STEVE JOBS, 1955-2011

Michael Jackson y Steve Jobs deben estar haciendo algo realmente gordo ahí arriba.

Creo que a su manera, los dos eran grandes «entertainers».

Sé que hay mucha gente que detesta a Jobs y a Apple, pero a mí me da igual. Yo soy una admiradora convencida y desde hace muchos años. Incluso desde la época en la que realmente no era demasiado práctico tener un mac en vez de un Pc. Mi padre me regaló este ordenador (bueno, uno como éste) con 17 años y en esa máquina escribí mis primeros textos profesionales, también los de la escuela de cine.

En ese primer mac también pasé horas en el messenger (qué vintage), escribí emails trascendentales (para mí lo eran) y sobre todo, me conectaba a Internet a través del router telefónico que parecía emitir una ruta misteriosa de contraseñas guturales, distinta cada vez, un proceso que a veces fallaba, como si fuera el lanzamiento de un cohete especial. Casi quince años después, estar conectado es algo tan natural como respirar.

Con Steve Wozniak, cofundador de Apple.

A ese mac le han seguido varios. Unos han durado mucho tiempo, otros menos. Mi madre ha heredado uno que milagrosamente aún dura. Tengo un Ipod, tengo un Iphone y me regalaron un Ipad. En casa tengo dos ordenadores Mac. Supongo que ese inventario me convierte en una adicta, pero para un guionista un ordenador es un objeto con el que establecemos una relación muy íntima y más vale que te guste, si tienes que llevártelo a casa, llevártelo de viaje, vivir momentos de triunfo y otros de derrota.

Lo mejor que ha hecho Apple por mí es poder incorporar la belleza a mi vida diaria.

Y creo que eso no es algo superficial. De una forma o de otra, nos pasamos la vida persiguiéndola y a mí por ejemplo me disgusta bastante el Pc de la oficina. Porque es viejo, funciona mal, es feo, el ventilador no cesa nunca, sólo permite mantener dos ventanas abiertas en el navegador y se cuelga varias veces al día. Con esto no quiero decir que el sistema sea malo, ni que un PC moderno y bueno no pueda ser estupendo. Pero si puedo comprarme un mac, lo siento, no me lo voy a llevar a casa.

«Ese es uno de mis mantras: concreción y simplicidad. Lo simple puede ser más complejo: tienes que trabajar muy duro para depurar tu pensamiento y hacerlo simple. Pero merece la pena, porque una vez lo consigues, puedes mover montañas», dijo.

Aparte de lo que Apple ha hecho por mí (y pensándolo bien, lo que yo he hecho por la marca), Jobs también dio vida a Pixar, comprándosela a George Lucas cuando no era nada. Invirtió mucho en ella hasta convertirla en lo que es ahora.  Además, creo que Jobs era un magnífico orador, una persona capaz de inspirar y motivar a millones. Esta es una época cínica en la que se reverencia una forma de fama estúpida y pasajera. Evidentemente, Jobs es un icono del consumo pero también de la belleza y la innovación. Ya había visto su discurso de Stanford, pero me parece magnífico.

Decía cosas como éstas:

«No puedes conectar los puntos mirando hacia delante; sólo puedes hacerlo mirando hacia el pasado. Así que tienes que confiar en que los puntos, de algún modo, conectarán en el futuro. Tienes que confiar en algo- tus instintos, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque jamás me ha fallado y ha marcado una diferencia fundamental en mi vida.»

Este es el vídeo, que supongo que ya habréis visto, si no es así, lo recomiendo.

Requiere mucha valentía vivir obedeciendo a tu voz interior, y supongo que hacerlo sin cierta dosis de talento o de confianza ciega en uno mismo, o ambas cosas a la vez, es una temeridad. Pero es admirable que alguien pase en la tierra 56 años y haya cambiado e inspirado las vidas de tantas personas.

EL CASO TINIEBLAS

Tinieblas González.

El otro día ví la rueda de prensa de Tinieblas González en Youtube. La hora y siete minutos que dura. Este es el vídeo:

Recomiendo su visionado por varias razones a cualquiera que esté interesado en el negocio del cine. A los que trabajamos en él por simple solidaridad y a aquellos que quieran trabajar en la industria porque me parece que es saludable y didáctico que sepan lo que les espera.

Ser guionista requiere paciencia, tenacidad y esfuerzo, pero creo que dirigir largometrajes en este país exige, además, una determinación absoluta. Y es por batallas como las que cuenta Tinieblas, también por otras no menores ni mayores, sino distintas.

