglesias.

Bien, el día ha llegado. Los sueños se cumplen, amigos.

Larry Hagman, alias JR ha fichado por «Cómplices», la nueva serie diaria de Antena 3, y en el trailer de «Spanish Movie» podemos ver este encuentro tan emocionante entre el humorista español con más personalidad y el señor Nielsen, ese que lo hace todo cuando puede. Se me saltan las lágrimas.

Es un día para soñar con una industria omnipotente, en la que los talentos más actuales y en forma hacen cola para coger un avión a Madrid, ese lugar que a la boba de Vicky Beckham le parecía que olía a ajo. Chúpate esa, Victoria. Por si fuera poco, y ahora sin trazas de ironía (ni de nueces), estamos de suerte porque el corto «Mañana», la segunda joya de Estíbaliz Burgaleta y Alegría Collantes, ya se puede ver en Internet. Loado sea el señor. Nielsen, claro.

Hacedme pupita AQUÍ para visitar el blog de las autoras de la criatura.

Hung: todo el mundo tiene algo

Cuando éramos pequeños nos decían aquello de que todos tenemos alguna habilidad especial para algo, que sólo teníamos que encontrarlo y disfrutar de nuestro talento y ser felices para siempre. Hay quien sabe pintar, hay quien sabe bailar o incluso girar amarrado a una desatornilladora clavada al techo.

Esa creencia es de una ingenuidad brutal, igual que pensar que el que la sigue la consigue, y que existe una media naranja para cada uno de nosotros. No es que sean malos consejos o absurdeces totales, es verdad que quien la sigue tiene más números para conseguirla, o si es una chica, para ser denunciado por abuso, y es cierto que no es infrecuente que las personas sean buenas en algo.

Del mismo modo habrá que gente que seguirá y no conseguirá, y gente que no tenga talento para nada en especial. (Cuando digo eso recuerdo la peli «Mistery Men», de superhéroes con superpoderes absurdos, siendo uno de ellos la capacidad de mosquearse muchísimo.) Pero ya conocemos a los estadounidenses y a su moral a prueba de bombas, y por qué no, todos valemos para algo. Yo por ejemplo soy buenísima comprándome jerseys, tengo un montón. Y tampoco se me da mal darme cuenta de que una serie es la repanocha, como es el caso de Hung, la última serie de HBO, cuyo pliloto es uno de los mejores que he visto en los últimos años.

«Hung» es la historia de Ray Drecker, un tío que era un astro del deporte y el más crack del instituto, que se ve al borde de los 40 sumido en una grave crisis y sin saber qué hacer con su vida. De pronto se da cuenta de que lo mejor que tiene es su gran pene y decide sacarle rendimiento. Y no es nada cerdo, ni desagradable, ni siquiera triste. Es una drama con toques cómicos, o una comedia dramática, no lo sé, las etiquetas son lo de menos, lo importante es que la veáis. Es una revisión ácida sobre el castañazo del sueño americano, pero también es brillante, empática y emotiva, y ya me he quedado sin adjetivos, así que simplemente os recomiendo que dejéis lo que estéis haciendo y la veáis. Además Thomas Jane está estupendo.

Y para darle un toque meme (y por qué no, memo también) al post, os reto a que hagáis un top five de vuestras habilidades más absurdas. Este es el mío:

1. Comprarme jerseys
2. Darme cuenta de que una serie es la repanocha
3. Hablar realmente rápido
4. Hacer el molinete con las manos cuando hablo en público
5. Dejarme comida en la nevera de la oficina y que se pudra

¿Quién da más?

¿Qué me pasa, doctor? ¿Por qué no puedo con la Quinta de Lost?

Creo que voy a hacérmelo mirar. El caso es que, cada vez que me pongo el tercer (quizá el cuarto) capítulo de la quinta temporada de Lost me quedo frita, como si me hubiera picado una mosca tse-tse. Pero lo peor no es eso. Lo peor es que tardo en volver a intentarlo varios días, e incluso, semanas.

¿Qué me está pasando? ¿Es una crisis vital? Tendría que decirle a una de mis series favoritas, «¿No eres tú, soy yo?» ¿Acaso he madurado? ¿Es un ciclo hormonal? ¿El cambio climático devalúa mi criterio como la lejía un vestido de colores?

