Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Imperfecto Robert Lowell

No he leído mucho a Robert Lowell, algunos poemas sueltos, sabía que era de una familia patricia americana, del Mayflower, descendiente de Samuel Johnson y del gran Jonathan Edwards (el autor del memorable sermón Sinners in the Hand of an Angry God, que tanto impresionó a Borges y a mí). Sabía que fue alcohólico, maníaco depresivo, y que murió de un ataque al corazón en un taxi, en Nueva York, en 1977.

?ltimamente me había enterado de que Borges decía barbaridades de él (como decía barbaridades de media humanidad). Cuenta Bioy Casares que Borges le contó que Lowell era idiota, grosero y simpatizante de Fidel Castro. Que un día Lowell estaba intentando ligarse a una, borracho, y apareció un médico con unos forzudos y se lo llevó y le dio un somnífero. «No le tendrías compasión si lo conocieras. Es un individuo insufrible», le dijo Borges a Bioy.

Por eso me hizo mucha ilusión que Eduardo Vilas me regalara sus Collected Poems.

Abrí el libro al azar y el primer poema que leí es uno que recordaba, este soneto titulado Last Things, Black Pines at 4 a.m.:

Imperfect enough once for all at thirty,
in his last days Van Gogh painted as if
he were hurling everything he had: clothes,
bed and furniture against the door
to keep out a robber -he would have roughened
my black pines imperceptibly withdrawing
from the blue black cold of morning sky,
black pines disengaging from blue ice-
for imperfection is the language of art.
Even the best writer in his best lines
is incurably imperfect, crying for truth, knowledge,
honesty, inspiration he cannot have-
after a show of effort, Valéry
and Trollope the huntsman are happy to drop out.

Esto nos vienen siendo como si dijera, más o menos (yo hago lo que puedo, a ver si me ayuda mi amigo Jordi Doce):

Lo bastante imperfecto de una vez para siempre a los treinta,
en sus últimos días Van Gogh pintaba como si
estuviera lanzando todo lo que tenía: la ropa,
la cama y los muebles contra la puerta
para impedir la entrada a un ladrón -habría vuelto toscos
mis pinos negros que se apartan imperceptiblemente
del frío negro azulado del cielo de la mañana,
pinos negros desgajándose del hielo azul-
porque la imperfección es el lenguaje del arte.
Incluso el mejor escritor en sus mejores líneas
es incurablemente imperfecto, esta pidiendo a voces verdad, conocimiento,
honestidad, la inspiración que no consigue-
tras un muestra de esfuerzo, Valéry
y Trollope el cazador se retiran contentos.

A ver, yo lo leo así: los pinos negros son un árbol muy común, sobre todo en Long Island. Se llaman pinos negros o pinos japoneses, creo (yo de árboles ni la más remota, como de tantas cosas). No sería raro que Lowell tuviera sus pinos negros en su jardín. Y, claro, cualquier cosa japonesa es, por definición, esmerada, delicada, ornamental.

Esto es un soneto, un pino japonés. Son sus pinos negros, sus poemas.

¿Qué habría hecho Van Gogh con el pino japonés de Lowell? Lo habría vuelto tosco, rudo, brutal: más imperfecto y más verdadero. Lo habría convertido en un retorcido, imposible árbol de Van Gogh.

Por eso en el poema hay una poética y una autocrítica.

La autocrítica: el logro es la imperfección de Van Gogh, no su propia japonesería. Lowell dice: Van Gogh habría embrutecido mis poemas, los habría pintado a brochazos, no con un pincelito japonés, los habría convertido en imperfectos, en logrados a puñetazo limpio.

La poética. El lenguaje del arte es la imperfección. Los delicados Valéry y Trollope, el de las monterías y la caza del zorro, hacen una demostración de esfuerzo de cara a la galería, y se retiran muy satisfechos, sin ir más allá: hacía la imperfección. Se quedan en lo bien hecho, lo bien escrito, lo perfecto. Porque el lenguaje del arte es la búsqueda, la pregunta, la tentativa convulsa. No son los pinos ornamentales. No es un bonsái. Es esa floración salvaje, ese arbusto, esa hierba silvestre que aparece en la grieta de una piedra.

¿En qué cuadro de Van Gogh crees tú que estaba pensando Lowell?

