EL TRAILER: LOOPER

Looper llega hoy a los cines. Han maquillado a Joseph Gordon Levitt para que se parezca a Bruce Willis (su yo del futuro) y tiene una pinta bastante bizarra, pero por lo demás, parece que puede ser un peliculón.

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ANÁLISIS DE GUI?N: MAGIC MIKE

Ayer vi «Magic Mike». Pensaba que sería un feel good con chicos guapetes, al estilo de «El Bar Coyote» y que sería un pasatiempo interesante para la noche del sábado. Pero no. «Magic Mike» es uno de esos temidos «retratos psicológicos» con moralina, totalmente fallido.

Espoilers a partir de este punto.

Argumento

Tampa, EEUU. Mike es un buen chico, emprendedor, guapo, que baila muy bien, repara autos, pone tejas y tiene una actitud de ganador. Su sueño es montar un negocio de muebles artesanos por encargo, y para ello ahorra sumando todos sus trabajos. Al que le dedica más tiempo es al de ser stripper en el local de Dallas, su jefe, un narcisista que le considera su mejor hombre. Trabajando en una obra, Mike conoce a un chico algo desaliñado y perdido, llamado Adam, a quien luego se encuentra en la puerta de bareto. Adam le pide que le deje entrar con él. Adam descubre cómo Mike hace de gancho para llevar mujeres a un local de strippers masculinos, y los dos acaban en el local de Dallas. Ante la repentina baja de uno de los bailarines, Adam se despelota y las señoras se entusiasman.

A medida que Adam se involucra en el negocio, van surgiendo los problemas, porque descontrola con el alcohol y le atrae el dinero fácil. Pero Mike le promete a su hermana, Brooke, una chica sensata con un novio muy aburrido, que cuidará de él. Pero Adam sigue metiéndose en problemas. Adquiere una deuda con un traficante, y rivaliza con Mike por el aprecio de Dallas. La amistad entre Brooke y Mike se estrecha, él sabe que ella tiene novia y él se ve con Joanna, a la que llama cuando le apetece acostarse con alguien. Dallas quiere que el negocio crezca e invierte en un local enorme en Miami: comparte la noticia eufórico con todos sus chicos, con el traslado serán más grandes y más ricos.

La hermana represora, dice que no le parece bien. Encima, poco después Adam amanece comatoso en casa de Mike, y Brooke se enfada con él por haber dejado que su hermano se pusiera tan ciego. Después, aparecen unos matones en casa de Mike, buscando a Adam para partirle las piernas por la deuda. Mike paga, fundiéndose sus ahorros, y descubre que Dallas ha hecho socio a Adam. También descubre que Joanna tiene un prometido y que va a casarse. Asqueado por su jefe, su amigo y su vida, decide que lo deja, no se va a Miami. Va a hablar con Brooke, le dice que no va a Miami, que lo deja. Ella, complacidada por su decisión de dejar los tangas de lentejuelas, le dice que ha roto con su novio, y le pide que pasen la noche juntos.

FIN.

Problemas de caracterización y motivación

Hay un enorme problema en la caracterización y la motivación de ls personajes. Si un personaje no está caracterizado y motivado, no hay empatía, y si no hay empatía, una película se ve desde el aburrimiento más absoluto.

Mike, a quien hemos visto amanecer en la cama con dos mujeres, se presenta en una obra. El capataz le quiere esquilmar pero él le saca algo más de dinero por hora. El capataz confía en él. Es un chico trabajador, y de fiar. Es un buen chico, y trabaja mucho para poder ser su jefe algún día. Es divertido, simpático, generoso, sexy. No es una presentación magistral, pero es pasable.

Adam conoce a Mike en la obra. Mike le enseña, Adam se muestra pasota y vago, y el capataz le sorprende cogiendo una lata más de pepsi y se disgusta con él. Adam se queda sin trabajo. Afortunadamente, gracias a su encuentro fortuito, Mike le lleva a su mundo. Lo hace a pesar de su conocido es un pasota robapepsis sin más gracia que la de ser físicamente atractivo (que sí explica que le quiera reclutar para el negocio.)

Creo que es muy mala idea presentar a un protagonista como un tonto a las tres, sin meta alguna, pasota, egoísta y ladrón, y encima ladrón de una lamentable lata de pepsi. ¿Por qué? Porque un tío guapo pero vago sin ningún talento, virtud o capacidad especial no le cae bien a nadie: es un gilipollas sin carácter que confía en que el resto del mundo le saque las castañas del fuego, y cuyas iniciativas sólo están encaminadas a meterse en líos. Está muy claro que Adam es una excusa del guionista para conseguir dos cosas: unir sentimentalmente a Brooke con Mike, y para cagarla más y más para ponerle las cosas más difíciles al protagonista, forzándole a un cambio de vida.

Odio todo.

