Hotel Kafka - Escuela de Ideas

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domingo, diciembre 31, 2006

Los poliedros regulares y Maurits Cornelis Escher

Comentábamos recientemente las Estrellas (1948) de MC Escher.


Los sólidos platónicos, por su historia, perfección, y belleza, continúan siendo hoy inspiradores de matemáticos y artistas. El holandés Maurits Cornelis Escher es uno de los artistas clásicos de nuestro tiempo que han experimentado la fascinación por estas figuras. A continuación reproducimos una fotografía que lo muestra observando una de sus obras: un conjunto de sólidos platónicos superpuestos.


Se dice que cierta vez, cuando tuvo que mudarse de oficina, Escher dejó muchas de sus pertenencias, excepto ésta. Otra obra que utiliza los sólidos platónicos como imagen de la perfección es "Orden y Caos", Litografía (1950)

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jueves, diciembre 28, 2006

Gravitación


Aquí, una vez más tenemos un dodecaedro estelar, compuesto de doce planos, estrellas de cinco puntas. En cada una de estas plataformas vive un monstruo cuadrúpedo sin cola con un gran cuello. Se sienta, apoya su panza atrapada en la base de una pirámide, cuyas paredes tienen una abertura por donde la criatura ha introducido sus brazos y piernas. Pero el plano donde apoya sus extremidades es al tiempo el muro que atrapa a los compañeros que sufren la prisión. Estas protuberancias triangulares funcionan como suelo y como paredes; así, este grabado, el último en la serie de poliedros, sirve también como transición al grupo dedicado a la relatividad.
(traducción libre del libro "M.C. Escher - The Graphic Work")

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lunes, diciembre 25, 2006

CARTERO CHEVAL


André Breton


Nosotros los pájaros que encantas siempre desde lo alto de esos
belvederes
Y que cada noche no formamos más que una rama florecida de
tus hombros a los brazos de tu carretilla bienamada
Que nos desprendemos más vivos que centellas de tu muñeca
Somos los suspiros de la estatua de cristal que se incorpora
cuando el hombre duerme
Y brechas brillantes se abren en su lecho
Brechas por las que pueden percibirse ciervos de cuernos de
coral en un claro del bosque
Y mujeres desnudas en lo profundo de una mina
Recuerdas te levantabas entonces descendías del tren
Sin una mirada para la locomotora presa de inmensas raíces barométricas
Que se queja en la selva virgen con todas sus calderas doloridas
Sus chimeneas con humo de jacintos y movida por serpientes azules
Te precedíamos entonces nosotros las plantas sujetas a metamorfosis
Que cada noche hacíamos signos que el hombre puede sorprender
Mientras su casa se desploma y se sorprende ante los engranajes singulares
Que busca su lecho con el corredor y la escalera
La escalera se ramifica indefinidamente
Conduce a una puerta de haces de heno se abre de pronto sobre
una plaza pública
Hecha de dorsos de cisnes una ala abierta para el pasamano
Gira sobre sí misma como si fuera a morderse
Pero se contenta con abrir bajo nuestros pasos todos sus escalones
como gavetas
Gavetas de pan gavetas de vino gavetas de jabón gavetas de espejos
gavetas de escaleras
Gavetas de carne con empuñaduras de cabellos
A la hora precisa en que millares de patos de Vaucanson
se alisan las plumas
Sin volverte tomabas la llana con que se hacen los senos
Te sonreíamos nos enlazabas por el talle
Y tomábamos las actitudes según tu placer
Inmóviles para siempre bajo nuestros párpados tal como la mujer
gusta de ver al hombre
Después de haber hecho el amor.

De "Le revolver à cheveux blancs

Versión de César Moro

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sábado, diciembre 23, 2006

Una oscura pradera me convida


Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.
Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

José Lezama Lima

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miércoles, diciembre 20, 2006

Escher y Castrovalva

Por su interés reproducimos una interesante conferencia sobre MC Escher de Bruno Ernst (seudónimo del artista holandés Hans de Rijk), considerado uno de los grandes divulgadores de la obra de Escher, del que fue amigo.

Bruno Ernst


Castrovalva


El primer grabado de Escher que vi fue la litografía Arriba y abajo, que decoraba el aula donde enseñaba matemática. Lo estudié muchas veces mientras mis alumnos trabajaban en silencio en los problemas que yo les planteaba. Se me ocurrían muchas preguntas acerca del por qué y del cómo del grabado y el único que podía responderlas era el artista mismo.


Sucedió que tenía un amigo en Baarn al que había ayudado a publicar un libro sobre matemática. Durante una visita la conversación derivó hacia el grabado y hacia mi curiosidad acerca de su estructura. Mi amigo me contó que era vecino de Escher, un hombre amable que seguramente respondería mis preguntas. Así que le escribí una carta al señor M.C. Escher. De inmediato me contestó que una explicación por carta resultaba muy engorrosa y me invitó a una conversación personal. Este primer encuentro, en 1956, fue una experiencia maravillosa: tantos grabados? ¡tantas historias! Fue el comienzo de una amistad que duró el resto de su vida.


