Parecidos Razonables

¿Se habrán bañado los dos en el mismo pantano?

Estos tienen algo en la punta de la lengua, para mí que es una mosca…

Una sonrisa encantadora.

¡¡Ya están aquí!! Entre Frankenstein, Nosferatu y the Penguin nos van a intentar fastidiar la primavera.
¡De ninguna manera! ¡Por encima del cadáver del feo de los hermanos Jagger! Eeeh… bueno. Larga vida al Rock And Roll. Eso siempre.

Escrito Por: Esos tirititeros subvencionados

Por su interés fusilo íntegro este estupendo y necesario post sobre el cine español y las subvenciones que ha escrito mi amigo Escrito Por.

El otro día, por fin vi algo de política de alto nivel en el Senado. Sí señor. Por fin, un senador tomaba la palabra para incidir en un problema urgente que solucionar y que nos afecta a todos: el de el dinero que el gobierno «regala» a los cineastas, una casta de subvencionados. ¡A sus amigos! ¡A los titiriteros! ¡A los de la ceja de ZP! ¡Sí, a esos!

El senador Popular (del PP, no que todos le jaleen en las fiestas de los pueblos) de nombre Juan Van-Halen (no, pese al nombre, no tiene un grupo heavy, tiene un grupo Pop…ular ¡Bwa ha ha!) puso por fin los puntos sobre las íes y dejó claro al titular de Cultura en el Senado, César Antonio Molina, que el cine español «Es un cine subvencionado. Cada vez hay más españoles que no cobran subsidio de desempleo y el cine recibe un dinero generoso de las arcas públicas».

Sí señor. Y como, si no hay cifras, las cosas no parecen importantes, Van-Halen (no, no es un entrenador holandés de fútbol, él da gritos desde la banda en otros partidos), apuntó que si bien la cinematografía nacional recaudó en taquilla 81,6 millones de euros, en 2007 esta cifra alcanzó los 86,73 millones, cuando el Fondo de la Cinematografía destinó en 2008 al cine español 88 millones de euros. Vamos, que hay un desfase ahí de 1 millon y algo entre ayudas dadas y recaudación obtenida. ¡Un despiporre!

Y para no acabar así, en un frío comentar de números, dejó clara su postura con una post-data. No se vayan a creer que es simplemente esto una nota para que se mejore la difusión del cine español y así amortizar la inversión. O no se vayan a creer que lo que intentaba es avisar para que se de un impulso a la cultura y que llegue más y mejor a los españoles, ya que hacemos una inversión. No. ?l lo que quería decir es que: «Con un cine subvencionado sólo conseguiremos una secuencia de pancarta, pero no que el cine español vaya donde tenga que ir. Reflexione, proponga un debate y pregúntese por estas subvenciones, si es lo adecuado. Deje dar café para todos»

Café para todos. Secuencia de pancarta. Que dos grandes reflexiones… Al decir «de pancarta», sin querer se me ha ido la cabeza a la manifestación «a favor de la vida» y contra la ley del aborto. Esa que apoyan en el PP (pese a que ya existía el aborto legalizado en su mandato) a través de la Iglesia. La Iglesia. Que no es pancartera, ni subvencionada por el estado… sin entrar en sus ingresos de taquilla, claro.

De pronto, se me ha ido la cabeza a ese panfletillo del Lince junto al bebé. Ya no entro en que, oye, el bebé es mono pero el Lince es monísimo (y eso que el de la foto era euroasiático y no ibérico, que ya fue la primera cagada de los curillas). Entro en que, para que me impactara el mensaje (que supongo que es, sus excelencias eclesiásticas, el que «el estado ayuda poco a los niños» y no «el Lince nos importa un carajo») quizá habría funcionado mejor el pasquín con una foto de un bebé y al lado, la de un Obispo. Y el lema: «El Gobierno cuida más a los Obispos que a la infancia». Sobre todo, es que sería más honesto, sincero y real: los presupuestos generales del Estado para el 2006 destinaron para retribución de Obispos, Clero, Conferencia Episcopal, etc., en concepto de asignación a la Iglesia Católica 144,9 millones de euros, sin contar desgravaciones fiscales y demás.. Por cierto, 6 millones de euros más que el año anterior, cuando aún gobernaba el PP.