Resumo la comparecencia de Tinieblas. Relata al detalle cómo, después del rodaje de su película «Almas Sin Dueño», la productora Alma Ata le robó su film, «violó su película» (sic), efectuando el montaje y los procesos de posproducción en condiciones ínfimas y todo sin contar con él. Pero eso no es lo peor. Cuenta que la productora infló el presupuesto para poder optar a más dinero público, que emitió facturas falsas haciéndose pasar por su productora (la propia de Tinieblas, coproductora del film robado), intentando cobrar, por ejemplo, de ETB, y que calcula que de las subvenciones concedidas a su proyecto, los productores se embolsaron al menos 300.000 euros, originalmente destinados a acabar la película en condiciones. Cuenta que la estrenaron de tapadillo en una sala para poder cobrar más subvenciones y que recaudó 92 euros, por lo que los beneficios no salen de la exhibición de la película, sino de las subvenciones logradas.

Según Tinieblas, esto explica por qué algunos productores tienen varias casas y coches de lujo. Según González, el cine español está prostituido porque el 80% de las películas se hacen en estas condiciones; afirma que hay muchos directores que son cómplices de este sistema y que no denuncian el fraude. Se presenta a sí mismo como un director engañado por una productora que, lejos de estar interesada en su cine, le ha utilizado para conseguir un suculento botín.

Y ya para rematar insta a los espectadores a no pagar por ver cine español, puesto que ya está pagado con sus impuestos.

¿Qué opino de este espinoso asunto?

Creo que hace bien en contar su experiencia pero que ha cometido varios errores. El primero, generalizar demasiado. El segundo, instar a que la gente no pague por ver cine español. El tercero, alimentar con esos titulares los argumentos de gente que, al contrario que él, odia el cine.

Por partes. Creo que hacer esa generalización es dañino. Yo no puedo hablar de porcentajes, pero me parece injusto que los productores que se pelean por levantar una película tengan que ser tomados necesariamente por delincuentes. Puede que haya muchos sinvergüenzas (como en todos los sectores), pero año tras año, aparecen nuevos talentos en el cine español. ¿Quién está detrás de esas promesas, o de esas realidades? Las productoras, y no vampiros que le sacan la sangre a un incauto o una incauta para comprarse BMWs; empresarios que creen en el cine y que trabajan muy duro por hacer obras de calidad. Si hay algo que la opinión pública de este país no necesita son más prejuicios.

En cuanto al asunto de no pagar por ver cine español, creo que es una memez enorme. Eso, en la práctica, supondría la muerte del cine español a corto plazo. Si pide que no se pague, está atacando a su financión principal, las subvenciones; es decir, que está en contra del apoyo público al cine, porque de otra forma no se puede explicar su opinión.

Me parece que si su carrera hubiera sido distinta, dificílmente reclamaría eso. Me imagino (no lo sé) que sus cortos estarían subvencionados, y que, aunque haya caído en manos de unos desaprensivos, bien podría haber trabajado con otros y terminar su película gracias al dinero público.

Es decir, que Tinieblas hace unas extrapolaciones terribles e injustas. Cuando el dinero público me permite hacer cortos que triunfan, son estupendas. Pero cuando las subvenciones se convierten en la desaparición de mi película, entonces son dañinas.

Las subvenciones no son dañinas. Los bandidos que se las guardan en el bolsillo si lo son. Hay productores que son unos bandidos, pero no todos los productores lo son. Evidentemente, cada uno puede opinar lo que quiera sobre el hecho de que el cine se financie con dinero público. Yo estoy a favor de que un país invierta en su cultura. Y no solo por el arte en sí, sino porque el cine genera muchísimo empleo.

En cuanto a la denuncia que hace de otros directores, pienso que si él fue engañado, probablemente lo serían muchos otros. Por un lado, le aplaudo la valentía de «tirar de la manta», aunque como ya he dicho sus formas y opiniones me parecen desafortunadas. ?l ha revelado su verdad, pero me pregunto qué habría hecho si el proceso hubiera sido menos tortuoso. Es decir, si no le hubieran desposeído totalmente de su película, ¿habría dicho algo del presupuesto inflado? Si el montaje y la posproducción de la productora hubiera encandilado a Filmax, ¿hubiera sido tan claro en su denuncia?

Es difícil imaginar que se le hagan más faenas a una persona, pero el mundo está lleno de grises. ¿Qué tenemos que pensar? ¿Que la mayoría de directores son como damas burladas que se dejan mancillar a cambio de hacer su película? Creo que la cuestión es mucho más compleja y que Tinieblas habla por los directores, por los productores y por el cine español y que debería hablar únicamente de sí mismo, de su historia y de lo que le ha pasado con esta productora en concreto.