Arriba y abajo


Por ese entonces Escher estaba dando los toques finales a Galería de Grabados y yo critiqué la fea cruz que aparece en el rincón superior izquierdo. Cuando regresé a casa, le escribí sugiriéndole que podría camuflar la cruz permitiendo que una clematis trepara por ella.


Imagínense lo ridículamente pretencioso que era esto:

? Escher tenía casi sesenta años, había más que ganado sus galones como artista gráfico y gozaba de un considerable reconocimiento como autor de grabados muy fuera de lo común.

? Yo tenía treinta años y era un profesor de matemática que apenas si había atisbado una parte de los cuarenta años de producción artística de Escher.


Galería de grabados


Sin embargo, unos días más tarde Escher me escribía:


«? La clematis trepando por el borde de los maderos de mi Galería de grabados sería sin duda hermosa. Pero esos maderos están para representar marcos de ventanas. Es más, es probable que haya gastado tanta energía en pensar los detalles de esta imagen que quedé demasiado atontado para alcanzar mejores niveles estéticos. Para producir estos grabados, directamente tuve que exprimirme el cerebro.


Además, ninguno fue jamás hecho con el propósito principal de crear ?algo hermoso?. Esa es la razón por la que siempre me siento un tanto fuera de lugar con mis colegas artistas gráficos: ellos se afanan en obtener belleza como objetivo primero y principal (aún cuando este concepto ha cambiado muchísimo desde el siglo 17 inclusive para ellos), mientras yo, por el otro lado, tal vez me enfoque en forma exclusiva en lo maravilloso y, por lo tanto, quizá trate exclusivamente de evocar el sentido de maravilla en mis grabados?»


Esto es elocuente no sólo porque expresa su propia visión de su trabajo como artista, sino especialmente porque muestra con qué seriedad se tomó la crítica de un joven que apenas si conocía su obra. En una larga carta a su hijo Arthur sobre mi primera visita no tuvo ni una palabra de condena a mi comportamiento:


«Ahora deseo relatarte algo acerca ? de un extraño sujeto que un día repentinamente decidió escribirme que mis grabados lo fascinaban tanto a él como a los niños a los que enseñaba, y que quería venir a Baarn a echar un vistazo. Y así lo hizo. (¡De hecho, Escher me había invitado a mí!) ?


? Estaba muy interesado en mis bromas con la perspectiva y especialmente en mi grabado inversor Cóncavo y convexo, como también en mis divisiones regulares del plano? etc.»


Luego de este primer contacto con Escher seguí visitándolo en forma regular en su estudio e intercambiamos muchas cartas.


Yo había fundado un periódico matemático para estudiantes secundarios llamado Pythagoras (que aún hoy existe), en el que escribí muchos artículos sobre la obra de Escher. Cada tanto le solicitaba permiso para reproducir uno de sus grabados en formato de afiche para entregar como regalo a los suscriptores. En ese momento teníamos más de 30.000 personas suscriptas, de manera que su obra se volvió bien conocida entre los estudiantes secundarios de los Países Bajos que estaban interesados en la matemática.


Cóncavo y convexo


En 1969, el último año que Escher vivió en Baarn, le propuse escribir un libro describiendo cómo comenzó a desarrollar su obra artística. «Cuando no esté más entre nosotros (la muerte era un tema de conversación normal), la gente imaginará todo tipo de razones misteriosas», fue la manera en que se lo planteé.


Escher la consideró una buena idea y durante los últimos pocos años de su vida lo visité cada domingo para juntar información. Para mí fue una gran suerte que conservase todos los bocetos de sus grabados y que generosamente propusiese que me los llevase a casa para estudiarlos con más detenimiento. Así que durante meses tuve cientos de dibujos de Escher en mi hogar.


Con la ayuda de su diario, sus libretas de notas, sus borradores y reproducciones de todas sus obras intenté ordenar la obra de Escher. Una pared de mi estudio estaba cubierta con reproducciones y fotografías de sus grabados en orden cronológico. Hacer este inventario me permitió discernir cómo se habían desarrollado los intereses de Escher a lo largo de los años.


* * *


Luego de una corta estadía de no más de 2 años en Haarlem, donde su maestro en el arte de grabar en madera fue Jesserun de Mesquita, Escher viajó a Roma en 1922, donde residió durante 15 años. En sus notas constaté que durante este período había estado viajando más de 42 meses, es decir ¡más de 3 años!



Cada primavera salía dos meses de recorrido por Abruzzi, Campania, Sicilia, Malta, Córcega? en resumen, recorría una gran parte del área de Mediterráneo. Iba en barco, en tren, a pie o por cualquier medio. Alguna veces con amigos; la mayoría, solo.


