ANÁLISIS DE GUI?N: MAGIC MIKE

Ayer vi «Magic Mike». Pensaba que sería un feel good con chicos guapetes, al estilo de «El Bar Coyote» y que sería un pasatiempo interesante para la noche del sábado. Pero no. «Magic Mike» es uno de esos temidos «retratos psicológicos» con moralina, totalmente fallido.

Espoilers a partir de este punto.

Argumento

Tampa, EEUU. Mike es un buen chico, emprendedor, guapo, que baila muy bien, repara autos, pone tejas y tiene una actitud de ganador. Su sueño es montar un negocio de muebles artesanos por encargo, y para ello ahorra sumando todos sus trabajos. Al que le dedica más tiempo es al de ser stripper en el local de Dallas, su jefe, un narcisista que le considera su mejor hombre. Trabajando en una obra, Mike conoce a un chico algo desaliñado y perdido, llamado Adam, a quien luego se encuentra en la puerta de bareto. Adam le pide que le deje entrar con él. Adam descubre cómo Mike hace de gancho para llevar mujeres a un local de strippers masculinos, y los dos acaban en el local de Dallas. Ante la repentina baja de uno de los bailarines, Adam se despelota y las señoras se entusiasman.

A medida que Adam se involucra en el negocio, van surgiendo los problemas, porque descontrola con el alcohol y le atrae el dinero fácil. Pero Mike le promete a su hermana, Brooke, una chica sensata con un novio muy aburrido, que cuidará de él. Pero Adam sigue metiéndose en problemas. Adquiere una deuda con un traficante, y rivaliza con Mike por el aprecio de Dallas. La amistad entre Brooke y Mike se estrecha, él sabe que ella tiene novia y él se ve con Joanna, a la que llama cuando le apetece acostarse con alguien. Dallas quiere que el negocio crezca e invierte en un local enorme en Miami: comparte la noticia eufórico con todos sus chicos, con el traslado serán más grandes y más ricos.

La hermana represora, dice que no le parece bien. Encima, poco después Adam amanece comatoso en casa de Mike, y Brooke se enfada con él por haber dejado que su hermano se pusiera tan ciego. Después, aparecen unos matones en casa de Mike, buscando a Adam para partirle las piernas por la deuda. Mike paga, fundiéndose sus ahorros, y descubre que Dallas ha hecho socio a Adam. También descubre que Joanna tiene un prometido y que va a casarse. Asqueado por su jefe, su amigo y su vida, decide que lo deja, no se va a Miami. Va a hablar con Brooke, le dice que no va a Miami, que lo deja. Ella, complacidada por su decisión de dejar los tangas de lentejuelas, le dice que ha roto con su novio, y le pide que pasen la noche juntos.

FIN.

Problemas de caracterización y motivación

Hay un enorme problema en la caracterización y la motivación de ls personajes. Si un personaje no está caracterizado y motivado, no hay empatía, y si no hay empatía, una película se ve desde el aburrimiento más absoluto.

Mike, a quien hemos visto amanecer en la cama con dos mujeres, se presenta en una obra. El capataz le quiere esquilmar pero él le saca algo más de dinero por hora. El capataz confía en él. Es un chico trabajador, y de fiar. Es un buen chico, y trabaja mucho para poder ser su jefe algún día. Es divertido, simpático, generoso, sexy. No es una presentación magistral, pero es pasable.

Adam conoce a Mike en la obra. Mike le enseña, Adam se muestra pasota y vago, y el capataz le sorprende cogiendo una lata más de pepsi y se disgusta con él. Adam se queda sin trabajo. Afortunadamente, gracias a su encuentro fortuito, Mike le lleva a su mundo. Lo hace a pesar de su conocido es un pasota robapepsis sin más gracia que la de ser físicamente atractivo (que sí explica que le quiera reclutar para el negocio.)

Creo que es muy mala idea presentar a un protagonista como un tonto a las tres, sin meta alguna, pasota, egoísta y ladrón, y encima ladrón de una lamentable lata de pepsi. ¿Por qué? Porque un tío guapo pero vago sin ningún talento, virtud o capacidad especial no le cae bien a nadie: es un gilipollas sin carácter que confía en que el resto del mundo le saque las castañas del fuego, y cuyas iniciativas sólo están encaminadas a meterse en líos. Está muy claro que Adam es una excusa del guionista para conseguir dos cosas: unir sentimentalmente a Brooke con Mike, y para cagarla más y más para ponerle las cosas más difíciles al protagonista, forzándole a un cambio de vida.

Odio todo.

Brooke, la hermana, ocupa el rol de la represión. Al grito de «me preocupo por mi hermano» es una chica guapa a la que todo le parece fatal. Sin embargo, a pesar de ser un limón, a Mike le gusta, ¿Por qué? porque es guapa y es la hermana de su colega. Inicialmente se la presenta como una «secretaria de enfermeras», tarea administrativa que reside en hacerle papeleos a enfermera. Tan rebuscada profesión no tiene más interés o propósito que mostrarla con su aburrido novio Paul, abogado del sector médico. (Tiene pinta de residuo de una versión temprana del guión.) Del mismo modo, Brooke es la percha sentimental que hará ver a Mike que su vida está MAL. A pesar de ser antipática, gris y no tener ningún objetivo claro más allá de mantener a su hermano fuera de la Clínica Mayo, a Mike le gusta.