Pero es que al oír «café para todos», he pensado: Vaya expresión más castiza, oiga. Y me he ido con la cabeza a los Toros. Sí, los Toros con mayúsculas. Ya no hablamos de religión y Fe, si no de un supuesto «arte» (yo es que no lo acabo de ver, seguramente, seré tonto, como dice el Defensor del Pueblo). Y ahí, según un estudio de la Fundación Altarriba (y que el imprescindible y descacharrante blog de Chico Santamano citó en su día) el Gobierno da de ayudas a la Fiesta Nacional 564 millones de euros (sin contar ayudas a ganaderos). 500 kilos de euros en una plaza frente los 88 al cine sí que dan miedo y no los kilos de un morlaco. Por cierto, ya que en algunas procesiones de Semana Santa (que celebran la muerte… y resurrección de su Señor) planean llevar un lazo blanco por el «sí a la vida», ¿se animará algún torero, con lo creyentes que són, por llevar el lazo blanco de «sí a la vida»…?.

Pero es que cuando junto las palabras cine+subvencionados+café para todos+pancartero en el Senado, ese lugar que presidió tan molonamente Esperanza Aguirre, mi cabeza se va a otro sitio: Se va a «Sangre de Mayo».

Esa película de José Luís Garci, «Sangre de Mayo», subvencionada a dedo por la Comunidad de Madrid (es amiguito íntimo de Espe, claro) con 15 millones de euros y que ha recaudado la impresionante cifra de 738.707 euros en toda su carrera comercial. 14 millones y medio de los contribuyentes de Madrid, perdidos en una película del señorito Garci contra 1 millon y cuarto perdidos en toda la subvención al cine español del Gobierno central, en un año.

– José, ¿qué tal la pesca?

– Bieeeeen, bien… Uno así de grande he pilao, de 15 kilos.

– A mi vas a contar.

Y eso por no hablar de otras «subvenciones» a cine extranjero que hacen gobiernos como el de Valencia, amigo Juan. Que hacen falta soluciones al problema de la taquilla en el cine español: está claro. Que hay que moverse y buscar ideas: está claro. Pero «pancarteros», «café para todos» y «subvencionados»… Qué huevos tienes, Van-Halen. Qué huevos tienes.
Y no es lo más grande que tienes… pero casi.

(Para verlo con todas sus fotos, ir al enlace original.)

Soy Leyenda: Lupe Vélez

Lupe Vélez fue una actriz mexicana que trabajó a principios del sonoro, haciendo comedias para la RKO. Hija de una prostituta, su carácter y su físico la conviritieron pronto en una estrella. Se ligó a Gary Cooper y se rumorea que a Charles Chaplin. Se casó con Tarzán Weissmuller. Y sin embargo, ni su trabajo ni sus amantes tienen nada que ver con su leyenda. Fue su muerte lo que la encumbró en el olimpo del bizarrismo cinematográfico. (Qué bonito, ¿verdad?).

Esta es la versión creativa y bellamente redactada de la wikipedia.

En 1944 queda embarazada de su último amante, el actor austriaco Harald Ramond. Ante la negativa de Ramond de casarse con ella, Vélez decide suicidarse (hay que recordar que en aquella época ser madre soltera era algo socialmente inaceptable que habría puesto fin a su carrera). El 13 de diciembre de 1944 Lupe Vélez organiza una fiesta. Durante la cena inventa una excusa y se retira a su cuarto. Allí se desnuda, ingiere una dosis mortal de seconal y se tumba en su cama, rodeada de una gran cantidad de flores. Su intención es que su cadáver forme una imagen hermosa cuando lo encuentren (se había maquillado y había depilado su vello púbico dándole forma de corazón). Sin embargo, la combinación de fármacos y el alcohol ingerido durante la cena la hacen sentirse indispuesta. Debido a las arcadas, se levanta para ir al baño. Vomita antes de llegar a la taza. Pisa su propio vómito y resbala, dándose en la cabeza con el lavabo y cayendo inconsciente en la taza, donde perecería ahogada y con el maquillaje desfigurado por el agua. Los restos mortales de Lupe Vélez están depositados en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón de Dolores de la ciudad de México.

Así lo cuenta Kenneth Anger en el I Volumen de Hollywood Babilonia.

En 1944, endeudada hasta el cuello y embarazada de su más reciente amante, Harald Ramond, Lupe decidió escenificar con sumo cuidado la última noche de su vida. Encargó un inmeso ramo de flores e invitó a dos amigas a la ?ltima Cena y luego, a las tres de la mañana, se quedó sola en su falsa hacienda de Rodeo Drive. El dormitorio era un mar de nardos y gardenias; resplandecían las llamas de varias docenas de velas. Vestida de lamé plateado, la Lupe se instaló en aquel altar, escribió una nota de despedida al padre del feto, abrió un frasco de Seconal y se zampó las setenta y cinco bolitas. Entrelazó las manos en ademán de plegaria y se tendió en la cama escenificando así lo que ella vería como una imagen fotográfica final de exquisita belleza. Esperó que el medicamento hiciese efecto imaginando los periódicos del día siguiente con su inmaculada imagen en portada. Pero el Seconal no quiso mezclarse bien con la picante ?ltima Cena. Lupe empezó a sentir retortijones y a vomitar, dejando una hedionda estela de vómito desde la cama hasta el baño, donde resbaló en las baldosas y cayó dándose de cabeza contra el borde del lavabo. A la mañana siguiente el cadáver fue descubierto por Juanita, la doncella. La imagen no era bella ni cautivadora.