En definitiva, me solidarizo con él y con lo que ha tenido que pasar. Admiro su valentía y su coherencia. Sin embargo, creo que tanto los directores y productores de cine honestos, los que aman las películas, que pasan un mínimo de dos años luchando a caraperro por levantar sus proyectos, no merecen el apelativo de putos, bandidos o ladrones.

Si Tinieblas hubiera sido atracado por un ciudadano de Corea y dijera en una rueda de prensa que todos los coreanos son unos mangantes, nos estaríamos subiendo por las paredes.

Si queréis leer otra opinión sobre el asunto: la de Sergio Barrejón en Bloguionistas.

EDDIE MURPHY PARA LOS OSCARS: A FAVOR O EN CONTRA

Ya es oficial. Eddie Murphy va a presentar los ?scars y la controversia no ha tardado en llegar. Quizá el nombre del director de la ceremonia, Brett Ratner, padre de criaturas como «Hora Punta 2» e incluso «Hora Punta 3» ya despertaba algunas reticencias, pero su apoyo a Murphy ha sido el pistoletazo de salida de muchas críticas.

Yo lo digo claramente. Estoy totalmente a favor de que Eddie Murphy presente la gala. Ya veremos si es gracioso o no, pero con poco esfuerzo tendrá más salero que los sosainas del año pasado. Es verdad que en los últimos años la carrera de Murphy no está en su mejor momento, pues ha interpretado a Norbit y ha puesto la voz al burro de Shrek, pero hace no tanto Murphy fue uno de los reyes de Hollywood; el Will Smith de su momento. Probablemente los que cargan contra él son demasiado jóvenes para haber visto ese clásico para mí imprescindible que es «EL PRÍNCIPE DE ZAMUNDA»,

la fábula moral bienintencionada «ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO», la gran aventura «EL CHICO DE ORO» o la clásica «LÍMITE 48 HORAS». Hay que remontarse a 1999 para rescatar el que para mí es su último trabajo decente como protagonista: la comedia de culto «BOWFINGER», dirigida por Steve Martin, que contiene un momento de los mejores que yo recuerde. Este:

No sólo creo que Murphy sea grande (o lo fuera hace no tanto y por tanto se merezca una segunda oportunidad) por sus bombazos de los ochenta, sino porque antes de ser una estrella de Hollywood era un grandísimo stand up comedian. Y aquí está la prueba, los vídeos de su show «Delirious», una auténtica maravilla que no os podéis perder (es buenísimo el fragmento entre el minuto 12 y el 18, en el que habla de varios cantantes, e imita a Michael Jackson, Elvis Presley o James Brown). Vale, está también el Eddie Murphy del Vampiro de Brooklyn y el de Pluto Nash, pero creo que esta ceremonia puede ser el Tarantino que el Travolta que hay en Murphy necesita.

Si es que eso tiene algún sentido.

¿Y vosotros qué opináis?

POR FIN JUNTOS

Ayer fui al cine y ví un trailer destinado a marcar un antes y un después en la historia del cine.

Todos sabemos que ahora básicamente el cine comercial es una especie de engrudo para las masas, una mezcla bastante aberrante de secuelas, precuelas, superhéroes, piratas, y cafeteras que se vuelven robots.

Aún así, el cine comercial sigue vendiéndose como siempre: cada película cuenta una historia, aunque detrás haya mil estudios de mercado y el merchandising tenga más trabajo que el guión, aunque se gaste en promoción más que en toda la película.

Pero por fin hay una peli que se deja de zarandajas y se vende como se vendería en una reunión de ejecutivos de una major. Es ésta:

Independence Day meets Unforgiven.
ET con un poco de El bueno, el feo y el malo.
La guerra de los mundos con Wild Wild West (espera, esto era la misma película, ¿no?)

-Una de vaqueros con marcianos.-dijo el ejecutivo.
-Compro-dijo el jefe del estudio.-¿Cómo la vamos a llamar?
-Cowboys y Aliens.
-Fantástico.

Ese es el trailer que vi ayer. Reconozco que el trailer es tentador, pero el título me hace ver la «venta» en vez de la historia y me siento como una cifra, no como una espectadora. Y por supuesto, la retahíla de nombres como Spielberg, Ron Howard y etc para ver si consiguen hacer la propuesta más respetable no hace sino alejarme más aún.

En vez de ir al cine, escribiré un guión para Hollywood.
«Mafiosos y Robots», «Nazis y Oompaloompas», o quizá «Piratas y Osos Panda».

