MIS SERIES DE LA TEMPORADA 2010-11

Llega el verano y como siempre le acompañan los saldos televisivos. Las series buenas se acaban, Ana Rosa Quintana se coge vacaciones de mil meses y las noticias se vuelven puro costumbrismo porque a estas alturas de la temporada, ni siquiera a los periodistas les apetece trabajar. En definitiva, el verano es una época muy buena para las horchatas y las siestas, pero regular para los espectadores de lo que sea.

He estado pensando un poco en las series que más me han gustado de los últimos meses y creo que ha sido una temporada muy estimulante. Por supuesto no he visto todo lo que se ha estrenado pero he disfrutado mucho con algunas, y no todas nuevas. ?stas son mis preferidas. Espero las vuestras.

1. ENTOURAGE.
Ya, ya sé que la serie tiene unos añitos y que precisamente ahora se rueda la octava y última temporada de las vidas de Vince Chase y su séquito. Lo cierto es que ví el piloto hace años y me pareció bastante tonto, pero le dí una segunda oportunidad por puro aburrimiento y en unos tres meses he visto seis temporadas. Lo bueno de la serie es su ligereza, su duración, la cantidad de dinero ilimitada que se gastan en rodar en cualquier sitio que les apetezca (Sundance, Comic-Con, Cannes…), los constantes cameos de estrellas del cine como James Cameron, Frank Darabont, Martin Landau, Jessica Alba o Aaron Sorkin. A cualquier freak del cine dentro del cine le encantará conocer el funcionamiento del mundo de los actores y sus vidas de niñatos millonarios, y yo no he sido una excepción. Me encanta esta serie porque es divertida y me pone de buen humor. Y ya. De un tema parecido, y como ya comenté, me ha gustado muchísimo EPISODES.

2. DOWNTON ABBEY.
Esta serie creada por Julian Fellowes es estupenda. A pesar de que tiene algo de culebrón, me encanta cómo está rodada, escrita e interpretada. 7 episodios se hacen pocos, tengo muchas ganas de que llegue la siguiente para ver más a Maggie Smith, que tiene los mejores diálogos que he oído a un personaje en mucho tiempo.

3. THE KILLING.
Esta serie es un vicio. Creo que he visto la primera temporada entera en unos diez días. La historia la hemos visto mil veces: chica desaparece, un duo dispar de policías encuentran su cadáver, hay que averiguar quién lo ha hecho. Sin embargo, engancha porque tiene algo especial. Para mí, ese algo especial es que te lo crees todo. La policía protagonista, Linden, no es ni guapa ni fea ni santa ni perfecta. Es un ser humano con sus contradicciones, sus momentos de virtud y sus errores. Por el realismo, sumado a un tempo bastante pausado, más unas interpretaciones memorables y unos giros interesantes de la trama, me han hecho verla del tirón.

4. THE GOOD WIFE
Aunque la primera temporada era un procedimental bastante convencional, en la segunda temporada se ha sofisticado bastante. Aunque el episodio final me dejó un poco indiferente.

5. THE CHICAGO CODE
Esta serie solo ha tenido una temporada, ya la han cancelado. Reconozco que me esperaba mucho de ella y que no me ha dado todo lo que prometía, pero aún así he disfrutado bastante. Echaré de menos a Jarek Wisocki y a Jennifer Beals haciendo de super comisaria de Chicago. Sigo sin saber si eso es un error de cásting o no. Una
pena.

Por supuesto, he seguido disfrutando de DEXTER y MAD MEN. Creo que the BIG BANG THEORY y 30 ROCK han perdido algo de gracia y que la segunda temporada de SONS OF ANARCHY es bastante peor que la primera. No me ha gustado BLUE BLOODS ni LIGHTS OUT ni la serie tontísima de Matthew Perry.

Sea como fuere, qué grandes ratos he pasado gracias a estas series.

 

ENTREVISTA: BÁRBARA ALPUENTE

Foto de Natxo López.

Hace algunos años conocí a Bárbara Alpuente porque me ofreció un trabajo a pesar de no conocerme de nada. La serie aquella no salió, pero conocí a una escritora inteligente, versátil, divertida y solidaria. Algunos ya sabéis quién es, porque colabora ocasionalmente en este blog, pero por si acaso os diré que ha trabajado como coordinadora y guionista en «Camara Café», entre otras muchas series.

Recientemente ha trabajado en «Doctor Mateo» y ahora prepara un piloto para Hill Valley. Por si fuera poco, es autora de la columna semanal ‘Nadie es perfecto’ de la revista YO DONA, que tiene una legión de seguidores y acaba de publicar «Mas allá de mí«, su primera novela. (En el enlace podéis leer la sinopsis y las primeras páginas.)

-Bárbara, escribir una novela (sobre todo terminarla y publicarla) es el sueño recurrente de muchos guionistas. ¿Qué nos puedes decir desde el otro lado?