Vaguear

Encuentro aspectos que (siempre en mi opinión) delatan demasiadas reescrituras y mucho cansancio, no saber aprovechar el material que hay entre manos o simplemente no saber contar bien las cosas. No tiene sentido que Brooke tenga un novio pijo y soso si luego desaparece sin que Mike tenga nada que ver, ni que a Brooke se le plantee el dilema de escoger entre su novio formal y el cachondo stripper con buen corazón (a mí me encantaría ver esa película).

Se nota que tiene novio al principio porque al guionista le conviene, y que no lo tiene al final por la misma razón. Otro tanto sucede con Joanna, la pretendienta bisexual de Mike, a la que llama en plan «booty call» y que se percibe como un rollo sin más. Al encontrarla en un restaurante con su prometido, cuya existencia ignoraba, Mike reacciona como una dama victoriana, como si comiesen todos los domingos en casa de los padres de ella. Para un tío stripper que se acuesta con las tías a pares, es una reacción infantil, y sobre todo, completamente incoherente con su relación con ella. (¿Acaso no está enamorado de Brooke?).

Así pues, en «Magic Mike» los personajes no son personas, son muñequitos de futbolín que sólo sirven para dar patadas a la bola que el guionista pone en juego, y por eso se ve con cierto aburrimiento, solo amenizado por los bailes de los chicos.

Pero lo que más me fastidia es la perversidad del mensaje: cuando Magic Mike se da cuenta de que quiere dejar de ser stripper, su amada la sosa le premia abriéndole su corazón. Esta conclusión, aparte de estar sobadísima y ser muy previsible, es de una moralina lamentable y represora. Parece querer decir que solo hay una forma de vivir y de hacer las cosas y esa forma es no enseñar el culo. Resulta bastante paradójico vender la película exaltando el atractivo y la energía de unos strippers para acabar diciéndole al espectador: eso que te ha hecho pagar tu entrada es malo.

Esto es lo que pienso de la moralina final de Magic Mike:

Por suerte, al menos están los bailes de Channing Tatum; no lo digo sólo porque sea guapo (que lo es) sino porque sabe bailar.

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FRANKENWEENIE

El trailer de este viernes es el de Frankenweenie (2012), la nueva peli de animación de Tim Burton.

Aunque en este caso a lo de «nueva» habría que ponerle comillas. Está inspirado y en buena parte trasliterado del mediometraje del mismo título que Burton rodó hace casi treinta años, en 1984, con una duración de 29 minutos y un abultado presupuesto de un millón de dólares. Cuando yo era super fan de Burton oí hablar mucho de este film, pero claro, en aquella época no había youtube y no he podido verlo hasta ahora. Con ustedes, Frankenweenie (1984), el germen en acción real de su remake animado.

Merece la pena ver el original por puro amor al pasado. Sin ser una obra maestra, es un homenaje al cine clásico y tiene varias estrellas que seguramente te recuerden a tu infancia tanto como a mí. Shelley Duvall hace de la mamá de Victor, el niño que devuelve a su perro a la vida, electrizándole como Victor Frankenstein a su criatura. Este niño es Barret Oliver, el protagonista de «la Historia Interminable», que nunca volvió a ser tan famoso como lo fue entonces. También está Jason Hervey, al que recordaréis de (otro viaje al pasado) «Aquellos maravillosos años». Y la sorpresa absoluta es la niña que fuerza a su Barbie a hacer ejercicio: Sofia Coppola.

Puede que ahora mismo la historia de un niño que revive a su perro de entre los muertos sea original, pero Burton, cansado quizá de hacer películas bastante anodinas (es mi opinión) desde Big Fish, ha vuelto a sí mismo, a su primera etapa, para extender un corto de hace la tira de años. Puede que sea crisis creativa, puede que volver a su pasado sea lo mejor que puede hacer. Puede que para cambiar de vez en cuando haga falta recordar. No lo sé. Habrá que ver la peli para opinar.

El corto y la película tienen en común el amor por el cine clásico, y más concretamente, por los títulos míticos del cine de monstruos en blanco y negro, con partituras abigarradas y fotografía expresionista.

Imagen de Frankenweenie.

Elsa Lanchester en "La Novia de Frankenstein".

Me encanta la idea de que un corto rodado en los ochenta traiga sensaciones de los años cuarenta, y también que una película del 2012 evoque a su vez a ese corto y a los clásicos del cine de horror. Estas dos obras comunican a los espectadores que estábamos hace treinta, veinte años, con los nuevos, con los que seguimos aquí, y también con los que ya no están. Historia del Cine.

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