El propósito de estos viajes era recolectar impresiones y realizar bocetos. Tras dos meses o más regresaba a su casa, flaco y cansado, pero con cientos de dibujos. Más adelante en el año usaba los más interesantes para hacer grabados en madera o litografías. Estos dibujos también fueron el material de los mundialmente famosos grabados que hizo cuando se instaló en Baarn en los Países Bajos. En la representación gráfica de su trabajo se puede ver qué categorías trabajó. No las repetiré aquí por falta de tiempo; para ello está mi libro El espejo mágico de M.C. Escher.


En 1962 se sintió enfermo. En el hospital le diagnosticaron cáncer intestinal. Durante los siguiente 5 años trabajó fuerte y creó muchos grabados interesantes y de calidad. En 1969 supo que debía someterse nuevamente a una seria operación quirúrgica. Utilizó cada momento disponible en que se sentía con fuerzas para trabajar en lo que sería su último grabado: Serpientes. Cuando lo visité no quiso mostrarme sus dibujos preliminares y declaró: «No sería capaz de soportar ni el más mínimo atisbo de crítica en tus ojos. Haría desaparecer mi coraje para continuar.»


Serpientes


Este gran grabado no muestra evidencia alguna de que Esher haya usado sus últimas reservas en realizarlo. Todo es fuerte y muscular. No muestra trazos de debilidad, enfermedad o vejez.


En la primavera de 1970 decidió mudarse al Hogar Rosa Spier, una residencia geriátrica para artistas de la ciudad de Laren. Un año más tarde el libro que yo estaba escribiendo estaba finalizado y Escher había corregido cada página del manuscrito. Me escribió «Espero fervientemente vivir para ver tu libro publicado; algunas veces, cuando me siento tan terriblemente mal, temo lo peor».


Y tuvo razón: el fin llegó el 27 de marzo de 1972. Su hijo mayor me escribió una larga carta acerca de los últimos días de la vida de su padre. Cito la parte final: «? el 27 pasé la mañana con él como de costumbre. De vez en cuando conversábamos un poco e hizo una broma sobre lo ridículo de su situación que me hizo reír para mis adentros un buen rato. Cuando volví al hospital tras el almuerzo, el médico me dijo que padre había muerto temprano a la tarde.»


De vuelta a Italia. A menudo Escher me contaba interesantes historias acerca de sus viajes. Es una pena, tanto para mí como para ustedes, que yo sólo transcribiese algunas para el libro que había planeado. Esta es una historia de Castrovalva:


En la primavera de 1929 Escher se dirigió totalmente solo a Castrovalva para realizar unos bocetos. Llegó tarde, ya anochecido, encontró alojamiento y se fue derecho a la cama.


A las cinco de la mañana lo despertaron furiosos golpes en la puerta de su cuarto. Lue-go un grito: ¡Carabinieri!


¿Qué podrían querer de él? Se le ordenó que los acompañase a la estación de policía. Fue necesaria una larga discusión para persuadirlos posponer la declaración hasta las siete. Aún así, se incautaron de su pasaporte.


Cuando Escher llegó a la estación de policía a las siete, el oficial a cargo aún no había llegado. Eran casi las ocho cuando finalmente apareció. La acusación era verdaderamente seria: Escher era sospechoso de haber atentado contra la vida del rey de Italia.


El incidente en cuestión había sucedido el día anterior en Turín? Escher era extranjero, había llegado tarde a la noche y no había participado de la procesión vespertina por las calles de Castrovalva. Una mujer había reparado en que tenía una expresión maligna («guardava male») y lo había reportado a la policía.


Escher se enfureció ante esta loca historia y amenazó con hacer un escándalo en Roma,

con el feliz resultado de que fue rápidamente puesto en libertad.


Este cómico episodio no obstó para que Escher se quedase largo tiempo en Castrovalva y sus alrededores. Hizo muchos bocetos y uno de ellos resultó en la hermosa litografía Castrovalva, que completó un año más tarde.


Cuando la mirábamos juntos, Escher dijo con un dejo de nostalgia en la voz: «Invertí un día completo dibujando sentado junto a esta pequeña senda en la montaña. Arriba había una escuela y disfruté al escuchar las claras voces de los niños mientras cantaban sus canciones.»


Un prominente crítico belga escribió sobre esta obra en 1931:


«A nuestro juicio la vista de Castrovalva puede ser considerada la mejor obra producida por Escher hasta el momento. Técnicamente es casi perfecta; como retrato de la naturaleza es maravillosamente exacta, y sin embargo la envuelve un aire de fantasía. Esta es Castrovalva desde afuera, pero más aún lo es desde adentro. Por que la misma esencia de este lugar desconocido, de esta senda en la montaña, estas nubes, ese horizonte, estos valles, la esencia de toda la composición es una síntesis interior, una síntesis que existe desde mucho antes de que esta obra de arte fuera creada? es en esta imponente página que Castrovalva se ha exhibido en toda su temeraria unidad.»


