LA CARTA DEL GUIONISTA DE BURIED

A los miembros de la Academia, que quizá podría descalificar a la cinta en su carrera a los ?scar. Traducido del Hollywood Reporter.

Querido escritor:

Te presento un encargo creativo.

Tienes que escribir un guión de largometraje con solo un personaje. Ese personaje debe permanecer en una única localización durante toda la película y esa localización debe ser una caja de madera de dos por siete pies. No se pueden utilizar flashbacks, elipsis ni cualquier recurso narrativo que permitiera llevar la acción fuera de esa caja.

Y…

El filme basado en tu guión ha de ser increíblemente bien recibido por la crítica. Roger Ebert debe darle tres estrellas y media sobre cuatro y los dos pulgares hacia arriba. Variety debe mencionar que es «un ingenioso ejercicio de sostenida tensión que habría hecho que Hitchcock se sintiera orgulloso»; Jeffrey Lions debe describirlo como «hipnótico» y deben concederte el premio al mejor guión de 2010 por el National Board of Review.

¿Suena imposible? No lo es. De hecho, todo esto describe BURIED.
(…)
En este año ha habido grandes éxitos en las salas, pero ninguna ha hecho este año (o ningún otro) tanto con tan poco (refiriendose a la premisa.)
Si aún no has visto BURIED, te pido respetuosamente que al menos leas el guión antes de emitir tu voto a mejor guión. Y aunque no sea tu primera opción, por favor considerala cuarta o quinta. Este proyecto representa el esfuerzo de mucha gente que quiso darle una oportunidad a mi guión «imposible» y hablo en nombre de todos ellos cuando digo que nos sentiríamos honrados de recibir tu voto al mejor guión. Muchas gracias y saludos,

Chris Sparling
Guionista de BURIED

A lo que yo añadiría como ultima condición a su misión creativa: Debes escribir un email, un único email que en menos de dos paginas consiga mandarlo todo a freír puñetas en menos de quince minutos. ¡Fiera!

ps. Sparling ya se ha disculpado. «No conocía las reglas».

DE BLOGUIONISTAS: LISTA DE DESEOS PARA EL A?O NUEVO

por Ángela Armero

Que la ficción española siga creciendo.

Que los guionistas seamos más autocríticos y hagamos mejores películas y series.

Que haya más trabajo para todos que en este año que despedimos.

Que las series ambiciosas sigan triunfando.

Que las propuestas minoritarias sigan seduciendo a su público.

http://www.conpelosenlalengua.com

Que las series nuevas nos enganchen y las que se despidan puedan hacerlo dignamente.

Que las miniseries y tv movies sigan emocionando al espectador.

Que reivindiquemos el espacio de la ficción frente al corazón y los realities.

Que la gente vaya más al cine.

Que no se ataque a los artistas por defender sus derechos.

Que no se confunda forrarse a costa del trabajo de los demás con la libertad de expresión.

Que surjan nuevos talentos y nuevos guionistas y cineastas se incorporen a la industria.

Que los guionistas y las productoras y los responsables de las cadenas asumamos más riesgos y sepamos satisfacer a todo tipo de espectadores.

Que tengamos buenas ideas.

Que contemos la verdad.

Que inventemos mundos nuevos.

Que busquemos nuestros límites.

Que lleguen las sitcoms de 22 minutos a la televisión española.

Que los guionistas recién llegados no tiren la toalla y que los veteranos no pierdan la frescura.

Que nunca olvidemos que somos unos privilegiados y que hacemos lo que nos gusta.

ESCRIBIR LA VERDAD

Esto lo publiqué en Bloguionistas hace unos días. Por si a alguien le interesa.

por Ángela Armero

?ltimamente están muy de moda los Biopics. Me dieron la oportunidad de escribir «Alfonso, el Príncipe Maldito» . Como de algo tengo que escribir, quiero contar cómo fue mi experiencia por si alguien le interesa. No digo que lo que vaya a escribir sea verdadero, bueno o ni siquiera necesario; pero es lo que yo puedo contar.

Lo primero que aprendí en el proceso fue a respetar a los biopics que consiguen dramatizar la vida de un personaje, dotándola de significado y logrando entretener o emocionar al espectador.