Va ser un clásico del futuro.

CORRECCI?N:

Como me han dicho Grom y Anomálo por diferentes vías, la peli está basada en un cómic. Mil perdones por no investigar a fondo los orígenes de la última peli de Jon «Iron Man» Favreau. Creo que eso no se menciona en el trailer. Así que mi ejemplo no es muy válido, después de todo.

Hablando de trailers, mañana el de «Entrevista» en este blog. No os perdáis la exclusiva.

ENTREVISTA: BÁRBARA ALPUENTE

Foto de Natxo López.

Hace algunos años conocí a Bárbara Alpuente porque me ofreció un trabajo a pesar de no conocerme de nada. La serie aquella no salió, pero conocí a una escritora inteligente, versátil, divertida y solidaria. Algunos ya sabéis quién es, porque colabora ocasionalmente en este blog, pero por si acaso os diré que ha trabajado como coordinadora y guionista en «Camara Café», entre otras muchas series.

Recientemente ha trabajado en «Doctor Mateo» y ahora prepara un piloto para Hill Valley. Por si fuera poco, es autora de la columna semanal ‘Nadie es perfecto’ de la revista YO DONA, que tiene una legión de seguidores y acaba de publicar «Mas allá de mí«, su primera novela. (En el enlace podéis leer la sinopsis y las primeras páginas.)

-Bárbara, escribir una novela (sobre todo terminarla y publicarla) es el sueño recurrente de muchos guionistas. ¿Qué nos puedes decir desde el otro lado?

Os puedo decir que tal lado no existe. No veo una gran diferencia entre escribir guiones o escribir una novela. Lidiar con tramas, personajes y desenlaces, encontrarte en el vacío absoluto de no saber hacia dónde dirigirte, la soledad ante tus propias palabras y la falta de criterio personal para saber si lo que estás haciendo vale la pena o es una mierda.

-Yo la estoy leyendo y disfrutándola mucho. Está contada desde dos puntos de vista. Me parece dificilísimo ya no sólo encontrar la propia voz, sino desdoblarla. ¿Cómo lo has hecho?

No tengo ni idea. Cuando llevaba escritos unos cien folios entré en crisis y me preguntaba quién me había mandado a mí meterme en tal jardín. Los escépticos no me creerán, pero las musas existen. Me han guiado las voces de personajes que aparentemente no tienen nada que ver conmigo y que parecían moverse por sí solos. En ese sentido ha sido una experiencia mágica.

-Yo, como aspirante a novelista, te pregunto: ¿Qué diferencias hay entre escribir guiones y novelas?

En una novela estás solo, y como guionista, al menos yo, siempre he contado con compañeros que te orientan y te animan (O te hunden, pero de esos no hay tantos) En una novela no tienes ninguna limitación y esa libertad es abrumadora. Puedes hacer lo que te apetezca sin pensar en presupuestos, en sueldos de episódicos o en exceso de exteriores. Y cuando sabes que puedes hacerlo todo, te preguntas ??¿yo qué quiero hacer realmente??

-¿Qué parte de escribir «Mas allá de mí» te ha resultado más complicada?

Vencer la inseguridad, confiar en mi inspiración y mi instinto sin tirarme por tierra cada párrafo justo después de escribirlo. Encontrar el equilibrio para convencerme de que lo que estaba haciendo no era una pérdida de tiempo para los lectores, que tenía algo que aportar, algo que contar y asumir también que estoy lejos de escribir una genialidad.

-Como la narradora cuenta en la novela, ¿escribirla ha sido resultado de un cierto sufrimiento o por el contrario ha sido un disfrute?

Ambas cosas. Muchos días me levantaba eufórica, ansiosa por reunirme con mis personajes y sus historias. Otros me levantaba angustiada, convencida de que no podría encontrar salida para los laberintos en los que me había adentrado tan alegremente. Otros, directamente, no me levantaba, deseando con todas mis fuerzas que los folios restantes se escribieran solos (No ocurrió).

-Me gustan mucho tus reflexiones al cuestionar algo que todos aceptamos sin darle más vueltas, como por ejemplo el trabajo. ¿Estamos aborregados? ¿Nos han atizado con el palo del «sentido común» para que nos olvidemos de nosotros mismos?

El trabajo tiene la importancia que tiene y vivir como si fuera algo de verdad trascendente hace que todo lo demás se torne trivial. Para mí es justo al contrario. Todo lo que tiene que ver con las relaciones humanas es trascendente, ganarte la vida, incluso con un oficio que te apasione, es secundario. Hablar mucho del trabajo, sufrir por el trabajo o creer que el trabajo te define, son cosas a las que nos hemos acostumbrado que nos alejan de lo esencial. Cada uno sabe en el fondo lo que es esencial para él.