Os puedo decir que tal lado no existe. No veo una gran diferencia entre escribir guiones o escribir una novela. Lidiar con tramas, personajes y desenlaces, encontrarte en el vacío absoluto de no saber hacia dónde dirigirte, la soledad ante tus propias palabras y la falta de criterio personal para saber si lo que estás haciendo vale la pena o es una mierda.

-Yo la estoy leyendo y disfrutándola mucho. Está contada desde dos puntos de vista. Me parece dificilísimo ya no sólo encontrar la propia voz, sino desdoblarla. ¿Cómo lo has hecho?

No tengo ni idea. Cuando llevaba escritos unos cien folios entré en crisis y me preguntaba quién me había mandado a mí meterme en tal jardín. Los escépticos no me creerán, pero las musas existen. Me han guiado las voces de personajes que aparentemente no tienen nada que ver conmigo y que parecían moverse por sí solos. En ese sentido ha sido una experiencia mágica.

-Yo, como aspirante a novelista, te pregunto: ¿Qué diferencias hay entre escribir guiones y novelas?

En una novela estás solo, y como guionista, al menos yo, siempre he contado con compañeros que te orientan y te animan (O te hunden, pero de esos no hay tantos) En una novela no tienes ninguna limitación y esa libertad es abrumadora. Puedes hacer lo que te apetezca sin pensar en presupuestos, en sueldos de episódicos o en exceso de exteriores. Y cuando sabes que puedes hacerlo todo, te preguntas ??¿yo qué quiero hacer realmente??

-¿Qué parte de escribir «Mas allá de mí» te ha resultado más complicada?

Vencer la inseguridad, confiar en mi inspiración y mi instinto sin tirarme por tierra cada párrafo justo después de escribirlo. Encontrar el equilibrio para convencerme de que lo que estaba haciendo no era una pérdida de tiempo para los lectores, que tenía algo que aportar, algo que contar y asumir también que estoy lejos de escribir una genialidad.

-Como la narradora cuenta en la novela, ¿escribirla ha sido resultado de un cierto sufrimiento o por el contrario ha sido un disfrute?

Ambas cosas. Muchos días me levantaba eufórica, ansiosa por reunirme con mis personajes y sus historias. Otros me levantaba angustiada, convencida de que no podría encontrar salida para los laberintos en los que me había adentrado tan alegremente. Otros, directamente, no me levantaba, deseando con todas mis fuerzas que los folios restantes se escribieran solos (No ocurrió).

-Me gustan mucho tus reflexiones al cuestionar algo que todos aceptamos sin darle más vueltas, como por ejemplo el trabajo. ¿Estamos aborregados? ¿Nos han atizado con el palo del «sentido común» para que nos olvidemos de nosotros mismos?

El trabajo tiene la importancia que tiene y vivir como si fuera algo de verdad trascendente hace que todo lo demás se torne trivial. Para mí es justo al contrario. Todo lo que tiene que ver con las relaciones humanas es trascendente, ganarte la vida, incluso con un oficio que te apasione, es secundario. Hablar mucho del trabajo, sufrir por el trabajo o creer que el trabajo te define, son cosas a las que nos hemos acostumbrado que nos alejan de lo esencial. Cada uno sabe en el fondo lo que es esencial para él.

-Tu novela habla de una forma alternativa de entender la vida. ¿Es una rebelión contra el convencionalismo o simplemente una llamada a activar nuestro sentido crítico, a saber que las vías trazadas por lo «común» no son las únicas?

Nos aferramos a perpetuar este modelo; este mal llamado Estado de bienestar, probablemente conseguido a costa del malestar de otros. Escuchamos a menudo que ??la vida es así?, que ??es que esto es así?, yo insisto en que las cosas pueden ser de otra manera y en nuestras manos está demostrarlo.

-Háblanos un poco de tu carrera de guionista. ¿Cuál ha sido tu experiencia más satisfactoria?

Mi carrera de guionista empezó en el año 1993 en Canal Plus, escribiendo guiones para programas musicales. Me convencí de que no me interesaba la ficción porque me daba terror enfrentarme a la experiencia. Seguí escribiendo en programas hasta que en 2003 Globomedia me dio la oportunidad de entrar en mi primera serie. Al terminar aquella serie estuve haciendo pruebas muy malas durante casi un año hasta convertirme en una experta en pruebas (en una experta en pruebas muy malas). Tras aquel paréntesis laboral en el que llegué a plantearme que no valía para esto (sentimiento que todavía me visita), todo ha ido rodado hasta hoy. Mi experiencia más satisfactoria probablemente haya sido Camera Café. Era un trabajo divertido en el que escribíamos con libertad y además la audiencia nos apoyaba.

-¿De qué has aprendido más, de los triunfos o de los fracasos?