Bien, como podéis comprobar he pensado en todas las posibilidades hasta llegar a una conclusión sencilla, que sé que me granjeará (me encanta el verbo «granjear», es tan… rural) comentarios impopulares pero… doctor… creo que Lost ya no me interesa.

Perseveraré porque ya he visto cuatro temporadas y claro, quiero ver el tan cacareado final. Pero creo que han mareado mucho la perdiz. Lo que antes me parecía fascinante ahora me parece bizarro y gratuito. Atención, spoiler. Ya cuando empezamos a mover la isla y a tocar las narices con la madre de Faraday y los flipes temporales de Desmond, pues francamente, me canso un poco. Y es que me he dado cuenta de que las series que más me gustan son las realistas, o al menos que tengan cierto viso de coherencia. Y Lost hace tiempo que no lo tiene. Fin del Spoiler.

Es una serie que he amado, porque sí, esa es la palabra, durante todos estos años y que me ha hecho muy feliz. Le he «perdonado» lo obvio, lo que le perdonamos todos: que abra interrogantes y no los cierre, que ocurran hechos sorprendentes que se justifican por sí mismos por su capacidad de generar golpes de efecto y de epatar al personal, aunque no tengan ni pies ni cabeza. Desde el Oso Polar del primer episodio hasta las visitas de Charlie a Hurley pasando por la chocita de Jacob. Todo genial. Sólo que ya me he cansado.

Creo que han sacado tantos conejos de la chistera que ahora sólo les quedan pelusones enormes. O igual soy yo, que me he hecho mayor. Ahora me da bastante pena, pero me reconcilia un poco con la teoría de guión que siempre ordena que las cosas, dramáticamente, sucedan por alguna causa. Lo malo es que veía esta serie y decía «pues a ellos les funciona lo de pasarse la causalidad por el forro, igual nos lo enseñaron mal.»

Han sido unos maestros del «porque sí» y del «flípalo» pero finalmente me han decepcionado. No sé si soy la única persona del planeta a la que esto le pasa, así que esto es una especie de mensaje en una botella o una incitación al asesinato para algunos fans.

En cualquier caso, aquí estoy. Y he de decir que los pedos que se agarran los Darling en Dirty Sexy Money me mantienen despierta y mucho más divertida.

¿Será grave, doctor?

Nuevas series españolas. ¿Cuál es tu favorita?

Los guionistas sabemos muy bien que lo normal es que las series de estreno fracasen. (Que me lo digan a mí. Jia, jia.) Pero en las últimas semanas se está produciendo una situación peculiar: ha habido dos estrenos (Águila Roja y Dr. Mateo) que han debutado con un 26%, dato que en esta época de cambio constante, sálvese quien pueda y fragmentación televisiva es espectacularmente bueno. También «Pelotas» ha tenido un share razonable ayer en la 17,6%.

¿Por qué me parece sorprendente? Porque en los últimos meses, parece que había una tendencia en el público a sólo prestarle atención a series ya consagradas como «Aída» u «Hospital Central» con la salvedad del único fenómeno de 2008, «Sin tetas no hay paraíso.» Y empezando 2009 nos encontramos con dos «taquillazos» que se producen con escasos días de diferencia.

¿Qué tienen en común? Ser dos propuestas que sin reinventar la penicilina contienen elementos diferenciadores del resto. En el caso de Águila Roja, evidentemente la época histórica y la acción como género televisivo, y en el caso del Doctor Mateo (aunque no la he visto) el rodaje en exteriores y el ámbito rural. O sea, que sin ser muy audaces (yo sólo lo soy los domingos) se podría pensar que la gente quiere ver algo diferente, razón por la que, tangencialmente, no funciona «A ver si llego», que sin entrar a hacer una critica si parece una propuesta más convencional.

Y más allá, podríamos pensar que el triunfo de las series que al menos en la forma (el fondo es otra cuestión) ofrecen algo nuevo al espectador quizá propicie que las cadenas se atrevan con propuestas algo más audaces. Aunque esas series no vayan los domingos.

¿Qué pensáis? ¿Cuál es vuestro estreno español favorito de la temporada?