¿Qué se podría decir de esta historia, al margen de los detalles? Yo creo que al mirar «ironía» en el diccionario debería aparecer la foto de Lupe, maquillada o con tropezones si se quiere.

Su historia encierra varias enseñanzas morales, siendo la más importante de ellas «no mezclarás Seconal con Fajitas.» En exclusiva, y por primera vez en Internet (y en todas partes), el contenido de la nota de Lupe a su amante austrohúngaro, también conocido como Harald Maresch. (He comprado el original en ebay. Lo iba a escanear, pero se me ha estropeado la máquina con los restos fosilizados de vómito. )

«Querido Harald:
Agoto mis últimas horas de vida en medio de una pavorosa tristeza. Hay guacamole en la nevera.
Siempre tuya,

Lupe.»

Siendo sincera os confesaré que hay varias notas para Harald circulando por ebay, y forzosamente alguna tendrá que ser apócrifa. Agradecería enormemente al propietario o propietaria de la nota auténtica que consigne su contenido en los comentarios de esta entrada.

¿Quieres deshacerte de tus seres queridos?

¿Eres un tío o una tía antipático? ¿Vivirías en Marte con tal de no escuchar los graznidos de tu suegra? ¿Te fastidia preguntar direcciones en la calle, o dónde están los servicios? ¿Te vas a comprar al lejano supermercado, sólo por el privilegio de conseguir víveres sin desplegar los labios? ¿Te da pereza llamar al personal en los cumpleaños, dar pésames y asistir a eventos sociales? ¿Felicitar las Navidades te da casi tanta úlcera como tener conversaciones triviales con los vecinos? ¿Decirle a tu novia que la quieres te supone un reflujo esofágico? ¿Te irías a la guerra antes que a una boda? ¿Envidias la orfandad de Oliver Twist? ¿La soledad del Conde de Montecristo? ¿Tu película favorita es «Tira a Mamá del tren» y te encanta jugar al solitario? ¿Odias profundamente al ser humano?

Si hay predominio de respuestas afirmativas, estás de suerte. «El Juego de tu vida» es la respuesta a todos tus problemas. Con sólo dedicarle unas horas de tu vida a este concurso podrás convertirte en el kamikaze social que siempre soñarte ser, deshacerte de tu engorrosa familia, amigos y seres queridos y además, ganarte un buen dinero. Puede ser que en el camino les humilles un poco, pero eso es lo de menos. Y en cuanto al mal rato que (quizá) puedas pasar admitiendo tus pecadillos, cualquier castigo es ínfimo comparado con la tortura constante de vivir en sociedad.

Llama ahora. Quién les necesita.

Por si fuera poco, cada pregunta está realizada como un western moderno. Se nota la influencia de Sergio Leone en el montaje, en la intensidad de los primeros planos, y alternancia de rostros repletos de tensión, ira y desconcierto. Y para culminar, un top ten de las diez mejores preguntas comentadas en el programa de Arús. Yo me quedo con la de quedar con tus amigos para masturbarte en una caseta de perro. Imprescindible.

¿Qué opinión os merece el programa?

Watchmen: raro, raro

Un superhéroe azul que va desnudo y cambia de tamaño y lleva una diana en la frente.

Un comediante malvado.

Un fulano que tiene una máscara con las formas cambiantes de un test de Rorscharch.

Una superheroína que va vestida de prostituta ochentera.

Un mazas venido a menos que viaja en un huevo.

Un superhéroe que es un cruce entre David Bowie y Terence Stamp.

Han pasado un par de días y todavía no estoy muy segura de qué pienso de Watchmen. Advierto: yo no he leído nada del cómic, y la verdad es que me esperaba algo bastante más clásico, y por qué no decirlo, bastante más entretenido. Todo en Watchmen es excesivo: su metraje, sus pretensiones, sus excentricidad.

¿Qué me gusta de Watchmen?

