UNA TARDE EN EL KITCHEN CLUB

Kitchen Club, en la Calle Ballesta, 8.

No todo en la vida va a ser escribir guiones. Como dijo el otro día David Muñoz en la quinta clase de Bloguionistas, todos los que nos dedicamos a esto hemos fantaseado alguna vez con dedicarnos a otra cosa. Confieso que hay dos actividades que me encantan aparte de escribir y una de ellas es cocinar. No parece una fantasía muy viable meterse a cocinera a estas alturas, porque no sé casi nada y creo que la hostelería es igual de sacrificado y probablemente mucho más estresante que mi trabajo actual. Pero encuentro en el hecho de cocinar un contrapunto estupendo al hecho de escribir: lo haces con tus manos, y al contrario que algo que hayas escrito, se puede tocar, oler, comer y con frecuencia la gente se siente mucho más inclinado a agradecerlo y a piropearlo que los guiones.

Por eso me apunté a un curso llamado «Alta Cocina Low Cost» en el Kitchen Club regentado por el chef Andrés Madrigal, y además lo hice en compañía de mi amiga Verónica Fernández, que es una excelente guionista y una reputada cocinera. En el grupo éramos ocho, Andrés nos dijo que hiciéramos dos equipos; cada uno comería lo que hubiera cocinado el otro, aunque los platos eran los mismos. Repartió los alimentos a cada miembro del equipo; ante mí tenía una pesada tabla, un cuchillo enorme y un calabacín.

Entonces averigüé que no se me da muy bien trocear calabacines, y eso que son la piedra angular de mi alimentación. Los miembros de mi equipo (un cocinero, un actor, y un empresario) parecían haber venido al curso con la única intención de humillarme. Sin embargo, cuando sentí la urgencia de trocearlo y de no llamar más aún la atención experimenté una intensa sensación de felicidad que me acompañó el resto de la jornada, en la que, instruidos de forma muy cercana y amable por Madrigal, hicimos tres platos que luego nos comimos. Estaban deliciosos y pasamos un rato estupendo. El espacio, como podéis ver, es magnífico. Si os gusta la cocina y pensáis que os vendría bien desconectar, yo os lo recomiendo totalmente.

Cocinar me gusta porque es una de las pocas destrezas manuales en las que no doy pena, pero sobre todo porque con frecuencia cocinar es una forma de cuidar a los que nos rodean y a nosotros mismos, implica amor por el detalle y el deseo de pasar buenos ratos, de disfrutar de la vida. Y, como dije al principio, ofrece recompensas evidentes y hace que pienses que, de vez en cuando, haces algo bien. Para un escritor, es una actividad complementaria fantástica.

Andrés Madrigal (camisa blanca) y su equipo.

STEVE JOBS, 1955-2011

Michael Jackson y Steve Jobs deben estar haciendo algo realmente gordo ahí arriba.

Creo que a su manera, los dos eran grandes «entertainers».

Sé que hay mucha gente que detesta a Jobs y a Apple, pero a mí me da igual. Yo soy una admiradora convencida y desde hace muchos años. Incluso desde la época en la que realmente no era demasiado práctico tener un mac en vez de un Pc. Mi padre me regaló este ordenador (bueno, uno como éste) con 17 años y en esa máquina escribí mis primeros textos profesionales, también los de la escuela de cine.

En ese primer mac también pasé horas en el messenger (qué vintage), escribí emails trascendentales (para mí lo eran) y sobre todo, me conectaba a Internet a través del router telefónico que parecía emitir una ruta misteriosa de contraseñas guturales, distinta cada vez, un proceso que a veces fallaba, como si fuera el lanzamiento de un cohete especial. Casi quince años después, estar conectado es algo tan natural como respirar.

Con Steve Wozniak, cofundador de Apple.

