El viernes pasado «Entrevista» ganó el premio del Jurado en el IV Festival de Cortos del Barbú; «Inmóvil», dirigido por Helio Mira, se hizo con el premio del público. Esta es una foto de la primera proyección a la que asistió el genial Luis Callejo, and friends.
Aprovecho para darle las gracias a todo el equipo que hizo este corto del que creo que todos nos sentimos orgullosos. También es estupendo ver que en el circuito hay muchísimo cortos de gran calidad, como por ejemplo, «Akerbeltz, Las brujas y el Inquisidor» de César Urbina, o la trilogía «Cásting», de Jorge Naranjo, que vi en el otro festival al que acudí la semana pasada, «Cortos con Eñe», en el que José Luis Mora y compañía destilan auténtico entusiasmo por el cine. Un lujo estar presente en los dos. Casi me dan ganas de hacerme otro corto… Ja, ja, ja!
Nuestro próximo pase será el jueves 8 de Diciembre en el Festival «Almería en Corto».Para más información, pinchad en el enlace.
Michael Jackson y Steve Jobs deben estar haciendo algo realmente gordo ahí arriba.
Creo que a su manera, los dos eran grandes «entertainers».
Sé que hay mucha gente que detesta a Jobs y a Apple, pero a mí me da igual. Yo soy una admiradora convencida y desde hace muchos años. Incluso desde la época en la que realmente no era demasiado práctico tener un mac en vez de un Pc. Mi padre me regaló este ordenador (bueno, uno como éste) con 17 años y en esa máquina escribí mis primeros textos profesionales, también los de la escuela de cine.
En ese primer mac también pasé horas en el messenger (qué vintage), escribí emails trascendentales (para mí lo eran) y sobre todo, me conectaba a Internet a través del router telefónico que parecía emitir una ruta misteriosa de contraseñas guturales, distinta cada vez, un proceso que a veces fallaba, como si fuera el lanzamiento de un cohete especial. Casi quince años después, estar conectado es algo tan natural como respirar.
Con Steve Wozniak, cofundador de Apple.
A ese mac le han seguido varios. Unos han durado mucho tiempo, otros menos. Mi madre ha heredado uno que milagrosamente aún dura. Tengo un Ipod, tengo un Iphone y me regalaron un Ipad. En casa tengo dos ordenadores Mac. Supongo que ese inventario me convierte en una adicta, pero para un guionista un ordenador es un objeto con el que establecemos una relación muy íntima y más vale que te guste, si tienes que llevártelo a casa, llevártelo de viaje, vivir momentos de triunfo y otros de derrota.
Lo mejor que ha hecho Apple por mí es poder incorporar la belleza a mi vida diaria.
Y creo que eso no es algo superficial. De una forma o de otra, nos pasamos la vida persiguiéndola y a mí por ejemplo me disgusta bastante el Pc de la oficina. Porque es viejo, funciona mal, es feo, el ventilador no cesa nunca, sólo permite mantener dos ventanas abiertas en el navegador y se cuelga varias veces al día. Con esto no quiero decir que el sistema sea malo, ni que un PC moderno y bueno no pueda ser estupendo. Pero si puedo comprarme un mac, lo siento, no me lo voy a llevar a casa.
«Ese es uno de mis mantras: concreción y simplicidad. Lo simple puede ser más complejo: tienes que trabajar muy duro para depurar tu pensamiento y hacerlo simple. Pero merece la pena, porque una vez lo consigues, puedes mover montañas», dijo.
Aparte de lo que Apple ha hecho por mí (y pensándolo bien, lo que yo he hecho por la marca), Jobs también dio vida a Pixar, comprándosela a George Lucas cuando no era nada. Invirtió mucho en ella hasta convertirla en lo que es ahora. Además, creo que Jobs era un magnífico orador, una persona capaz de inspirar y motivar a millones. Esta es una época cínica en la que se reverencia una forma de fama estúpida y pasajera. Evidentemente, Jobs es un icono del consumo pero también de la belleza y la innovación. Ya había visto su discurso de Stanford, pero me parece magnífico.
Decía cosas como éstas:
«No puedes conectar los puntos mirando hacia delante; sólo puedes hacerlo mirando hacia el pasado. Así que tienes que confiar en que los puntos, de algún modo, conectarán en el futuro. Tienes que confiar en algo- tus instintos, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque jamás me ha fallado y ha marcado una diferencia fundamental en mi vida.»
Este es el vídeo, que supongo que ya habréis visto, si no es así, lo recomiendo.
Requiere mucha valentía vivir obedeciendo a tu voz interior, y supongo que hacerlo sin cierta dosis de talento o de confianza ciega en uno mismo, o ambas cosas a la vez, es una temeridad. Pero es admirable que alguien pase en la tierra 56 años y haya cambiado e inspirado las vidas de tantas personas.
