La ley del cine (español) (Actualizado)



Nueva ACTUALIZACI?N. (24-09-09)

El Diario El País pregunta a algunos cineastas sobre la medida, aquí. Yo no sé si es un poco sospechoso, pero lo cierto es que a todo el mundo le parece bien. ¿Será que no hay valor públicamente para decir que no se está de acuerdo y quedar como un machista?

ACTUALIZACI?N. Gracias a esta otra información del País, leo que «Cultura introduce la discriminación positiva en las ayudas al cine», frase que se transforma posteriormente en que «la orden ministerial que desarrollará la Ley de Cine favorecerá la producción cinematográfica dirigida por mujeres». En la aplicación de esta futura ley, para que nos entendamos, si tenemos sobre la mesa dos proyectos que son considerados idénticos en calidad, tendrá ventaja el que vaya a ser dirigido por una mujer.

¿Qué opináis de esto? Yo entiendo las iras del personal, pero como mujer y directora (ocasional) me sentiría muy hipócrita diciendo que me parece mal, puesto que si en algún momento lo necesito, llamaré a las puertas del Ministerio de Cultura para que consideren apoyar mi proyecto. No obstante, creo que es un mecanismo injusto, una especie de mal menor con el que se intenta nivelar la balanza. Creo que las desigualdades, en un mundo ideal, tendrían que corregirse desde ámbitos más colectivos y generales, como por ejemplo, la educación, y no en asuntos tan concretos como darle ventaja a un proyecto frente a otro porque esté una mujer detrás de la cámara. Es un hecho que hay muy pocas directoras de cine, al igual que hay pocas mujeres directivas o en puestos de gran responsabilidad. Pero creo que es más importante enseñar la igualdad en las mentes de las nuevas generaciones que imponerla a cascoporro en concursos públicos cuyo único criterio, como he dicho antes, debería ser única y exclusivamente la calidad. Es la educación que hemos recibido la que ha condicionado a muchísimas mujeres a no aspirar a según qué metas. Eso es lo que a mí me gustaría que cambiara; para intentar defender un proyecto lo mejor posible, prefiero que no me ayuden por mi sexo.

Ahora bien, que cada uno haga autocrítica en casa y piense cuántas pelis no ha ido a ver, cuántos libros no le han interesado (o ha prejuzgado) porque la autora es una mujer, cuántas veces ha pensado que se sentiría más cómodo confiando en un médico o un arquitecto (nótese que ni siquiera hay femenino de estas profesiones.) Y es que el machismo existe. ¿Vosotros qué opináis? ¿Es lícito emplear un método injusto para combatir una injusticia?

Leo esta noticia esta noticia del diario «El País» las novedades en torno a la Ley del Cine y una polémica con una asociación de la que yo no había oído hablar,«Cineastas contra la orden» (no van contra la orden del Temple, sino contra la orden ministerial que al parecer está en proceso de debate.)

No os voy a engañar; cuando yo era una estudiante de cine, y esto formaba parte de mis clases, estaba muy enterada del funcionamiento de las leyes del cine. Ahora guardo una impresión más vaga y desinformada y en esta noticia hay varias cosas que no me quedan claras.

Yo creo que esta orden, si no perfecta, está bien pensada. Y me parece que Guardans piensa lo mismo que pensamos muchos, incluso dentro de la industria.

La orden establece que para que una película reciba subvenciones ministeriales debe costar como mínimo dos millones de euros o contar con una audiencia de 60.000 espectadores («una cifra que está fuera de la realidad de mercado»). Los de la asociación se quejan de que esas condiciones marginan el cine pequeño. «Este mínimo cierra la mayor parte de las puertas a todas las producciones menores de dos millones», se dice en el texto.

Y yo digo: El canal ministerial no es el único para financiar una película. Están las autonomías y las cadenas.
Y yo digo: Con el esfuerzo humano y económico que supone levantar una producción de cualquier tipo, ¿de verdad no podemos aspirar a llevar a 60.000 espectadores a la sala? ¿De verdad merece financión pública cualquier producción que no interesa a esos miles de personas?

