En Ocasiones veo a Jordi Hurtado

Unos señores se han reunido en Valencia para celebrar el Segundo Simposio sobre Teorías de la Conspiración y han llegado a la conclusión de que Jordi Hurtado está muerto.

Según el análisis que reproduce el Periódico de Catalunya,

Las personas que han escudriñado a conciencia las emisiones de ??Saber y ganar?, animados por la sospecha de que «nadie en su sano juicio presenta un programa así durante 10 años seguidos», han descubierto detalles como que Hurtado «no ha cambiado nada» a lo largo de una década, que «no ha perdido un pelo» ni «ganado arrugas», y que en todo este tiempo ni siquiera «ha cambiado de gafas».

Y lo que es más extraño: no comparte plano con nadie. Nunca. «Es evidente que a este señor, a sabiendas de que iba a desaparecer del mapa, le hicieron grabar todas las respuestas y preguntas posibles, con todos los trajes y corbatas posibles, sobre un fondo neutro, y que llevan años cortando y pegando esas intervenciones con las de los concursantes».

Desde la teoría de la bala loca de Kennedy no había oído algo tan asombroso e inspirador. Por fin me han quitado el velo de los ojos.

Cualquier persona inquieta como tú, como yo, que vamos por la vida pensando en realidades paralelas que nos son vedadas para que el orden prevalezca sobre el caos que implicaría conocer la Verdad (MARCA REGISTRADA), siente vértigo al descubrir que somos objetos de un continuo engaño. Primero, la presencia humana en la Luna. Segundo, el cambio climático. Y ahora esto. Miénteme sobre la carrera espacial. Miénteme sobre la salud del Planeta. Pero jamás oses tomar el nombre del conductor de «Si lo sé no vengo» en vano.

No sé cómo he podido estar ciega todo este tiempo. Si fuera cierto que Hurtado vive, debería haber desbancado hace tiempo a Ana Rosa como reina de las cremas antienvejecimiento, habiéndose erigido como el monarca absoluto de los potingues de baba de caracol. Se habrían escrito novelas como «El retrato de Jordi Hurtado», se habrían rodado películas como «El Curioso Caso de Jordi Hurtado» y cada Navidad el presentador habría hecho un posado con George Clooney después de inflarse a comer bombones Ferrero Rocher (su genética es tan portentosa que tampoco engorda) e inaugurar tiendas de Porcelanosa y Armani.

Y estoy bastante segura de que nada de esto ha ocurrido, ergo Jordi Hurtado a) está muerto b) es un robot c) ha sido abducido por los alienígenas.

Yo me decanto por la última teoría por lo siguiente: «Es evidente que a este señor, a sabiendas de que iba a desaparecer del mapa, le hicieron grabar todas las respuestas y preguntas posibles».
Todo esto sólo tiene una explicación posible. Como precio para no acabar con la raza humana, los marcianos exigieron a la dirección de RTVE la entrega de Jordi Hurtado para que amenizara las largas noches de la Vía Láctea con su simpática gestualidad facial. Además, la inmensa cultura que atesoraba este hombre de aspecto despistado y atemporal les servía para otro propósito: extraer todo el conocimiento del ser humano para emplearlo en su beneficio. Vamos, que mataban dos pájaros de un tiro. «Todo sea por el ser humano», pensaron en Televisión Española, y sabiendo que en quince días tenían que enviar a Hurtado a Marte, se pusieron a grabarle haciéndole todo tipo de preguntas absurdas. Jordi no puso objeción, puesto que estaba al corriente de su condición de mártir intergaláctico y hasta le parecía bien. Después de las agotadoras jornadas de grabación (¿cuánto son seiscientos sextercios? ¿cómo se llaman los naturales de Cuenca? ¿Oro parece plata no es…?) le dejaron subido a la cúpula del Planetario con un bocata de chorizo y una cantimplora, y ahí se le perdió el rastro.

¿Alguien sabe algo más de su paradero actual?