El otro día ví la rueda de prensa de Tinieblas González en Youtube. La hora y siete minutos que dura. Este es el vídeo:
Recomiendo su visionado por varias razones a cualquiera que esté interesado en el negocio del cine. A los que trabajamos en él por simple solidaridad y a aquellos que quieran trabajar en la industria porque me parece que es saludable y didáctico que sepan lo que les espera.
Ser guionista requiere paciencia, tenacidad y esfuerzo, pero creo que dirigir largometrajes en este país exige, además, una determinación absoluta. Y es por batallas como las que cuenta Tinieblas, también por otras no menores ni mayores, sino distintas.
Resumo la comparecencia de Tinieblas. Relata al detalle cómo, después del rodaje de su película «Almas Sin Dueño», la productora Alma Ata le robó su film, «violó su película» (sic), efectuando el montaje y los procesos de posproducción en condiciones ínfimas y todo sin contar con él. Pero eso no es lo peor. Cuenta que la productora infló el presupuesto para poder optar a más dinero público, que emitió facturas falsas haciéndose pasar por su productora (la propia de Tinieblas, coproductora del film robado), intentando cobrar, por ejemplo, de ETB, y que calcula que de las subvenciones concedidas a su proyecto, los productores se embolsaron al menos 300.000 euros, originalmente destinados a acabar la película en condiciones. Cuenta que la estrenaron de tapadillo en una sala para poder cobrar más subvenciones y que recaudó 92 euros, por lo que los beneficios no salen de la exhibición de la película, sino de las subvenciones logradas.
Según Tinieblas, esto explica por qué algunos productores tienen varias casas y coches de lujo. Según González, el cine español está prostituido porque el 80% de las películas se hacen en estas condiciones; afirma que hay muchos directores que son cómplices de este sistema y que no denuncian el fraude. Se presenta a sí mismo como un director engañado por una productora que, lejos de estar interesada en su cine, le ha utilizado para conseguir un suculento botín.
Y ya para rematar insta a los espectadores a no pagar por ver cine español, puesto que ya está pagado con sus impuestos.
¿Qué opino de este espinoso asunto?
Creo que hace bien en contar su experiencia pero que ha cometido varios errores. El primero, generalizar demasiado. El segundo, instar a que la gente no pague por ver cine español. El tercero, alimentar con esos titulares los argumentos de gente que, al contrario que él, odia el cine.
Por partes. Creo que hacer esa generalización es dañino. Yo no puedo hablar de porcentajes, pero me parece injusto que los productores que se pelean por levantar una película tengan que ser tomados necesariamente por delincuentes. Puede que haya muchos sinvergüenzas (como en todos los sectores), pero año tras año, aparecen nuevos talentos en el cine español. ¿Quién está detrás de esas promesas, o de esas realidades? Las productoras, y no vampiros que le sacan la sangre a un incauto o una incauta para comprarse BMWs; empresarios que creen en el cine y que trabajan muy duro por hacer obras de calidad. Si hay algo que la opinión pública de este país no necesita son más prejuicios.
En cuanto al asunto de no pagar por ver cine español, creo que es una memez enorme. Eso, en la práctica, supondría la muerte del cine español a corto plazo. Si pide que no se pague, está atacando a su financión principal, las subvenciones; es decir, que está en contra del apoyo público al cine, porque de otra forma no se puede explicar su opinión.
Me parece que si su carrera hubiera sido distinta, dificílmente reclamaría eso. Me imagino (no lo sé) que sus cortos estarían subvencionados, y que, aunque haya caído en manos de unos desaprensivos, bien podría haber trabajado con otros y terminar su película gracias al dinero público.
Es decir, que Tinieblas hace unas extrapolaciones terribles e injustas. Cuando el dinero público me permite hacer cortos que triunfan, son estupendas. Pero cuando las subvenciones se convierten en la desaparición de mi película, entonces son dañinas.
Las subvenciones no son dañinas. Los bandidos que se las guardan en el bolsillo si lo son. Hay productores que son unos bandidos, pero no todos los productores lo son. Evidentemente, cada uno puede opinar lo que quiera sobre el hecho de que el cine se financie con dinero público. Yo estoy a favor de que un país invierta en su cultura. Y no solo por el arte en sí, sino porque el cine genera muchísimo empleo.
En cuanto a la denuncia que hace de otros directores, pienso que si él fue engañado, probablemente lo serían muchos otros. Por un lado, le aplaudo la valentía de «tirar de la manta», aunque como ya he dicho sus formas y opiniones me parecen desafortunadas. ?l ha revelado su verdad, pero me pregunto qué habría hecho si el proceso hubiera sido menos tortuoso. Es decir, si no le hubieran desposeído totalmente de su película, ¿habría dicho algo del presupuesto inflado? Si el montaje y la posproducción de la productora hubiera encandilado a Filmax, ¿hubiera sido tan claro en su denuncia?