Imagino que de las dos cosas, aunque triunfos apenas he tenido. Pregúntame en cinco años.

-Aquí viene una pregunta puñetera. Si tuvieras que ser solo guionista o solo novelista… ¿Qué estilo de vida te gustaría más?

Me gusta trabajar con gente, aunque la lucha de egos entre guionistas a veces resulte insoportable (mi ego está guay, el problema son los otros). Por esa parte, creo que soy más feliz como guionista. Pero la intimidad, la libertad y la magia de la novela no la encuentras nunca trabajando para televisión.

-Igual solo me lo parece a mí, pero creo que en los últimos meses hay cierta dificultad para encontrar trabajo como guionista. ¿Es este un mal momento? ¿O simplemente la cantidad de aspirantes excede la demanda? El guión se ha puesto muy de moda.

Yo estoy teniendo suerte y llevo cinco años empalmando series sin tregua, pero sí veo cierta inquietud a mi alrededor que en cualquier momento me atrapará. Confío en que sea un bache, quiero creer que hay sitio para todos.

-Admitámoslo, somos muchos los guionistas que te tenemos envidia por haber escrito una novela y haberla publicado. ¿Qué podríamos hacer para acceder al mundo editorial? ¿Lo ves accesible o es igual de difícil que entrar en el entorno audiovisual para alguien ajeno?

Lo veo inaccesible y económicamente absurdo. Hay que sentir una gran pasión por la historia que se quiere contar porque ni es fácil, ni es rentable. Lo bueno es que siempre puedes escribir simultáneamente tu proyecto mientras te ganas la vida como guionista. Ganarse la vida como novelista si no eres Almudena Grandes es una quimera.

-Sé que estás muy vinculada al movimiento 15-M. ¿Qué presente y futuro crees que le aguarda?

Creo que ya no hay marcha atrás, que se ha encendido la pólvora por fin hacia un cambio político y social necesario. También encuentro problemas en cómo se está llevando el movimiento y temo que no sepamos encauzarlo. Pero empieza a brotar una conciencia común con deseos de transformación para este sistema que naufraga y que entre todos podemos reflotar. Tengo fe. Podemos conseguirlo todo en cuanto empecemos a sentirnos parte de la sociedad y a dejar de hablar de ella en tercera persona.

No me gustaría concluir esta entrevista sin recomendaros fervientemente la compra de «Mas allá de mí» y sin preguntarle a Bárbara algo a lo que últimamente le doy muchas vueltas.

-Bárbara, ¿cómo hace un guionista/escritor para conservar la motivación y hacer tantas cosas como tú? Muchas gracias.

La inestabilidad espolea la creatividad (sin llevar esto al extremo? O sí) La motivación, en mi caso, viene del cambio permanente. Trabajar en proyectos distintos con gente diferente te mantiene alerta. Creo que esta es la clave, claro, que también puede ser una gilipollez.

Gracias a ti, Ángela.

ESTAFAN A STEVE MARTIN

La crónica de la estafa a Steve Martin que publica el Times neoyorquino comienza con sorna: «Además de sus talentos para hacer comedia, escribir libros y tocar el banjo, Martin tiene buen ojo para el arte», puede leerse en la noticia de «El País»

En 2004, Steve Martin compró en la galería parisiense Cazeau-Béraudière un cuadro llamado Paisaje con caballos. Su supuesto autor era el expresionista alemán Heinrich Campendonk, uno de los pintores relacionados con el célebre círculo Der Blaue Reiter de las primeras décadas del siglo pasado. Una pieza de 1915, pintada en plena I Guerra Mundial. Por 700.000 euros, le debió de parecer una ganga. Quizá lo sería si no se tratara de una falsificación.

Por suerte para Martin, no parece que los caballos rojos terminaran de gustarle. El protagonista de El padre de la novia vendió el lienzo un par de años más tarde por 440.000 euros en la galería de subastas Christie’ s de Londres. Perdió bastante dinero, pero al menos recuperó algo de lo invertido en una pieza sin valor, producto de la fábrica de falsificaciones de un alemán llamado Wolfgang Beltracchi. En 2010, la policía de Friburgo detuvo a un cuarteto de falsificadores en las proximidades de sus lujosas residencias, acusándolos de haber estafado millones de euros a coleccionistas de todo el mundo. Los Pechstein, Ernst, Derain, Van dongen y Campendonk que habían puesto en circulación, 44 en total, salieron de los pinceles de Beltracchi.

Según el New York Times, Martin, quien no ha sido acusado de nada, dijo que él no sabía que era una falsificación ni cuando lo compró ni cuando lo vendió. «No estaba claro que fuera una falsificación hasta después de que Christie’s lo vendiera.»