Yo apuesto por este:

Van Gogh tiene dibujos de verdaderos pinos, y otros cuadros de árboles, pero éste para mí ilustra el poema. Sobre todo por la luz crepuscular, mortecina, que hace aún difícil distinguir las formas.

Es ese amanecer en el que las ramas se van separando del cielo a medida que aumenta la luz.

Además, este cuadro lo pintó Van Gogh a los treinta, en 1883. Murió en 1890, pero Lowell dice a los treinta años (aunque habla de «últimos días»)

El de Lowell es, por supuesto, un poema crepuscular: el tránsito de la oscuridad a la luz de la mañana. Las ramas de los árboles, en la oscuridad, son una masa negra indistinta del cielo, no se ven. Sólo comienzan a separarse del cielo, a hacerse visibles, al amanecer. El arte es, parece decir, esa luz, esa claridad que de pronto hacer ver formas, distinguir qué es lo que hay, separar una cosa de otra, un color de otro, esa luz que desgaja las ramas del cielo, que hace ver lo que antes ni siquiera veíamos, lo que se va apartando imperceptiblemente (imperceptibly withdrawing) para hacerse visible.

La autocrítica: el arte no es sutil. Es una busca salvaje. No es un pino ornamental. No es la caza del zorro ni una montería. Es una lucha brutal, sin buenas maneras ni reglas. Por eso Van Gogh habría embrutecido esas ramas. Van Gogh había intentado el lenguaje de la imperfección.

¿Cómo se consigue eso?

Muy fácil, dice Lowell: uno arrastra los muebles contra la puerta, va haciendo un muro con todas sus posesiones, arrojando los libros leídos, la ropa, el somier, la mesita de noche, el bachillerato, los recuerdos de infancia, la reputación, la cajonera y hasta las perchas del armario, hasta que se queda solo, sin nada, en una esquina de la habitación, asustado, suplicando que ese parapeto impida la entrada del ladrón.

¿Qué ladrón?

¿De qué tenemos tanto miedo?

¿Quién va a forzar la puerta?

Esa barricada con ropa, cama y muebles, ¿de qué nos defiende?

¿Sirve un poema, un cuadro, para atrancar la puerta, para impedir el paso y protegernos?

Cuando escribes, ¿qué arrastras tú contra la puerta para cerrar el paso?

Bueno, paro ya de preguntar.

Sigo ordenando mis libros. Mi novia me ha ayudado y hemos puesto cinco estanterías.

Vamos poco a poco, más o menos así todavía:

En un libro encontré el otro día una tarjeta. Es un libro de mi padre, Light in August. Dentro había esta foto:

¿Quiénes son estos tipos? ¿Quién narices son?

La respuesta estaba al dorso de la foto:

¡The Vito Mamone Trio!

Formidable. Y el famoso sello discográfico Avernus. Formidable.

Así que es la entrada para algún antro en Upstate New York donde esa noche tocaba ni más ni menos que el famoso Vito Mamone, con su acordeón y sus inseparables Stan y Sid.

¿Qué rayos hacía mi padre allí? ¿Cuándo estuvo en ese sitio? ¿Con qué inocente o turbio propósito?

Mi padre fue varias veces a Estados Unidos, a Nueva York e incluso pasó unos meses trabajando en Utah (sus amigos iban contando que se había hecho mormón y polígamo).

Me imagino a mi padre en un antro de un pueblo del Estado de Nueva York. Pongamos en Albany. Me lo imagino tomando whisky y escuchando con resignación a Vito Mamone. Y luego volviendo a casa para leer un rato a Faulkner antes de dormir.

Dejaría marcada la página con la entrada.

¿Acabaría el libro?

Eso debió de ser en los sesenta, me imagino. Mucho antes de que a Lowell y a mi padre les dieran infartos (el de Lowell, mortal).

¿Por qué no? A lo mejor bebieron juntos en Albany Robert Lowell y mi padre, con la música de Vito Mamone, esa leyenda.

¿A que puede ser?

A mí me gusta creerlo o, a lo mejor, así intento atrancar la puerta. A lo mejor espero que alguien la eche abajo.

¿Tú que crees? ¿Tú arrastras los muebles y todo lo que tienes para atrancar la puerta o esperas impaciente que alguien la tire abajo y entre sin pedir permiso?