A ese mac le han seguido varios. Unos han durado mucho tiempo, otros menos. Mi madre ha heredado uno que milagrosamente aún dura. Tengo un Ipod, tengo un Iphone y me regalaron un Ipad. En casa tengo dos ordenadores Mac. Supongo que ese inventario me convierte en una adicta, pero para un guionista un ordenador es un objeto con el que establecemos una relación muy íntima y más vale que te guste, si tienes que llevártelo a casa, llevártelo de viaje, vivir momentos de triunfo y otros de derrota.

Lo mejor que ha hecho Apple por mí es poder incorporar la belleza a mi vida diaria.

Y creo que eso no es algo superficial. De una forma o de otra, nos pasamos la vida persiguiéndola y a mí por ejemplo me disgusta bastante el Pc de la oficina. Porque es viejo, funciona mal, es feo, el ventilador no cesa nunca, sólo permite mantener dos ventanas abiertas en el navegador y se cuelga varias veces al día. Con esto no quiero decir que el sistema sea malo, ni que un PC moderno y bueno no pueda ser estupendo. Pero si puedo comprarme un mac, lo siento, no me lo voy a llevar a casa.

«Ese es uno de mis mantras: concreción y simplicidad. Lo simple puede ser más complejo: tienes que trabajar muy duro para depurar tu pensamiento y hacerlo simple. Pero merece la pena, porque una vez lo consigues, puedes mover montañas», dijo.

Aparte de lo que Apple ha hecho por mí (y pensándolo bien, lo que yo he hecho por la marca), Jobs también dio vida a Pixar, comprándosela a George Lucas cuando no era nada. Invirtió mucho en ella hasta convertirla en lo que es ahora.  Además, creo que Jobs era un magnífico orador, una persona capaz de inspirar y motivar a millones. Esta es una época cínica en la que se reverencia una forma de fama estúpida y pasajera. Evidentemente, Jobs es un icono del consumo pero también de la belleza y la innovación. Ya había visto su discurso de Stanford, pero me parece magnífico.

Decía cosas como éstas:

«No puedes conectar los puntos mirando hacia delante; sólo puedes hacerlo mirando hacia el pasado. Así que tienes que confiar en que los puntos, de algún modo, conectarán en el futuro. Tienes que confiar en algo- tus instintos, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque jamás me ha fallado y ha marcado una diferencia fundamental en mi vida.»

Este es el vídeo, que supongo que ya habréis visto, si no es así, lo recomiendo.

Requiere mucha valentía vivir obedeciendo a tu voz interior, y supongo que hacerlo sin cierta dosis de talento o de confianza ciega en uno mismo, o ambas cosas a la vez, es una temeridad. Pero es admirable que alguien pase en la tierra 56 años y haya cambiado e inspirado las vidas de tantas personas.

POR FIN JUNTOS

Ayer fui al cine y ví un trailer destinado a marcar un antes y un después en la historia del cine.

Todos sabemos que ahora básicamente el cine comercial es una especie de engrudo para las masas, una mezcla bastante aberrante de secuelas, precuelas, superhéroes, piratas, y cafeteras que se vuelven robots.

Aún así, el cine comercial sigue vendiéndose como siempre: cada película cuenta una historia, aunque detrás haya mil estudios de mercado y el merchandising tenga más trabajo que el guión, aunque se gaste en promoción más que en toda la película.

Pero por fin hay una peli que se deja de zarandajas y se vende como se vendería en una reunión de ejecutivos de una major. Es ésta:

Independence Day meets Unforgiven.
ET con un poco de El bueno, el feo y el malo.
La guerra de los mundos con Wild Wild West (espera, esto era la misma película, ¿no?)

-Una de vaqueros con marcianos.-dijo el ejecutivo.
-Compro-dijo el jefe del estudio.-¿Cómo la vamos a llamar?
-Cowboys y Aliens.
-Fantástico.

Ese es el trailer que vi ayer. Reconozco que el trailer es tentador, pero el título me hace ver la «venta» en vez de la historia y me siento como una cifra, no como una espectadora. Y por supuesto, la retahíla de nombres como Spielberg, Ron Howard y etc para ver si consiguen hacer la propuesta más respetable no hace sino alejarme más aún.