Es difícil imaginar que se le hagan más faenas a una persona, pero el mundo está lleno de grises. ¿Qué tenemos que pensar? ¿Que la mayoría de directores son como damas burladas que se dejan mancillar a cambio de hacer su película? Creo que la cuestión es mucho más compleja y que Tinieblas habla por los directores, por los productores y por el cine español y que debería hablar únicamente de sí mismo, de su historia y de lo que le ha pasado con esta productora en concreto.
En definitiva, me solidarizo con él y con lo que ha tenido que pasar. Admiro su valentía y su coherencia. Sin embargo, creo que tanto los directores y productores de cine honestos, los que aman las películas, que pasan un mínimo de dos años luchando a caraperro por levantar sus proyectos, no merecen el apelativo de putos, bandidos o ladrones.
Si Tinieblas hubiera sido atracado por un ciudadano de Corea y dijera en una rueda de prensa que todos los coreanos son unos mangantes, nos estaríamos subiendo por las paredes.
Este fin de semana he estado en dos estupendos festivales de cortos: el de Astorga, donde el jurado nos concedió un premio especial patrocinado por la cámara de comercio, y el Festival de la Plataforma de Nuevos Realizadores en Madrid, donde presenté «Entrevista», y encima vinieron Alba y Luis y un montón de amigos que no lo habían visto aún.
Alba Alonso.
En Astorga ya había recogido un premio para el guión de «La Aventura de Rosa» hace tres años. En aquella ocasión conocí a Isabel de Ocampo y a Vicente Villanueva, y tres años después los dos han estrenado su primera peli con muchísimo éxito (Villanueva con «Lo Contrario al Amor») o están a punto de estrenarla (Isabel está en plena postproducción de «Evelyn», creo.) Eso, por si hubiera alguna duda de que los cortometrajes son la cantera necesaria, la promesa continua del cine español.
En esta edición han compartido el primer premio Victor Carrey y Arturo Ruiz Serrano con «La Huída» y «La última secuencia» respectivamente; ojalá su porvenir sea tan brillante como el de sus antecesores, los galardonados de 2008. No pude ver sus cortos porque fui solo a la clausura, y es un poco raro tanta enhorabuena y tanto brindis sin haber visto el trabajo de los demás.
Aparte de eso, y como casi siempre, lo más interesante de los festivales no son las películas, sino las personas. Tuve la suerte de escuchar a Javier Fesser (que recibió el galardón honorífico) hablar de su trayectoria y de la novela que acaba de publicar, escrita con Claro García, «Los días de colores. Más allá de la película Camino», que supone una profundización en el universo y en los personajes reles que inspiraron el film. A Fesser pude darle las gracias por «El Secdleto de la Tlompeta», en mi opinión uno de los mejores cortos del cine español.
Además estuve un rato charlando con Emiliano Allende, el director del Festival de Medina del Campo. Los que conocen a Emiliano saben que es un hombre estupendo, con una conversación deslumbrante, y que gracias a su trabajo en el festival ha impulsado la carrera de innumerables directores españoles. David Pinillos, que triunfó el año pasado con Bon Appetit, hizo su primer corto gracias a su festival. En otra liga bien distinta, mi primer corto también nació al amparo del premio de Proyectos del festival, que ahora prepara su próxima edición. Aparte de cinéfilo, Emiliano es un gran melómano, un hombre amabilísimo, culto y cariñoso, pero sobre todo es un gran contador de historias y yo le aprecio un montón; en tiempos tan cínicos como éstos siempre es maravilloso encontrar a un entusiasta del ser humano como él.
De vuelta en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes, «Entrevista» formó parte de un pase de cortos estupendo, con títulos que me gustaron un montón, como «Aunque todo vaya mal», un musical muy divertido de la actriz Cristina Alcázar y «El Premio», de Elías León Siminiani, que me pareció brillante.
Los festivales de cortos suelen ser excusas estupendas para conocer gente afín, para vivir anécdotas surrealistas y para degustar productos y caldos de los pueblos de España, y para recordar que participar en el cine es un enorme privilegio.
Después de un verano lamentable en el que he odiado intensamente el cine, parece que el otoño trae películas y encima españolas que me apetece ver. (Todos los trailers son vía Trailers y estrenos.)
La que más me llama es «NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS» el esperado nuevo trabajo de Enrique Urbizu.
También me interesa mucho la futurista EVA, de Kike Maíllo:
Por supuesto, y aunque me da mucho miedo lo que he oído, acabaré viendo «LA PIEL QUE HABITO», porque Almodóvar es un grande.
Y en último lugar, pero not least, tengo muchísimas ganas de ver «EL SUE?O DE IVÁN», que se estrena el próximo 21 de Octubre, de mi amigo el director y guionista Roberto Santiago. Por cierto, Roberto estará el día 25 de Octubre en el Hotel Kafka, en el club de lectura de guiones, desgranando los secretos del guión de su última película, escrita por él y por Pablo Fernández. Más información, aquí.