Brooke, la hermana, ocupa el rol de la represión. Al grito de «me preocupo por mi hermano» es una chica guapa a la que todo le parece fatal. Sin embargo, a pesar de ser un limón, a Mike le gusta, ¿Por qué? porque es guapa y es la hermana de su colega. Inicialmente se la presenta como una «secretaria de enfermeras», tarea administrativa que reside en hacerle papeleos a enfermera. Tan rebuscada profesión no tiene más interés o propósito que mostrarla con su aburrido novio Paul, abogado del sector médico. (Tiene pinta de residuo de una versión temprana del guión.) Del mismo modo, Brooke es la percha sentimental que hará ver a Mike que su vida está MAL. A pesar de ser antipática, gris y no tener ningún objetivo claro más allá de mantener a su hermano fuera de la Clínica Mayo, a Mike le gusta.

Vaguear

Encuentro aspectos que (siempre en mi opinión) delatan demasiadas reescrituras y mucho cansancio, no saber aprovechar el material que hay entre manos o simplemente no saber contar bien las cosas. No tiene sentido que Brooke tenga un novio pijo y soso si luego desaparece sin que Mike tenga nada que ver, ni que a Brooke se le plantee el dilema de escoger entre su novio formal y el cachondo stripper con buen corazón (a mí me encantaría ver esa película).

Se nota que tiene novio al principio porque al guionista le conviene, y que no lo tiene al final por la misma razón. Otro tanto sucede con Joanna, la pretendienta bisexual de Mike, a la que llama en plan «booty call» y que se percibe como un rollo sin más. Al encontrarla en un restaurante con su prometido, cuya existencia ignoraba, Mike reacciona como una dama victoriana, como si comiesen todos los domingos en casa de los padres de ella. Para un tío stripper que se acuesta con las tías a pares, es una reacción infantil, y sobre todo, completamente incoherente con su relación con ella. (¿Acaso no está enamorado de Brooke?).

Así pues, en «Magic Mike» los personajes no son personas, son muñequitos de futbolín que sólo sirven para dar patadas a la bola que el guionista pone en juego, y por eso se ve con cierto aburrimiento, solo amenizado por los bailes de los chicos.

Pero lo que más me fastidia es la perversidad del mensaje: cuando Magic Mike se da cuenta de que quiere dejar de ser stripper, su amada la sosa le premia abriéndole su corazón. Esta conclusión, aparte de estar sobadísima y ser muy previsible, es de una moralina lamentable y represora. Parece querer decir que solo hay una forma de vivir y de hacer las cosas y esa forma es no enseñar el culo. Resulta bastante paradójico vender la película exaltando el atractivo y la energía de unos strippers para acabar diciéndole al espectador: eso que te ha hecho pagar tu entrada es malo.

Esto es lo que pienso de la moralina final de Magic Mike:

Por suerte, al menos están los bailes de Channing Tatum; no lo digo sólo porque sea guapo (que lo es) sino porque sabe bailar.

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FRANKENWEENIE

El trailer de este viernes es el de Frankenweenie (2012), la nueva peli de animación de Tim Burton.

Aunque en este caso a lo de «nueva» habría que ponerle comillas. Está inspirado y en buena parte trasliterado del mediometraje del mismo título que Burton rodó hace casi treinta años, en 1984, con una duración de 29 minutos y un abultado presupuesto de un millón de dólares. Cuando yo era super fan de Burton oí hablar mucho de este film, pero claro, en aquella época no había youtube y no he podido verlo hasta ahora. Con ustedes, Frankenweenie (1984), el germen en acción real de su remake animado.

Merece la pena ver el original por puro amor al pasado. Sin ser una obra maestra, es un homenaje al cine clásico y tiene varias estrellas que seguramente te recuerden a tu infancia tanto como a mí. Shelley Duvall hace de la mamá de Victor, el niño que devuelve a su perro a la vida, electrizándole como Victor Frankenstein a su criatura. Este niño es Barret Oliver, el protagonista de «la Historia Interminable», que nunca volvió a ser tan famoso como lo fue entonces. También está Jason Hervey, al que recordaréis de (otro viaje al pasado) «Aquellos maravillosos años». Y la sorpresa absoluta es la niña que fuerza a su Barbie a hacer ejercicio: Sofia Coppola.

Puede que ahora mismo la historia de un niño que revive a su perro de entre los muertos sea original, pero Burton, cansado quizá de hacer películas bastante anodinas (es mi opinión) desde Big Fish, ha vuelto a sí mismo, a su primera etapa, para extender un corto de hace la tira de años. Puede que sea crisis creativa, puede que volver a su pasado sea lo mejor que puede hacer. Puede que para cambiar de vez en cuando haga falta recordar. No lo sé. Habrá que ver la peli para opinar.

El corto y la película tienen en común el amor por el cine clásico, y más concretamente, por los títulos míticos del cine de monstruos en blanco y negro, con partituras abigarradas y fotografía expresionista.

Imagen de Frankenweenie.