En vez de ir al cine, escribiré un guión para Hollywood.
«Mafiosos y Robots», «Nazis y Oompaloompas», o quizá «Piratas y Osos Panda».

Va ser un clásico del futuro.

CORRECCI?N:

Como me han dicho Grom y Anomálo por diferentes vías, la peli está basada en un cómic. Mil perdones por no investigar a fondo los orígenes de la última peli de Jon «Iron Man» Favreau. Creo que eso no se menciona en el trailer. Así que mi ejemplo no es muy válido, después de todo.

Hablando de trailers, mañana el de «Entrevista» en este blog. No os perdáis la exclusiva.

¿CUÁL ES EL MEJOR EPISODIO DE SEINFELD?

Para mi próxima clase del curso de Guión de TV del Hotel Kafka he planeado que, tras ver el piloto de Seinfeld, analicemos un capítulo de la serie ya consolidada. Por ello he preguntado por ahí cuál es el mejor y con algunas de las respuestas voy a hacer este post (que podría incluir cientos de vídeos, al tratarse de una producción tan enorme.) Gracias a todos los que me habéis ayudado a recopilar estos capítulos, y a los que no, podéis si os apetece opinar en los comentarios.

(Sin ningún orden especial.)

1. «THE PONY REMARK«, capítulo 2 de la segunda temporada. (Para veer el genial vídeo pincha aquí en inglés con subtítulos en español.)

2. «EL CONCURSO«, el episodio 11 de la cuarta temporada. AQUÍ.

3. «THE PUFFY SHIRT«. Sexto episodio de la quinta temporada. Aquí.

4. «THE OPPOSITE». Vigésimo primer episodio de la temporada quinta. Aquí.

5. «THE LIBRARY», con el mítico Mr. Bookman. Quinto episodio de la tercera temporada. Aquí.

6. «THE PITCH». El tercer episodio de la cuarta temporada. La traducción de la mítica escena, aquí.

7. «THE BOYFRIEND«, un doble episodio (17-18) de la tercera temporada.

8. «THE SOUP NAZI», el sexto episodio de la séptima temporada. Vídeo en inglés con subtítulos en inglés, aquí.

9. «THE CHICKEN ROASTER«, el octavo episodio de la octava temporada.

10. «THE JACKET», el segundo episodio de la tercera temporada. Vídeo en inglés con subtitulos, aquí.

Se agradecen enlaces, vídeos, omisiones y opiniones de todo tipo.

NADA BUENO

¿Qué pensaríais si a alguien le diera por comparar a Javier Cámara con Marlene Dietrich? ¿A «El hombre tranquilo» con «El Día de la Bestia»? ¿A Luis Tósar con John Wayne? Probablemente, como yo, pensariaís que esa persona se adentra dentro de los peligrosos caminos de la demagogia y el populismo. ¿Qué gran intelecto puede escribir sin avergonzarse algo como esto?

Lo preocupante, lo llamativo, es esto: los profesionales de nuestro cine, ¿a quién pretenden engañar? ¿Qué pretenden al votarse entre sí y a la raquítica industria nacional? ¿Tal vez convencer al Ministerio de Cultura de que esa industria es añeja y sólida y ha dado más obras maestras que la de cualquier otro país a lo largo de un siglo (los Estados Unidos aparte), y que por ello hay que cuidarla, favorecerla y subvencionarla? ¿Tal vez convencer de lo mismo a los lectores, para que vayan a ver cine nacional? Si así fuera (y no el mero pataleo acomplejado de ??semoh loh mejoreh?), hay algo en lo que no han reparado: si nuestros cineastas tienen una ignorancia supina y desconocen a Ophuls, Rossellini, Lang, Renoir, Preminger, Griffith y tantos más de los que no destacaban una sola cinta; si su gusto es tan dudoso como para considerar El día de la bestia ??lo siento, es un ejemplo?? más memorable que Perdición, La diligencia, El hombre que mató a Liberty Valance, El hombre tranquilo y Johnny Guitar; si además juzgan que la ridícula y cursi Bailar en la oscuridad, de Von Trier, merece estar entre las cien películas que ??cambiaron su vida?, ¿qué aficionado con dos dedos de frente y una mínima formación cinematográfica va a ir a ver las creaciones de estos individuos? Francamente, queridos, así no prometéis nada bueno.

