EN LLAMAS

El catálogo completo de Almacenes Arias.

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El otro día ví «En llamas» en un cine cuyas paredes estaban recubiertas por un papel pintado de peras y manzanas. No sé si lo habría diseñado la ínclita alcaldesa políglota, pero el caso es que todo un reto permanecer atenta a una película de 2 horas y 26 minutos cuando, en la mayoría de las escenas de día, puedes ver frutas enmarcando la acción. No diré eso tan socorrido de «así no se combate la piratería», porque esto va más allá.

AMIGO EMPRESARIO, NO PONGAS PERAS EN LAS PAREDES.

A LOS CINÉFILOS LES DISTRAE Y A LOS AMANTES DE LA FRUTA LES ABRE EL APETITO.

Vi la primera parte de «los Juegos del Hambre» con interés porque me gustaba, a pesar de su largo prólogo, cómo se plantean las reglas de juego de ese mundo distópico y la propia naturaleza de las pruebas, y la mecánica de la competición. Otro tanto a favor es Jennifer Lawrence, que es absolutamente empática y roba la pantalla cada vez que sale.

Pero «En Llamas»… (Espoilers de aquí en adelante.)

En fin, la película tiene un prólogo que dura hora y media en la que básicamente se pone al día, con un tedio expositivo que hace que las peras de repente parezcan la mar de amenas, cómo ha sido la vida de Katniss y Peeta y su obligación de simular su romance de cara a las cámaras en una gira de los ganadores de los últimos juegos. Pero ella tiene un mozo que le gusta, no sé cómo se llama, pero es el cuñado de Elsa Pataky, Chris Hemsworth. Así que se plantea un triángulo desaguado que luego cobra interés. Otras de las tramas que se lanzan es que Katniss está en peligro porque su figura y su carácter alientan la rebelión en los distritos, de forma que las fuerzas siniestras deciden que tendrá que morir en algún momento… pero de una forma vistosa (con lo fácil que sería cargársela de cualquier manera.)

A mitad de la gira (y a mitad de película, cuando mi acompañante ya me estaba diciendo que se quería ir a tomar una copa o una macedonia) se hace saber que habrá otra edición de «Los Juegos del Hambre» y como tribunos del distrito repetirán la pareja ganadora, Peeta y Katniss.

Espera un momento. ¿Lo he entendido bien, van a jugar los mismos que jugaron en la primera parte? ¿Dónde lo he visto esto antes? Ah, sí. En la primera parte, en menos metraje y de forma más amena.

Cuando llegan los juegos no ha pasado gran cosa. Se ha desarrollado algo una incipiente atracción entre Peeta y Katniss, basada en el carácter bondadoso de la chica, y a Lenny Kravitz le han dado una buena zurra (para los que fuimos adolescentes en los 90, siempre es algo curioso). Los juegos traen a la peli lo que prometen: acción, sorpresas, conflicto… y una revelación final que hace que digas, de acuerdo, 140 minutos después, tengo ganas de ver qué pasa.

Y entonces se acaba la película. A mí me parece una lata que las sagas de una trilogía no sean más independientes, porque esto de poner unos cuantos bocatas de exposición, un breve plato principal y un frenazo en seco se parece muy poco a la experiencia clásica de ver una peli (o un flim.)

Por supuesto, luego está el horrendo estilismo de la saga. Ya sé que es deliberado, pero hay ciertas cosas que simplemente no están bien y que empobrecen la experiencia. El vestuario parece que lo ha hecho el estilista de Messi, y con esto está todo dicho. Y es que los modelitos que viste Elizabeth Banks rivalizan en bizarrismo con las peras, recuerdan profundamente a John Waters y a the Rocky Horror Picture Show.

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En conclusión: no digo que sea fácil, pero creo que debería haber una forma de que la entrega de una saga sea una pieza narrativa valiosa e independiente, en la que los personajes idealmente sufran una transformación, que te importe algo lo que les pasa y que el punto y seguido para la siguiente peli no produzca una sensación tan anticlimática. Menos mal que Jennifer Lawrence me sigue pareciendo una buena razón para ver lo que sea.

Hablando de distopías, os comento que estaré el próximo lunes 16 de Diciembre en la Casa del Libro de Gran Vía de Madrid de charleta sobre este tema con Carlos García Miranda y Daniel Ojeda Checa, que saben mucho de distopías, las que van y sobre todo las que vienen.  A eso de las 19:30.

2 thoughts on “EN LLAMAS

  1. Qué perezón «En llamas», qué feo todo y qué mayor me siento con todas estas sagas. Porque todas me dan la misma pereza: Harry Potter, el Señor de los Anillos, la Bruja, el Armario y el Príncipe noséquién… ¿será una cosa generacional?

  2. Mmm. Entiendo tu argumento, pero no estoy seguro de compartirlo del todo. Me pasó algo parecido con Harry Potter y la Tienda de Campaña. Como se dedican a construir personajes pierden un poco de entidad individual pero contribuyen a que la saga sea más interesante. En realidad, últimamente empiezo a pensar en la gran franquicia como miniserie con sus propios códigos narrativos. ¿La respuesta? Ver pocos días después ‘Ahora me ves’, una de las películas más tramposas, huecas y molestas de los últimos años. Y entretenidísima. Qué cosas.

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