Ciruelas Borges
Casi me caigo de la risa leyendo este post de Alejandro Gándara en su blog de El Escorpión, donde habla de la antipatía mortal entre Borges y Onetti:
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/01/15/escorpion/1232031946.html
¿Lo han leído ya? Quizá algunos de ustedes se hayan indignado y otros se han quedado a cuadros. En el último párrafo se atreve a insinuar, Gándara, que quizá Borges sea un bluff. Borges, nada menos, el escritor que inventó todo un género literario, el que cruzaba adjetivos como Mendel guisantes. Sí, ya sabemos que las ideas políticas de Borges eran de peón caminero y que soltaba boutades del tamaño de flotadores cada vez que abría la boca ante un micrófono, pero que tendrá eso que ver con el hombre que escribió El jardín de senderos que se bifurcan. Sospecho que Gándara ni siquiera quería provocar, sino hacer un chiste literario. Probablemente se refería a las ciruelas Borges:
Yo quiero creer que todo el post de Gándara no es más que un monólogo al estilo del Club de la Comedia, que todas las declaraciones de Borges y de Onetti se las ha inventado, igual que se ha inventado la anécdota del premio Cervantes de 1981. Porque difícilmente podría haber llegado Onetti a la gran final en 1981, junto a Octavio Paz, cuando había ganado el premio el año anterior, a no ser que quisieran darle dos Cervantes. Lo más seguro es que Onetti también estuviera en el jurado, junto a Borges, y que los dos dijeran: «Che, vamos a hacer una broma sobre lo enemigos que somos para que dentro de unos años pique Gándara».
Sí, es lo más probable.