-Tu novela habla de una forma alternativa de entender la vida. ¿Es una rebelión contra el convencionalismo o simplemente una llamada a activar nuestro sentido crítico, a saber que las vías trazadas por lo «común» no son las únicas?

Nos aferramos a perpetuar este modelo; este mal llamado Estado de bienestar, probablemente conseguido a costa del malestar de otros. Escuchamos a menudo que ??la vida es así?, que ??es que esto es así?, yo insisto en que las cosas pueden ser de otra manera y en nuestras manos está demostrarlo.

-Háblanos un poco de tu carrera de guionista. ¿Cuál ha sido tu experiencia más satisfactoria?

Mi carrera de guionista empezó en el año 1993 en Canal Plus, escribiendo guiones para programas musicales. Me convencí de que no me interesaba la ficción porque me daba terror enfrentarme a la experiencia. Seguí escribiendo en programas hasta que en 2003 Globomedia me dio la oportunidad de entrar en mi primera serie. Al terminar aquella serie estuve haciendo pruebas muy malas durante casi un año hasta convertirme en una experta en pruebas (en una experta en pruebas muy malas). Tras aquel paréntesis laboral en el que llegué a plantearme que no valía para esto (sentimiento que todavía me visita), todo ha ido rodado hasta hoy. Mi experiencia más satisfactoria probablemente haya sido Camera Café. Era un trabajo divertido en el que escribíamos con libertad y además la audiencia nos apoyaba.

-¿De qué has aprendido más, de los triunfos o de los fracasos?

Imagino que de las dos cosas, aunque triunfos apenas he tenido. Pregúntame en cinco años.

-Aquí viene una pregunta puñetera. Si tuvieras que ser solo guionista o solo novelista… ¿Qué estilo de vida te gustaría más?

Me gusta trabajar con gente, aunque la lucha de egos entre guionistas a veces resulte insoportable (mi ego está guay, el problema son los otros). Por esa parte, creo que soy más feliz como guionista. Pero la intimidad, la libertad y la magia de la novela no la encuentras nunca trabajando para televisión.

-Igual solo me lo parece a mí, pero creo que en los últimos meses hay cierta dificultad para encontrar trabajo como guionista. ¿Es este un mal momento? ¿O simplemente la cantidad de aspirantes excede la demanda? El guión se ha puesto muy de moda.

Yo estoy teniendo suerte y llevo cinco años empalmando series sin tregua, pero sí veo cierta inquietud a mi alrededor que en cualquier momento me atrapará. Confío en que sea un bache, quiero creer que hay sitio para todos.

-Admitámoslo, somos muchos los guionistas que te tenemos envidia por haber escrito una novela y haberla publicado. ¿Qué podríamos hacer para acceder al mundo editorial? ¿Lo ves accesible o es igual de difícil que entrar en el entorno audiovisual para alguien ajeno?

Lo veo inaccesible y económicamente absurdo. Hay que sentir una gran pasión por la historia que se quiere contar porque ni es fácil, ni es rentable. Lo bueno es que siempre puedes escribir simultáneamente tu proyecto mientras te ganas la vida como guionista. Ganarse la vida como novelista si no eres Almudena Grandes es una quimera.

-Sé que estás muy vinculada al movimiento 15-M. ¿Qué presente y futuro crees que le aguarda?

Creo que ya no hay marcha atrás, que se ha encendido la pólvora por fin hacia un cambio político y social necesario. También encuentro problemas en cómo se está llevando el movimiento y temo que no sepamos encauzarlo. Pero empieza a brotar una conciencia común con deseos de transformación para este sistema que naufraga y que entre todos podemos reflotar. Tengo fe. Podemos conseguirlo todo en cuanto empecemos a sentirnos parte de la sociedad y a dejar de hablar de ella en tercera persona.

No me gustaría concluir esta entrevista sin recomendaros fervientemente la compra de «Mas allá de mí» y sin preguntarle a Bárbara algo a lo que últimamente le doy muchas vueltas.

-Bárbara, ¿cómo hace un guionista/escritor para conservar la motivación y hacer tantas cosas como tú? Muchas gracias.

La inestabilidad espolea la creatividad (sin llevar esto al extremo? O sí) La motivación, en mi caso, viene del cambio permanente. Trabajar en proyectos distintos con gente diferente te mantiene alerta. Creo que esta es la clave, claro, que también puede ser una gilipollez.

Gracias a ti, Ángela.