Comments (37)

strongbolimayo 24th, 2008 at 9:58

Yo atranco las puertas de mi casa y de mi habitación con libros que nunca acabo de terminar y, sin embargo, en el fondo espero que alguien eche la puerta abajo y entre sin permiso…
Van Gogh tiene muchos cuadros que podrían representar el poema de Lowell, creo. Y musicalmente, cualquier cosa del gran Tom Waits.
Porqué será que nos atraen tanto los personajes tortuosos y autodestructivos? Porqué buscan la imperfección?
Salut.

Llorenç

Marlumayo 24th, 2008 at 12:26

Yo vivo con la puerta abierta, de par en par, así voy, que se me cuela dentro casi todo, pero teniendo en cuenta que la vida es líquida, mejor ir siempre con las manos mojadas de futuro, no se pueden poner muebles y enseres en la puerta del presente. Sólo agua, en el pasado, en el presente y en el futuro. Que entre la vida y nos empape, y lo del arte, pues no sé, es secundario. La vida y el arte a veces se funden, otras se interpretan, otras se copian y otras veces nos hacen atravesar todas la puertas.
Hay obras de arte que nos trasportan y no hay puerta que se quede cerrada, hay obras de arte que nos dejan durmiendo la siesta en el sofá. Mejor la puerta abierta.

Eugenio Sánchez Bravomayo 24th, 2008 at 13:26

«El arte es, parece decir, esa luz, esa claridad que de pronto hacer ver formas, distinguir qué es lo que hay, separar una cosa de otra, un color de otro…»

Ese párrafo me ha recordado tanto el inicio de El Sur de Erice.

Personalmente hago un muro con mis libros para protegerme del tedio y del horror. Como decía Calvino en Si una noche de invierno un viajero…:

«No es que esperes nada particular de este libro en particular. Eres alguien que por principio no espera ya nada de nada. Hay muchos, más jóvenes que tú o menos jóvenes, que viven a la espera de experiencias extraordinarias; en los libros, las personas, los viajes, los acontecimientos, en lo que el mañana te reserva. Tú no. Tú sabes que lo mejor que cabe esperar es evitar lo peor. ?sta es la conclusión a la que has llegado, tanto en la vida personal como en las cuestiones generales y hasta en las mundiales. ¿Y con los libros? Eso, precisamente porque lo has excluido en cualquier otro terreno, crees que es justo concederte aún este placer juvenil de la expectativa en un sector bien circunscrito como el de los libros, donde te puede ir mal o bien, pero el riesgo de desilusión no es grave.»

Cuánto me gustaría poder asistir a tus clases de literatura. Estoy impresionado.

Pedro de Pazmayo 24th, 2008 at 18:04

Yo atranco la puerta buscando una manera de salir de aquí, aprovechando que el bufón está de charla con el ladrón, y mi problema es que, a pesar de la excesiva confusión, no consigo desahogarme. Los hombres de negocios se beben mi vino y los labradores aran mis tierras, pero ninguno de ellos entienden ni por asomo para qué sirve nada de ello.

Si, por casualidad, sabe usted de qué estoy hablando, es que es usted más listo y perspicaz -mucho más- de lo que ya presuponía. Si no fuese ese el caso, no se preocupe: continua usted contando con mi plena admiración. Y no se preocupe por mis desvaríos, es que hoy llevo tres whiskys de más (el decimotercero, el decimocuarto y el decimoquinto para ser exactos).

Abrazos fuertes,
Pedro de Paz

Lorenmayo 24th, 2008 at 18:16

Yo soy de los que atracan la puerta, de los que gritan a los cuatro vientos que lo mejor es estar solo y encima se jactan de eso; pero en el fondo -es un secreto: no se lo digas a nadie-, estoy deseando de que alguien tire la puerta abajo y venga a buscarme.

Un fuerte abrazo.

Por cierto, me encanta Visto para sentencia.

Javier Divisamayo 24th, 2008 at 23:17

Las puertas abiertas, siempre…Si te pasas la vida atrancando cuando un día decidas dejarla abierta, quizás no haya nadie que quiera entrar. Qué cosas. Abrazos. Por cierto acabé guapa de cara, voy con retraso en tus obras. Me queda todo lo demás. Me ha hecho mucha gracia Benito VIruta y la K 666

Anonymousmayo 24th, 2008 at 23:18

Excelente tajada la suya, Sr. de Paz. ¿De qué las pilla usted?

