AÑOS DE WOODY ALLEN


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La anterior entrada de este blog fue escrita el 3 de Noviembre de 2014, hace casi dos años. El 5 de diciembre de ese año se estrenó «Magia a la luz de la luna». Después de la soberbia «Blue Jasmine», parecía una película aún más intrascendente. Ni siquiera el encanto de la época recreada, de Emma Stone y de Colin Firth la convirtió, a mi entender, en una película interesante. Pero por supuesto un mal Woody Allen siempre es mejor que muchas otras cosas. Como siempre, cada vez que Allen estrena una película, no faltaron quienes se quejaron de que haga una al año, como si fuera una abuela tediosa que nos obliga a ir a su casa a merendar aunque tengamos otras actividades mucho más urgentes. Para mí, lo más sorprendente de la película, aparte del fastuoso vestuario de Sonia Grande, fue ver por primera vez a Colin Firth como un hombre atractivo y no como un señor. Prueba evidente de que me estoy haciendo mayor y de que, estando embarazada como estaba en aquel entonces, ya me gustaban más los tipos con pinta de padre.

Del estreno de Irrational Man, el 25 de Septiembre de 2015, no me enteré. De hecho, descubrí su existencia varios meses más tarde, porque en aquel momento teníamos un bebé de pocas semanas en casa. La vi ayer y solo ahora, para escribir este post después de tanto tiempo, he buscado su fecha de estreno. Utiliza a un brillante y torturado profesor universitario, Abe Lucas, interpretado por Joaquin Phoenix, para navegar la genuina angustia del sentido de la vida a través de un acto radical. Sin ser ni de lejos tan buena como «Delitos y Faltas», mi favorita del director, me gustó bastante. Tiene un diálogo que retrata a Woody Allen: «Es aterrador cuando te quedas sin distracciones». Se entiende que lo de rodar una peli al año no lo hace por dinero… sino por miedo al vacío. Como dice el propio Lucas, «La ansiedad es el vértigo de la libertad.»

Menos de un año después se estrenó «Cafe Society». Dejé al padre en casa con el nene y me fui al cine, hábito que después de los primeros meses he logrado recuperar, aunque casi siempre sola y a horas en las que suelo estar prácticamente sola en la sala.  Disfruté mucho de la película, a pesar de un guión un tanto evanescente (especialmente en sus subtramas), que funcionaba como un gancho para hablar de la nostalgia y del sentido de la vida. Estéticamente maravillosa, y con una bellísima Kristen Stewart (que nunca me lo había parecido, todo el mundo gana con un vestuario estilo Hollywood clásico, supongo), la peli es una evocación del amor perdido que brilla en su sencillez, y que hace rememorar los momentos bellos de la vida que ya no van a volver; la juventud, una cierta ingenuidad a la hora de afrontar las relaciones. Sea por lo que fuere, en mi barrio, en un cine frecuentado en su mayoría por gente de la tercera edad, estuvo hasta hace poco en dos salas a cuatro sesiones al día por sala. ¿Es la nostalgia el gran tema de la gente mayor?

Y ahora, según imdb, Allen está filmando su próxima película, tras haber completado su serie para Amazon, «Crisis in six scenes», este es el trailer (sí, es Miley Cyrus):

En este tiempo, que a Woody Allen desde luego le ha cundido mucho (y digo lo mismo de mí, porque ahora solo me falta plantar un árbol), los blogs han perdido bastante fuelle. Aunque he seguido publicando en Bloguionistas, el microblogging, el opinamiento compulsivo en twitter y Facebook han matado el gusanillo de muchos por bloguear. Pero aquí estoy. Creo que es bueno tener un lugar que no sea binario, ni blanco ni negro, porque aborrezco la pose radical que levanta las reputaciones en twitter, porque me gusta sentarme a escribir y tardar más de dos minutos, y porque lo echaba de menos.

Hay ciertas rutinas que hacen que nuestra vida sea mejor. Escribir, leer, ver series, tomar un café con amigos… Y por supuesto, ver la última de Woody Allen. Anoche, después de ver «Irrational Man», me di cuenta de que mi hijo, si sale cinéfilo que espero que así sea, no podrá ver pasar el tiempo en películas de Woody Allen como lo hemos hecho nosotros toda nuestra vida; que será como el abuelo que alguna vez nos dio pereza visitar pero que forma parte, por suerte, de nuestros recuerdos y de nuestro amor por las películas.

LA SEMANA

Hemos encontrado estos butacones en la calle.

LUNES: Empecé la semana constatando lo buena que es la serie Isabel en televisión española. Es muy difícil armonizar contenido e historia, es decir, construir tramas y personajes atractivos y que sean, al tiempo, respetuosos y coherentes con la realidad. Además la producción acompaña y los actores están francamente bien. Hay alguno que no me convence pero Michelle Jenner y Ginés García Millán están realmente bien. Un estupendo referente para las series históricas españolas. Espero que siga así de bien.