Por mucho que haya seres humanos muy carismáticos y de vidas apasionantes, lo común es que las existencias vistas en perspectiva sean tediosas. Lo que suele estar lleno de significación son etapas concretas, momentos decisivos, tramos temporales más o menos acotables. Pero… las vidas contadas de principio a fin no suelen tener sentido, y la realidad «directa del bote» es casi siempre inaguantable si no es adecuadamente manipulada. Grandes vidas muchas veces se ven coronadas por finales mediocres o accidentales, y por ejemplo, un accidente sin haber sido previamente sembrado, se convertiría según el código del buen guionista en un temido deus ex machina.

En el caso de Alfonso, su muerte en un accidente de esquí era conocida por todo el público potencial. En caso contrario, todo el mundo pensaría que es un final malísimo y anticlimático.

La teoría nos cuenta que la base de la narrativa audiovisual más convencional se basa casi siempre en progresiones argumentales, cadenas de acciones y consecuencias, en plantearle al protagonista una escalada de conflictos cada vez mayor hasta el final.

Sin embargo, la vida real no tiene sentido, y puede haber progresiones lógicas del mismo modo que pueden producirse mil acciones que no dan fruto, que se pierden en la vida de cada uno. Pero al tiempo, a la hora de contar las vidas de personajes que existieron en realidad, hay que buscar relaciones entre hechos, causas y efectos; puede que existieran, o puede que sean cosecha nuestra. Lo que a mí me sirvió fue encontrar la línea de puntos que uniera unos hechos con otros, asociar unas ideas con otras para que parezcan seguir una causa-efecto. Lo que intenté en mi caso fue dar una apariencia lógica a hechos que no lo son, o cuya dinámica en la realidad no está documentada o que se ignora. A veces se trata de convertir la casualidad en causalidad.

En mi caso, supe gracias a los libros y al documentalista David Botello que la infancia del Duque de Cádiz fue solitaria, que fue dando tumbos por varios internados, y que hasta que se casó con la nieta de Franco no llegó a construir su propio hogar (que se rompería muy poco después). Ser fiel a la realidad en este caso (ir mostrando los diferentes lugares en el que vivió) es un rollo para la producción, casi engorroso para la historia si no fuera porque servía para expresar lo importante que era para él tener un hogar, es decir, la vida familiar que nunca había tenido. Si este personaje no hubiera tenido un profundo anhelo de tener una familia como la que no tuvo en su niñez, el desfile de los lugares en los que vivió sería despreciado por coñazo y por caro. Es decir, esa conexión existe porque sirve para contar un determinado y fundamental deseo del prota. Por eso algo anecdótico se convierte en una herramienta para contar algo fundamental.

Descrito bella y acertadamente por Ana Sanz Magallón en su libro «Cuéntalo bien»:

?? Cuando convertimos a una persona en personaje, seleccionamos algunos rasgos de su personalidad y los achacamos a unas causas. Cuando narramos la vida de una persona, buscamos también una unidad dramática: un solo objetivo o una sola necesidad o ??gran problema? a lo largo de toda su vida que consideramos más interesante. Naturalmente que es una manipulación de la realidad, pero sin esa manipulación nos encontraríamos con una ristra de momentos significativos que no guardan conexión unos con otros.?

Por otro lado, hay una gran ventaja en los hechos reales. Muchas veces a la hora de escribir un guión enteramente ficticio damos con situaciones que nos encantan, pero tardamos muy poco en darnos cuenta de que es ilógico, de que interviene demasiado el azar, de que nadie se lo va a creer. Por fortuna, en el género basado en hechos reales se encuentra una pequeña coartada para eso, siempre y cuando esas cosas bizarras o extrañas hayan ocurrido en realidad. El espectador levanta un poco el pie del freno con la realidad y hay que aprovecharse. ¿Cómo? En mi experiencia, siempre que he podido insertar escenas reales, o incluso diálogos textuales, me ha sido de gran utilidad. Cuando he encontrado algún documento retratando diálogos y comportamientos concretos de los personajes reales, he intentado usarlos a toda costa.

La anécdota de «Un whisky para el príncipe» está recogida en varios libros.