Anonymousmayo 25th, 2008 at 0:18

Señor Paz,Bob Dylan también habla por mí.
Abrazo.
Dedálico.

conde-duquemayo 25th, 2008 at 15:09

Entre broma y caña, el sr. Reig nos regala unas lecturas de poemas que son verdaderas joyas. Gracias.
La imperfección en arte es fundamental. La búsqueda permanente, siempre seguir, siempre ir más allá.
(Estos días ando igual: colocando libros en estanterías con mi chica… ¿Hay jerarquías de estantes? ¿Hay cánon?)

estherpg86@...mayo 25th, 2008 at 17:56

Pues las dos cosas, y ni una ni otra.
Está bien construir tu edificio imperfecto, pero no deja de ser reconfortante que alguien eche abajo alguno de sus muros para darle la forma correcta a parte de sus defectos de construcción.

Tú pareces tener un sólido bloque de ladrillos caóticmente colocados, como los trastos de Van Gogh.

Pedro de Pazmayo 25th, 2008 at 18:01

Anónimo: siempre que puedo, de Lagavulin. Exquisito nectar de dioses. Sin embargo, la de ayer fue del Johnnie Walker etiqueta roja. No había nada mejor a mano.

Dedálico: en efecto, omnipresente Dylan. Su lirica sirve igual para un roto que para un descosido. Es lo que tienen los genios.

Abrazos,
Pedro de Paz

Webernmayo 25th, 2008 at 21:45

Sobre los arboles en cuestión:

La especie correspondiente al llamado «black pine» es la «Pinus thunbergii», también llamada «Japanese Pine».

Como su nombre indica es una especie originaria de Japón (y Coreas), y fue introducida en Long Island precisamente en 1940 con fines ornamentales. Es bastante resistente a los suelos salinos, por lo que es adecuado en general para plantarlo en el litoral.

Además de la contradicción de la introducción del ornamento japonés en plena Guerra Mundial, hay una sincronicidad curiosa: por la época en que murió Lowell, los últimos 70, un nemátodo portado por un escarabajo acabó con la práctica totalidad de las plantas de Long Island.

Una vez pasada la plaga y dado que la especie es fuertemente invasiva se puede encontrar en cualquier parte del condado de Nueva York y desde luego en Lond Island donde se extiende por todo su litoral sur. Quienes paseen por allí al amanecer acaso se puedan hacer una idea de la escena descrita.

Una de las aplicaciones ornamentales más conocidas de este árbol es su uso como bonsai (desde luego no faltaba en la colección de nuestro presidente Felipe González). Para no saber usted de árboles, no se desenvuelve nada mal entre los pinos oscuros, y desde luego le ha pillado el pleno sentido al uso en el poema.

En cuanto al cuadro tengo mis serias dudas de que sea el que usted ha elegido, más que nada porque habla de un frío negro azulado.

El color de ese cielo descrito coincide con el del campo de trigo con cuervos pintado en 1890. De esa época, que es justamente la «de sus últimos días», se encuentra un cuadro que cuadra perfectamente con el poema: «Chaumes de Cordeville à Auvers-sur-Oise» (Campos de Cordeville, en Auvers-sur-Oise).

Desde luego es audaz interpretar que son pinos negros, pero en efecto sí que parecen desgajarse del mismísimo cielo, con unas pinceladas oscuras que reflejan un fuerte movimiento de viento.

No lo puedo pintar así que échele un ojo. En cuanto a su lectura, todo bien visto. La traducción suya tiene bastante sentido aunque para cuadrarla bien no estaría mal como dice, la mano de Jordi Doce.

Anonymousmayo 26th, 2008 at 17:42

«… a Borges y a mí…», en fin…

Pedro de Paz al menos sólo se nombra a sí mismo junto a Lorenzo Silva.