Castrovalva también es mi grabado preferido del período italiano de Escher. No sólo es una hermosa ilustración de un paisaje existente, sino que va más allá. Es una expresión de la exaltación de la tridimensionalidad: lo cercano y lo lejano; lo alto y lo bajo del mundo en que vivimos está representado aquí. No en abstracciones, sino en su completa realidad.


Para la época en que hizo Castrovalva, Escher ya había sido reconocido como un excelente artista gráfico: las galería de arte holandesas compraban sus obras y las ventas a particulares no eran poca cosa. Alguna veces las críticas resultaban algo negativas, como la siguiente:


«Estas xilografías muestran tanto una certeza dogmática como una fría, deliberada falta de emotividad que excluye toda espontaneidad.»


Otra crítica era más positiva y más de acuerdo con la opinión generalizada actual sobre su obra del período italiano. Finaliza con:


«Escher es un artista que, tras un rápido desarrollo, en la actualidad ha alcanzado un punto alto en las técnicas gráficas y en la representación sintética de la naturaleza, a partir del cual le será difícil seguir progresando; es un talento completamente maduro y muy personal.»


En 1935 el clima político italiano se le había vuelto totalmente intolerable. Cuando su hijo mayor, George, a la edad de nueve años fue obligado a llevar en la escuela el uniforme de la Juventud Fascista, la familia decidió abandonar su amada Italia. La obra de Escher también cambió: la inspiración de los paisajes y las ciudades italianas se había ido. Quedó absorbido con la regularidad y las estructuras matemáticas, con el continuo y el infinito? temas que lo acosaban.


Pero sus nuevos trabajos no fueron apreciados por los críticos de la época. Uno de sus más devotos críticos pensó que se había degradado a las artes aplicadas. Escribió:


«Lo que Escher nos entregará en el futuro ?aún es un hombre relativamente joven? no se puede predecir. Si interpreto bien las cosas, está destinado a superar estos experimentos y aplicar sus habilidades al arte industrial, diseño de textiles, cerámica, etc. para los que está particularmente dotado.»


Hoy sabemos que estaba errado, ¡totalmente errado! Escher estaba dando los primeros pasos para convertirse en un artista de fama mundial.


Ya aseveré que la obra más importante de su primer período fue Castrovalva. ¿Y del último período? Créase o no: en mi opinión es Galería de grabados, la obra de la que opiné que la cruz que llena la parte superior derecha era horrible. ¿Y por qué es este el mejor grabado de su producción? Pero esta ya es otra historia, larga e intrincadamente matemática.


Utrecht, septiembre de 2005.






Notas


? La traducción y edición de esta conferencia es obra de Diego Uribe y fue publicada en Juegos de Ingenio (http://juegosdeingenio.org/) .

? En el sitio
http://escherdroste.math.leidenuniv.nl, de la Universidad de Leiden, hay una interesante página en inglés llamada Escher and the Droste effect (el efecto Droste es el equivalente al efecto Royal, por la lata de polvo para hornear), sobre la estructura de Galería de Grabados. El sitio describe un método para rellenar el vacío central de la obra. DU

? Todas las obras de M.C. Escher se reproducen por gentil permiso de M.C. Escher Company, Países Bajos.

domingo, diciembre 17, 2006

Corteza

En el libro editado por Taschen: "La magia de M.C. Escher" se afirma lo siguiente:
"Jamás ningún artista trabajó con tanto ahínco como M. C. Escher para reproducir las visiones de su imaginación. Estas visiones fueron en sí mismas bastante
singulares: para Escher, la corteza del mundo visible no era otra cosa sino un
trozo de tela que se podía cortar, plegar, configurar y reacomodar en formas
maravillosas. "
El pasado viernes inauguramos en Hotel Kafka la exposición de fotografías de Javier Herrero, quien a partir de las cortezas de los árboles y mediante el color es capaz de obtener imágenes que parecen provenir del interior del espíritu más que de la propia materia que por otra parte aparenta ser el único componente del objeto creado.

En cierto modo una visión parecida anima esta Corteza de Escher, a modo de cinta se eleva construyendo un volumen, pero el interior de ese volumen es una cabeza humana.

Inevitablemente no puedo dejar de recordar uno de los grandes poemas de TS Eliot: "los hombres huecos":

Entre la idea
Y la realidad
Entre el movimiento
Y el acto
Cae la sombra
Porque Tuyo es el Reino

Entre la concepción
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
Cae la sombra
La vida es muy larga

Y es así por tanto como se alza la vida en la esperanza única de los hombres vacíos y se alzan los sueños entre la materia de lo que nunca ha sido.

viernes, diciembre 15, 2006

Escher en Madrid: Exposición hasta marzo de 2007

Una de las noticias culturales del día (junto con la inauguración en Hotel Kafka hoy 15 de diciembre a las 19.30 de la exposición fotográfica de Javier Herrero) es sin duda alguna la presencia de la obra de Escher en el centro de exposiciones del Canal. Por supuesto recomendamos no perderse ni la una ni la otra.