¿Cómo explicar que la inserción de escenas inverosímiles o peculiares contribuyan a mejorar nuestro biopic o film basado en hechos reales? Yo diría que la realidad destila un aroma a realidad. Dicho de otro modo: ante una excusa rara que alguien aduce para no ir a trabajar o faltar a un compromiso es frecuente pensar «es tan raro que tiene que ser verdad».

¿Acaso no es raro que Franco eligiera a Juan Carlos I sabiendo que su primo era mucho más adepto al régimen? ¿Acaso no es raro que no cambiara de opinión cuando el candidato más conservador se casó con su nieta? Pues sí, es raro de narices. Pero todos sabemos que ocurrió.

Por supuesto hay otro ángulo muy delicado, que es el de recrear personalidades famosas, personas vivas y de gran trascendencia social. Se puede imitar a esa persona y que pueda resultar cómico. Decidir deliberadamente no imitarla y ser también objeto de críticas por ello. Retratar su personalidad de forma positiva y quedar como un pelota. Hacerlo contrario y pecar de sensacionalista o amoral. Es casi imposible acertar, y aunque hay que ser respetuoso y no pasarse a la hora de inventar, el criterio que debe primar es que la historia va primero, y que tenemos que tomarnos unas cuantas licencias, a veces con más gracia que otras. Quedar bien con todos… es imposible.

Dicho todo esto, tampoco conviene olvidar que un buen biopic o peli basada en hechos reales requiere un extenso proceso de documentación y que pretender recrear un mundo que existió «por las buenas» es una temeridad que suele salir mal. Y esto hay que echarle bastante tiempo, pero lo mismo les pasa a aquellos que hacen una épica serie de romanos o de forenses.

Después de haberme visto en esta experiencia, yo que siempre he sido una descreída de la realidad, me he dado cuenta de que es una fuente exquisita para hallar miles de personajes, situaciones e historias muy «trabajadas» (por un demiurgo muy aplicado) y muy «profundas», mucho más logradas que las que desde luego yo podría crear.

Y además, por si fuera poco, la realidad es gratis. Un filón al alcance de todos.

EN BLOGUIONISTAS: DESMONTANDO WALL STREET 2, EL DINERO NUNCA DUERME

La fallida secuela de la mítica Wall Street parece contradecir el espíritu de la original: ??La codicia es buena?. Tanto no puede serlo si a causa de esas ansias de llenar el saco se da una patada en la boca a todos los seguidores del film de 1987 y a cualquiera que pague una entrada por ver este complicado artefacto vacío.

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ALFONSO, EL PRÍNCIPE MALDITO

El próximo miércoles 15 de Septiembre a las 22:00 h se emite en Telecinco «Alfonso, El Príncipe Maldito», producida por Videomedia, dirigida por Álvaro Fernández Armero, interpretada por Jose Luis García Pérez y otros enormes actores y escrita por una servidora. Luego no digáis que no avisé. Aquí el trailer.

ALFONSO, EL PRÍNCIPE MALDITO. from Alikantino on Vimeo.

¿Quién era el Duque de Cádiz?
La miniserie ??Alfonso, el Príncipe Maldito? pretende responder a esta controvertida pregunta.

Un hombre que pudo ser rey. Pero también un hijo de un infante malogrado, sobrino de un monarca ninguneado en el exilio, nieto primogénito del último Rey que hubo en España antes de la República, primo hermano de Juan Carlos de Borbón y Borbón,
marido de la nieta predilecta de Franco, Carmen Martínez-Bordiú. Pero sobre todo, Alfonso de Borbón fue un hombre solitario que anheló tener el hogar que nunca tuvo; fue un padre ejemplar que sólo encontró felicidad en sus hijos, a quienes enseñó sus orígenes, y a quienes pidió expresamente que nunca olvidaran su identidad, su apellido y su posición en la Casa Real de los Borbones.

La vida del que fuera Príncipe de Borbón estuvo marcada por el fracaso y la tragedia. Una maldición que golpeó varias veces su existencia, que parecía predestinada al lujo y a la comodidad. Una maldición que consumió sin piedad el tiempo de un hombre que, de haberse escrito la historia con otros colores, podría ser ahora el Rey de todos los españoles.