David Torresmayo 26th, 2008 at 19:20

A mí me gusta mucho lo que dice Bolaño en 2666, cuando defiende, frente a los libros perfectos como Bartleby o Un cuento de Navidad, las grandes novelas imperfectas y torrenciales: «Qué triste paradoja, pensó Amalfitano. Ya ni los farmacéuticos ilustrados se atreven con las grandes obras, imperfectas, torrenciales, las que abren caminos en lo desconocido. Escogen los ejercicios perfectos de los grandes maestros. O lo que es lo mismo: quieren ver a los grandes maestros en sesiones de esgrima de entrenamiento, pero no quieren saber nada de los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquéllo, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez».

Pedro de Pazmayo 27th, 2008 at 6:40

«…Pedro de Paz al menos sólo se nombra a sí mismo junto a Lorenzo Silva…«

No, hombre, no. No sea usted memo, anónimo. Mi bagaje literario también me permite nombrarme junto a otros nombres: Conan Doyle como evidente inspirador de El hombre que mató a Durruti; Hammett, Chandler o Jim Thompsom como dignos acreedores de un estilo literario que casi es una forma de vida; David Torres como admirado novelista capaz de escribir Niños de tiza, una de las mejores novelas del último lustro -para pasmo de merendillas y otras bazofias-; Montero Glez como autor de una explosiva Pólvora Negra y, si me apura un poco, Robert Arthur y sus Three Investigators (vaya, vaya a mirarlo al Google) como al injusto olvidado de la literatura universal.

La diferencia es que Lorenzo es amigo y nos vamos de cañas. Con Conan Doyle me pilla un poco más a trasmano.

Burkiano a topemayo 27th, 2008 at 8:54

Este Pedro de Paz va de un blog a otro dejando sus reverencias, a ver si en el futuro le cae alguna migaja. Se ve que le gusta ir por la calle con la vela detrás del santo, sobre todo tratándose de escritores famosillos.

Espero, querido Pedro, que tu próxima novela te ayuden a publicarla en alguna editorial importante, que tu coba ha de ser recompensada.

Pedro de Pazmayo 27th, 2008 at 9:48

Burkiano: gracias por el interés mostrado hacia mi salud editorial. Por alusiones, en deferencia a ese interés y ya que lo pide usted, le informo de que las migajas y las velas de santo se las puede usted meter por salva sea la parte. No tengo porque consentir que me acuse de emplear los ardides a los que usted recurriría sin el menor asomo de pudor. No confunda, que aún hay clases.

Le emplazo a que me indique la fecha de mi primera intervención en cualquiera de los blogs de famosillos (por emplear su despectivo calificativo) que visito habitualmente que son, a saber: el de Montero, el de Reig, el de los Galateos, el de Torres, el de Marta Rivera de la Cruz y el foro de Lorenzo Silva. Ni uno más ni uno menos. Porque me gustan como autores, me caen bien como personas y me sale de los cojones. ¿Se ubica usted? Bien. Una vez encontrada esa primera intervención en cualquiera de ellos, estoy en disposición de demostrarle con papeles en la mano que el acuerdo de publicar mi próxima novela con Planeta -y que saldrá a la calle el próximo septiembre- es anterior a todas ellas. Lo cual quiere decir que, antes de recurrir a esas arteras maniobras a las que alude, yo ya había conseguido sobradamente lo que, según usted, pretendía obtener.

¿Le ha quedado suficientemente claro, so imbécil?

José María JURADOmayo 27th, 2008 at 23:10

Cuando Japón+Van Gogh+Árbol, esta versión haikugráfica de Hokusai que pintó enfebrecido el holandés, ver el cuadro en

http://www.antiquesandfineart.com/articles/media/images/00601-00700/00662/fig2.jpg

Anonymousmayo 28th, 2008 at 5:29

Menudo fraude, el tal Lowell.

El tío se despacha con unas cuantas líneas rotas y, para darles un mínimo de sentido, obliga al lector a embarcarse en una ardua e incierta investigación pluridisciplinar. Eso es abusar de la paciencia y de la buena fe de la gente.

Como poema, creo que funciona mucho mejor el anuncio del trío de Mamone. Ahí sí que hay verdadera potencia evocadora, promesa de felicidad pretérita.