OLALLA CERNUDA (El Mundo)
MADRID.- "Mi principal interés es lo asombroso, y no otra cosa que asombro es lo que intento suscitar en el ánimo de los espectadores". La frase, pronunciada una y mil veces por Maurits Cornelis Escher, uno de los artistas gráficos más importantes del mundo, la han hecho suya el Canal de Isabel II y la Comunidad de Madrid. Con el ánimo de asombrar al espectador inauguran en la capital española la mayor exposición de este genio holandés que reorganizó las reglas de la perspectiva y cambió para siempre la relación entre la geometría y el arte.
La exposición ?M.C. Escher, El arte de lo imposible?, que toma el relevo de las exitosas ?Los guerreros de Xi?an? y ?Faraón?, rinde un gran homenaje ?el mayor realizado hasta la fecha en España- al dibujante que fue capaz de plasmar en un dibujo las ecuaciones matemáticas, la física, la geometría y hasta la música de Bach.
Para exponer las 135 obras de Escher (1898-1972) que han viajado hasta Madrid, los arquitectos Carlos y Borja Ferrater, comisarios de la exposición, han convertido el ?Cuarto Depósito? del Canal en un lugar donde el visitante puede entrar a formar parte del matemático y sinuoso mundo del artista. "La geometría con Escher adquiere un valor especial, es sumamente compleja, y creemos que exponer su obra implica algo más que colgar sus grabados de una pared", señala Carlos Ferrater. "Teníamos que inventar un mundo fascinante, como los que nos mostraba él en sus dibujos, y por eso hemos transformado completamente la sala", dice.
Dicho y hecho. Tras casi dos meses de trabajos, los visitantes de la exposición podrán no sólo contemplar las litografías, grabados y dibujos, sobriamente iluminados, jugando con el blanco y el negro que marcaban la personalidad dual del artista. También podrán deambular por la mezquita isotrópica, un lugar donde dar un paseo entre columnas reales y reflejadas, una mezcla de blancos, negros, espejos y cristales en el que las dimensiones se pierden y los espacios pasan en un instante de ser finitos a infinitos.
Bajo los antiguos aljibes que abastecían de agua a Madrid los arquitectos han instalado también ?la caja mágica?, un lugar donde los cuadros de Escher cobran vida propia, y donde monjes y lagartos suben y bajan por escaleras imposibles animados con un juego de luces que baila al ritmo de la música de Bach.
La exposición está dividida en nueve áreas, diseñadas para mostrar cada una de las corrientes artísticas de Escher y sus experiencias vitales, que permite al visitante ?no sólo conocer su obra, sino también entrar en su mundo?.
Así, dando un paseo por los 2.000 metros cuadrados de exposición se ven dibujos sumamente conocidos, como sus diferentes ?Metamorfosis?, ?Reptiles?, ?Más y más pequeño? o ?Día y noche?, pero los espacios más grandes están reservados para sus obras maestras, a menudo identificadas por casi todo el mundo aunque no siempre ocurre lo mismo con el autor de las obras.
A partir de la séptima sala es cuando se descubre esa maraña arquitectónica de belvederes y escaleras que suponen la culminación de las investigaciones teóricas de Escher: la cinta de Moebio, continua e infinita, recorrida por hormigas, que se transforma en el recorido del agua en ?Cascada?; los conceptos matemáticos como ?La escalera de Coxeter? que se reproducen en ?Subiendo y bajando? o los juegos tridimensionales y de perspectiva reproducidos en ?Belvedere?, ?Convexo y cóncavo? o ?Arriba y abajo?.
La exposición, situada en el Centro de Exposiciones Arte Canal, estará abierta al público desde el 15 de diciembre de 2006 hasta el 4 de marzo de 2007. El horario es de lunes a domingo, de 10.00 a 21.00 horas, y las entradas cuestan cuatro euros.

martes, diciembre 12, 2006

Capas concéntricas


Pese a que la imagen de "capas concéntricas" remite más a la estructura de una esfera armilar y aparentemente pudiera pensarse en algún tipo de imagen del Universo, lo cierto es que el nombre remite más bien a la arquitectura interna de la Tierra, de modo que en su interior encontramos lo luminoso, el fuego, el calor.

En último término nos preguntamos si bien se trata de una imagen del centro del infierno o bien por el contrario la imagen de un espacio divino de conocimiento.

Es posible también que sólo se trate de la relación entre líneas y espacio.