MI?RCOLES: Pensando que sólo vería «La Voz» cinco minutos, me lo tragué entero. Es un programa muy divertido. Admito que empecé a verlo con la única intención de reírme y de ver, como decía oyejuan en facebook, esto:

Pero ver a cuatro artistas consagrados peleándose por los favores de un desconocido o desconocida me gustó mucho. Es una especie de zoco donde los «couches» se venden y se «pisotean» con bastante gracia, y donde la realidad del formato (las audiciones y actuaciones son a ciegas) admite concursantes con peor pinta de lo que solemos ver en televisión. Y aunque siempre me ha caído como un trueno Melendi, de repente me pareció encantador, con su pelo de pin y pon todo.  ¿Lo vistéis? ¿Qué os pareció? (El programa. Melendi. Lo que sea.)

JUEVES: Vi «Imperium», que me gusta mucho, y el documental «Se busca cómico para película», y me lo pasé muy bien con los dos. Siempre me gusta escuchar a los actores de comedia, especialmente los que vienen de programas de sketches, porque su forma de ver el mundo es muy lúcida, peculiar y no se toman tan en serio a sí mismos (en general) como los actores más serios.

FIN DE SEMANA: Lo único que he hecho hasta el momento ha sido comer como si no hubiera mañana. Os recomiendo el japonés Miyama, en Paseo de la Castellana, 45, (Madrid). Lo mejor, aparte de la comida el sumiller. «Pues sí que tomaron, eh», nos dijo. Viva el sake y viva España, y viva el Rey. Y Honduras también.


ALARMA SOCIAL

Hace pocos días llegaron a la prensa algunas modificaciones que el Ministro de Justicia estudia introducir en el Código Penal. Una de las más llamativas es el concepto del prisión permanente revisable, una versión suave de la cadena perpetua. Pasado un tiempo, entre 25 y 30 años, se revisará cada dos años si el reo merece ser libre o no. Esta medida de aplicara a los casos de genocidio, crímenes de lesa humanidad con homicidio o agresión sexual. «Igualmente, se podrá aplicar a ciertos crímenes que causan especial repulsa social, cuando la víctima sea menor de 16 años o especialmente vulnerable, cuando exista también delito contra la libertad sexual o a los cometidos por miembros de una organización criminal.»
La clave del asunto para mí es el tema de la repulsa o alarma social. ¿Qué crímenes son aquellos que generan más rechazo y movilización por parte de la sociedad? ¿Los más atroces? ¿Los más crueles? No. La alarma social la da el suspense, porque a todos nos intriga una buena historia. Espero que se entienda que no estoy intentando ironizar sobre estos crímenes, sino distinguir por qué son tan llamativos. Creo que ese es el mecanismo que transforma un crimen ordinario (tan terrible o más que los que llenan telediarios y prensa durante meses) en una fuente de polémica, debate y en ocasiones, como ahora, cambio. El suspense de saber dónde se encontraba Miguel Ángel Blanco y si salvaría la vida. La angustia de encontrar vivos a los niños Ruth y José. La niña Mariluz. El paradero del cuerpo de Marta del Castillo. Son tragedias que duran en el circuito mediático mientras aún hay preguntas sin responder, cuyo climax se alcanza (como buen clímax) justo antes del desenlace, con algún giro escabroso, sorprendente o definitivo. Un parricidio sin misterios, un crimen a sangre fría con un culpable confeso, un atentado sin secuestro, exigen la misma maldad que aquellos que contienen un enigma, o cuya historia da para cubrir horas de programación y para que todos nosotros enarbolemos una cómoda bandera de solidaridad ante el último ejemplo de la vileza humana. En primer lugar, si el parricidio o la violación y asesinato de menores merece (para algunos) la cadena perpetua, debería plantearse la modificación del Código Penal en una consulta popular y no aprobarse porque a un ministro le apetezca, y en segundo, no depender jamás de la cantidad de páginas que se le dedique o del interés que despierten las tormentas de su vida privada, ni de la trascendencia de otras noticias que haya en el mismo momento.

Con esto lo que quiero decir es que en realidad quien genera «alarma social» no es el señor Bretón o su equivalente en forma de macabro sabor del mes, sino el señor o la señora que deciden los contenidos del informativo o del programa de entretenimiento. El señor o la señora que llena sus portadas y sus dominicales, que pierde el norte entre información y entretenimiento, es quien tiene según esta nueva ley la capacidad de privar para siempre a una persona de libertad.

Historias fraccionadas y exprimidas como el más prolongado de los culebrones con la intención de acumular espectadores, y a la vista de estas novedades, votos. No es justicia lo que se busca, sino poder. Y eso sí que debería alarmarnos a todos.