Abrazo, M.

natamayo 28th, 2008 at 9:01

a ver si va a ser que lo mío viene de mi manía de quitar puertas; como las quito, no puedo arrastrar nada contra ellas. lo mismo tengo que pedirle presupuesto a un ebanista. para protegerme.

más imperfectos, más verdaderos. pues sí, en el arte y en la vida misma.

besos, asín: con la puerta abierta, guapo.

Portorosamayo 28th, 2008 at 10:22

Qué buen post.

Y después me dicen que no hay que entender la poesía: pues yo no veía nada de lo que dices del poema, la verdad…

Atrancar la puerta puede llegar a protegernos, pero desde luego lo que no va a conseguir es quitarnos el miedo. El miedo se evita abriéndola, abriéndola de par en par. Así descansamos.

Un saludo.

LUIS AM?ZAGAmayo 28th, 2008 at 10:46

Es la imperfección lo que explica que no nos callemos de una puñetera vez. Así que un humilde cartelito en la puerta de no molesten al onanista, y a seguir acumulando imperfecciones.

Emmamayo 28th, 2008 at 11:58

A mi me gusta Dylan Thomas.

My tears are like the quiet drift
Of petals from some magic rose;
And all my grief flows from the rift
Of unremembered skies and snows.

I think, that if I touched the earth,
It would crumble;
It is so sad and beautiful,
So tremulously like a dream.

Mis lagrimas son como el suave caer
de petalos de alguna magica rosa;
Y todo mi dolor mana del valle de
inolvidables? cielos y nieves.

Creo que si toco la tierra
se desmenuzara
Es tan triste y tan hermoso
tan inaprensible como un sueño.

Esta es por supuesto una traduccion libre de un pequeño poema Dylaliano. Pero me gustan asi, pequeños, que hablan de todo y de nada. Se titula » Payaso en la Luna».

Anonymousmayo 28th, 2008 at 12:40

Lo cierto, Burkiano, es que intervienes poco por este blog pero las pocas veces que lo has hecho, es que te luces, majete.

Te apunto otra metedura de cuezo. A las cinco, te llevas la chochona.

desde_plutónmayo 28th, 2008 at 16:56

Joder que curioso strongboli. Tu eres atraído por persoajes tortuosos y autodestructivos. Yo sin embargo soy un personaje tortuoso y autodestructivo y huyo de mí. Debe ser producto de algún oscuro morbo. Por cierto, que mierda, me acabo de enterar que cierra el palacio de la música. Otro trozo de mi pasado que se deshace.
Buen blog y comoda mente Rafa él.

Anonymousmayo 29th, 2008 at 10:07

Está muy bien tener puertas y libros para atrancarlas.

Emmamayo 29th, 2008 at 13:34

Pero tambien adoro a Juan Ramon Jimenes, por supuesto.

fernandomayo 29th, 2008 at 18:41

Sólo si se ha perdido todo la puerta se abre. La última frase del mensaje de portorrosa es una sencilla descripción de la muerte. Tiene sabor a Epicteto, a quien le era grato dejar constancia de que siempre puede uno coger la puerta e irse. Mientras tanto, hay puerta y está cerrada. Y hay arte, del que, francamente, poco o nada conozco.

Anonymousmayo 29th, 2008 at 20:32

Que pedante y fatuo es usted. En fin, de escritorcillos está el mundo lleno.

Dimasmayo 30th, 2008 at 8:06

Le emplazo a que me indique la fecha de mi primera intervención en cualquiera de los blogs de famosillos (por emplear su despectivo calificativo) que visito habitualmente que son, a saber: el de Montero, el de Reig, el de los Galateos, el de Torres, el de Marta Rivera de la Cruz y el foro de Lorenzo Silva. Ni uno más ni uno menos. Porque me gustan como autores, me caen bien como personas y me sale de los cojones. ¿Se ubica usted? Bien. Una vez encontrada esa primera intervención en cualquiera de ellos, estoy en disposición de demostrarle con papeles en la mano que el acuerdo de publicar mi próxima novela con Planeta -y que saldrá a la calle el próximo septiembre- es anterior a todas ellas. Lo cual quiere decir que, antes de recurrir a esas arteras maniobras a las que alude, yo ya había conseguido sobradamente lo que, según usted, pretendía obtener.

¿Le ha quedado suficientemente claro, so imbécil?