El cómico no sabe si tiene alguna responsabilidad legal en la venta del cuadro; pero la galería que le vendió el cuadro le prometió responsabilizarse, si es que hay algo de que pueda ser acusado, asunto que a día de hoy es dudoso. «Tienes que estar prevenido», dijo Steve Martin, en su caso, «los falsificacores fueron bastante listos y les dieron un origen convincente, falsificaron etiquetas, y el cuadro estaba en medio de una colección de cuadros auténticos y otros falsos.»

Martin se lo ha tomado a chiste en su twitter, diciendo que le encanta la publicidad y que una vez le timaron con una ensalada alemana vegetariana que resultó ser todo jamón.

EL TALENTO ESTÁ EN LA TELE

Al menos, en Estados Unidos.

Hoy he leído este interesantísimo artículo en el blog Quinta Temporada de «El País» que habla de un documental llamado «Showrunners» y que precisamente está protagonizado por los responsables de las series más exitosas. Al parecer sus días de anonimato están tocando a su fin y están obteniendo un merecido reconocimiento.

«Si una serie de televisión fuera un equipo de fútbol, el showrunner sería su entrenador. La persona que coordina todos los elementos que componen la producción, el que se encarga de que mantega la coherencia creativa ante las presiones y el que debe dar cara ante ejecutivos de la cadena. Normalmente es el guionista que ha alumbrado la idea y con el show ya en marcha ejerce su poder desde el puesto de productor ejecutivo», afirma Miriam Lagoa en el blog.

Algunos de las brillantes mentes que hablan en este documental son Carlton Cuse, Kurt Sutter, Robert y Michelle King… todos ellos guionistas. Echo de menos a Shawn Ryan, creador de «The Shield» y uno de los escritores que más admiro.

Lo bueno de la televisión para un guionista es que es un medio en el que tiene mucho más ascendente que, por ejemplo, en el cine. Y el cine en Estados Unidos se ha devaluado tanto a manos de las franquicias, los remakes y las estupideces varias que han provocado que la tele no sólo sea el refugio glorificado de los escritores más talentosos, sino también de directores como Martin Scorsese (Boardwalk Empire), Curtis Hanson («Too Big to Fail» para HBO), Neil Jordan (Los Borgia), Michael Mann y Gus Van Sant. En este artículo del LA Times hablan de ello.

Según el artículo, «ayuda que la televisión (especialmente el cable), se ha vuelto mucho más innovador en los últimos años, con desarrollo de personajes mucho más profundos, mientras que la mayoría de los estudios han abandonado las historias más sofisticadas y de personaje en favor de las de superhéroes y piratas».

Además, la forma mayoritaria de consumir tanto cine como televisión (en casa, en un tablet, a través de Internet) hace que el cine siga perdiendo puntos en detrimento de la pequeña pantalla.

A mí me encanta el cine, pero voy una o dos veces al mes y veo series cada día. Así que para mí esta hegemonía y esta fuga de cerebros es perfectamente lógica.

¿Qué pensáis vosotros?

LOS ENAMORAMIENTOS, DE JAVIER MARÍAS

La cola de lectores que deseaban que Marías les dedicase sus libros en la feria del libro el pasado domingo era de unos veinte metros de longitud.

Anoche terminé de leer su última novela y yo, que nunca había leído ficción escrita por él, entiendo por qué.

No puedo hacer una crítica de entendida, porque no lo soy, pero sí puedo explicar por qué me ha gustado. «Los enamoramientos» es una novela absorbente y misteriosa que habla mucho más de la muerte que del amor y sin embargo no es triste, pero si irradia una melancolía con la que es muy sencillo identificarse. Es esa clase de novelas (que a mí me encantan) que expresan pensamientos parecidos a los nuestros (o a los míos, no lo puedo saber) de una forma elegante y certera. Esa para mí es una de las comuniones más perfectas entre escritor y lector: la que regala un lenguaje concreto a nuestras intuiciones, a nuestra forma de entender la vida, y lleva nuestros pensamientos más lejos gracias a los suyos. Me gusta sobre todo porque es una novela psicológica ; no podría gustarme por su trama porque, si bien la que hay es muy sugerente, si fuera una serie o una película sería claramente insuficiente.

Pero Marías tiene la capacidad de contar una historia desde el punto de vista de una mujer enamorada y a través de sus ojos desplegar una red de pensamientos, reflexiones y deseos en torno a la situación, a lo que debe pensar el hombre que ama, lo que debía pensar el hombre con cuya muerte se inicia la novela, lo que piensa la mujer que es amada por el hombre al que ella ama.

Me ha encantado entrar en la intimidad de María Dolz y créermela.

Me hubiera gustado leer más sobre el estado de enamoramiento y menos sobre la muerte, pero la relación entre ambos temas es casi de intimidad y en torno a los dos construye una novela que no es perfecta pero sí muy seductora, que se lee con compulsión y que flota dentro de la mente de uno aunque no la tenga en las manos.