ARGO Y OTROS TEMAS

Lamento no escribir más a menudo, porque aunque estáis callados sé que algunos me leeis, y yo os lo agradezco. Empecé con mi primer blog chispas en 2006, han pasado seis años y la vida ha cambiado, pero tampoco tanto, aunque el funcionamiento de Internet ha estado en constante evolución y sí podría decirse que el microblogging ha matado un poco el gusano de bloguear. Los comentarios han descendido, y las redes sociales son lógicamente mucho más inmediatas y siempre tienen contenidos nuevos, incluso, tras refrescar al cabo de unos segundos.

También el entusiasmo inicial desciende con el paso de los años. ?ltimamente estoy intentando sacar más tiempo fuera de mi (bendita sea) ocupación remunerada para escribir mis proyectos, que incluyen una novela y un guión de terror, una especie de cruce entre Deliverance y The Warriors en el Parque del Retiro. Así dicho suena muy raro. Mi mayor aspiración es conseguir acabar ambos antes de fin de año.

El otro día estuve en la ECAM, dando una especie de charla motivadora-sensei-vital a los alumnos, y les dije eso mismo: que terminaran las cosas. Hace poco leí un tuit de Alain de Botton: «Escritor es aquel que sobrevive a la vergüenza de la primera versión». Terminar al menos una primera versión de lo que se escribe supone abrazar, a veces con cierto dolor, nuestras limitaciones pero es imprescindible para llegar a algún sitio, independientemente de que luego se venda o consigamos encontrarle una casa al cachorrito.

Supongo que todo esto es un tremendo «excusatio non petita…» pero yo lo que realidad quiero, aparte de justificarme, es hablar un poco de Argo, la nueva peli de mi admirado Ben Affleck. Hace menos de diez años Ben andaba haciendo mamarrachadas como Gigli (con su novia de entonces, J-Lo) o Jersey Girl y era un galán devaluado y con problemas de adicciones. Ahora escribe, dirige e interpreta sus pelis, de las que soy muy fan: «Adiós Pequeña Adiós» y «The Town». Y «Argo» tiene una pinta estupenda.

Y también aprovecho para recomendaros «Seis Puntos sobre Emma», una peli preciosa, el estreno en el largo de Roberto Pérez Toledo.

LA MAGIA DE RODRIGO CORT?S

por Ángela Armero

Cuesta imaginar lo que sintieron nuestros tatarabuelos al ver esto:

El Zoótropo, y su primo cercano, el Praxinoscopio, fueron creados en el siglo XIX como un sofisticado truco de magia. Estamos tan acostumbrados a ver películas que olvidamos que son fotos fijas que pasan a gran velocidad ante nuestros ojos creando la ilusión del movimiento, y no sólo del movimiento, sino la ilusión de vida. Del mismo modo que Gene Tierney resucita cada vez que te pones a ver «Laura», todos los que amamos el cine ya tenemos excesivamente asimilado ese complicado entramado mágico que supone hacer una película. Pete Docter (director de «Up») habla de que la animación es un truco mostrando este maravilloso zoótropo de Pixar.

Redescubrir este prestigio ha supuesto para mí una emoción mucho más profunda que la me provocan la mayoría de las películas. Por eso me ha gustado mucho «Red Lights», la última película de Rodrigo Cortés, dirigida, escrita y montada por él, e interpretada por Sigourney Weaver, Robert De Niro y Cillian Murphy.

Según su director, Red Lights habla de tres temas: el mundo paranormal, los fraudes en torno a los fenómenos sobrenaturales, y el ilusionismo, la puesta en escena de los profesionales, como puente necesario entre los dos primeros. Cortés identifica el cometido del ilusionista con el del cineasta: ambos han de conseguir que lo falso parezca real. El mago y el director de cine han de engañar al espectador. Utilizando las palabras de Cortés: «Conseguir que todo el mundo mire tu mano izquierda mientras con la derecha les robas la cartera».

«Luces Rojas» ofrece una reflexión magnífica e inquietante sobre el mecanismo, que no es una mera herramienta sino también la esencia de la película; la tramoya del mago es la misma que la del escritor o creador.

Las maniobras de distracción, tan útiles para ladrones, magos y timadores, lo son tanto o más para los guionistas o creadores de historias. Y esto es una gran verdad en éxitos tan arrolladores y seductores como «El Golpe», «El Sexto Sentido» o «Sospechosos Habituales».

¿A quién no le gustaría escribir uno de esos finales inesperados?. Creo que todo escritor o guionista, y yo la primera, mataría a su perro por poder escribir un guión que mantuviera en vilo al espectador durante dos horas y después soltarle con un espectacular truco que le hiciera exclamar: ¿Cómo lo ha hecho?

Quizá esta pregunta, y otras, las pueda responder Rodrigo Cortés, que estará el 28 de Marzo en Hotel Kafka, tomando un vino. (A este evento hay que apuntarse, los detalles los tenéis aquí), y que será nuestro telonero de honor para la apertura del curso de Bloguionistas, que da comienzo el 11 de Abril.

Nos vemos allí.

Publicado originalmente en Bloguionistas.