Se descalifica usted solo Pedro de Paz. Sobran palabras. Nene enrabietado parece

Pedro de Pazmayo 30th, 2008 at 9:54

«…Se descalifica usted solo Pedro de Paz. Sobran palabras. Nene enrabietado parece…«

Quizá lo sea, no le quito la razón. ¿Tiene usted algo que objetar al respecto? Pero, esté enrabietado o no, no tengo por qué soportar infamias de un advenedizo indocumentado. Alguien que no tiene el coraje necesario para refrendar sus opiniones y/o acusaciones a cara descubierta no me merece el menor respeto. Y sus argumentaciones, tampoco.

Anonymousmayo 30th, 2008 at 11:06

Sí, objeto la distorsión inadaptada al buen clima del blog de Reig. Si un sujeto le ofende, instrumente armas menos agresivas -de verdad, usted asusta – e interpele por la corriente de la indiferencia y la buena lírica.

Rafael Reigmayo 30th, 2008 at 12:35

Es lo que tienen los exaltados como el Sr. Paz. Que se cuelan por cualquier rendija

Pedro de Pazmayo 30th, 2008 at 20:10

Anónimo: puede usted objetar lo que le parezca, pero… ¿Me está acusando a mí de ser el agent provocateur de esta situación? ¿Acaso he sido yo el que ha entrado aquí y, sin mediar provocación previa, se ha puesto a pontificar despectivamente sobre personas que no conoce, acusándolas de mendicidad cultural y de afan de notoriedad adquirido a la sombra de autores de prestigio?

Que Santa Lucía le conserve los cojones porque lo que es la perspicacia y la vista, la tiene usted echada a perder.

Puede que a usted no le ofendan determinadas afirmaciones sobre su persona. A mí, sí.

Que asusto, dice… No ha visto usted ni la mínima parte.

Rafael Reigmayo 31st, 2008 at 10:24

Hoy no tengo tiempo, mañana actualizaré. Sí quiero decir que me ha irritado mucho la usurpación de mi nombre. El comentario firmado Rafael Reig no es mío, por supuesto. Algún imbécil ha tomado mi nombre. A mí no me molesta que me llamen fatuo, pedante y escritorcillo. Pero que se haga alguien pasar por mí, sí.
Me irrita, francamente.
Mis comentarios llevan mi foto. A esa persona le pediría que se fuera a dar la lata a otro lugar. Gracias.

fernandomayo 31st, 2008 at 19:41

Me temo, Sr. Reig, que esa tríada apostrófica no iba por usted sino por el autor del comentario inmediatamente anterior a aquél en que aparece, que soy yo. Tal vez no le falte razón al anónimo ofensor. Concedámosle, al menos, una cierta aptitud para el dicterio, porque si los calificativos de pedante, fatuo y escritorcillo fueran dirigidos a usted, aunque sólo le conozco por sus entrevistas y sus libros, me parece que no podría haber otros que le cuadrasen menos.

Rafael Reigjunio 1st, 2008 at 7:37

Puede ser, Llorenç, Salut.
Pues entraré sin llamar, Marlu.
Tiene razón, Eugenio, se parece algo al principio de El Sur. Lo mismo digo yo de asistir a tus clases, Eugenio. Un abrazo.
Un poco sí me pierdo, Pedro,pero salud por esos whiskies.
Gracias, Loren, un abrazo.
Me alegro, Javier, y gracias.
Yo los coloco por orden alfabético, Conde-Duque. Un abrazo.
Ja, ja, Esther, yo no tengo ná. Un beso.
Mil gracias, Webern, por toda la información. Un abrazo.
Pues ya ve, a Borges y a mí, qué pasa.
Puf, qué pereza me da ese libro, David, pero si tú lo recomiendas, le hincaré el diente. Abrazote.
Burkiano, váyase usted a paseo.
De acuerdo, el Trío Mamone es insuperable, pero Lowell no es tan desdeñable, en serio. Abrazo.
Gracias, Nata, guapa. Más besos.
Un saludo, Portorosa.
No sea tan duro, don Luis.
A mí también me gusta Dylan Thomas, Emma. Un beso.
Gracias, Plutón, un abrazo.
Pues no lo sé, Fernando, pero tampoco voy a consentir, si puedo evitarlo, que se le falte al respeto a usted. Un abrazo.

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