Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

¡Burundanga!

Ayer volví de Colombia, enguayabao, después de rumbear durante ocho días (llegué a cerrar, en compañía de Pili Quintana, los bares de Cali: todo un récord).

Hoy ya estoy deseando volver.

En Bogotá íbamos a desayunar cerveza a casa de Ángela.Estaba cerca del hotel y hasta yo, con la tendinitis que me dio, me podía arrastrar.

Aquí estamos Orejudo y yo con Angelita.

También fuimos a su despacho en el Banco de la República.

Fue Orejudo el que creyó expresar el sentir de todos:

-Coño, Angelita, no sabes lo que nos alegramos los que te hemos visto pasar tanta hambre de T.A.

Aquí están Edu Becerra y Antonio convenciendo a Ángela de que es indispensable que nos invite a Colombia todos los años, por el bien de patria y la adecuada corrupción moral de la juventud.

Teníamos poca pasta cuando éramos T.A. (teaching assistant), es verdad, aquí estoy en la destartalada casa que compartía (entre otras) con Ángela Morales, a la izquierda de la foto. (Hola, Ángela, y un beso o dos). Marisol, a la derecha, había venido de visita, con la reglamentaria botella de Chivas de la Duty Free.

En esa casa pasaba los días laborables. Cocinábamos Ángela Morales y yo lentejas, bebíamos whisky, y por mi cumpleaños, como no teníamos mucho dinero, me regaló un queso de bola pequeñito: no habíamos comido queso en meses, lo considerábamos un lujo excesivo. Casi todos los festivos, en cambio, me iba a casa de Ángela Pérez y recorríamos la ciudad. No pasábamos hambre (aunque teníamos una estricta dieta de espaguetis y whisky), pero sí frío.

Aquí está Angelita tiritando con Marisol y conmigo.

Así que yo vivía despreocupado y feliz, bajo la custodia de esos dos ángeles de la guarda, la Pérez y la Morales, la cara A y B de un coro de Ángelas.

En Bogotá comprobé que la ola de laicismo arrecia: Orejudo ya no lleva crucifijo con una cadenita al cuello. Ni siquiera la medalla de la Primera Comunión. Ahora lleva siempre colgado al cuello un pen-drive con un cordel. Va siempre caminando con su obra maestra a cuestas y, cuando jura, mete la mano bajo la camiseta, saca el lápiz de memoria, se lo lleva a la boca para besarlo, y afirma:

-Te lo juro por San Pen Drive.

En Bogotá todos nos querían meter miedo: que no cogiéramos un taxi solos, que no siguiéramos más allá por la carrera Décima (la Pésima), que no lleváramos encima el pasaporte…

Nos decían que, si cogíamos un taxi solos, nos podían administrar escopolamina y apareceríamos a los dos días, desnudos, en un descampado, sin memoria ninguna, aturdidos y desvalijados, violados con seguridad y tal vez incluso nos extrajeran un riñón los muy malvados.

Nos negamos a tener miedo:

-¿Cómo se llamaba eso que nos dijiste que te daban droga gratis en los taxis? -le preguntamos a Ángela.

-Qué bestias. Burundanga, te dan burundanga.

Y nosotros venga a coger taxis, a ver si nos daban burundanga.

Margarita Garrido, la directora, nos llevó a la Biblioteca Luis Ángel Arango, a ver una exposición sobre la expedición botánica de Mutis. Luego visitamos la Sala de Raros. Había que ponerse guantes para manejar aquellos libros.

Nos enseñaron, entre otros, un curioso volumen decimonónico de Jorge Isaacs. En una de las páginas, en el margen, había una anotación hecha con tinta. Se leía «Jorge Isaacs es un«, y a continuación dos palabras tachadas con tinta de otro color.

Otra mano piadosa había ocultado lo escrito por la primera mano aleve.

Orejudo y Edu Becerra, que tienen más experiencia docente que yo, se pusieron manos a la obra a descifrar las tachaduras.

Tras una concienzuda investigación resultó que ponía:

Jorge Isaacs es un hijoeputa malnacido.

Formidable. Da que pensar, ¿verdad? ¿Qué impulso irresistible lleva a un lector a dejar constancia, al margen, de que el autor es un hijoeputa malnacido? No le basta pensarlo (aunque, por otro lado, ¿qué habría escrito Isaacs ahí para merecer tal calificativo?): necesita añadir de su puño y letra su opinión. ¡Que le den burundanga a Isaacs!

Nos imaginábamos al lector furioso, indignado, decidido a aplastar al autor si se lo encontrara por la calle. Y luego a otro lector compasivo que va y lo tacha, por respeto.

Nuestras primeras sospechas recayeron, como es natural, sobre Fernando Vallejo. ¿Quién más podría sentir la perentoria urgencia de afirmar que Isaacs es un «hijoeputa malnacido«?

¿Tú qué piensas? ¿Quién fue la mano aleve? ¿Quién fue la piadosa mano que lo tachó? ¿Santiago Gamboa? ¿Héctor Abad Faciolince?

Mi apuesta es que Fernando Vallejo lo escribió y que fue Laura Restrepo (o quizá Ángela Becerra) la que lo tachó.

Tras estas agotadoras investigaciones filológicas, nos metimos de cabeza en el Café Pasaje a recuperar el Ph con unas cuantas Club Colombia. Aquí estoy con Natalia, que consiguió curarme la cojera con algunas acciones terapéuticas de su invención. Mejor que no le digas nada a mi novia. No por nada, sólo por si acaso.