Queda por tanto en suspenso como una pregunta.

domingo, diciembre 10, 2006

Evolución II - Introducción al Origen de las Especies


Aprovechamos esta imagen de Escher: "Evolución II" para refrescar la memoria, ilustrando el tema con una obra de valor histórico (y literario): la introducción al libro "El origen de las especies por medio de la selección natural" del naturalista británico Charles Darwin, que se publicó por primera vez en 1859.

Introducción

Cuando estaba como naturalista a bordo del Beagle, buque de la marina real, me impresionaron mucho ciertos hechos que se presentan en la distribución geográfica de los seres orgánicos que viven en América del Sur y en las relaciones geológicas entre los habitantes actuales y los pasados de aquel continente. Estos hechos, como se verá en los últimos capítulos de este libro, parecían dar alguna luz sobre el origen de las especies, este misterio de los misterios, como lo ha llamado uno de nuestros mayores filósofos. A mi regreso al hogar ocurrióseme en 1837 que acaso se podría llegar a descifrar algo de esta cuestión acumulando pacientemente y reflexionando sobre toda clase de hechos que pudiesen tener quizá alguna relación con ella. Después de cinco años de trabajo me permití discurrir especulativamente sobre esta materia y redacté unas breves notas; éstas las amplié en 1844, formando un bosquejo de las conclusiones que entonces me parecían probables. Desde este período hasta el día de hoy me he dedicado invariablemente al mismo asunto; espero que se me puede excusar el que entre en estos detalles personales, que los doy para mostrar que no me he precipitado al decidirme.
Mi obra está ahora (1859) casi terminada; pero como el completarla me llevará aún muchos años y mi salud dista de ser robusta, he sido instado, para que publicase este resumen. Me ha movido, especialmente a hacerlo el que míster Wallace, que está actualmente estudiando la historia natural del Archipiélago Malayo, ha llegado casi exactamente a las mismas conclusiones generales a que he llegado yo sobre el origen de las especies. En 1858: me envió una Memoria sobre este asunto, con ruego de que la transmitiese a sir Charles Lyell, quien la envió a la Linnean Society y está publicada en el tercer tomo del Journal de esta Sociedad. Sir C. Lyell y el doctor Hooker, que tenían conocimiento de mi trabajo, pues este último había leído mi bosquejo de 1844, me honraron, juzgando, prudente publicar, junto con la excelente Memoria de míster Wallace, algunos breves extractos de mis manuscritos.
Este resumen que publico ahora tiene necesariamente que ser imperfecto. No puedo dar aquí referencias y textos en favor de mis diversas afirmaciones, y tengo que contar con que el lector pondrá alguna confianza en mi exactitud. Sin duda se habrán deslizado errores, aunque espero que siempre he sido prudente en dar crédito tan sólo a buenas autoridades. No puedo dar aquí más que las conclusiones generales a que he llegado con algunos; hechos como ejemplos, que espero, sin embargo, serán suficientes en la mayor parte de los casos. Nadie puede sentir más que yo la necesidad de publicar después detalladamente, y con referencias, todos los hechos sobre que se han fundado mis conclusiones, y que espero hacer esto en una obra futura; pues sé perfectamente que apenas se discute en este libro un solo punto acerca del cual no puedan aducirse hechos que con frecuencia llevan, al parecer, a conclusiones directamente opuestas a aquellas a que yo he llegado. Un resultado justo puede obtenerse sólo exponiendo y pesando perfectamente los hechos y argumentos de ambas partes de la cuestión, y esto aquí no es posible.
Siento mucho que la falta de espacio me impida tener la satisfacción de dar las gracias por el generoso auxilio que he recibido de muchísimos naturalistas, a algunos de los cuales no conozco personalmente. No puedo, sin embargo, dejar pasar esta oportunidad sin expresar mi profundo agradecimiento al doctor Hooker, quien durante los últimos quince años me ha ayudado de todos los modos posibles, con su gran cúmulo de conocimientos y su excelente criterio.
Al considerar el origen de las especies se concibe perfectamente que un naturalista, reflexionando sobre las afinidades mutuas de los seres orgánicos, sobre sus relaciones embriológicas, su distribución geográfica, sucesión geológica y otros hechos semejantes, puede llegar a la conclusión de que las especies no han sido independientemente creadas, sino que han descendido, como las variedades, de otras especies. Sin embargo, esta conclusión, aunque estuviese bien fundada, no sería satisfactoria hasta tanto que pudiese demostrarse cómo las innumerables especies que habitan el mundo se han modificado hasta adquirir esta perfección de estructuras y esta adaptación mutua que causa, con justicia, nuestra admiración. Los naturalistas continuamente aluden a condiciones externas, tales como clima, alimento, etc., como la sola causa posible de variación. En un sentido limitado, como veremos después, puede esto ser verdad; pero es absurdo atribuir a causas puramente externas la estructura, por ejemplo, del pájaro carpintero, con sus patas, cola, pico y lengua tan admirablemente adaptados para capturar insectos bajo la corteza de los árboles. En el caso del muérdago, que saca su alimento de ciertos árboles, que tiene semillas que necesitan ser transportadas por ciertas aves y que tiene flores con sexos separados que requieren absolutamente la mediación de ciertos insectos para llevar polen de una flor a otra, es igualmente absurdo explicar la estructura de este parásito y sus relaciones con varios seres orgánicos distintos, por efecto de las condiciones externas, de la costumbre o de la voluntad de la planta misma.