Elsa Lanchester en "La Novia de Frankenstein".

Me encanta la idea de que un corto rodado en los ochenta traiga sensaciones de los años cuarenta, y también que una película del 2012 evoque a su vez a ese corto y a los clásicos del cine de horror. Estas dos obras comunican a los espectadores que estábamos hace treinta, veinte años, con los nuevos, con los que seguimos aquí, y también con los que ya no están. Historia del Cine.

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TIME LAPSE

Terra Sacra Time Lapses from Sean F. White on Vimeo.

por Ángela Armero

Me encanta la técnica fotográfica conocida como time lapse y desde hace algunos años soy una fanática-pero-lamentablemente-amateur realizadora de timelapses bastante cutres, pero me da igual, porque me divierte mucho experimentar con ellos. Los he hecho de varias formas: con una cámara compacta, con el teléfono móvil, de cenas, de atardeceres, de nubes, de personas, de pingüinos. Esta forma de crear vídeos, como seguro que casi todos sabéis, consiste en «en la captación de imágenes fijas que después son reproducidas a una velocidad mayor a la que fueron tomadas», según la wikipedia, es muy estética y además me recuerda al trabajo del guionista.

Un timelapse no es más que una selección de imágenes, de momentos, para contar algo, generalmente en torno a un objeto, paisaje o persona fijo mientras el fondo o propio sujeto cambia. Nuestro trabajo también consiste en escoger los momentos que mejor y de forma más concreta (y a poder ser artística) narran una historia. De hecho, un timelapse se parece mucho a una escaleta en tanto en cuanto se elige el marco temporal y el espacio concreto para tomar cada fotografía y se ordena esa sucesión de vistas para contar algo.

Lo que me encanta de esta técnica es que ofrece una forma alternativa y sin embargo real de observar el mundo. Del mismo modo que en la vida real la «observación del natural en directo» es engañosa, el tiempo ofrece, con el paso de los años, una perspectiva mucho más acertada (si dejamos aparte las traiciones de la memoria, por supuesto.) El timelapse, como muchas buenas películas, ofrece un nuevo punto de vista que sería inaccesible a nuestros ojos.

Porque si es difícil ver cómo crece un árbol, también lo es asistir al desamor de una pareja o entender la corrupción en una empresa a menos de que se disponga de tiempo y de la atención para señalar los «hitos» más significativos en esas historias.

Por eso es imprescindible manejar el tiempo en nuestros guiones, porque sin tiempo no hay historia, y conviene ser meticuloso en este diseño temporal. Una vez más, los manuales tienen razón cuando exigen al autor de un guión decidir o planear en cuánto tiempo transcurre la narración como parte de una preparación básica, y que debería quedar establecida en la escaleta. El tiempo lo es todo, es más importante que la identidad, porque la identidad cambia con el tiempo.

Elvis Presley, 1956.

El último concierto de Elvis Presley, el 26 de Junio de 1977.

El tiempo lo es todo, porque define la historia y muchas veces el género («A la hora señalada» y «24» son dos historias pioneras en la narración en «tiempo real» y las dos son thrillers), y porque nuestra peli cambia mucho según donde escojamos poner el punto final. Puede ser una comedia romántica si acaba en boda (como tantos miles de ellas) o un drama descorazonador si contamos lo que pasa después de ese momento feliz en por ejemplo, «Kramer contra Kramer». «Million Dollar Baby» podría ser la típica película sobre superación a lo Billy Elliott si finalizara con el triunfo de la chica, pero su desenlace cambia completamente la perspectiva e incluso el sentido de la narración. ¿Dónde cortamos el relato? y ¿Cuánto tiempo le damos, dentro de la ficción y fuera de ella? son preguntas que van unidas y que hemos de poder responder. Eso es lo que diferencia al cine de otras artes que se experimentan de forma más personal o subjetiva: la obra sucede ante tus ojos cada vez que le das al play, y por eso el tiempo es una herramienta más del cineasta.

Es tedioso pensar en días y en horas y en meses y semanas, pero es necesario y aunque cuesta, casi siempre suele venir en nuestra ayuda, ya que todo lo que nos ayude a conseguir aspecto de realidad dará como resultado una obra mejor. ¡Qué grandes momentos da el tiempo!, o como dicen las madres, ¡la vida da muchas vueltas! (Vídeo del final de Doctor Zhivago. Ojo, espoiler.)

Me gustaría escribir guiones que fueran como un buen time lapse. Me gustaría poder contar una historia como lo hace esta técnica: mostrando la vida secreta de  las cosas, los lugares y las personas.

Antes de despedirme, me voy a marcar un «por cierto». Mi curso para aprender a escribir guiones de televisión comienza el 8 de Octubre en Hotel Kafka, y el de Bloguionistas, el 24 de Octubre. Más información en los enlaces.

Publicado originalmente en Bloguionistas el 7 de Septiembre de 2012.