Luego comimos los Tres Tenores con Angelita en un restaurante mexicano: la dueña, que sale en la foto porque no se me ocurría mejor manera de tirarle los tejos, nos invitó a unos tequilas.

Buf, qué largo. Mañana sigo, que no he hecho más que empezar. Te dejo una de las fotos prometidas, una espectacular comida en Tábula:

De izquierda a derecha, empezando por la chica de gafas negras, que es Margarita Valen
cia. Luego Claudia Montilla y un tipo que pasaba por allí. Luego Ricardo Silva y el Orejudo. La encantadora Yolima, Angelita, Darío Jaramillo, yo y Eduardo Becerra.

Gaviria se quedó sin foto, por presumido. Que le den burundanga.

Comments (13)

Más claro, aguaoctubre 27th, 2008 at 13:29

aPuesto por Pérez REeverte como autor de la detallada descripción de Isaac y por Javíer Marías como autor de la tachadura posterior…

🙂

LIUoctubre 27th, 2008 at 14:30

Sin ánimo de ofender, Rafael:

http://liucriticaliteraria.blogspot.com/2008/10/todos-tenemos-un-pasado.html

un homenaje a unas rodillas de miedo.

Lorenoctubre 27th, 2008 at 19:13

Veo que te lo has pasado de maravilla y que has regresado sano y salvo.

Un abrazo.

Franoctubre 27th, 2008 at 19:17

Joé, Rafa, pos yo toavía no sé que habéis exo en Colombia. Pos sólo hablás de comé y bebé, lo mismo que hases en Madrí.
Joé, qué frustre. ¿ónde ta la literatura? Pos yo creía que ibas a hasé las américa como aquel que hubo don Camilo osé Sela.

Un abraso.

Javier Lujánoctubre 27th, 2008 at 19:54

Espero que hayas traído algo de Burundanga, ya contarás.
Saludos.

Anonymousoctubre 27th, 2008 at 21:54

He de confesar que cuando lei lo de «hijoeputa malnacido» inmediantamente se me vino a la cabeza Fernando Vallejo…

Por cierto, eso del despacho de Garrigues me suena a novela de Eduardo Mendoza o algo asi.

Anonymousoctubre 28th, 2008 at 9:35

Cuántas fotos, Rafael. Qué bien.
Me encantó la imagen de la mujer que ofrece minutos rodeada de polluelos: pío, pío. Qué risa. A ver si me dura. El jueves tengo que contar un cuento a cierto grupito de doctos, así que leeré de nuevo este post y miraré las fotos; seguro que se me ocurre algo.

Filólogos descifrando enigmas. Mmmm? no sé.

Besos

Maribel

Anonymousoctubre 28th, 2008 at 11:48

«¿Abogado? ¿Dónde está, abogado?» – Aquí tienen que imaginarse la voz doblada de De Niro en El cabo del miedo. Joder, ahora andas con amenazas en el blog, dónde iremos a parar. Ya no puede uno bloguear tranquilo (por ti, lo digo) sin que salgan matones de poc monta y locuelos en general. Como dijo alguien aquí mismo un día, no hace tanto: me voy, que se me jode el karma.

Saludos!

Dan

LUIS AM?ZAGAoctubre 29th, 2008 at 18:20

No tenga miedo, secuestran con intención de recaudar, no para que les vuelvan majaras con disquisiciones filológicas 🙂 Bienvuelto.

Rafael Reigoctubre 30th, 2008 at 12:07

¿De verdad cree que esos dos tienen tanto interés en Isaacs? Lo dudo.
Ninguna ofensa, Liu.
Un abrazo, Loren, y sí, lo pasé bien.
Coño, es una elipsis. Yo he dado tres charlas: en la Biblioteca, en la univ. de los Andes y en la sede del Banco de la República en Colombia.
Ni he leído esas cosas, me importa un comino ese lío entre ustedes.
No he traído, no, que es ilegal.
Como decía Borges: hay dos cosas que un hombre no hace, una es amenazar y otra dejarse amenazar.
Seguro que se te ocurre algo estupendo, Maribel. Suerte y un beso.
Saludos, Dan.
Bienhallado, don Luis.

Carlosoctubre 31st, 2008 at 13:35

Ah, entonces, ¿la penuria y el frío (que ya estamos por debajo de los cero grados) que estoy pasando de TA luego los voy a recordar con cariño? Pues no es que resulte de mucho alivio, pero menos da una piedra.

Anonymousoctubre 31st, 2008 at 15:38

Sobre la poesía femenina y las mujeres decía José Ortega y Gasset:

«Porque entonces descubrimos que esa intimidad femenina, tan deliciosa bajo la luz de un interior, puesta al aire libre resulta la cosa más pobre del mundo. La personalidad de la mujer es poco personal, o, dicho de otra manera, la mujer es más bien un género que un individuo. Me parece vano querer cegarse ante esta evidente realidad, que explica también la labor de la mujer en la historia y la perpetua mala inteligencia entre ambos sexos. Ello es que la mejor lírica femenina, al desnudar las raíces de su alma, deja ver la monotonía del eterno femenino y la exigüidad de sus ingredientes. (…) Si hubiese habido mayor número de mujeres dotadas de los talentos formales para la poesía, sería patente e indiscutible el hecho de que el fondo personal de las almas femeninas es, poco más o menos, idéntico»

De «La poesía de Ana de Noailles», Revista de Occidente, julio de 1923

Volkman

el detective Clotnoviembre 11th, 2009 at 20:28

puro seudointelectual o mejor dicho puro intelectual de Starbucks…aburridos

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