El reparto. La mayoría de los diálogos. Las charlas taxidriverescas del diario de Kovacs. El caractér melancólico de Dr. Manhattan. La agresividad sin ambages de Rorscharch. La elegancia suficiente de Ozymandias. La soledad de los superhéroes. La audacia de mostrarlos «humanizados», viviendo existencias llenas de miserias y mediocridades, la valentía de presentarlos como seres crueles, ambiciosos y veleidosos. La intención de hacer una peli de personajes y sentimientos de superhéroes. (Me imagino que eso estaría en el cómic.)

¿Qué no me gusta?

El metraje. Las continuas digresiones del relato principal, tan frecuentes y tan largas que te pasas la mitad de la peli pensando en qué estás viendo, de dónde viene, adónde va, si existe Dios, si Dr. Manhattan compra condones de colores. El rollo sentimental en ocasiones cae en el ridículo, como por ejemplo el sexo en la nave de Dreiberg, con el Allelujah de Cohen de fondo. Las canciones, aunque son temazos, como bien dice Josmachine en este post que os recomiendo, distraen mucho y le quieren conferir un status de seriedad acorde con la intención de la peli, es decir, hacer cine de autor con los mimbres de una cinta de superhéroes. Estéticamente, y sin conocer el cómic, no me acaba de convencer, y las charlas trascendentales en Marte, aparte de que bordean la grandilocuencia más plasta, recuerdan a las cuadros horteras dibujados con aerógrafo que se venden en las playas. El personaje de Laurie Akerman/Silk Spectre II parece un anuncio de Pantene de mal rollo, puesto que se pasa la peli dando patadas y paseando su melena a cámara lenta en plan «En diez días me cargo a un huevo de villanos y además el pelo me brilla que es un lujo.»

En definitiva, lo que más me gusta de Watchmen (su intención de hacer una película de superhéroes basándose en los personajes y en las relaciones entre ellos) es también lo que me provoca rechazo porque creo que no lo consigue, ni es cine de autor ni es cine comercial. Es una apuesta arriesgada, pero algo fallida, al menos para mí. Por supuesto, es una peli interesante, pero el relato es muy largo, muy desequilibrado, muy disperso, y sí, amigos, raro, raro.

La Pareja más Absurda de la Historia del Cine

Acabo de ver «Los Crímenes de Oxford» y creo que Elijah Wood y Leonor Watling son la pareja más absurda de la historia del cine. Ella es demasiada mujer para él, que parece recién salido de un nenúfar.

Cuando están en la cama y ella le está besando parece que le va a engullir, o que le va a golpear con su poderosa pechera y le va a dejar inconsciente.

Me hace pensar en gigantismo, en Roberto Dueñas comiéndose un petit suisse.

Por no hablar de la escena «erótica» con la chica llevando un delantal y nada más. Por mucho que sea una mujer bellísima da un poco de cosica, como si fuera una versión mejorada de la Pornochacha (¡Ahora con Thermomix!). Y luego encima Elijah le tira los espaguetis sobre la pechera (del delantal) y empieza a comérselos mientras se ríen exageradamente, y él dice: «Este momento es perfecto.» En realidad debería decir «este momento da vergüenza ajena», igual que la primera escena en la que se enrollan, en la que Leonor exhibe toda su artillería ante el hobbit y se van cayendo de los muebles (¿por qué?) y también les hace mucha gracia.
Debe de ser que la quintaesencia del amor es reírse exageradamente, perder el control de la motricidad y comer directamente sobre la piel de la persona amada. Esta bonita imagen corresponde a la primera escena: se conocen jugando al squash y parece que Leonor se va a limpiar el sudor de la frente con el pobre chaval antes de arrugarlo y metérselo en el bolsillo. Para morirse de miedo.

Además, me atrevo a cuestionar su historia de amor, porque cuando están enrollándose, Elijah empieza a pensar en Seldom, un carismático profesor interpretado por John Hurt, y se pone a soltar hipotésis dejando a la pobre chica en combinación y con cara de «ésta es la última vez que me enrollo con un intelectual.»

Es decir, su dinámica de pareja es que mientras lo hacen él piensa en cadáveres y en un viejo. No sé si ella piensa en un anillo para gobernarlos a todos, si es una pederasta reprimida, si desea traer al mundo un niño igualito que su padre (literalmente) o si simplemente en Oxford no hay mucho donde elegir.

Mucha gente me había dicho que la peli era tremenda y aunque no me entusiasma, creo que es entretenida y original, si no fuera por la trama de estos dos amantes imposibles y su falta de química. Cosa de las coproducciones, supongo. Pensando en esta anti-pareja me he acordado de las parejas maravillosas que ha dado el cine, algunas simplemente… son.



¿Se os ocurren más ejemplos de parejas absurdas y perfectas?