Esta persona misteriosa está escandalizada porque al parecer, en una encuesta en la que el dominical de «El País» se publicaron unas listas con las cien películas y los cien actores que ??cambiaron la vida? de cien profesionales hispanoamericanos del cine y en esas listas aparecieron «dieciséis españolas o de directores españoles» y eso según su ilustrado parecer demuestra «el desaforado nacionalismo o chauvinismo o patrioterismo que desprendían, no ya rayano en el ridículo, sino del todo inmerso en él.» Y entonces compara a ilustres películas españolas con obras maestras del cine americano o europeo, y no duda en afirmar que los que confeccionaron esas listas ignoran a Preminger, a Lang y a Ophuls, entre otros. Y su conclusión final es que con ese dudoso gusto «¿qué aficionado con dos dedos de frente y una mínima formación cinematográfica va a ir a ver las creaciones de estos individuos?»

Esa persona misteriosa es Javier Marías, a quien tengo por uno de los mejores escritores de nuestro país, aún a riesgo de ser chauvinista yo también. Leo con interés sus columnas pero en esta ocasión me parece que incurre en una tendencia muy desagradable y peligrosa. La de dudar del talento de la gente por sus preferencias, que es tanto como intentar decirle a la gente lo que le tiene que gustar. Salvando las distancias entre Marías, la gente de la lista y yo, humildemente diré que no tengo nada que ver ni con ellos ni con Preminger ni con Lang, pero he pasado varias horas de mi vida admirando esos talentos; no espero que porque me encante «Laura» o «Carta de una mujer desconocida», la gente vaya en manada a ver mis «creaciones». Tampoco creo que mi admiración por Fernán Gómez descalifique per se mi forma de hacer las cosas, y no me acomplejo por pensar que este intérprete aguanta cualquier comparación que le echen con cualquiera.

Al escritor le molesta que esta lista de ilustres cineastas tenga un lugar en su corazón para el cine español antes que el cine europeo, ya que la hegemonía de la lista (como es muy natural por otra parte) la copa el cine de EEUU. Para bien o para mal (para el escritor está claro que es para mal) pertenecemos a un país y a una cultura determinada y reaccionamos a las películas nacidas en él de forma especial porque nuestra sensibilidad y nuestra identidad también están en ellas. Quizá sea injusto no reverenciar más a Jean Renoir, pero sería absurdo promediar nuestras preferencias por nacionalidades, porque eso acabaría con el sentido de la lista. Creo que del mismo modo que nos sentimos en general más cerca de Galdós que de Flaubert, nos interesa más «La Buena Estrella» que «El Sabor de las Cerezas.»

Si todos sabemos que el gusto expresa una «Manera de apreciar las cosas cada persona», según el DRAE, es decir, que la subjetividad es clave en su definición, ¿cómo puede Marías estar tan seguro de que su gusto es el único que vale y que los que piensan de otra manera no tienen derecho a crear ni casi a vivir?

Quizá tendría que ver esta película.

PARECIDOS RAZONABLES DE LA SELECCI?N ESPA?OLA

INIESTA Y SHELDON COOPER.

VILLA Y COLIN FARRELL.

XABI ALONSO Y DEXTER (lo dicen ellos.)

PUYOL Y NATHALIE SESE?A (lo dicen en Fug and Busted.)

XAVI Y ANDY GARCIA.

PIQU? Y PAUL WALKER.

CASILLAS Y JOSH HARTNETT.

Y por último,

«SEX» FABREGAS Y RICHARD GRIECO.

¡Venga, vamos, campeones, campeooones…!