Mi semana- 2 Noviembre



La casa era grande porque nuestros proyectos también lo eran.

Así comienza «Llenos de vida», la última novela que me he leído, de John Fante. Lo más sonado de mi semana sin lugar a dudas es que, cual joven pionera del oeste, me traslado a vivir en un apartamento. Algunos que me conocen dirán que ya iba siendo hora, a lo que yo respondo: exactamente.

Mi casa no es grande, pero creo que lo suficiente para albergar mis sueños, mis proyectos y un montón de buenos momentos que están por venir.

Siempre me ha parecido que una de las formas más eficaces de conocer a la gente es conocer el lugar en el que viven. Por lo tanto, ahora componer mi casa se me presenta como otro reto de mi tema favorito de la temporada (todos juntos: ¡reinvención!), una forma de canalizar o retratar mi identidad.

Llegar a una casa nueva es como posar el pincel en un lienzo en blanco. Si me diera por ahí, podría decorar el piso como si fuera una seguidora de Satán, y mientras mis nuevos vecinos me vieran cargar con túnicas rojas, altares de sacrificio y tridentes, pensarían de mí que simplemente soy así.

Me relaja pensar que puedo ser quien yo me dé la gana, y que si me pone en las narices puedo ser la cabrona del cuarto piso, sólo por cambiar. (Y sólo por joder, claro.)

Hoy es un día para inscribirlo en la liga de los grandes comienzos, puesto que llevo yendo y viniendo todo el día entre mi antigua y mi nueva casa, brindando con mis amigos con lambrusco (lo mejor que tenía el Sr. Chino) por el futuro, por el de la casa, por el suyo, por el mío, y parece que no hay nada bajo el cielo indeciso de esta tarde que pueda ensombrecer las buenas perspectivas que entran por la ventana solar.

Y para mi primer momento de instrospección casera, este tema deslumbrante de John Legend.

14 thoughts on “Mi semana- 2 Noviembre

  1. Lo curioso de esto es que al final todos acabamos igual: con un montón de muebles con nombre sueco impronunciable. Bienvenida a la república indepiendiente de tu apartamento. Erika.

  2. Hala, ya tenemos nueva Party-House!

    Enhorabuena niña.
    A ver si hay más mudanzas en breve (jujuju, codazo) y tomamos más lambrusco.

    Ganas de verlo, eh.

  3. Y el post, como las casas nuevas, está lleno de vida y latido de corazón.

    ¡Pero fiesta de inauguración ya!

  4. De partys nada. Cenas sectoriales y lambrusco para todos, que no cabemos. Si queréis fiestas, os hacéis amigos de Borja Thyssen que tiene terraza y ha nacido princesa.

    Besos.

  5. Conque ya nos hemos hecho mayores… ¡Ay, Dios mío! Si es que vais creciendo ante mis ojos y…

    ¡Snif, snif! Aún me acuerdo cuando de tus primeros pinitos: «El castillo» y eso. Y nos enseñabas a los gatos de los tejados que se veían desde tu ventana…

    Vale, me alegro mucho por tí, pero también tengo sensación de pérdida… (Snif)

  6. ¡Ay! Qué mal escrito lo anterior. NO sé si son las lágrimas, los mocos o las birras que llevo hoy celebrando la cosa de Obama. Pero que sepas que me alegro de verdad.

  7. Julie, a ver cuándo lo celebramos, resérvame algo de esa emoción, anda.

    Que sepan ustedes que postearía (hace días) pero que tenemos dificultades técnicas. Feliz viernes.

  8. ¡¡EL BLOG ESTÁ ROTO!!

    Me lo arreglan pronto. Mientras tanto, tenéis un post solitario en mi antigua «bitácora».

  9. Un consejo, no caigas en la tentación de amueblarlo todo de una vez. Reserva un espacio libre para lo que está por llegar, porque tienen el terco vicio de irse amueblando por sí mismos, poco a poco.

    Un blog estupendo, por cierto.

    Tomatín.

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