Es, por consiguiente, de la mayor importancia llegar a un juicio claro acerca de los medios de modificación y de adaptación mutua. Al principio de mis observaciones me pareció probable que un estudio cuidadoso de los animales domésticos y de las plantas cultivadas ofrecería las mayores probabilidades de resolver este obscuro problema. No he sido defraudado: en éste y en todos los otros casos dudosos he hallado invariablemente que nuestro conocimiento, aun imperfecto como es, de la variación en estado doméstico proporciona la guía mejor y más segura. Puedo aventurarme a manifestar mi convicción sobre el gran valor de estos estudios, aunque han sido muy comúnmente descuidados por los naturalistas.
Por estas consideraciones, dedicaré el primer capítulo de este resumen a la variación en estado doméstico. Veremos que es, por lo menos, posible una gran modificación hereditaria, y, lo que es tanto o más importante, veremos cuán grande es el poder del hombre al acumular por su selección ligeras variaciones sucesivas. Pasaré luego a la variación de las especies en estado natural pero, desgraciadamente, me veré obligado a tratar este asunto con demasiada brevedad, pues sólo puede ser tratado adecuadamente dando largos catálogos de hechos. Nos será dado, sin embargo, discutir qué circunstancias son más favorables para la variación. En el capítulo siguiente se examinará la lucha por la existencia entre todos los seres orgánicos en todo el mundo, lo cual se sigue inevitablemente de la elevada razón geométrica de su aumento. Es ésta la doctrina de Malthus aplicada al conjunto de los reinos animal y vegetal. Como de cada especie nacen muchos más individuos de los que pueden sobrevivir, y como, en consecuencia, hay una lucha por la vida, que se repite frecuentemente, se sigue que todo ser, si varía, por débilmente que sea, de algún modo provechoso para él bajo las complejas y a veces variables condiciones de la vida, tendrá mayor probabilidad de sobrevivir y de ser así naturalmente seleccionado. Según el poderoso principio de la herencia, toda variedad seleccionada tenderá a propagar su nueva y modificada forma.
Esta cuestión fundamental de la selección natural será tratada con alguna extensión en el capítulo IV, y entonces veremos cómo la selección natural produce casi inevitablemente gran extinción de formas de vida menos perfeccionadas y conduce a lo que he llamado divergencia de caracteres. En el capítulo siguiente discutiré las complejas y poco conocidas leyes de la variación. En los cinco capítulos siguientes se presentarán las dificultades más aparentes y graves para aceptar la teoría; a saber: primero, las dificultades de las transiciones, o cómo un ser sencillo o un órgano sencillo puede transformarse y perfeccionarse, hasta convertirse en un ser sumamente desarrollado o en un órgano complicadamente construido; segundo, el tema del instinto o de las facultades mentales de los animales; tercero, la hibridación o la esterilidad de las especies y fecundidad de las variedades cuando se cruzan; y cuarto, la imperfección de la crónica geológica. En el capítulo siguiente consideraré la sucesión geológica de los series en el tiempo; en los capítulos XII y XIII, su clasificación y afinidades mutuas, tanto de adultos como en estado embrionario. En el último capítulo daré un breve resumen de toda la obra, con algunas observaciones finales.
Nadie debe sentirse sorprendido por lo mucho que queda todavía inexplicado respecto al origen de las especies y variedades, si se hace el cargo debido de nuestra profunda ignorancia respecto a las relaciones mutuas de los muchos seres que viven a nuestro alrededor. ¿Quién puede explicar por qué una especie se extiende mucho y es numerosísima y por qué otra especie afín tiene una dispersión reducida y es rara? Sin embargo, estas relaciones son de suma importancia, pues determinan la prosperidad presente y, a mi parecer, la futura fortuna y variación de cada uno de los habitantes del mundo. Todavía sabemos menos de las relaciones mutuas de los innumerables habitantes de la tierra durante las diversas épocas geológicas pasadas de su historia. Aunque mucho permanece y permanecerá largo tiempo obscuro, no puedo, después del más reflexionado estudio y desapasionado juicio de que soy capaz, abrigar duda alguna de que la opinión que la mayor parte de los naturalistas mantuvieron hasta hace poco, y que yo mantuve anteriormente -o sea que cada especie ha sido creada independientemente-, es errónea. Estoy completamente convencido de que las especies no son inmutables y de que las que pertenecen a lo que se llama el mismo género son descendientes directos de alguna otra especie, generalmente extinguida, de la misma manera que las variedades reconocidas de una especie son los descendientes de ésta. Además, estoy convencido de que la selección natural ha sido el medio más importante, pero no el único, de modificación.