Por otro lado, claro, están los genios, y yo más que nadie no quiero que se mueran de hambre. Haberlos haylos, son como las meigas, pero en este país se estrenan más de ciento cincuenta películas al año (173 en 2008), y muchas de ellas pasan sin pena ni gloria, y objetivamente, aunque haya joyas escondidas, hay decenas de películas carentes de interés. En España no hay tantos genios, y los que lo son y está demostrado, superan ampliamente esos presupuestos en sus filmes precisamente por eso, porque ya han demostrado que merecen esas inversiones.

Guardans afirma que el tratamiento entre las películas artesanales y las grandes producciones industriales será claramente distinto. «Ni mejor, ni peor, pero que tengan claro que aquellos que, por su condición artística, crean que tienen un derecho natural a cobrar miles o millones de Estado, hagan lo que hagan, lo van a tener difícil». Es cierto que está dicho de forma harto antipática, pero yo lo veo lógico. Hay que escribir para el público, no para uno mismo. Si se escribe para el público, se hacen producciones que interesan, entonces sí se puede acceder al dinero estatal. Si se hacen cosas que no tienen calidad, o que sólo le gustan a uno, entonces no.

El problema está en eso, en poner un filtro que no permita que haya películas pequeñas. Eso me parece mal, porque aunque como digo hay mucha morralla, creo igualmente que se necesitan pelis pequeñas y carreras alternativas al circuito más comercial y mainstream. Pero sí creo que los criterios de subvención deberían ser más exigentes con los proyectos sin viabilidad comercial y que la cuantía debería ser proporcional a la rentabilidad de estos proyectos. La Fapae pide que ese límite baje de dos millones a uno y medio, y creo que eso mejoraría la orden.

Y luego están las medidas nuevas sintetizadas por el País en lo siguiente:

-Se concederán 12 ayudas a guiones por un importe total de 45.000 euros. (A pesar de que en otro punto del texto se lee: «En el informe se señala que las ayudas anuales a guiones subirán de las 12 que recoge el actual borrador a 15 .»)

– Las películas para televisión y las series de animación podrán obtener subvenciones. A mí esto me parece un error. Las cadenas tienen recursos suficientes para financiar las tv movies y eso hará que le quiten dinero al cine. La industria deficitaria y en crisis no es precisamente la televisión.

– Las descargas de filmes en Internet y el alquiler y venta de DVD computarán para las ayudas a la amortización, modalidad que hasta ahora sólo se aplicaba a los estrenos en salas.
Eso me parece bien.

– Los largos y cortos iberoamericanos que se distribuyan en España podrán recibir las mismas ayudas que las producciones europeas. Pues estupendo, pero espero que se rijan con los mismos criterios que deciden si se le da o no apoyo al cine español.

– La concesión de ayudas se realizará en función de un sistema de puntos que premiará, entre otros criterios, la originalidad, la calidad o la viabilidad cinematográfica.
Esto es lo auténticamente imprescindible. Si se hace rigurosamente, nuestra cinematografía debería mejorar exponencialmente.

– Las actas de las comisiones que evalúen los proyectos estarán a disposición de todos los candidatos, que podrán acceder a las distintas puntuaciones. Es decir, que la transparencia está entre sus fines. A ver si lo consiguen.

En definitiva, la propuesta ministerial me parece un pelín tajante, pero oportunamente matizada, creo que ayudará a nuestro cine. Menos películas, pero que sean mejores, que estén mejor producidas y que interesen más al gran público. Y aunque escueza a algunos, menos autores, que en este país nos salen por las orejas y para ser autor hay que hacer algo más que considerar que uno lo es.

Y para demostrar la salud del cine español, el trailer de «Gordos», una de las mejores pelis españolas (y no españolas) que he visto en muchos meses.