sábado, diciembre 09, 2006

Evolución I

«La iconografía convencional se ha sumado a un modelo primario, el "cono de diversidad creciente", un árbol de Navidades invertido. La vida comienza de un modo restringido y simple, y progresa siempre hacia lo alto, yendo a más y más y, implícitamente, a mejor y mejor. El tronco se escinde en unas pocas ramas básicas; ninguna de ellas se extingue; y cada una de ellas se diversifica aún, en un número de subgrupos que aumenta de forma continúa. Pero los datos de Burgess Shale refutan esta interpretación central de la evolución como proceso continuo de diversificación creciente.Las reconstrucciones radicales de la anatomía de los animales de Burgess Shale que presentaron Whittington y sus colegas revolucionaron, invirtiendola, la interpretación tradicional de la vida. Al reconocer tantas anatomías únicas en Burgess Shale, y al demostrar que los grupos familiares estaban experimentando con diseños tan alejados de la gamma actual, invirtieron el cono. La extensión de variedad anatómica llegó a un máximo inmediatamente tras la diversificación inicial de los animales pluricelulares. La historia posterior de la vida procede por eliminación, no por expansión. La Tierra actual puede contener más especies que nunca, pero la mayoría son iteraciones sobre unos pocos diseños anatómicos básicos. Comparados con los mares de Burgess Shale, los océanos de hoy contienen muchas más especies basadas en muchos menos planos anatómicos. Burgess Shale nos enseña que la máxima gamma de posibilidades anatómicas surge en el primer ímpetu de diversificación. La historia posterior es un relato de restricción».
Gould La vida maravillosa Capítulo 1

Escher simboliza la evolución de la vida en una simple criatura: la salamandra, tradicional icono alquímico que representa al fuego; éste revistiría de la facultad animada a los seres vivos y de calor a sus cuerpos. Cierto es que en el momento de la muerte los cuerpos se enfrían para siempre y que sin la combustión de ATP el movimiento de las células y su funcionamiento sería absolutamente improbable.

jueves, diciembre 07, 2006

Torre de Babel

Las causas
Jorge Luis Borges

Los ponientes y las generaciones. Los días y ninguno fue el primero. La frescura del agua en la garganta de Adán. El ordenado Paraíso. El ojo descifrando la tiniebla. El amor de los lobos en el alba. La palabra. El hexámetro. El espejo. La Torre de Babel y la soberbia. La luna que miraban los caldeos. Las arenas innúmeras del Ganges. Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña. Las manzanas de oro de las islas. Los pasos del errante laberinto. El infinito lienzo de Penélope. El tiempo circular de los estoicos. La moneda en la boca del que ha muerto. El peso de la espada en la balanza. Cada gota de agua en la clepsidra. Las águilas, los fastos, las legiones. César en la mañana de Farsalia. La sombra de las cruces en la tierra. El ajedrez y el álgebra del persa. Los rastros de las largas migraciones. La conquista de reinos por la espada. La brújula incesante. El mar abierto. El eco del reloj en la memoria. El rey ajusticiado por el hacha. El polvo incalculable que fue ejércitos. La voz del ruiseñor en Dinamarca. La escrupulosa línea del calígrafo. El rostro del suicida en el espejo. El naipe del tahúr. El oro ávido. Las formas de la nube en el desierto. Cada arabesco del calidoscopio. Cada remordimiento y cada lágrima. Se precisaron todas esas cosas para que nuestras manos se encontraran.

domingo, diciembre 03, 2006

Por una vez esta imagen pudiera ofrecer cierta posibilidad lógica (una cinta hecha a base de cisnes que ni siquiera llegaría a ser de Möebius) sin embargo como en otras imágenes de aves, hay una zona donde los cisnes negros se componen con la silueta de los blancos y viceversa. Deja la enorme duda de cual define al otro, cuál es límite y cuál, contenido. Al parecer en la naturaleza los cisnes negros, igualmente bellos que los blancos, resultan bastante agresivos.

Si improbable es la convivencia de cisnes negros con cisnes blancos, no lo es menos el encontrar grandes bandadas de cisnes. Lo cierto es que es que suelen emparejarse. Sus cuellos, que en el agua descansan en forma sinusoidal, son mantenidos rectos en vuelo, asemejando su largo pico al morro de un F18 Hornet. Son pues los cisnes de Escher los heraldos de la sabiduría.

Configurados en el eterno retorno, en un camino sin final. Así es el alma del hombre, si comenzó alguna vez, nunca se acaba. Si acaso, se olvida.